5.
Tercera persona.
Todo el mundo siempre supo que Kise era alguien muy sociable, de hecho, no era extraño verle con alguien tomando algún café o simplemente conversando del clima o cualquier tontería.
Aunque todo era muy claro para el mundo... Menos Aomine.
¿Por qué? Fácil, porque el moreno cada vez que veía a Kise con otro hombre comenzaba a sentir una molestia en su torso, algo único, algo que solo él no podía distinguir.
-¿quién era ese? -preguntó un día que se reunió con Kise para ir a un hotel.
-¿quién era qué?- respondió el rubio caminando al mismo lugar de encuentro que las veces anteriores, aunque ese día, se había encontrado con un conocido que le había acompañado parte de su camino- además, las personas normales saludan antes de preguntar algo.
-hola ¿quién es ese tipo?- pregunta serio mientras Kise reprime la carcajada de sus labios, aunque no pasa tan desapercibido.
-¿celoso? Es un amigo, ahora vamos a lo que vinimos- habla para seguir caminando, aunque aquella respuesta no deja conforme a Aomine.
La verdad es que Kise si es alguien muy coqueto, siempre le hacía ojitos o pequeñas muecas a todo aquel que se le cruzara, todo con tal de recibir algo a cambio. La mayoría de las veces, solo buscaba atención.
Y ese, era un gesto que a Aomine le molestaba mucho. Desde lo más simple, nunca le agradaron los omegas coquetos, siempre le gustó el tipo sumiso que acataba en todo a su alfa, segundo, odiaba la competencia, si bien, Kise no era un candidato amoroso, odiaba el hecho de que a veces estando juntos, coquetean a abiertamente con todo aquel que se cruzara en su camino, y por último, y no menos importante, Aomine odiaba profundamente a los omegas dominantes, odiaba cuando le ordenaban que hacer, odiaba que le dijeran como moverse, odiaba que tomarán todo el control ¡Lo odiaba!
Y Kise estaba obsesionado con hacerle sentir sumiso.
Sin darse cuenta, Aomine estaba gruñendo y liberando su aroma molesto.
-Oye ¿por qué tanto "Grr"? si no quieres estar aquí, nos vamos y no hay problema, también tengo otras cosas que hacer- habla el rubio antes de entrar a la misma habitación donde habían entrado anteriormente.
-Solo entra- murmura el moreno molesto mientras Kise solo se encoje de hombros quitándole importancia.
Al igual que siempre, Kise deja sus cosas de lado mientras se comienza a quitar la ropa, no había juego previo, solo sexo, luego de ello, cada uno por su lado.
El rubio camino a la cama para recostarse mientras comienza a buscar el lubricante y los condones, Aomine por otro lado, le miraba pensativo y en silencio, algo muy extraño, ya que, Kise estaba acostumbrado a las malas bromas del moreno mientras se preparaba.
-¿Qué demonios es lo que te-?
La pregunta quedo a medias cuando Aomine hablo.
-mi celo llegara, pide una semana libre- habla serio comenzando a quitarse la ropa, pero Kise tenía muy claro que no iba a suceder.
Sin dudar un solo segundo, decidió levantarse para comenzar a vestirse, pero Aomine le detuvo.
-¿A dónde vas?- pregunta serio el moreno, pero Kise no pensaba dar su brazo a torcer.
-suéltame, no acepto pasar tu celo juntos, no quiero- habla molesto, aunque Aomine no se mueve un solo centímetro.
-somos pareja sexual, debes pasarlo conmigo.
-no, solo somos dos tipos que cogen cuando tienen ganas y ya- habla comenzando a molestarse, pero lentamente le comienza a invadir un aroma que reconocía, y a la vez se le hacía nuevo.
-pasaremos mi celo juntos- gruñe el moreno comenzando a besarle de manera ansiosa.
Kise intento liberarse de su agarre, pero obviamente la fuerza del moreno era superior a la suya.
Además, el fuerte aroma del chico le hacía sentir que sus piernas temblaban como gelatina, cosa que nunca admitiría.
Lentamente las caricias y el aroma de Aomine le comenzó a dominar, al punto, que ambos ya estaban sobre la cama.
-No... no puedes...- suspiraba el rubio intentando alejar al moreno, aunque no tenía éxito alguno- basta... yo... ah...
Los gemidos comenzaron a aumentar cuando Aomine bajo sus manos a su cintura y luego a sus muslos.
A pesar de que habían dormido juntos antes, nunca se habían tocado como ahora, se disfrutaban, se deseaban.
-Mío...- gruñe Aomine sin ser consciente de sus palabras cuando comienza a entrar en el rubio.
Kise no puede hablar, solo siente como Aomine se comienza a mover más rápido y solo puede gemir con mas fuerza.
-¡ah!- Kise gemía a gritos mientras el moreno entraba y salía de el cada vez mas rápido.
Ambos ya se habían perdido en la lujuria de sus instintos, aunque Kise aun intentaba resistirse a la tentadora sensación del moreno en su interior, y a su omega interior que se sometía sumisamente bajo su toque.
Luego de horas, Aomine comenzaba a calmarse un poco, aunque claro, luego de correrse en reiteradas ocasiones en su interior y de que Kise hiciera lo mismo en las sabanas. Kise estaba mas que cansado, al punto, que no deseaba pelear y solo esperaba el moreno terminara para dormir un poco.
-¡Kise!- grita el moreno tomando su cintura para seguir moviéndose pausa alguna, marcando los dedos en la blanca piel del rubio.
Aomine perdía cada vez mas el control de su instinto, mientras Kise intentaba liberarse de alguna manera. Estaba mas que exhausto, apenas podía seguir el ritmo de Aomine cuando siente como el nudo del chico comenzaba a crecer en su interior.
-No... no me anudes ¡Aomine!- grita aunque es en vano, ya que, el moreno lo hace de todos modos.
Así fue que pasaron 5 días, teniendo sexo sin control, ambos dejándose llevar por las hormonas y todo lo que esto conlleva. Aomine tenia la espalda llena de rasguños, mientras Kise se encontraba lleno de marcas de besos, mordidas, dedos...
-Mierda...- murmura el moreno despertando luego de que el celo acabara, sintiendo que todo el mundo había pasado sobre el durante esos días, y más, se sentía completamente exhausto.
Kise seguía durmiendo, pero algo llamo la atención del moreno al punto que cayo sobre si mismo.
Y aquello, fue una gran mordida en la nuca del rubio que sellaba su destino...
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No lo vieron venir? espero que no jajaja
Gracias por su paciencia, comenzare a pasarme por aqui mas seguido!
Un abrazo!
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