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CAPÍTULO 1 (Alexander)

Alexander.

—El señor Roe está aquí— le dice Ethan a la gente de seguridad de Hilton &Roe.

Me quito los lentes negros y entro enojado, los dos últimos hoteles ecológicos que inauguré no me han generado las ganancias que quiero, dos millones de libras en sus primeros tres meses de apertura es una mísera comparado con lo que gano en una semana por mis hoteles regulares.

—Buenos días señor Roe— Amelia me atrapa en la entrada con mi agenda digital. —Tiene cuatro reuniones hoy y dos son con los abogados que el señor Blake contrató.

—Cancela todas y pídeme un filete en punto medio al medio día. También dile a Alesha que no tengo todo el día para esperar sus planos, eran para ayer, no quiero excusas.

Me la pase en vela la noche anterior corrigiendo los planos que los incompetentes de mis arquitectos hicieron y lo que menos quiero en este momento es tomar las malditas reuniones, tengo el genio peor que ayer.

—Pero señor Roe, no podemos cancelar todas sus reuniones, al menos no la primera que es con todos sus ejecutivos para hablar de los hoteles que inaugurará en Birmingham, ni la de los clientes que vienen de Nueva York. — trata de seguirme el paso, sus tacones vienen resonando detrás de mí.

—Tengo planos que arreglar específicamente de esos hoteles y no pienso perder mi tiempo en una mediocre reunión.

—Los arquitectos están aquí desde hace una hora esperando para ayudarlo con los errores que hicieron.

—No quiero que ningún inepto incompetente de universidad barata toque los planos de mis hoteles, únicamente Alesha, ella es la mejor que tengo y yo lo supervisaré. — cierro la puerta de mi oficina dando por terminada mi orden.

Abro los planos en mi mesa, pocas veces realizó los planos yo mismo, a excepción de los hoteles de Brent en los que me arriesgué, pero siempre me encargo de supervisar que el trabajo no sea una porquería.

Me arreglo el Rolex y me pongo a trabajar la cantidad de trabajo que tienes este año a aumentado y nadie es mejor que yo para hacerlo, soy uno de los empresarios más ricos de Europa y Londres es mi cede principal.

Ethan con mi seguridad privada esperan fuera de mi oficina, hace dos días tuvimos avistamientos de camionetas verdes, como cada cierto tiempo pasa lo mismo.

—Ya estoy aquí— Alesha entra presentable como siempre para arreglar el desastre. —Llevo esperándote con los arquitectos toda la mañana, pero como seguro no quieres a incompetentes tocar tus planos solo vine yo.

—Siempre sabes lo que quiero.

—Son años de experiencia querido— osa besarme en la mejilla, pero no la dejo no me gustan esos besos ridículo, soy un hombre difícil de llevar, pero Alesha se ha amoldado a congeniar con mi carácter desde que éramos niños.

—Arregla el desastre que hicieron en los planos esos ineptos.

Se pone sería y lista para el trabajo justo como me gusta. —Anoche los estuve analizando digitalmente y ya encontré dos de las fallas— frunce los labios rojos que tantas veces me la han chupado en su apartamento y me pasa los dedos por el brazo.

Mi ceño fruncido la hace alejarse. —Hoy no estás de buen humor tampoco, llevas días así.

—Yo nunca estoy de buen humor.

—Pues comienza a mover la cara al menos para decir gracias o se te va a atrofiar— pasa a mi espalda utilizando su clásica técnica del masaje. —Yo puedo relajarte como más te gusta querido, te preparo tu whisky escocés y un buen filete con vegetales al punto como siempre. ¿Quieres?

—Perfecto.

—Yo me encargo de los planos y tú vendrás a mi apartamento a las seis.

—Te necesito en Birmingham, quiero que detalles todos los detalles de la construcción como la de Brent. No quiero errores Alesha, una construcción involucra vidas y yo nunca hago un mal trabajo.

—Si yo lo superviso no tienes porque dudar, pero entonces necesito los datos que presentará Erick en la reunión de hoy.

Malhumorado como sin cancelar mi presencia ahí voy a mostrarme al matadero de miedosos que buscan complacerme. Como siempre la gente llega antes de la hora de la reunión saben que odio los retrasos y ellos son unos lame botas.

Bennett entra primero y luego yo donde ya están las pantallas encendidas para las gráficas de Birmingham.

