Capítulo 8
Gané el segundo lugar en el festival deportivo. El primero lo obtuvo un sujeto rubio de nombre Yamada Hizashi, ahora conocido como Present Mic, quien logró sangrarme los oídos y dejarme fuera de combate prácticamente de inmediato. Shōta obtuvo el tercer puesto.
-Supongo que no estuvo tan mal -habló acercándose a mí quien había sido mi digno oponente-. Felicidades, Kishaba-san.
-Por favor, dime Atsuko -pedí gentilmente, realmente detestaba y aún detesto el asqueroso apellido de mi madre, todavía me molesta que cualquier persona se dirija a mí con él.
-Bien, Atsuko. Fuiste una buena oponente.
-¿Verdad? -reí, arrugando la nariz- Pero, hey, el tercer lugar no está mal. Digo... hay personas que ni siquieran clasificaron.
-¿Cómo haces para sonreír tanto? -preguntó de una forma quizás demasiado repentina para mí. No es una sonrisa, mis mejillas están deformadas por mis colmillos...
-¿Tú como haces para casi no sonreír? -contra atacó de inmediato.
Él se encogió de hombros.
🐾🐾🐾
-¡Todo está bien ahora!
Él...
-¿Por qué?
All Might.
-¡Porque yo estoy aquí!
-¡All Might! ¡Shōta, es All Might!
-At... Ryōsoku, mis huesos.
-Oh, sí, sí, cierto. Tus huesos. Pero... Dios... ¡es All Might! ¡Y sigue luciendo genial! Como hace 14 años, ¿no? ¡¿No?!
-Ryōsoku, no te vayas a...
Mi pie desliza, y caigo en las escaleras, mordiéndome la lengua. Shōta se queja sonoramente.
-¡Atsuko!
-¡Me llamo Ryōsoku!
La sangre cae de mi boca.
-Maldita sea. Me mordí.
-Idiota.
-Podría dejarte caer accidentalmente desde aquí, ¿sabes?
Él calló.
-Lo imaginaba.
🐾🐾🐾
-Debo irme antes que vengan los demás profesionales -aviso, dejando a Shōta en manos de quienes creo son sus alumnos-. Fue genial verte, Shōta.
-Muérete.
-Cuídenlo bien, ¿sí? El mundo no está en condiciones andar perdiendo héroes.
-¡Espera, nosotros no podemos...!
Antes de que puedan hacer cualquier otra cosa, congelo el piso y me voy patinando, rezando por no encontrarme con los pros por el camino. No necesito que me detengan para interrogarme, podrían atraparme y entonces liberarme sería bastante difícil; además, ya tengo suficiente con los reclamos que me dará Shigaraki cuando nos volvamos a ver...
🐾🐾🐾
-Ayudaste a ese héroe -ahí están, justo de esos reclamos estoy hablando, ¡justo de esos!
-Ya te lo había dicho, Shigaraki -hablo con tranquilidad, abrazando mis piernas y moviendo mis dedos. Es como una mala costumbre hacer ello, me hace sentir bien, tranquila-. No estoy interesada en eliminar a los héroes del mundo, me conformo con las carteras de los civiles... a veces la suerte me sonríe y también consigo celulares, ¿sabes? Deberías intentarlo.
-¡Ese no el propósito de la liga!
-No, y de cualquier forma los destruirías totalmente al tomarlos. Como sea, ¿realnente crees que me importa el propósito de la liga? No me hagas reír, raro. Me voy.
-Tú no irás a ningún lado, voy a matarte, ¡voy a...!
Me aparto rápidamente y sujeto su hombro, congelando su ropa.
-Nos vemos luego, Shigaraki-kun. Adiós, Kurogiri-san.
-Hasta pronto, Ryōsoku-san.
Kurogiri-san me cae bien. Es un buen tipo. Shigaraki, en cambio...
-Que desperdicio.
Mientras me movilizo entre las personas en busca del callejón que lleva a mi casa, diviso el cabello verde, despeinado y rizado del joven del otro día. Se gira levemente y le veo el rostro: grandes ojos y pecas. Sí, es él, el fuerte joven que me atacó con el brazo roto.
-¡Eh, Midoroya-kun! -recuerdo el nombre que dijo Shōta- ¡Midoriya-kun!
Gira a mí. Al verme se estremece y se detiene, quizás por los nervios. Gracias a eso me es fácil alcanzarlo.
-Midoriya-kun.
-T-Tú... tú estabas... tú estabas el otro día en la USJ, e-eres... tú eres...
-Shsh -indico, y toco suavemente sus labios para congelarlos-. No puedes decir esas cosas en voz alta.
El asiente energéticamente.
-Me llamo Ryōsoku -me presento, quizás para darle un poco de confianza-. Solo... Ryōsoku.
Le descongelo los labios.
-Y-Yo soy... Midoriya Izuku.
-Encantada, Midoriya-kun.
-S-Sí. Encantado.
-Ahora, Midoriya-kun, necesito que me respondas algo: ¿cómo está Shōta?
-¿Shōta? -susurra- ¡Oh! ¡Aizawa-sensei! Ustedes se conocen, ¿no?
-No importa. ¿Cómo está?
-Él... está mal. La enfermera dijo que los golpes dejarían daño en sus ojos...
Siento mi corazón encogerse. ¿Era en serio? ¿Shōta estaba tan mal? Joder. Si al menos hubiera fingido derrotarlo lo hubiera alejado de Nomu... pero en su lugar lo herí y lo dejé aún más débil. Es parte mi culpa que Shōta esté tan mal. Es mi culpa. Soy un horrible persona. Pude haberle ayudado, hasta salvado. Lo siento, Shōta, lo siento tanto.
-Oye -llama Midoriya.
-¿Sí?
-¿Si estás con esos tipos... por qué ayudaste a Aizawa-sensei?
-Shōta es lo más parecido a un amigo que he tenido.
-¡U-Ustedes dos...!
-Nos conocimos hace mucho. Digamos que le estaba devolviendo un favor, ¿ok?
-¿Favor?
-Haces muchas preguntas, Midoriya-kun. Pero mándale mis saludos a Shōta, ¿sí? Dile que espero que se recupere, y también dile que lo veré en el festival deportivo.
-¿En el qué?
-Y no te preocupes, el frío solo durará unos minutos.
-¿Q-Qué?
Aparto mi mano de su hombro. Parece que no se había dado que lo tocaba. La tela se congela.
-¡O-Oye! ¡Espera!
-Lo siento, Midoriya-kun. No puedo arriesgarme demasiado.
Y así, antes que alguien pudiera notar totalmente como la ropa del joven se vuelve tieza, me marcho.
Los golpes dañaron sus ojos...
Dios, ¿cómo espera volverse enfrentar a mí si no va a dar el 100% de si?
Es injusto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro