Capítulo 1
—¡Mamá, mira todas las universidades geniales que encontré para…!
Al momento de colocar las cartas de recomendación frente a ella, las tocó con su mano derecha y estas se evaporaron.
—Mamá…
—Creí que ya habíamos hablado de esto, Atsuko.
Kishaba Marise, mi madre. Quirk: temperature. Puede manejar la temperatura de los objetos solo con tocarlos, pudiendo derretirlos, evaporarlos, solidificarlos o congelarlos totalmente.
—Quiero que ingreses a la U.A… ¡No! Ingresarás a la U.A, te he preparado para esto desde que eras una niña.
—Lo sé, mamá, pero… pensé que estaría bien buscar alternativas. Solo en caso de…
—¿En caso de qué, Atsuko? —habló con palabras amenazantes.
—Nada, mamá —aseguré, cerrando la boca de inmediato y agachando la mirada—. Ingresaré a la U.A, y seré una heroína.
—Esa es mi Atsuko —sonrió, acercándose a mí y extendiendo su mano a mi rostro para palmear mi mejilla suavemente, como buscando reconfortarme, pero inmediatamente abriendo mi boca con su dedo pulgar—. Y, recuerda, si descubro que has usar este maldito quirk de "come-todo" estarás en serios problemas.
—Sí, mamá.
Kishaba Atsuko, yo, de 16 años. Mi cabello sigue desteñido y maltratado, y mi madre no me permité dejarlo crecer por debajo de mis hombres, ciega del ojo izquierdo y con una cicatriz de quemadura justo sobre este. Quirk: híbrido entre mutación de come-todo y temperature. Puedo morder y comer cualquier cosa, pero también puedo manipular la temperatura de los objetos tocándolos, aunque solo puedo hacerlos congelarlos y derretirse.
—Bien, Atsuko-chan. Ahora ven, vamos a entrenar un poco. Solo tenemos unas semanas para prepararte totalmente.
—Sí, mamá.
Entonces me pregunté: ¿cuál es el significado de "totalmente"?
🐾🐾🐾
El día del examen práctico me encontraba totalmente nerviosa. ¿En serio iba a poder superarlo? En mi vida había usado mi poder para pelear cuerpo a cuerpo, con verdaderos enemigos, con mi vida “en riesgo”. Aunque realmente no creía que estuviera totalmente en riesgo, los profesores no irían a dejarnos morir… ¿verdad?
¿Verdad?
Las gigantescas puertas se abrieron de par en par, permitiendo a todos ir corriendo en busca de sus objetivos. Yo también salí corriendo, tropezándome con mis propios pasos mientras intentaba sacarme los zapatos para que me fuera más fácil usar mis poderes.
—Puntos… puntos —murmuré bajito, congelando el piso para poder deslizarme sobre él con facilidad—. Vamos, ¿dónde hay puntos? Los necesito.
Como si algún dios omnipotente y todopoderoso me escuchara desde allá arriba, la bestia mecánica asomó por uno de los estrechos callejones artificiales. Rápidamente me acerqué a él y apenas lo toqué con la punta de mis dedos, obligándole a derretirse.
Rodeé el charco de metal caliente para colarme en el callejón en busca de más robots como ese, encontrando unos cuantos más. El centro de la ciudad estaba lleno de chatarra y cables; habían personas con habilidades asombrosas de todo tipo que seguramente ya llevaban muchos más puntos que yo.
Dejé de deslizarme unos momentos al sentir el piso temblar. Como yo, todos detuvieron sus acciones.
Y de pronto, sin previo aviso, de sorpresa, el piso se abrió y los edificios empezaron a derrumbarse lentamente, como en cámara lenta. Emergió un robot gigantesco, más grande que cualquier construcción: el robot de 0 puntos.
—“No es necesario derrotarlo, de cualquier forma no tiene valor alguno”.
Recordé las palabras del profesor que nos recibió. ¿Por qué un robot tan ridículmente grande no vale punto alguno? Quizás era una prueba especial: como cuando ves un villano que parece débil pero que a la larga puede causar mucho daño. Seguramente nos habían dicho que valía 0 puntos solo para ponernos aprueba.
La emoción invadió mi cuerpo entero. A diferencia de todos mis “contricantes”, quienes corrían en dirección contraria al robot, yo volví a congelar el piso para correr directamente hacia él y poder congelarlo. Porque, claro, si lo derretía podía llegar a lastimar a alguien.
—¡Ayuda! ¡Ayuda, por favor! ¡Quien sea, ayuda!
Justo antes de poder tocarlo me inundó el recuerdo del chiquillo atrapado debajo de una viga de madera. De inmediato giré hacia donde venían los gritos, encontrándome con dos chicos atrapados bajo un pilar de concreto, uno con su brazo en una posición que no podía ser normal, y el otro batallando por quitar la estructura de sus piernas.
—Te salvaste esta vez —murmuré, viendo al gigantesco robot antes de cambiar mi rumbo y dirigirme a ellos—. ¡Hey! Por favor, tranquilísense.
“En caso de desastre, lo primero que debes hacer es calmar a las víctimas” recordé las palabras de mi madre, experta en esto de rescatar personas.
—La ayuda esta aquí.
Intenté mover el pilar con mis brazos, fallando en el intento a pesar de mi ridícula altura y fuerza.
—¡Por favor, apresúrate! —suplicó uno de los dos, el del brazo— ¡No puedo sentir mi brazo!
—Solo un momento.
Traté de pensar rápidamente en qué hacer. Si lo derretía los quemaría, si lo congelaba solo pesaría más, y no poseía la suficiente fuerza para levantarlo yo sola.
En ese momento tuvo sentido para mí.
Tuvo sentido.
Si no los sacaba posiblemente morirían.
Pero, ahora que lo pienso, quizás no hubiera sido tan malo.
Recuerdo abrir la boca para empezar a devorar el cemento, habían pedazos que escupía, pero también habían otros que los tragaba sin importarme el haberlos masticado adecuadamente, y así rápidamente logré sacar al sujeto con las piernas atoradas, pero no lastimadas. Y él me ayudó a mover la parte que había quedado sobre el otro.
—Debemos correr —sugerí, cargando a ambos al ver como el gigantesco robot finalmente se daba cuenta de nuestra presencia y elevaba su tenaza.
—¡Debemos volar!
De inmediato congelé el suelo para volver a deslizarme a un lugar lejano a ese.
¡Mi primer rescate!
En ese entonces estaba muy orgullosa de mí misma, había puesto en práctica casi todo lo que mi madre me había enseñado, había salvado no una sino dos vidas.
Era una heroína.
—¡Eres nuestra heroína!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro