8.- Si el inicio fuese diferente
JOHNSON
Kyle vuelve dos días después. Estoy en la entrada de la casa cuando los autos se detienen. Tomo una inhalación preparándome para lo que sé que vendrá a continuación.
Sin embargo, cuando mi hermano y su esposa bajan, no hay gritos ni reproches, solo una mirada y un dejo de sonrisa.
—¿Nos echaste de menos? —inquiere acercándose.
—No voy a elevar tu ego —sonrío —Camille está en el colegio, pero estaba emocionada por verlos. —Kyle se acerca lo suficiente para darme un abrazo, y luego deslizo mi atención a Aria.
—Hola John, me alegra saber que todos están bien.
—Por favor dime que no quieres asesinarme —Aria ladea la cabeza y me mira con esa forma suya que es capaz de traspasar y hacerte hablar si no tienes cuidado.
Tal vez por eso mi hermano está tan enamorado.
—No es culpa tuya —dice y quiero debatir pero ella no me lo permite —solo me alegra saber que están bien. ¿Dónde está Bea?
Mira detrás de mi hombro, cuando volteo, encuentro a Bea mirándonos. Aria vuelve la atención a mí y me da un corto abrazo antes de esquivarme e ir hacia donde su amiga se encuentra.
Siento la presencia de Kyle aun cuando no he volteado, sé que está a mi costado.
—Creo que hay una explicación esperando —dice en un suspiro —realmente me gustaría escucharla.
Le hago un ademán para que nos apartemos, no hablo mientras subimos por las escaleras hacia el despacho, miro brevemente sobre mi hombro y Bea eleva la mirada al mismo tiempo haciendo que nuestros ojos se encuentren.
Apenas soy capaz de mantener el contacto por un par de segundos antes de volver mi atención al frente, Kyle me sigue en silencio, no hablo aun cuando entramos al despacho, quiero convencerme de que no es tan grave como en realidad lo parece pero sé que solamente estaría mintiéndome, porque claro que es grave.
Aún cuando yo no quiera admitirlo.
Me acerco hasta la computadora, abro la carpeta bloqueada en donde tengo todas las imágenes y archivos que se han estado enviando desde diferentes correos y el sabor amargo en mi boca aparece de nuevo, el pecho me aprieta con fuerza, con tanta que tengo que tomar un par de inhalaciones intentando liberarlo de la presión.
Pero no se va.
Me aparto, Kyle mantiene la mirada sobre mí, no la aparta hasta que señalo la computadora.
—Velo por ti mismo.
Se acerca con cautela, como si temiera que de la pantalla saliese alguna especie de espectro o cualquier cosa que pudiera atacarnos, aunque parece descabellado, lo que se muestra en la carpeta es igual o incluso más peligroso que cualquier ente fantasioso.
Soy capaz de ver como el cuerpo de Kyle se tensa, como sus hombros se cuadran y le toma apenas escasos segundos entender lo que ha pasado.
—¿Tienes idea de lo que significa? —su voz brota tensa, pero reconozco el dejo de preocupación —maldición, Johnson, ¿sabes lo que tratan de decir?
—Si —asiento levemente —el tiroteo de la feria me lo confirmo.
Kyle suelta una maldición, se aparta de la computadora y comienza a caminar por el despacho, con los hombros tensos y la mirada ardiendo en un sentimiento que conozco bastante bien.
—¿Por qué me lo dices hasta ahora?
—Estabas de viaje con Aria, no quería fastidiarte con esto —señalo de nuevo la computadora —además, creí que podría controlarlo. Ya lo he hecho antes y creí que...
—¡Es que tenías que haberme dicho! —explota —¡Te pusiste en riesgo! ¡Pusiste a todos en riesgo!
Aprieto los labios tratando de retener el propio grito que quiere brotar de mis labios.
—Tengo que suponer que no tienes ni idea de quién está detrás de estos correos, ¿no es verdad?
—Aún lo estamos investigando —Kyle habla entre dientes —pero sea quien esté detrás, tiene mucha información que no debería.
—¿Lo crees? —mi hermano se ríe —tiene fotografías tuyas asesinando al hijo de puta de Ron.
—No las tiene precisamente...
—Es lo mismo —interrumpe con molestia —cualquiera con dos dedos de frente lo deducirá. Y ahora, quien sea que esté detrás, quiere matarte. Sin importarle si para eso tiene que hacer un tiroteo en donde hay cientos de personas más.
—No tienes que preocuparte de nada, voy a...
—¡Claro que tengo que preocuparme! ¡Alguien quiere...!
—¡Joder deja de gritar! —exploto.
Kyle cierra la boca y yo maldigo por lo bajo. Tomo una inhalación, intentando fallidamente recuperar el control.
—Lo siento —sacudo la cabeza —es solo que ha sido una semana de infierno.
Kyle no habla de inmediato, es como si quisiera pensar en la mejor forma de responder, y se toma el tiempo para hacerlo.
—Escucha, sé que no me necesitas, sé que no necesitas mi protección porque eres muy bueno cuidándote a ti mismo, pero no me pidas que no me preocupe, porque claro que lo haré.
—No quiero que te involucres.
—John...
—No —mi voz brota firme, llena de autoridad —no quiero que te involucres, esto es algo que solo me concierte a mí.
—No puedes pedirme eso....
—Claro que puedo y voy a pedírtelo, voy a exigirte que te quedes fuera de esto. No me perdonaría si algo le sucede a Aria, a Camille o a ti. Tienes una familia ahora, Kyle. Tu prioridad es mantenerlas seguras, es cuidar de ellas.
—Tú también eres mi familia —dice con los dientes apretados —también lo eres y si piensas que voy a ignorar esto...
—¿No me has escuchado? ¡Pueden asesinarte! ¡O a Camille, incluso a Aria! ¿Es eso lo que quieres? Yo fui quien puso la bala en la frente de ese hijo de puta, no voy a permitir que tu familia o tú paguen por mis acciones.
Mi hermano no responde, regresa la mirada a la pantalla y noto como aprieta los puños, como su mandíbula se cuadra por la fuerza en un intento de contenerse.
—¿Qué le has dicho a Bea?
—Solo lo necesario —suspiro —sospecha que algo ha pasado, sí, pero no tiene idea de qué.
—¿No tiene idea que se relaciona con Ron?
Niego.
—Eso es algo bueno, porque si se llegase a enterar...
—¿Crees que si se entera de la verdad ella quiera matarme?
Mi hermano me mira, una sonrisa aparece en sus labios.
—Dime que Bea no es más para ti que solo la amiga de Aria —aunque parezca divertido sé que habla en serio.
—Ya olvida eso —entorno los ojos —no respondiste mi pregunta.
Kyle suspira, observa en dirección a la puerta y luego fija su atención en mí.
—No tengo idea, pero yo busqué venganza por años de los hombres que asesinaron a nuestro padre —dice en un susurro —puede que Ron haya sido un hijo de puta, un cabrón que merecía morir, pero era su esposo John. Era el hombre que ella amaba, así que si me lo preguntas, hay una gran posibilidad de que su odio vaya hacia ti.
No sé porque, pero de pronto siento de nuevo la presión sobre mis hombros. Esa es la razón por la que Bea Collins nunca sabrá la verdad, porque prefiero alejarme por completo, antes de considerar la posibilidad de que ella pueda odiarme.
(...)
El regreso de mi hermano y su esposa aunque anticipado, fue lo mejor que pudo ocurrir porque no me creía capaz de seguir cuidando de su hija, convivir con Bea y encontrar a quienes querían cazarme, sin embargo, Kyle insistió en que no me fuera esa noche, así que aquí nos encontramos, reunidos en el comedor mientras Aria cuenta una de las anécdotas más graciosas que nunca creí escuchar.
—¡Debiste verlo! —dice entre carcajadas —parecía a punto de desmayarse cuando el elefante alzó la trompa, el guía tuvo que asegurarle mil veces que ese animal no haría nada para asesinarlo.
