Capítulo 6
Ya que olvidé tontamente en dónde me había quedado, adelantémonos un poco:
El festival deportivo.
En ese entonces no tenía la relevancia que tiene hoy en día, pero vaya que era emocionante pensar q-
—Atacaremos la USJ.
—¿Qué? —gruño, frunciendo el ceño y viendo directo al molesto, detestable y asqueroso rostro de Shigaraki que era eternamente cubierto por una mano posiblemente disecada. ¿Por qué me interrumpe tan de repente? ¿No ve que estoy en medio de un momento nostálgico, recordando mi pasado?
No, claro que no lo ve. Esa tonta mano pegada al rostro seguro apenas le permite verme.
—Lo que oyes, gigantona. Prepárate, porque nos vamos ahora.
—¿Ahora?
—Si te hubieras unido antes lo hubieras sabido antes. Así que es tu culpa.
—Llevo tres días aquí, me lo pudiste decir al momento de unirme.
—Entonces supongo que lo olvidé.
—Si sigues con esa actitud tan detestable, nunca obtendrás novia.
🐾🐾🐾
—Oh... interesante: ¡pelearemos contra niños! —rio con burla, señalando a los estudiantes— ¡La liga de los villanos peleará contra un grupo de niños! ¡Eso es tan lindo!
—Se suponía que All Might debía estar aquí —gruñe Shigaraki, rascando su cuello de una forma que me provocaba escalofríos—. ¿Dónde está All Might?
—¿Estas consciente que el símbolo de la paz podría ser un simple hombre con una vida como la de cualquier otro? Quizás tenga una esposa a la que atender, hijos con que pasar, un trabajo.
—¡No me importa su estúpida vida! Lo único que quiero es matarlo... matarlo.
—Matarlo —repito, y ruedo los ojos al ver como los extras ya empiezan a perder uno a uno contra el sorprendente Eraserhead. ¿Me dará un autografo si se lo pido?—. Lo que digas, Rarito-kun.
Me alejé un poco de él y me senté frente a una roca. Sujeté mis rodillas contra mi pecho y observé todo en silencio.
—¡¿Qué crees que haces?! ¡Deberías pelear! ¡Pelea!
—¿Sabes? Quizás no lo paresca, pero aprecio bastante mi vida. Y, por como Eraserhead luce, está dispuesto a romper unos cuantos huesos; ya sabes, no quiero que ninguno de esos sea mío.
—¡Pelea, para eso te uniste a nosotros!
—No, claro que no. Ya te dije como cinco veces la verdadera razón de por qué estoy aquí, ¿no? Solo espero morder a All Might, el resto puede irse a la mierda. No pienso pelear contra un héroe tan poderoso como Eraserhead.
—Si no peleas, Nomu se encargará de ti también.
Observo el aterrador monstruo con cerebro expuesto y cuerpo ridículamente grande. Este hice un sonido extraño, y frunzo los labios con desagrado. Me matará en menos de un minuto si llego a enfrentarlo. Entre la derrota inminente y la muy pequeña oportunidad de ganar, es clara mi respuesta.
—Bien, Shigaraki, lo haré. Pero no esperes mucho de mí, ya te he dicho que mi quirk no es tan útil, mucho menos contra alguien como Eraserhead, que puede eliminar quirks.
Ok, intentando volver con mi festival deportivo...
Un lazo de esos extraños que Eraserhead maneja de una forma que desconosco, golpea mi bozal antes de empezar el recuerdo. El metal vibra contra mi mándibula, lo que me aturde levemente y me hace morder la lengua torpemente. No es lo suficientemente grave como para que sangre por montones, pero me duele.
—¡Auh!
Eso dolió.
—¡¿Por qué el bozal?!
No sabía si me veía a mí.
—Esa voz... —le oigo murmurar.
—¿Qué? ¿Te gusta? —rio de forma burlona, presionando el pequeño botón en el lado derecho de mi accesorio anteriormente golpeado.
