Capítulo 37
—Hey, gigantona —habla Ryū por el celular. Porque sí, les conseguí celular, definitivamente necesitamos una forma de comunicarnos, y, según Kurai, unos pájaros mensajeros no son una opción viable—. Creímos que pasarías la noche aquí, ¿dónde estás?
—Pasaron cosas, ¿sí? —suspiro, arreglando mi futón. Inspecciono unos momentos la habitación y verifico que Shōta está en la cocina. Bajo la voz— Shōta quiere que me quede en su casa mientras "resuelvo" mis problemas familiares.
—¿Y no podías negarte?
—¿Qué iba a decirle? —reclamo, todavía quedito— Se supone que no tengo nadie más con quien quedarme.
—Le hubieras dicho que te ibas a quedar con unos primos.
—No es tan idiota, ¿sabes? Recuerda a la perfección que no tengo familia… o al menos no con la que me lleve bien.
—Vaya mierda, eh. Esto terminará con resultados sexuales.
—Dios, no digas eso —me lamento, girando a cada momento para verificar que Shōta no entre a la habitación—. No es mi idea llevar esto tan lejos.
—¿Qué piensas hacer?
—Nada. Digo... no es como que pueda violarme, ¿no? Se supone que es un héroe, los héroes no hacen eso —bueno, mi madre me quemó el rostro y también era una heroína.
—Sí... y Shōta me parece alguien tranquilo, definitivamente no haría nada así. Además, si regresas aquí embarazada, yo mismo iré a patearle el culo.
—Gracias —río.
—Hey, Atsuko, ¿vienes a comer? —interrumpe repentinamente mi pareja.
—Ahora voy. Adiós, abuelo, hablaré luego con papá.
—Ven mañana luego de salir del trabajo.
—Claro, abuelo. Adiós, buenas noches.
Corto la llamada.
—¿Todo bien?
—Sí... sí, claro que sí. Es solo... mi abuelo quiere que resuelva las cosas con mi papá, así que iré a verlo mañana luego de trabajar…
—¿Quieres que te acompañe?
—Por favor, no. Son mis problemas familiares, Shōta, tú no deberías involucrarte en ellos, ¿sí? Además… nosotros los Fukugawa tenemos nuestra forma de resolver las cosas, ¿sí? Solo no te preocupes por mí, cariño, estaré bien. Por ahora cenemos, por favor, tengo hambre.
No necesito ningún testigo… Aunque quizás está tan enamorado que incluso podría llegar a apoyarme esto, ¿quién sabe? En este mundo hay de todo.
—Sí, cenemos.
🐾🐾🐾
Ah, hoy le debo dar clases al A-1, ¡que emoción! A pesar de todo, me encantan estos chicos más que cualquier otra sección, ¡sus quirks me parecen sorprendentes, totalmente! Ya hasta los extrañaba, vaya que sí.
—¡Buenos días, chicos!
—¡Ryōsoku! —exclaman todos. O al menos la mayoría.
—¿Felices de verme otra vez?
—¡Claro! —exclama Ochako-chan— ¡Estábamos preocupados por usted, Ryōsoku-san! Aizawa-sensei nos informó sobre lo mal que se encontraba.
—Pero ya estoy bien, chicos. ¿Lo ven? En perfecto estado. ¡Así que vamos a entrenar!
—¡Sí! —exclaman, nuevamente, la mayoría.
Se levantan de sus asientos y corren a la salida. Veo pasar a Midoriya, y rápidamente lo congelo al piso.
—¿Ah?
—Lamento detenerte así —me disculpo de inmediato, una vez estamos solos—. Quería hablar contigo.
—¿Sí? ¿Qué sucede? —pregunta comprensivamente mientras le descongelo los zapatos.
—Escucha, sé que tienes una gran afición por los quirks… y… es un poco vergonzoso, no te rías, pero la verdad es que yo a tu edad también me encantaba por los quirks de los demás.
—¡¿En serio?! —exclama, con sus ojos brillando.
—¡Sí! Y sé que es raro decírtelo a este punto, pero… a tu edad también escribía sobre los quirks que observaba.
—¡Ah! ¡Genial! ¡Podríamos intercambiar nuestras anotaciones!
—Me encantaría. Pero lastimosamente yo perdí mis libretad.
—Oh…
—¡Pero me encantaría que me prestaras los tuyos, Midoriya-kun! ¡Realmente me encata leer sobre los quirks de otras personas! ¡Me parecen todos tan sorprendentes, tan geniales!
—¡Ah! ¡Estaría encantado de prestarle mis apuntes, Ryōsoku-san!
Se dirige a su pupitre y saca de su mochila la libreta en la que le he visto anotar. Me la ofrece gentilmente.
—Esta es la única que llevo conmigo, pero mañana puedo traerle las demás, ¡son muchas! Y las primeras están muy desorganizadas.
—No importa, ¡me encantaría leerlas todas, Midoriya-kun! ¡Gracias por confiar en mí!
—No es nada, Ryōsoku-san. Es bueno encontrar a alguien más que sepa apreciar los quirks ajenos.
—Vaya que lo es.
¿Realmente me veo tan tonta? ¿Realmente es tan fácil confiar en mí? No se debería confiar en alguien con una apariencia como la mía, podría, literalmente, devorarlos. Me ofendería mucho si no fuera esa mi intención, pero siendo que justo eso busco: ¡me alegro de mis grandes dotes de artista!
🐾🐾🐾
—Hey, inútil, mira lo que conseguí —fanfarroneo un poco, lanzando la libreta frente a Shigaraki y Kurogiri.
—¿Una libreta? —pregunta con desagrado y sarcasmo.
—Mira dentro de la libreta, grandísimo idiota. Y hay de ti si le haces algo, eh, tengo que devolverlo.
Abre el cuaderno frente a él. Puedo ver como cuida que sus meñiques no toquen las páginas, lo que me parece un detalle curioso…
—¿Quién anotó esto? —pregunta, de pronto luce interesado— Detesto admitirlo, pero parece que puede ayudarnos.
—¿Verdad? No tienes que agradecerme, Shigaraki. Se la pedí a uno de mis alumnos.
—¿Qué alumno?
—No recuerdo su nombre —miento, y le arrebato la libreta. Este sujeto tiene algo contra Midoriya, y si sabe que las libretas son de él va a desintegrarlas—. Como sea, voy a estudiarla y les haré un resumen de lo que nos puede servir, ¿sí?
—No me molesta leerla toda.
—¿Crees que confiaré algo tan delicado a alguien que puede destruirlo solo tocándolo? ¡Ja! No me hagas reír, niño. Esto es mío.
El gruñe.
—Como quieras. Has sido lo suficientemente útil como para que quiera llevar la fiesta en paz… por ahora.
—Por ahora y para siempre —aseguro, despeinándolo con burla, retándolo.
—No te confies tanto, Ryōsoku —sujeta mi brazo con fuerza, a simple vista parece que su mano entera me sostiene, pero solo siento el tacto de cuatro de sus dedos—, puedo aniquilarte cuando quiera.
—Inténtalo.
Va a hacer contacto con el meñique, pero antes de esto le congelo los cuatro dedos que me sujetaban. Al su último dedo tocarme, la reacción es nula.
—Soy más útil de lo que piensas, niño, y lo descubrirás pronto.
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