—Ryōsoku —me hablan.

—¿Sí, Todoroki-kun?

Hace unos días, luego de una semana entera en el hospital, logré volver a mi labor como maestra de educación física. Como sea, no he logrado hablar con Shigaraki ni con nadie de la Liga ya que he notado lo monitoreada que me tienen. Todas mis llamadas debo realizarlas al lado de otro héroe, y no puedo abandonar la academia sino con un permiso de Nezu y acompañada de un pro.

—Quisiera hablar con usted… en privado.

—Claro.

Esperamos pacientemente a que el salón se vacie. Los demás se despiden alegremente de mí, algunos se detienen a verificar el estado de mi brazo, pero se retiran rápidamente.

—¿Qué se te ofrece, Shōto? —pregunto gentilmente, sentándome en el escritorio. Odia a su padre, seguro también odia tener que llevar su apelllido, lo comprendo mejor que nadie más.

—No me llame Shōto —gruñe, el ceño fruncido y la forma en la que tuerce sus labios me revelan que está enojado. ¿Conmigo? ¿Qué hice? Bueno, ¿qué NO hice?— Quizás has podido engañar a los demás, pero a mí no. ¿Por qué una villana, que nos atacó en la U.S.J, de pronto se arrepiente y quiere ser una heroína? Por si fuera poco, 22 homocidios, cuatro intentos de, e incontables robos. Sé tu historial, así que no intentes actuar como una tonta conmigo.

—Con que de eso quieres hablar, eh —murmuro, cruzándome de brazos y desviando levemente la mirada—. ¿De qué te sirve?

—¿Qué?

—Claro. Me refiero, sabes que soy mala, sabes que he hecho cosas malas, podría negarme de todo lo que has dicho, o excusarme diciendo que es algo pasado. Como sea, nunca he sido enjuiciada por homocidio, ¿lo sabes? Mucho menos por robos. Soy inocente, no culpable.

—Es sospechosa de todos ellos.

—“Sospechosa” no es lo mismo que “culpable”, ¿entiendes? Aun así, yo… realmente estuve en malos pasos, realmente herí muchas personas cuando era joven, admito eso, ¿sí? Fue porque nunca tuve a nadie que me orientara correctamente, con una madre abusiva, un padre ausente y un abuelo desinteresado, la academia realmente no me ayudo demasiado… o no lo suficiente. Lo único que quiero ahora es ofrecerles esa orientación que yo nunca tuve.

—¿Por qué debería creerle?

—No debes —suspiro, acercándome a él y sujetándole el rostro, el lado de la cicatriz—, realmente no debes. Tienes el derecho del beneficio de la duda, pero, entiende, somos más parecidos de lo que piensas, y entiendo tu desconfianza. Yo también solía tenerla, yo también solía desconfiar de todo y de todos, solía creer que estaba sola porque nunca nadie me dijo lo contrario pero… yo te lo diré a ti, Shōto: no estás solo.

Él guarda silencio. Envío una rápida brisa fría por todo su cuerpo y su ropa, detecto rápidamente el pequeño micrófono en la camiseta que lleva por dentro del chaleco. Me están espiando, eh. Esos desgraciados…

Él retira de forma amable mi mano, frunce los labios y baja la mirada.

—Gracias —susurra—. Y lo siento.

—No te disculpes, por favor. Realmente tienes razón de ser tan desconfiado.

Simplemente se da vuelta y se retira.

Realmente soy una excelente actriz.

🐾🐾🐾

—Lo siento, no pude obtener nada —se disculpa Shōto, quitándose el pequeño micrófono de la camiseta—. Ella… realmente no es mala. No es buena, definitivamente, pero no es mala. No admitió nada en lo absoluto.

—Nada, eh —repite Nezu—. Gracias por tu contribución, Todoroki-kun, nosotros nos encargaremos del resto.

Los tres presentes guardan silencio mientras observan marcharse al hijo de Endeavor. Una vez a solas, Toshinori es el primero en hablar.

—Estoy de acuerdo con el joven Todoroki acerca de la señorita Atsuko. Realmente, su mayor pecado parece ser haber sido una carterista. Y aún así, no hay nada que podamos comprobar.

—Aunque lo que diga sea cierto, el clon que atacó a Aizawa sigue siendo de ella.

—Pero fue creado por la Liga —aclara Shōta inmediatamente—. El día del campamento luché como contra tres de esos, y están a total disposición de ellos. No creo que la verdadera Atsuko haga eso.

—¿Qué hay de sus dos amigos, Ishiguro Ryū y Bosei Kurai? —recuerda de inmediato— Nunca te habló de ellos, ¿verdad? No puedes asegurar conocerla del todo, Aizawa, incluso ahora no me sorprendería que te siga mintiendo.

—Ella… ella realmente no haría eso, señor director, realmente ha cambiado.

—Sigo sin creerlo del todo.

—Lo siento, señor director, pero esta vez no puedo ofrecerle mi apoyo —se excusa Toshinori, poniéndose de pie—, no creo que nadie pueda. Todos hemos sido testigos del gran cambio en ella, nadie duda de sus buenas intenciones. Lo siento.

—Yo también me disculpo —se excusa Shōta, poniéndose también de pie—. No puedo apoyarlo en esto. Con permiso.

Y ambos se retiran. Nezu permanece solo en la oficina y escucha atentamente la grabación una vez más, prestando clara atención al momento de la interferencia.

—Pero yo te lo diré a ti —ruido blanco—: estás solo —un poco más de ruido blanco antes que todo volviera a la normalidad. Toshinori y Shōta también lo habían escuchado, y aseguraron con una mano en el pecho que no era más que una coincidencia.

Pero Nezu supo que no era así.

Era una advertencia.