Capítulo 71
Shōta me ha acompañado a la casa de mi abuelo. Como sea, le he pedido que se quede en la puerta para permitirme hablar libremente, le he dicho que lo llamaré si las cosas se ponen feas.
Y vaya que se pondrán feas.
—He decidido que no es bueno para mí guardar tanto rencor —empiezo a hablar, viendo fijamente a los melancólicos ojos azules del hombre que me dio la vida—. Realmente estaba feliz de verte, pero te pusiste a decir tantas cosas… Me dejé llevar por mis impulsos, ¿sí? Lo siento.
—Soy yo el que te debe una disculpa —suspira él, sujetando mi mano—. Eres una excelente mujer que ha sabido lidiar con todo ella sola, y eso merece mi respeto y mi admiración. De todo corazón, Atsuko, lo siento. No merecías nada de lo que te pasó, y, si me permites, quisiera compensartelo.
—Solo dame un abrazo.
Enfrío mis manos con antelación, mis dedos palidecen levemente. Es algo que me sucedía de pequeña y era totalmente imposible no notar, un signo claro que estoy a punto de usar mis poderes.
—¡Masaru, no! —exclama mi abuelo, al ver mis manos colocarse en su nuca.
Salta a mí y muerde mi brazo. La forma en la que sus colmillos se han hundido en mi piel es totalmente sorprendente, si trato de alejar mi brazo va a desgarrarlo desde el músculo… Exactamente eso es lo que busco, y tiro bruscamente de mi extremidad. La sangre salpica, y me apresuro a congelar mi arteria con tal de no desmayarme a causa de la perdida de sangre. Me aleja de mi padre con un empujón. La sangre fluye y mancha el piso.
—Ah, que problema —murmuro, viendo como el líquido carmesí mancha todo debajo de mí—. Ahora te meterás en problemas.
—Atsuko, no lo hagas —advierte, limpiando la sangre de su barbilla.
—¿Ah? ¿Hacer qué? —río, sujetando mi brazo contra mi pecho— ¡Me agrediste injustificadamente! ¿Verdad que sí, papá? ¿Verdad que lo hizo? ¡Yo solo quería abrazarte! ¡Qué cruel eres abuelo! ¡Realmente cruel!
Ambos me observan en silencio, horrorizados.
—Me aseguraré de ponerle fin a todos aquellos que me hicieron daño —sigo hablando, observando fijamente a mi última familia. Exhalo fuertemente, aire frío—. Por mi propio bien.
🐾🐾🐾
—Realmente creí que podría arreglar todo con ellos —susurro ante la policia, abrazándome a mi misma. Mi abuelo se encuentra detenido, con un bozal cubriendo sus colmillos y sus manos retenidas por esposas especiales—. Pero… pero al momento de acercarme a mi padre para abrazarlo, él… él saltó a mí y me mordió de una forma tan dolorosa. Incluso me desgarró el músculo. Creí que perdería el brazo.
—Pero, ¿qué fue exactamente lo que sucedió?
—Ya se lo dije: llegué a hablar con ellos porque las cosas no estaban nada bien. Shōta me acompañó. Entré y hablé con mi papá, me acerqué a abrazarlo y entonces mi abuelo… simplemente saltó a mí como un salvaje. Realmente nunca lo esperé de él.
Luego de interrogarme, interrogaron a Shōta, y luego de interrogarlo a él, interrogaron a mi papá. Y finalmente a mi abuelo.
—Lamento que esto terminara de esta forma —murmura Shōta—. No debí dejarte sin supervisión. Esto es mi culpa.
—Hey, está bien —aseguro, palmeando suavemente su cabello—. También fue mi culpa por confiarme de esa forma de gente como él… Son villanos después de todo.
—Atsuko —llama mi padre, acercándose a nosotros.
—¿Sí? —respondo, poniéndome de pie y encarándolo. La diferencia de altura es mínima, él mide 2.67m y yo 2.53m.
—¿Nos dejas a solas unos momentos? —pide, dirgiéndose a Shōta.
—No tengo permitido hacerlo.
—Lo hiciste una vez, muchacho. Si lo haces dos no hará diferencia.
—Está bien, Shōta. Déjanos solos unos momentos. Estamos en la estación policia, no puede intentar nada malo.
—Bien… Pero estaré cerca.
Sale de la sala de espera y se dirige a hablar con los oficiales.
—Declaré a tu favor —habla, entrecerrando los ojos—, porque sé, que si no lo hubiera hecho no me hubieran creído, no porque confíe más en tu palabra que en la de tu abuelo.
—Ah, eres un hombre listo, papá —bajo la voz, entrecerrando mis grandes ojos observo directo a los suyos—. Gracias por el apoyo, ¿sí? Me viene bien. Pero tú… ¿qué es lo que harás? Sin trabajo y nadie que quiera darte uno, todavía debes pagar agua, electricidad, gas, y comida. ¿O qué piensas hacer? ¿Volverás a comer gente? Vamos, dímelo, quisiera saberlo.
—Sé lo que intentas hacer, y déjame advertirte que no funcionará: tarde o temprano tu pequeño teatrito se caerá y van a descubrir la verdad.
—No te preocupes por eso, ¿sí? Yo misma pienso desmantelar todo esto. Pero, entiéndelo ahora, Masaru: el camino que pienso seguir es más fuerte que el hielo que ha recorrido desde hace largo rato todo tu sistema nervioso —sus ojos se abren con sorpresa—. Cuando su recorrido termine, tu corazón se detendrá y sufrirás un colapso. ¿Y sabes qué es lo mejor, papá? —me acerco a él y le sujeto la barbilla, coloco mis labios en su oreja y dejo salir aire frío— Que nadie va a saber que fui yo la responsable por la extinción de los Fukugawa.
Me alejo de él y camino fuera de la sala.
—Vámonos, Shōta —pido, acercándome a él y sujetándole la camiseta—, quiero descansar.
—¡Aizawa! —exclama mi padre, justo al momento que Shōta ha tomado mi mano para desicivamente retirarnos— No confíes en ella —advierte, y yo abro mis ojos ante la repentina valentía—, te va a traicionar… tal como hizo con All Might.
Tiro de él con tal de retirarnos rápidamente. Pero, antes de poder hacerlo correctamente…
Suelta mi mano.
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