001: El inicio de la venganza: Hyejin
El sonido de la alarma interrumpió su placentero sueño. Gruñó debido al enojo y golpeó con fuerza su reloj para apagar la alarma. Se sentó sobre la cama y empezó a estirarse.
Era un lunes. Odiaba los lunes.
Se metió al baño para darse una ducha rápida y salió de su habitación hacía la cocina para preparar el desayuno.
Afortunadamente, él era muy bueno cocinando así que eso no era un problema para él. Lo único que no le agradaba era tener que levantarse temprano de lunes a viernes para prepararle el desayuno y lonchera a su hermana.
Puso los platos sobre la mesa y la puerta de la cocina se abrió.
Una adolescente de quince años entró a la cocina. Su cabello estaba un poco desordenado y tenía unas ligeras ojeras.
— ¿No dormiste bien?
— Me quedé hasta la madrugada viendo un k-drama y me olvidé que hoy era lunes.
— Ya te he dicho que tienes que respetar tus horas de sueño. Si no descansas bien, vas a envejecer más rápido.
— ¿Por eso te ves tan viejo?
— Niña malcriada.
La adolescente se rió. Luego, tomó asiento en la mesa y miró lo que su querido hermano le había preparado de desayuno.
— Tú también te ves demacrado por no dormir bien. Ayer llegaste casi a medianoche y se supone que los domingos son tus días de descanso.
— Sólo salí a pasear.
— ¿A mitad de la noche?
— Sí.
La adolescente arqueó su ceja mientras miraba a su hermano, quién había tomado asiento al frente de ella.
— Aunque no lo creas, sí salí a pasear.
— ¿Solo?
— ¿Acaso yo te ando preguntando con quién sales cada vez que llegas tarde a casa?
— Sí.
— Pues lo hago porque eres menor de edad. En cambio, yo soy un adulto.
— ¿Saliste nuevamente con mi cuñado?
— ¿Tu cuñado?
— Pues sí, creo que llevan algo de tres en una especie de "relación" o cómo quieran denominar a lo que sea que tengan. Tu interés en un omega jamás había durado más de una semana hasta que apareció él en tu vida. Por eso lo considero mi cuñado porque es prácticamente de la familia. Aunque me causa extrañeza que aún no lo hayas marcado.
— Hyejin, te he dicho muchas veces que no te entrometas en mis asuntos personales.
— No quiero que te rompan el corazón, hermanito. Ese chico a veces me genera confianza y otra veces no.
— Termina de desayunar.
— Jay, ¿podría salir al cine con mi amiga esta tarde?
— No. La semana pasada reprobaste en dos exámenes así que estás castigada.
— No seas malo - Hyejin hizo puchero.
— No tienes mi permiso.
— Entonces le diré a ese chico que te tenga en abstinencia por un mes.
— Ni se te ocurra.
— Por favor, te prometo que durante el resto de la semana estudiaré bastante. Es que hoy se estrena una película que mi amiga y yo hemos estado esperando con ansías.
— ¿Sólo irán ustedes dos?
— Sí.
— Está bien.
— ¡Gracias, Jay!
— Pero, apenas termine la película, te regresas inmediatamente a la casa y te pones a estudiar, ¿de acuerdo?
— Prometido.
Jay observó como su hermana sonreía contenta mientras continuaba desayunando.
⏳
Hyejin terminó de peinarse y agarró su pequeña cartera.
— Regresas puntual.
— Ya lo sé.
— No permitas que ninguna persona te haga comentarios inapropiados.
— Lo sé, y si alguien lo hace, debo golpearlo en dónde más le duele. Eso también lo sé. Me lo has repetido un millón de veces.
— No aceptes nada de ningún desconocido.
— No soy una niña, Jay.
— Si algo extraña pasa, no dudes en llamarme.
— Eres tan sobreprotector. Pobres de mis futuros sobrinos que tendrán que soportar a un padre como tú.
— Te digo todo esto por tu bien.
— Ajá.
— Hyejin.
— ¿Qué?
— Cuídate mucho.
Hyejin se giró para ver a su hermano. Se acercó a él y lo abrazó con fuerza.
— Lo haré, tú también cuídate mucho, hyung.
Jay correspondió al abrazo y luego dejó un beso en la cabeza de su hermana. Habían vivido sólo ellos dos desde que Jay tuvo dieciocho años y Hyejin tenía siete años. Habían quedado huérfanos luego de que sus padres fueran víctimas de un terrible accidente automovilístico.
Para Jay, Hyejin era como su hija.