Antes de abrir mi boca una de sus cintas me sujeta el brazo derecho. De inmediato lo muerdo, rompiéndolo.
—Ese quirk...
—¡Eres sorprendete, Eraserhead! —hablo con burla, acercándome a él, cortando sus cables con mi lengua— ¡Nee, Shōta-kun! ¿Me darías tu autógrafo? ¡Eres tan maravilloso, Shōta-kun! ¡Tan maravilloso!
—¡Atsuko!
—¡Bingo!
Mi boca se abre lo más posible para cortarle el brazo de forma libre, sentía uno de mis colmillos perforar la carne, lo sentí tan cerca.
Pero mi ojo ciego me traiciona. Siempre me traiciona, y antes de morderle su brazo, me golpea con el otro. Un golpe tan fuerte, justo arriba de mi bozal, me quiebra las gafas de sol, me aleja lo suficiente y fácilmente evita ser amputado, pero el colmillo que había tocado su piel lo hiere, y siento la sangre en mi boca.
Mi cara golpea el piso y mi nariz sangra.
—¡Asombroso, Shōta-kun! —rio una vez más, pasando mi mano por mi nariz para limpiar el líquido camesí que dejará de fluir pronto a causa de mi rápida regeneración— ¡Sigues siendo tan sorprendente, Aizawa Shota-kun!
—Tú... —jadea, sujetando su brazo para detener inútilmente el sangrado. Entonces rie— Con que aquí terminaste.
Me quito los quebrados lentes.
—Entonces me recuerdas, Shōta-kun. ¡Me recuerdas! ¡El gran Aizawa Shōta me recuerda!
Se le ve disgustado.
—Atsuko...
—¡Ryōsoku! ¡Me llamo Ryōsoku!
—¡Deja en paz al maestro!
Coloco mi brazo congelado frente a él. El hielo se quiebra un poco, y genera un gran impacto alrededor, levantando demasiado polvo, despeinándome.
—¡Midoriya! —exlama Shōta.
Me había perdido de vista...
Lo había olvidado. Si no me hubiera perdido de vista, ese impacto me hubiera roto el brazo.
—¡Sorprendente, Midoriya! —repito el nombre que oí mencionar. Con el brazo que no congelé, lo sujeto y lo lanzo al piso— ¡Tienes un poder tan genial!
Veo su brazo... Está quebrado. ¿Se lo quebró? ¿Me había golpeado con el brazo roto? ¿O se lo quebró al golpearme?
—Solo una persona ha logrado quebrar mi hielo, y tú casi lo logras. ¡Eres fuerte, Midoriya-kun! ¡Y mírate! ¡Tienes una cara tan linda! —acerco mi lengua a su mejilla, sin llegar a rozarla para no lastimarle.
—¡Déjame ir!
—Esfuérzate, Midoriya-kun —le susurro en la mejilla, mientras empiezo a congelar su ropa—. Si lograste dañarme tanto, es muy probable que seas el próximo All Might.
Me levanto y me lo llevo.
—¡Midoriya!
—¡No te preocupes, Eraserhead! No pienso dañar al muchacho. Eso de enfrentarme a niño no es mi estilo. ¡Nee, Shigaraki-kun! Termina esto.
—¡O-Oye! ¡¿Qué me vas a hacer?! ¡Déjame ir! ¡Suéltame!
—Cálmate, niño. No voy a luchar contra ti, no te haré nada... Ya tienes suficiente castigo con tener que estudiar con ese pesado de Shōta.
—¿¡Ah!? ¿Lo conoce?
—¡Oigan, ustedes dos! Cuiden a su amigo.
Lo arrojo frente a la chica de grandes ojos y gran boca y el pequeñin con traje de uva. Ambos me observan unos momentos, pero no parecen atreverse a atacar. A mis espaldas oigo el imponente rugido de Nomu.
—Y sería mejor que se fueran, lo que se viene no será bonito.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro