—Oye, gigantona —llama Dabi, acercándose a mí.

—¿Qué quieres? —gruño, elevando la mirada.

—Buen trabajo infiltrándote en la Academia —habla, con cierta burla revalsando de sus labios—. ¿Cómo lo hiciste? ¿A quién se la mamaste?

“A Eraserhead”

—A nadie, idiota —reclamo, poniéndome de pie y sujetándole el rostro con una sola mano, la que no está lastimada, claro—. Así que escucha, niño, no vuelvas a faltarme el respeto de esa forma, o te derritiré las pocas neuronas que tienes.

—¿Lo harás? —pregunta burlón, y veo como eleva su brazo.

Lanza la fuerte llamarada azul, por lo que de inmediato derrito mi cuerpo entero. Es una técnica que no puedo usar por más de cinco minutos o de lo contrario no podré restaurar mi cuerpo; o eso creo, pero la verdad es que solo lo he probado en rocas y animales, y he aprendido que mientras más grande lo derretido, menos tiempo puede pasar en este estado. Por ejemplo, un ratón puede durar así una hora entera, pero un oso no pasa de los siete minutos.

—¡Sorprendente, Dabi! —exclamo burlona, volviendo a mi forma natural una vez ha cesado el fuego. Sin darle tiempo de reaccionar por la maniobra le sujeto las manos, justo en sus cicatrices. ¡Me molesta que las suyas luzcan tan geniales y la mía sea tan horrible!— ¡Realmente! ¡Vamos, hazlo otra vez! ¿O es que acaso tienes un límite? ¡Muéstrame! ¡Quiero conocerlo!

El frunce los labios.

—Patético —regaño, soltando sus manos con brusquedad. Le he congelado el músculo de la mano, cuidando no tocar las pequeñas venas y esas cosas que podrían hacerlo perderlas—. Eres un adulto, ¿no? Compórtate como tal.

Por la forma en la que su ceño está fruncido descifro fácilmente que mi comentario lo ha molestado.

—¿Qué mierda me hiciste?

—Te congelé los músculos de las manos. Pero, tranquilo, no bloqueé ninguna vena o nervio, no tendrás ninguna necrosis.

—¿Cómo rayos hiciste eso?

—¿Preferirías que los derritieras?

—No, me refiero… ¿cómo? En serio, ¿cómo? ¿Qué tanto dominio tienes sobre tu quirk?

—Escucha esto, chiquillo. Mi quirk se basa en una reacción en cadena: imagínalo como un virus. El hielo se exparsirá en cualquier cosa que el hielo toque. No puedo detenerlo, pero sí controlar el curso que toma, puedo tocar un solo vello en tu mano y congelarte hasta el corazón, tocarte un poco y dirigir el congelamiento hasta tu arteria para congelarla solo a ella, tocar tu pecho y dirigir el congelamiento únicamente a tu corazón. ¡Puedo, literalmente, destrozarte de adentro hacia afuera!

—¿Sabes que estás loca? —ríe suavemente, deshaciéndose lentamente del hielo.

—Lo mismo dijeron los héroes a los que me he enfrentado.

Me alejo de él y regreso a mi asiento.

—¿Cómo te has vuelto tan buena en esto?

—He estudiado mi quirk, y he estudiado todo en general. Soy una gran observadora, puedo entender los quirks y sus debilidades como si de sumar se tratara. Sé que no lo parece, y que quizás te han dicho lo contrario, pero soy más lista de lo que parece.

—No lo dudo, en serio. Te infiltraste en la Academia U.A, te ganaste la confianza de todos, te volviste la heroína 7 en el top de popularidad. Ahora ni siquiera han anunciado tu traición. Eres sorprendente, casi mejor que Stain.

—Casi, eh… —repito, colocando un dedo en mis labios—, ¿qué es lo que me vuelve inferior a él?

—No tienes convicción ni creencia, matas por matar. No buscas un mundo mejor ni nada por el estilo, solo buscas… —se mantiene en silencio unos momentos—, ¿qué buscas, Ryōsoku?

—¿Quién sabe? Fama, dinero… ¡reconocimiento! Mi familia está manchada de criminales, ¡quiero sobresalir sobre ellos!

—¿Lo ves? Solo eres una villana egoista, como Shigaraki.

—¡Ah! ¡Que grosero eres! ¿Quisieras no compararme con él? ¡Es asqueroso!

—Te estoy oyendo —reclama al otro lado de la habitación, concentrado en su videojuego.

—Claro que lo estás —río—. Nee, Tomura-chan, ¿no quisieras que te enseñe a controlar ese quirk tuyo tan destructivo? ¡El mío solía ser así! ¡Congelaba todo lo que tocaba! O lo derretía, dependiendo de mi estado de ánimo.

—No me interesa.

—Ah, que aburrido eres.

—A mí me interesa —asegura Dabi.

—Lo siento, no sé como funciona tu quirk. Solo soy experta en quirks de toque y reacciones en cadena.

—Te vi dispararte con una especie de rayo de hielo allá en el campamento.

—Simplemente congelaba las moléculas de aire.

—¿También estudiaste eso?

—Créeme, demasiado.

Creo que no he podido contar cuál fue nuestro plan para y por esto, ¡todo fue planeado desde el principio! O casi desde el principio. Fue desde el ataque a la U.S.J para ser exactos.

Todo fue idea de All For One…

🐾🐾🐾

—Infiltrada en la U.A, eh —repetí, oyendo la idea de quien Tomura llamaba “maestro”—. Es riesgoso y tonto, ¿lo sabe, maestro?

—Lo sé. Pero si lo planeamos todo correctamente podrías servirnos de mucho, ¿entiendes? ¿Realmente quieres un mundo más fácil en el que vivir, donde la gente te recuerde como una leyenda?

—Sí.

—Entonces ayúdanos, no te arrepentirás.

—Tampoco es que tenga mucho que perder, ¿sabes? Así que vamos, ¡dime cuál es tu plan! Pero, con una condición.

—Adelante, niña.

—¡Cuéntame toda la historia!

Para mi sorpresa, accedió. Me contó la historia entera del All For One y One For All, su pelea con All Might y todo lo que quisiera saber. Pero, claro, una vez cumplida la condición debía realizar el trabajo. No es que pudiera obligarme ni nada por el estilo, lo habría hecho aun si no me revelaba la historia. Solo quería algo en lo que entretenerme.

Fue él quien dijo que debería actuar como una idiota, como si estuviera arrepentida por mis años de crímenes. Fue él quien descubrió que los pro héroes me vigilaban, y fue él quien sugirió que fingiera que dejaba la Liga de Villanos. Luego de su aprehensión nuestro plan giró para mejor, mi popularidad subió más de lo esperado y ahora si deciden volver pública mi traición las personas pensarán que es porque sigo algún ideal extraño y querrán unirse a nosotros. ¡Todo un plan maestro ideado por el genial All For One! ¡Es tan genial!

Es, definitivamente, mi villano favorito.

Un verdadero modelo a seguir.