— Si quieres que vaya a recogerte, puedes llamarme. ¿De acuerdo?
— Okey.
Alguien tocó la puerta de la casa. Hyejin se despidió con un beso en la mejilla y salió de su habitación hacía la puerta de la casa, la abrió y vió a su mejor amiga.
— Vámonos, Hyejin.
Ella cerró la puerta de su casa y caminó junto a su amiga hacía la estación de autobuses que quedaba muy cerca de ahí. Luego, se subieron al autobús que las dejaría muy cerca de donde se ubicaba el cine.
— ¿Cómo hiciste para librarte del castigo?
— Lo amenacé con acusarlo con su novio.
— Un golpe justo en su punto más débil.
Ambas chicas rieron.
— Pensé que no eras cercana al novio de tu hermano. Siempre dices que ese chico es muy reservado y muy pocas veces lo has visto.
— Es un omega bastante extraño. Cuando lo miras a los ojos, sientes ganas de arrodillarte y rendirle culto. Su presencia es muy fuerte. Por eso pienso que en la relación, mi hermano es el que sigue las órdenes.
— ¿Cómo se llama el novio de tu hermano?
— Jungwon.
— ¿Vive lejos de tu casa?
— No lo sé. Mi hermano nunca me ha querido contar muchos detalles sobre Jungwon. Sólo sé su nombre, edad y fecha de cumpleaños. Ese chico es muy misterioso. Siempre cita a mi hermano para que se encuentren en la noche. Es como si no quisiera que otras personas los vean juntos.
— ¿Y si es vampiro?
— No seas tonta.
— Lo decía de broma - la chica dejó de reírse y miró a Hyejin —. Por cierto, hay algo que no te he dicho.
— ¿Qué cosa?
— Alguien más vendrá al cine con nosotras. Es un alfa.
— ¿Estás loca? Sabes perfectamente que mi hermano no quiere que esté cerca de otros alfas.
— No te preocupes, es de confianza. Además, vendrá cuando hayamos salido de ver la película. Viene a decirme algo y luego se irá.
— Por un momento pensé que vería la película junto a nosotras. Me habías asustado.
⏳
La película había terminado. Ambas chicas salieron del lugar y compraron un algodón de azúcar cada una.
— Qué extraño.
— ¿Que sucede, Younghee?
— Aún no llega la persona que te dije que vendría.
— Quizás se hizo un poco tarde - Hyejin observó como su amiga observaba a cada rato su celular —. ¿Esa persona te tiene que decir algo importante?
— S-sí.
— Bueno, yo yá tengo que irme. Mi hermano me pidió que regresara inmediatamente a casa una vez termine la película.
— Espera - Younghee agarró la mano de Hyejin —. Acompáñame mientras lo espero. No quiero quedarme sola.
— No puedo, Younghee.
— Acompáñame durante unos diez minutos. Si no vienes, entonces nos vamos juntas. ¿De acuerdo?
— Okey.
Hyejin se quedó junto a su amiga y miraba a todas las personas que se acercaban al cine, esperando que alguna de esas personas sea el alfa que su amiga estaba esperando.
Sentía una extraña sensación. Su lobo interior se sentía inquieto.
Hasta que apareció un chico usando lentes negros y una gorra negra.
— Es él.
— Tiene apariencia del típico badboy - Hyejin le susurró a su amiga.
Aquel chico se acercó a ellas.
— Ya estábamos a punto de irnos. Pensé que no vendrías - Younghee respondió.
— Ven conmigo.
— ¿Qué?
Hyejin pudo ver una expresión de confusión en el rostro de su amiga. Era como si no se hubiera esperado esa respuesta.
— Hyejin, puedes irte a tu casa - Younghee le habló en voz baja mientras soltaba su mano.
Hyejin pudo sentir el miedo en el aroma de su amiga. Miró nuevamente al chico. No le causaba confianza dejar a su amiga junto a ese chico que incluso parecía ser mayor que ellas.
— Iré contigo - Hyejin agarró nuevamente la mano de su amiga.
— N-no es necesario.
— ¿Por qué no? Dijiste que sólo iban conversar de algo. Además, creo que puedo esperar unos minutos más y luego regresamos juntas a casa.
— Este no es tu asunto - el chico le habló con un tono de molestia a Hyejin.
— No dejaré a mi amiga sóla.
El chico sonrió.
— Está bien, luego no te quejes. Síganme al auto - él dió media vuelta y empezó a caminar hacía un auto negro que estaba estacionado.
— Hyejin, no es una buena idea de que vengas conmigo.
