—Eres una villana —gruñe mi padre, pasando una mano sobre su eternamente largo cabello—, ¡una de las malas! ¡De las traidoras! Conociste a All Might, tu héroe favorito, ¡y lo traicionaste revelando su identidad! ¡Y Shōta, Atsuko! Todavía recuerdo como me hablabas de él, de tu mejor amigo. ¡Ahora es tu novio! ¿Qué te sucede? No eres mi linda Atsuko.

—No. No lo soy. Soy Ryōsoku.

—Sabía que dejarte con tu mamá era mala idea.

—¡Y aún así creíste que sería buena idea asesinar despiadadamente 8 personas y luego devorar sus cadáveres!

Masaru no responde.

—Estaba pensando en tu bien —murmura, y traga saliva—. Quería que nos alejaramos de tu madre lo más pronto posible… pero necesitaba dinero.

—Bueno, yo necesitaba cariño y un padre que no viviera para recordarme lo despreciable que soy por tener un quirk ¡que yo ni siquiera pedí! Pero, ¿adivina qué? Esas no son cosas que puedas robar.

Él se mantiene en silencio.

—Olvídalo, simplemente olvídalo —gruño, apartando el cabello de mi rostro. Exhalo un poco de aire frío. Definitivamente mis pulmones se están congelando, ahora mismo no tengo duda, eh. Lo mejor que puedo hacer ahora es tranquilizarme antes que congele mi corazón y fallesca—. Tengo mejores cosas que hacer a discutir con un villano tan despreciable como tú.

—No deberías salir, estás enferma —murmura, ignorando mi último comentario.

—No tanto como tú.

Me coloco mis zapatos y salgo de la casa dando un fuerte portazo.

Realmente no esperaba que el reencuentro con mi padre fuese así. Esperaba algo más emotivo, esperaba abrazos y besos y esas cursilerias de padre e hija… ¿mi corazón en serio está tan podrido? No siento nada, la emoción apenas me inunda… no estoy emocionada por ello, no estoy ni siquiera feliz, solo… frustrada, molesta. Apenas llevamos unos minutos del esperado re-encuentro y ya estoy furiosa, no puede ser.

—No tengo tiempo para esto —subo mi mascarilla y camino molesta.

Ahora no quiero volver a casa de mi abuelo, mucho menos si mi papá va a estar ahí. Ya no tengo paciencia para sus explicaciones, para sus excusas… No tengo paciencia para nada, de hecho.

Me acomodo entre las multitudes para perderme a pesar de mi altura. Siento las billeteras de los hombres, congelo sus zapatos al piso y al momento que tropiezan las tomo, apenas se dan cuenta ya que están distraidos con la sorpresa de casi caer. A las mujeres les congelo parte del bolso al cuerpo, y así no sienten como se mueve cuando tomo sus carteras. Además, aunque se den cuenta, no se atreven a reclamarme gracias a mi altura y mi cuerpo.

—Hey, volví —aviso, entrando como si nada a mi antigua pocilga. Esta igual que la última vez que estuve aquí, hasta peor quizás… ¡me encanta!—, y les traje regalos.

Lanzo todas las carteras a la mesa. Son más de las que colecté antes, gracias a que ahora que soy una heroína algunos se detienen a hablar conmigo y entonces logro tomar sus cosas. Kurai y Ryū sonríen ampliamente.

—¡Ya se te extrañaba, gigantona! —exclama Ryū, dando un salto del sofá y corriendo a abrazarme— Kurai es una mierda para esto de robar, ¿sabes? Necesitabamos el dinero, realmente. ¡Y a ti, por supuesto!

—Eres parte escencial del equipo, Ryōsoku —sonríe Kurai, acercándome para palmear mi espalda—. Es imposible soportar a Ryū si no estás aquí para congelarle los labios.

—Seguro lo es —río también, abrazándolos a ambos—. El trio invencible está devuelta muchachos, ¡protejan sus carteras, habitantes de Musutafu, el trío de rebeldes ha vuelto!

—¡Bien!

—No, espera —gruñe Kurai—. No somos idiotas, Ryōsoku, oímos la noticia: atrapaste a Stain bajo el nombre de "Ryōsoku, la heroína bastarda"

—Nah, eso fue algo momentaneo, muchachos. Soy una villana, la maldad recorre mis venas, chicos, ustedes lo saben, me conocen mejor que nadie.

—Dices momentaneo pero estuviste lejos como por dos semanas —reclama Ryū—, ¡explícate!

—Ok, ok, les explicaré —accedo de inmediato. Me alejo de ellos y me siento en el viejo sofá de la demacrada casa, un sofá que estaba aquí desde antes que nos apoderaramos de este lugar, que ya está viejo y tiene hasta resotes y espuma saliendo por todos lados. Pero es cómodo, ridículamente cómodo—. Verán, Stain no fue precisamente un objetivo fácil —Kurai y Ryū se sientan conmigo de inmediato—, me lastimó muy, muy, gravemente, me cortó con su katana el estómago, ¡casi me saca las tripas! Tengo la cicatriz —me levanto la camiseta y presumo casi con orgullo la muy visible cicatriz en mi vientre, justo debajo de mi ombligo—, estuve largo rato en recuperación en el hospital, ¡además! Obtuve un trabajo. ¡Soy maestra de educación física en la U.A!

—¡La U.A! —repite Kurai— ¡Vaya!

—¡Y eso no es todo! Ahora soy novia de Shōta…

—¿Shōta? —murmura Ryū.

—Aizawa Shōta, chicos, ¡Eraserhead!

—¡Oh! ¡El chico del A-1 al que le gustabas!

—¿Era la única que no estaba conciente de que le gustaba?

—Eras bastante tonta, la verdad.

—¡Oh! Además, ¡conocí a All Might!

—¡All Might!

—¿No es genial? Y, ¿recuerdan el ataque a la U.S.J?

—Sí…

—¡Estuve ahí! Soy parte de la Liga de Villanos, chicos, ¿no es genial?

—¡Es asombroso! —exclama Ryū.

—¡Genial! —exclama Kurai.

—Y, ¿adivinen qué? Estoy apunto de dar mi golpe de gracia.

—¿Lo compartirás con nosotros?

—Claro que sí.

Joder, como extrañaba a estos chicos. Han sido mi único apoyo desde que salí de la U.A y decidí empezar mi vida de crime. Dos semanas lejos de ellos me ha parecido una eternidad, aveces son detestables, pero son como los hermanos que nunca tuve. Esta es la clase de apoyo que necesito, ¡vaya que sí!

—¡Todo suena tan genial! —exclama Ryū cuando he terminado de contar mi plan.

—¿No crees que es demasiado arriesgado? —murmura Kurai.

—Oh, vaya que lo es —río yo—, pero esa es la parte divertida: todo o nada, hazlo grande o vete a casa. ¿Qué es lo peor que puede suceder, chicos? ¿Irme presa? La sociedad aún está en deuda conmigo por atrapar a Stain, me darán cadena perpetua en máxima seguridad y nada más. Además, ¿qué tan mala puede ser la pena de muerte? Mi papá salió de la cárcel, que él se encargue de no dejar morir nuestro quirk. A mí ya no me importa.

—Eres la mejor, Ryōsoku. Y, tranquila, nosotros estaremos de tu lado incluso en los peores momentos.

—Será el mundo contra nosotros.

—Más bien, nosotros contra el mundo.

—Pobre mundo.