Escucho atentamente la radio. Están diciendo que planean una estrategia de rescate, pero que deberán ser sumamente cuidadosos al momento de hacerlo en caso que sea una emboscada. Shōta ha hablado mucho con los medios, cosa que casi nunca hace a menos que sea extremadamente necesario.

Y yo, mientras tanto, permanezco atada a una estúpida silla. Dabi es el encargado de “vigilarme”, aunque la verdad solo pasamos hablando sobre cómo podría mejorar su quirk. Me desatan para comer e ir al baño y esas cosas de cuidado personal, pero de mi brazo no piensan encargarse hasta dentro de una semana en caso que no se presente a mi rescate ningún héroe.

Cosa para la que me rehuso a esperar.

—Voy a escapar —le aviso a Dabi, rompiendo las ataduras de mi silla.

—¿Qué?

—No del todo, claro. Voy a fingir que escapo. Ya me aburrí de esperar que me rescaten. Dame unos cuantos golpes más, quémame un poco, unas cuantas heridas, y me iré.

—¿Quieres vendas para tus brazos o algo así? —pregunta con cierta burla, acercando su mano a mi cuello para quemarlo un poco, hace lo mismo con mi brazo.

—Muy gracioso —gruño, tomando el cuchillo y haciéndome unas cuantas heridas en el rostro y brazo. Hace mucho perdí la sensibilidad al dolor, mi piel es prácticamente insensible al dolor causado por las quemaduras, pero las heridas y los golpes todavía duelen y aveces son difíciles de soportar— ¿Le dirás a Tomura que me adelanté un poco? No creo que vaya a molestarse.

—Sabes que lo hará.

—Sí, pero no será conmigo. Como sea, dile. Me contactaré cuando pueda. Adiós.

—Suerte.

🐾🐾🐾

Toco la puerta con fuerza. Desesperada. Es como medianoche. Shōta se toma su tiempo, pero finalmente abre.

—¡Atsuko!

—¡Shōta! —exclamo, sujeto mi brazo contra mi pecho a causa del dolor. Estoy sucia, con la ropa rasgada, mis labios sangran y mi cabello está totalmente desarreglado— ¡Shōta! Perdón por molestarte ahora, no sabía dónde más ir, ¡Shōta, tengo miedo! ¡Esos sujetos tienen a mi abuelo! ¡Por favor, ayúdame! ¡Te lo suplico! ¡E-Ellos…!

—Atsuko, Atsuko, tranquilízate —suplica, sujetándome los hombros—. Atsuko, tu abuelo está bien. No sé a quién tenían esos sujetos, pero tu abuelo está bien, ¡hablé con él hace poco! Así que, por favor, tranquilízate.

—¿E-En serio hablaste con él?

—Sí. Así que olvida eso. Y, por favor, entra, voy a llamarlos para avisarles que estás aquí.

Vaya, o él es un idiota, o yo soy una actriz genial.

🐾🐾🐾

Ahora estoy en el hospital, con mis heridas siendo tratadas. Recovery Girl dijo que eran tantas que sería incapaz de sanar todo de una vez, y el doctor ha vuelto a enyesar mi brazo. Shōta, Nezu y la policia hablan alejados de mi camilla, y yo no puedo hacer nada más que comer lo que me han ofrecido al internarme porque sus voces no llegan hasta donde me encuentro.

—¡Ryōsoku-san! —exclaman las alegres voces que he aprendido bien.

¡Mis alumnos!

—¡Chicos! —exclamo con alivio— Ah, me alegra tanto verlos, ¡no tienen idea!

—¡Nos tenía muy preocupados! —reclama Ochako-chan, acercándose a mi cama y sacudiendo sus manos— ¡Nadie quería decirnos nada sobre usted!

—¡De haber sabido que estaba secuestrada nos hubiéramos encargado nosotros mismos de buscarla! —asegura Midoriya-kun.

—¿Ah? ¿Y se hubieran metido en problemas por mí? —río de lado, como si me doliera— ¡Qué rebeldes!

—¡Está bien! ¡Conseguimos nuestras licencias provisionales! —exclama Kirishima— ¡Todo gracias a usted y sus técnicas de rescatista! Todos pasamos…

—Excepto Bakugo y Todoroki-kun —aclara Mina-chan.

No me sorprende que Bakugo no haya conseguido su licencia, ¡pero Todoroki! ¡Ese chico tiene tanto potencial! ¡Ya debería recorrer las calles como todo un héroe profesional! ¡Que rabia!

—Como sea, muchachos, me alegra que todos ustedes tengan sus licencias, ¡ya están más cerca de convertirse en héroes! ¡Sigan así!

—¿Usted también tenía una licencia provisional como nosotros?

—No, claro que no. Nunca fue mi interés eso de pelear contra villanos, ¿saben? Nunca ha sido de mi gusto.

—Pero se graduó de la U.A.

—Fue por un capricho de mi madre, a mí, personalmente, me hubiera gustado ser parte del equipo de apoyo, ¡me encantan tanto! Pero, en su lugar estoy aquí… Las cosas de la vida, eh.

—Pero, le gusta ser heroína, ¿no?

No, claro que no.

—¡Me encanta! ¡En serio lo estoy disfrutando! ¡Y disfruto todavía más darles clases y-!

Un dolor punzante invade mi brazo. Me obligo a detener mi monólogo y sujeto el yeso.

—¿Está bien? —se preocupa Tenya.

—Sí, solo que quizás ahora no es buena idea dejar que me emocione tanto —suspiro, dejándome caer en el respaldo de la cama—. No debieron tomarse las molestias de venir, chicos, mañana mismo seguro voy a estar bien. Además…

Veo por el rabillo del ojo a los dos gigantes de cabello castaño claro agacharse un poco para entrar a mi habitación. Se acercan rápidamente a mí, pasando sin problema entre mis alumnos.

—Atsuko —suspira mi abuelo, acercándose a mí y sujetándome la frente—. Atsuko, menos mal estás bien.

—Salimos de casa de inmediato nos llamaron —habla mi padre, tomándome de la mano.

—Estoy tan feliz que ustedes dos estén bien —suspiro, abrazando a mi abuelo—. No sé que hicieron, pero… en serio creí que te tenían secuestrado, abuelo, yo… yo creí que estabas en peligro —empiezo a sollozar suavemente—. Estaba tan preocupada, no sabía qué hacer —lo abrazo con fuerza, ignorando el dolor punzante en mi brazo—, salí corriendo sin saber si te pasaría algo… Y cuando Shōta me dijo que estabas bien… Dios, ya nada me importó, te lo juro. Simplemente me alegra que estés bien.

—Pequeña mentirosa —susurra mi abuelo en mi oído, y me contengo por no reír—. A mí también me alegra que estés bien, hija.

…

¿por qué nadie me recordó que debía actualizar ayer? >:^