Erick, el hijo de mi mejor publicista empieza a hablar de lo que son porcentajes que nos catalogan como mejor cadena hotelera y eso no necesita recordármelo nadie.

Estoy por encima de cualquiera, no soy bueno, soy excelente y nadie lo va a cuestionar. Por eso sus platicas no me alaban en absoluto.

—Ve al grano Erick, y no me aburras— le ordeno cansado de oír sus tonterías.

Me paso la mano por la cara enojado mientras comienza con la información real. Todos son una bola de inútiles. Alzo la mirada en la sala y veo el par de ojos castaños que me miran fijamente. En ese momento siento la potencia que demanda la mirada.

Es la publicista, asistente de Christopher Jones de la que tanto ha alabado por contratarla el último mes, muy egocéntrica para creer que en mi empresa no hay buenos publicistas. Bajo haciendo el recorrido experto por su cara hasta por el saco apretado que porta.

Alzo la mirada de nuevo y en ese momento siento como si me estuviera tentando sin siquiera mover los ojos.

Entrecierro los ojos tratando de someterla.

Sus buenas competencias no me sirven, nadie se pone al mismo nivel que yo profesionalmente, pero fue claro diciendo que ella no le dijo que era buena publicista, le dijo que era la mejor publicista que podría contratar, el ego de lo principiantes me saca de quicio.

Ni siquiera Alesha se atreve a tanto y ella es la mejor arquitecta que tengo en mi equipo.

La domino con mi presencia, pero no aparta la cabeza. Arqueo una ceja mientras pasa los ojos por mi cara e incluso mi ropa, cuando vuelve a mirarme siento la potencia de su mirada, por qué es igual a la mía, se está poniendo a mí mismo nivel.

Sonrío sorprendiendo a mi secretaría porque vine gritando desde la mañana, pero mi sonrisa es irónica y puramente enojada. No te pongas a mi nivel publicista. Ladeo la cabeza entrando en un juego con ella y pongo la sonrisa ladeada que me vuelve un cabrón de mierda.

Ladea la cabeza y tengo la primera visión de su actitud obstinada porque me ve por debajo de ella. Christopher le muestra las gráficas y se concentra, pero veo el pulso saltado en su cuello, no es indiferente, pero tiene una actitud obstinada que no la deja ceder.

Igual a la mía.

Ese es el pensamiento que me deja mirándola fijamente toda la reunión, consciente de que me evade la mirada, pero que su ego sigue presente.

Una publicista con el ego levantado, es un reto que me atrae mientras lo pienso y mientras vuelvo a ver su cuerpo comienzo a fantasear con lo poco que el escritorio deja ver, voy a abrirla de piernas y a ver si su actitud seria no se esfuma gritando mi nombre si la hago pecar.

Inclinándola y azotándola como castigo varias veces por haberme desafiado con la mirada. Los pensamientos perversos son mejor que la maldita reunión e incluso mi mal humor se va.

La reunión termina y el cuerpo tentado que me da levantándose me pone duro mi miembro cuando camina a la salida mostrándome el culo respingón perfecto para mis azotes. Siento la tentación creciendo al verla, alza la mirada de nuevo mirándome en ella puerta.

También la siente.

Es una pecadora.

Puedo reconocer la mirada del pecado en cuanto la veo, la perversión, la tentación y el pecado que crece cuando el color castaño de ojos está oscurecido. Bajo la mirada por su cuerpo de nuevo dominado apreciativamente en los pechos que oculta el blazer negro, pero ella también hace un recorrido por el mío.

Y mientras Christopher me saluda, ambos sostenemos la mirada del pecado.

Me arreglo los baratos gemelos de oro que me regaló mi hermano y espero a que pase con su jefe. —Jones— bajo el tono de mi voz enojado de nuevo, pero ella ni siquiera se digna a mirarme cuando le hablo.

No tengo tiempo para un juego con una publicista obstinada que se cree la mejor en su trabajo, tengo un hotel ecológico que abrir al público y me hará más rico de lo que soy, esa mujer acaba de molestarme y sé que le molesté de igual manera, lo que ni siquiera me importa.

Bienvenida al mundo hotelero, aquí se demuestra de lo que estás hecho, no que tan alto tienes el ego.


¡Hola sexys!

Caer en Tentación es un pecado que estoy dispuesta a pagar por el resto de mi vida. 

Bienvenidos al mundo de las almas que pecan y no se arrepienten. 

-Karla Cipriano. 

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