Capítulo 79
Lo que más nos diferencia a mis primos y a mí no es el hecho de que yo tenga labios, o que sea claramente más baja que todos ellos, tampoco la obvia cicatriz en mi rostro. No. Lo que más nos diferencia es que ellos están casados, o al menos Kaito, Hiroto, Kazuko y Aneko lo están. Kaito ya tiene una niña de 6 años y un niño de 8, Hiroto un par de mellizos de 8 años, Kazuko una linda niña de 4 años, y Aneko una nena de 2 años y un recién nacido de apenas unos cuantos meses.
Mientras tanto, yo soy la solterona que halaga a los demás mientras internamente se lamenta de lo marchita que estará dentro de poco si no se apresura. Pero, la verdad, sabiendo que ya hay 6 herederos del apellido Fukugawa me siento bastante menos presionada al respecto.
—Y, ¿qué tan interesante es ser una heroína? —pregunta Aneko, señalándome con los palillos.
—Oh, ¡es genial! —aseguro— Nunca creí que podría gustarme tanto, pero la verdad es que como heroína se gana más que como carterista. ¡Además! Los trabajos son más interesantes. Por ejemplo, la misión esta en la que participé junto a Sir Nighteye, ¡fue genial!
Ninguno de los presentes aquí tiene un historial precisamente limpio. Kaito fue acusado de robar 7 bancos y asesinar 16 personas a mano armada. Hiroto fue acusado de unos cuantos asesinatos en serie que ocurrieron hace un par de años, en todos ellos se mantenía el patrón que las víctimas eran mujeres casadas a las que les faltaban los anillos de boda, y curiosamente él poseía los 12 anillos de las 12 fallecidas. Kazuko y Aneko fueron acusadas de diversos robos a mano armada a lo largo de Japón. Kisumi fue acusado hace poco por pirateria y estafas cibernéticas. Tomiko-san fue acusada como cómplice del robo a un banco en que se perdieron muchos millones de yenes. Y, finalmente, mi tío Rei era el cómplice de mi padre; de los 8 casos de canibalismo él fue responsable de 2, de los dos que mi padre admitió como suyos.
¡Ojalá tuviera hermanos que dieran la cara por mí! El día de mi traición nadie va a recordar lo genial heroína/profesora que he sido y definitivamente me atacarán sin piedad.
—Oye, pero no nos meterás a ninguno de nosotros al bote, ¿verdad? —rió Hiroto.
—¿Ah? ¡No! Claro que no. Seré una heroína, pero no soy ninguna traidora.
Mi papá tose un poco.
—Como sea, vi todo lo que sucedió con el caso de los yakuza —interrumpe Kisumi—. Hubo un chico que resaltó de entre todos: Deku se hacía llamar.
—¡Sí! Midoriya Izuku, quirk: “smash”. Posee una gran fuerza en brazos y piernas, que usa normalmente para disparar balas de aire muy poderosas pero no letales. Además, posee una resistencia increíble. También usa sus brazos y puños para ataque directos ridículamente poderosos. Aunque no puede dar el 100% de si porque se termina rompiendo los huesos.
—Si ese no era su 100%, no quisiera verlo dar todo de si —murmura, comiendo arroz y seguidamente el plato.
—La única vez que me enfrenté con él logró fisurar mi hielo, lo que es sorprendente tomando en cuenta que mi hielo es casi irrompible.
—Cierto, tienes dos quirks —recordó Hiroto, como si lo hubiera olvidado del todo—. ¿Qué tan genial es?
—Creo que tengo suerte por que uno de esos sea mutación —admito—, así solo debo preocuparme por el temperature. El come-todo me deja andar normalmente, es como si solo tuviera uno.
—Pero el temperature son dos quirks en uno solo, ¿no es difícil controlarlo?
—Solo cuando me enfermo. El resto del tiempo me va bastante bien. Lo sé controlar de maravilla.
—¡Sí! De hecho, puede congelar progresivamente el sistema nervioso de una persona sin que su víctima se dé cuenta —narra mi padre.
Por debajo de la mesa, le golpeo suavemente la pierna.
Mientras terminamos de comer y hablar, la puerta suena.
—¡Está abierto! —anuncia mi abuelo.
La puerta se abre. Nos miramos mutuamente, diciéndonos que no esperábamos a nadie por llegar. Toda la familia estaba ahí. ¿Sería algún vendedor o algo por el estilo?
—Con permiso —es la voz de Shōta—. Lamento la interrupción, pero vengo por Atsuko.
—¿Conoces a este sujeto? —gruñe mi tío Rei, señalándole con los palillos.
—Es-
—¡Eraserhead! —exclama Kisumi, quien no puede esconder la emoción y termina rompiendo los palillos a causa de su excesiva fuerza— ¿Cómo no vas a saber quién es? ¡Es de los mejores héroes de la actualidad! Estuvo ahí en el ataque de la U.S.J. Se enfrentó a Atsuko y también a una de esas bestias deformes que atacaron Hosu, ¡una muy fuerte! También estuvo en el caso de los yakuza, ¿sabes? ¡Es genial!
Shōta no parece sorprendido ante el conocimiento de tanta información, y se limita a entrecerrar los ojos.
—Solo vengo por Atsuko —indica, señalándome—. Sigue bajo vigilincia, y no tiene permito llegar a la Academia después de las 20:00. Son las 19:00.
—Es su novio —agrega mi padre.
Esa fue la única frase que bastó para que mis cinco primos se pusieran de pie, dispuesto a acosarlo lo más que podían.
—¡El novio de Atsuko! —exclama Aneko.
—¡Lindo! —ríe Kazuko.
—¿Ya hay planes de boda? —pregunta Hiroto.
—¿De familia? —ríe Kaito.
—Resígnate a que tus hijos sean feos como ella —agrega Kisumi.
—¡Eres tan bajo!
—¿Cómo no te ha aplastado todavía?
—¡Creí que mi prima prefiría un héroe fuerte que pudiera cargarla en brazos o algo así!
—¿No te es difícil lidiar con ella?
—¡Estás como para comerte a besos!
—¡Eres tan lindo!
—¡Perfecto para personas extravagantes como nosotros!
—¡Amaremos que seas parte de la familia!
—Chicos, por Dios —regaña mi tío Rei, y yo río suavemente mientras termino de comer.
—¡Pero míralo, papá! —exclama Kaito, sujetándole de los hombros— ¡Es tan bajo! Esto media yo cuando tenía como diez años.
—¡Heredaste los gustos extravagantes del tío Masaru! —acusa Aneko, riendo con burla— Bajo y malhumorado.
—¡Y un quirk que no tiene nada que ver con el come-todo! —adivina Hiroto.
—¡Nada que ver! —afirma Kisumi, cubriendo sus ojos unos momentos.
—¡Cómo para comerte! —ríe Kazuko una vez más, esta vez mostrando su larga y filosa lengua. Y veo como Shōta se tensa ante su presencia.
—Ok, ya déjenlo —río, sujetando su lengua y congelándola un poco—. ¿Tienen idea cuánto me costó conseguirlo? ¡Es injusto que vengan y lo espanten tan rápido!
—Soy Fukugawa Kaito.
—Fukugawa Hiroto.
—Fukugawa Kazuko.
—Fukugawa Aneko.
—Fukugawa Kisumi. Y ellos son Fukugawa Rei y Tomiko, nuestros padres.
—Y ellos son Fukugawa Masaru y Kenta, pero ya los conocías así que es irrelevante.
—Nee, Shōta, ¿a que mi familia no es genial? —río con clara burla. Y él se limita a arrugar la nariz.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro