La misión de rescate fue un éxito. O casi un éxito… Sir Nighteye definitivamente va a morir, Togata perdió su quirk, Eri está inconsciente y Shōta quedó con una herida de cuchillo en el brazo, y yo estoy en una habitación calorífica con tal de regular mi temperatura corporal. A pesar de estar a 52℃ apenas he sudado, pero lo bueno es que ya no me he congelado.

—Me gustaría apoyarte —habla Shōta, al otro lado de la puerta.

—¿A mí? Tu tienes diez puntos en el brazo —río, tomando agua.

—Tú posiblemente te estés congelando de adentro hacia afuera.

—Estaré bien, es solo una pequeña crisis. ¿Cómo está Sir Nighteye?

Él guarda silencio.

—No lo logró.

—Lamento oír eso. Su quirk verdaderamente era excepcional. ¿Qué hay de Eri?

—Todavía no despierta.

—¿Fatgum, Red Riot, Suneater?

—Estarán bien. Sanarán pronto, no te preocupes.

—¿Qué hay de Lemillion?

Otra vez, silencio.

—De salud, está bien. Pero su quirk… no creen que regrese.

—Maldita sea, quería luchar con él —comento, con tal de intentar romper la tensión en el aire.

—Cuando Eri logre dominar correctamente su quirk, quizás podamos ayudarle. Por ahora no hay nada que podamos hacer.

—Ya veo…

—¿Qué hay de ti? ¿Qué piensas hacer?

—Yo… voy a tomarme un descanso. Iré donde mis abuelos un tiempo.

—¿Abuelos?

—Los padres de mi madre. Viven al otro extremo del país, pero sus quirks son Temperature. Mi abuela sube la temperatura, mi abuelo la baja. Son excelentes controlándolos, ellos me enseñaron todo lo que sé…

—Pero…

—¿“Pero”?

—Algún “pero” debe haber. No suenas muy convencida.

—No lo estoy —admito, cruzándome de brazos y viendo la pared—. No los he visto en mucho tiempo, mi mamá solo me llevó con ellos “lo necesario”, y luego de eso no volví a saber de ellos más que por llamadas que duraban unos minutos.

—¿Recuerdas sus nombres?

—Kishaba Shinobu y Kishaba Homare.

—¿Cuánto tiempo estarás fuera?

—No lo sé. Dependerá de que tan bien llegue a controlar Temperature. Pero, no te preocupes, Ryū y Kurai me acompañarán.

—Ciertamente, eso me preocupa más.

🐾🐾🐾

—Entonces sugieres que nos vayamos de vacaciones a las aguas termales de tus abuelos —repite Shigaraki.

—¡Sí!

—¿Estás loca? Somos lo criminales más buscados en todo Japón.

—¡A mi me gustaría relajarme un poco! —exclama Toga— Luego de todo lo que nos has hecho hacer tenemos bien merecido un descanso.

—¡Es verdad! —afirma Twice.

—Sí, un descanso nunca vienen mal —se une Dabi—. Además, no iremos a un lugar desconocido, sino a uno privado, con los abuelos de Ryōsoku. No puede ser tan malo.

—¡Vamos, Shigaraki Tomura! —pido, sujetando su camiseta y sacudiéndolo un poco— ¡Unos pocos días, nada más! ¡Vamos, vamos!

—Mi respuesta sigue siendo no.

—¿Ah? ¿Por qué? ¡Seguro tú también necesitas relajarte!

—No, no lo necesito. Estoy relajado.

—¡Vamos, por favor! Kurogiri, dile algo.

—Ya déjame en paz, gigantona —reclama, empujándome con cierta dificultad.

—Si no vienes con nosotros a las buenas, será a las malas.

Él frunce los labios y se rasca el cuello.

—Bien. Pero iré solo porque alguien debe supervisarlos, ¿entiendes? Que te quede claro.

—¡Al menos irás!

🐾🐾🐾

—Aguas termales Kishaba, ¿quién habla? —me recibe aquella voz vieja en el celular.

—¿Abuela? —susurro.

—¿Quién habla? —repite.

Claro, que idiota.

—Soy Atsuko… Kishaba Atsuko, hija de Marise y-

—Y Masaru —completa—. Que bueno es oirte luego de tanto tiempo, mi vida. ¿Cómo te ha ido? ¿Te estás llevando bien con tu Temperature?

—De hecho, no —murmuro, colocando una mano en mi nuca—. Lamento molestarte con estas cosas, abuela, pero necesito que me ayuden, he perdido un poco el control de Temperature, y no he dejado de helar mis pulmones. Hace unos días casi me congelo adentro hacia afuera.

—Oh, eso es grave —murmura—. ¿Quieres venir a pasar unas semanas conmigo y tu abuelo? El negocio ha estado vacío últimamente, así que no será una molestia recibirte.

—Ahora que lo mencionas, ¿te molestaría si también llevo unos amigos?

—No, claro que no, dulzura. Todo el mundo es bienvenido aquí.

—Es bueno saber eso, gracias.

🐾🐾🐾

Vamos todos en el auto. Spinner conduce y Shigaraki va en el asiento delantero a su lado. Detrás van Twice, Toga y Kurogiri, y todavía más atrás, junto a las maletas, nos encontramos Dabi, Mr Compress y yo.

—¿En serio no sospechan nada de ti?

—Claro que lo hacen… algunos lo hacen. Nezu es quien menos confía, pero con Eraserhead y All Might de mi lado soy prácticamente intocable.

—Vaya que eres genial.

—¿Verdad?

—Oe, ¿por qué a mí no me halagas? Se supone que soy su lider, ¿no? —reclama Tomura, como todo un niño.

—¿Ah? ¿Estás celoso, Tomura-chan? —hablo con cierta burla— ¡Nee, ven para acá y te daré todos los halagos que mereces! —él gruñe sonoramente— Deja de ser tan infantil, idiota. Dejas en ridículo la Liga.

—Hey, hagamos un trato, Tomura —habla Dabi, sonriendo de lado—. Cuando te infiltres en la U.A, consigas una novia heroína, y los tengas a todos a tu lado apesar de todos los crimenes que cometiste, te daré un halago. Pero solo uno pequeño, no te emociones demasiado —río ante el sarcasmo de este muchacho, me encanta.

—No te enojes, Tomura —ríe Toga—. ¡Te queremos mucho, aunque seas un amargado!

Dabi y yo reímos.

—Y, estas aguas termales —habla Mr. Compress—, ¿son buenas?

—¡Excelentes! —aseguro— Pero no hagan enojar a mi abuela, ¡o los derretirá!

—De ellos vienen tus quirks, ¿no?

—De ellos viene el quirk de mi madre, y de ella viene mi quirk.

—¿Realmente son tan buenos?

—Los mejores de Japón.

El auto se detiene.

—Supongo que es aquí —habla Spinner. Él y yo no nos llevamos nada bien, pero sabe que esto de las aguas termales es lo mejor para relajarnos un poco.

Bajamos todos de la camioneta, cada uno con sus respectivas maletas. Me acerco a la puerta de la instalación y toco un par de veces. Abre mi abuela, una mujer realmente pequeña, de cabello blanco y arrugados ojos marrones, usa bastón y viste un kimono tradicional; a su lado está mi abuelo, un hombre solo un poco más alto que ella, levemente subido de peso, con escacez de cabello, y el poco que tienen pintado totalmente de blanco, también viste kimono. Suben la mirada y me sonríen.

—Chicos —hablo tranquilamente—, este es el dúo de villanos del 70: ¡los grandiosos Tsumetai! Kishaba Shinobu y Homare, mis abuelos. Abuelos, esta es la Liga de Villanos.