Las risas llenan el comedor, y Kyle observa con fastidio a su esposa.
—Esa cosa era tres veces mi tamaño, claramente no iba a estar tranquilo si decidía que quería mandarme al otro mundo —más risas se escuchan, Bea mantiene una copa de vino en su mano mientras ríe escuchando la conversación.
—Quien lo diría —me burlo —debiste guardar evidencia.
—Sí —Aria observa a su esposo —pero fue un viaje encantador.
Ambos asienten.
—Hay algo que queremos decirles —dice ella de pronto —queríamos esperar pero realmente me emociona contárselos.
Bea eleva la ceja.
—¿Ah, sí?
—Si —la pareja se mira y por el brillo en los ojos de mi hermano, comienzo a sospechar que es lo que dirá. —Nosotros...nosotros vamos a ser papás otra vez.
Un grito emocionado brota de Bea, yo sonrío con sinceridad mientras me incorporo al igual que todos en la mesa.
—Felicidades —Kyle abre los brazos aceptando mi abrazo —me alegra mucho escuchar eso. ¿Camille ya lo sabe?
—Aún no, ¿crees que si lo supiera hubiese sido capaz de guardar el secreto? —pregunta.
Ambos reímos.
—Me alegra saber que habrá un nuevo miembro más en la familia, felicidades a ambos.
Me acerco a Aria cuando Bea ha decidido soltarla, la mirada suave que me dedica me ablanda tan solo un poco antes de que pueda abrazarla.
—Felicidades, tus hijos son afortunados de tener una madre maravillosa —cuando me aparto ella tiene la mirada emocionada.
—Gracias John.
Pasamos el resto de la cena hablando sobre el nuevo bebé, sobre como se enteraron, y notar la emoción de ambos al hablar, mirando lo feliz que lucen, compruebo que mi decisión de mantenerme firma en no querer que Kyle se involucre en lo que está ocurriendo, es lo mejor.
Decido hacerle caso a mi hermano y quedarme esta noche en la casa, Bea también se queda ya que se ha hecho tarde y Thiago está dormido, así que todos nos retiramos a nuestras respectivas habitaciones, aunque sé bastante bien que esta noche no podré dormir en lo absoluto.
Apenas he conseguido cambiarme de ropa cuando dos toques en la puerta rompen el silencio en la habitación, considero que tal vez es Kyle quien ha venido por algo pero cuando abro la puerta, me encuentro a Aria.
—Hola —dice en un susurro —¿puedo pasar?
—Estás en tu casa —sonrío —¿qué ocurre?
Ingresa por completo y camina hasta llegar al centro de la habitación, cuando se gira para quedar frente a mí, sé que cualquiera que sea el motivo por el que ha venido, es serio. Cierro la puerta con lentitud y me aproximo.
—¿Qué ocurre?
—Kyle me ha contado lo que ocurre —dice con la mirada preocupada —John...
—Sabías que lo hice —interrumpo —sabes por qué...
—Lo sé y no vengo a reclamarte nada —dice con suavidad —en realidad, vengo a pedirte un favor.
Sus ojos llenos de preocupación y temor me miran con detenimiento, toma una inhalación, como si quisiera darse valentía a si misma para poder hablar.
—¿Un favor?
Asiente levemente.
—No dejes que se involucre.
—Aria...
—Lo sé, es egoísta pedir esto pero por favor, no dejes que se involucre. Tenemos una familia ahora, Camille tiene una familia, vamos a ser papás otra vez y somos...somos felices John.
Las lágrimas se agolpan en sus ojos y la culpa vuelve igual de fuerte que antes, tan arrasadora que temo no poder contra ella.
—Sé que si se lo pides, él lo hará. No le importará nada más porque eres su hermano y te ama, ya te perdió una vez y hará lo posible porque eso no ocurra de nuevo aún si tiene que sacrificarse en el proceso, lo conoces tan bien como yo.
Un suspiro tembloroso brota de sus labios.
—No quiero que Kyle vuelva a ser el hombre lleno de odio que fue, no lo soportaría otra vez. —Se limpia las lágrimas mientras se acerca —es egoísta y posiblemente me odies por pedirte esto pero...