— Estaré bien, Younghee. No te preocupes.
Ambas chicas entraron al auto. Sin embargo, Hyejin escribió en un mensaje el número de la placa del auto antes de subirse y dirigirse hacía un rumbo desconocido.
⏳
Jay terminó de limpiar la casa y miró la hora. Se supone que la película había terminado hace una hora y ese era el tiempo suficiente para que su hermana haya llegado a casa.
Buscó su celular y se dió cuenta que había recibido un mensaje por parte de su hermana que decía: BA6814
Le envió mensajes a su hermana preguntándole si ya estaba cerca de casa pero no recibía ninguna respuesta.
La desesperación y preocupación empezó a crecer en él. Intentó llamar a su hermana pero su celular estaba apagado. Intentó tantas veces hasta que la llamada fué contestada.
- Hyejin, ¿dónde—
- A-auxilio - susurró.
- ¿Hyejin?
- Tengo miedo - sollozó —. Él...¡Suelta ese maldito teléfono! ¡No!
- ¡Hyejin!
- ¡Tienen pistolas! - Hyejin gritó.
La llamada se finalizó. Jay intentó nuevamente llamar a su hermana pero el celular nuevamente estaba apagado.
Salió desesperado de su casa hacía la comisaría. En el camino, empezó a mandar desesperadamente unos mensajes a la persona que podría ayudarlo. Pero jamás respondió.
Entró a la comisaría desesperadamente.
— ¡Tienen secuestrada a mi hermana! - Jay gritó.
— Jóven, tiene que calmarse - un policía se acercó a Jay.
— ¡¿Cómo quiere que me calme?! Mi hermana está secuestrada. Tienen que ir por ella y salvarla.
— ¿Cuántas horas lleva desaparecida su hermana?
— Salió hace unas horas al cine junto a una amiga. Hace rato la llamé y me pidió auxilio. Se escuchó la voz de un hombre y luego ella gritó que esas personas tenían pistolas.
Los policías se miraron entre sí y luego nuevamente miraron a Jay.
— ¿Está seguro que fué secuestrada?
— ¿Qué quiere decir?
— En primer lugar, no lleva desaparecida el tiempo de horas requerido para realizar una denuncia por desaparición. Ahora, ¿cuántos años tiene su hermana?
— Quince años.
— Okey, han habido casos donde chicas de esa misma edad se dan a la fuga junto a sus amigos o alguna pareja mientras que otros fingen estar secuestrados para pedir dinero a sus familiares.
— ¡Mi hermana no haría eso! - Jay empujó con fuerza al policía con quién había estado hablando. Otros dos policías se acercaron a él y lo agarraron de los brazos —. ¡Mi hermana está en peligro! Tiene que rastrear su celular y encontrarla.
— Ya le dijimos que no ha pasado el tiempo—
— ¡¿Acaso no les importa la vida de una adolescente?! - Jay rompió en llanto y forcejeó con los policías que lo tenían sujetado hasta soltarse —. Tienen que buscar a mi hermana, por favor.
— Señor, tenemos cosas más urgentes que hacer.
Jay sintió su corazón romperse en pedazos luego de escuchar eso. Salió de la comisaría y miró a todos lados sin saber por dónde empezar a buscar.
Miró nuevamente su celular e hizo el intento de llamar a Hyejin pero su celular seguía apagado. Luego, miró el otro número telefónico que tenía agendado.
Sabía que le había prohibido que lo llamara. Solo podía enviarle mensajes. Pero está era una situación importante y él estaba desesperado por conseguir ayuda. Presionó el ícono de llamar, pero la llamada fué cortada inmediatamente.
Decidió tomar un taxi y dirigirse hacía la casa dónde vivía la mejor amiga de Hyejin y con quién iba ir al cine. Quizás ella tendría información sobre su hermana.
Eran las seis de la tarde. A esa hora tendría que estar saliendo de su casa rumbo a su trabajo y a las diez de la noche se encontraría con esa persona.
Pero ahora todo eso había pasado a un segundo lugar. Lo único que quería en ese momento era encontrar a su hermana.
Dr13a.
En primer lugar, las placas de carro en Corea del Sur creo que también tienen letras en coreano y cómo yo no sé coreano ni mucho menos tengo una información clara sobre cuántas letras y números tiene una placa de carro en ese país, supondremos que esos cuatro números que envió Hyejin en un mensaje son la placa del carro 🙂
Creo que por la descripción de la historia saben lo que le pasó a Hyejin 😔
Gracias por leer y votar. Nos vemos en el siguiente capítulo 💙
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