—No —sonrío levemente porque tiene razón en absolutamente todo lo que ha dicho, elevo las manos y las coloco sobre sus brazos —no dejaré que se involucre, tienes mi palabra.
El alivio se apodera de sus ojos.
—Sé bien lo que pasará si lo hace, y no me perdonaría nunca que tú o Camille salieran heridas, mucho menos ahora. Tienes mi palabra que no dejaré que Kyle cargue con responsabilidades que no le corresponden, ¿confías en mí?
Ella sonríe.
—Con mi vida.
Una sonrisa se asoma en mis labios mientras me aparto. Ella toma una inhalación, se limpia las lágrimas y se aparta. Me esquiva para irse pero antes se detiene y gira sobre su eje para poder mirarme otra vez.
—Y no dejes que te asesinen —pide —este bebé tiene que conocer a su tío, eres el único después de todo.
Sonrío.
—Está Fanny.
—Fanny no es tan cool como tú —dice con suavidad —en serio, John, no dejes que te asesinen.
—No podrán conmigo —aseguro —¿olvidas que volví de la muerte?
Se ríe en serio mientras abre la puerta.
—Buenas noches, John.
—Buenas noches, Aria.
Ella cierra la puerta, el silencio vuelve y me desplomo contra la cama.
No dejes que te asesinen.
Su petición se repite en mi mente, y por mucho que esta vez quisiera asegurar que no podrían conmigo, lo cierto es que no tenía ninguna seguridad, peleaba contra un fantasma y por primera vez en mi vida, me preguntó si seré capaz de sobrevivir.
(...)
—Así que, ¿volveremos a la rutina de no saber el uno del otro? —Bea me mira con curiosidad mientras coloco mis cosas en el maletero del auto.
Sonrío levemente.
—Cuidado con tus palabras, comenzaré a creer que te agrado.
Ella ríe, el sonido brota natural y tan suave que hace que mi sonrisa se vuelva más grande. Decidí marcharme a la mañana siguiente de la casa de Kyle, lo cierto es que necesito recuperar con urgencia mi privacidad, la calma a la que estoy acostumbrado.
Bea se iría más tarde aunque me ofrecí a llevarla, parece que aún no puede aceptar un gesto mío sin creer que pediré algo a cambio.
—Sabes que me agradas —dice de repente.
—¿Ah, sí?
—Claro, no hubiese convivido contigo por casi tres semanas de no ser así —es mi turno de reír —hablo en serio, John.
—Bueno, te daré el beneficio de la duda —cierro el maletero y me apoyo contra el auto —¿quieres verme de nuevo, Bea?
Entorna la mirada.
—Eres insufrible —retrocede un paso —debería entrar antes de que consideres comportarte como un idiota de nuevo.
No lo dice para ofenderme, lo sé por la sonrisa divertida y la mirada alegre que tiene en estos momentos.
No dice nada más, me da la espalda para subir de nuevo los escalones de la casa pero se detiene antes de entrar.
—¿Irás a la reunión anual de la empresa? —pregunta.
—Soy dueño de un pequeño porcentaje Bea, claro que estaré ahí —la molesto.
Ella resopla pero no aparta la mirada.
—Tal vez podamos vernos ahí —mi corazón sufre un vuelco tan de repente que creo que puedo desplomarme justo aquí —odio estar sola y Aria no irá porque tiene un evento de moda así que...
—Así que podemos vernos ahí —sonrío un poco más —cuenta con ello.
Su sonrisa se vuelve un poco más entusiasta, abre la puerta, se adentra pero no la cierra, sino que aún mantiene la mirada en mí y añade:
—Si te hubieses comportado así desde el inicio, todo hubiese sido distinto.
Arqueo la ceja.
—¿Quieres decir que me hubieses aceptado esa primera cita por la cual me golpeaste cuando pregunté?
Tarda en responder, pero al final lo hace.
—Si, John. La hubiese aceptado.
Y tras decir eso, esta vez si cierra la puerta.
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