Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

34.- Te veo

BEA

Es curioso como cuando crees que no puedes ser más feliz en la vida, llega algo para recordarte que siempre podemos ir por más. Llega para mostrarte que no hay un límite para ser feliz, llega para contradecir todo lo que nos han dicho sobre que no podemos ser felices sin que algo lo arruine.

Hoy, confirmo que la felicidad si que puede ser más grande.

—¿Estás lista? —La voz de Aria se escucha cuando abre la puerta, Lauren viene detrás de ella.

Ambas portan los vestidos negros de seda, exactamente el mismo modelo. Aria se encargó de diseñarlos, añadiéndole una pequeña capa de tela brillante que los deja muchísimo más impresionantes.

—Lista —confirmo con una sonrisa —¿todo está en orden ahí afuera?

—Claro que si —dice Lauren acercándose para entregarme mi ramo —¿nerviosa?

Me rio un poco.

—Es el día de mi boda, mentiría si no dijera que estoy nerviosa —ellas comparten la risa conmigo.

Aria se acerca para acomodarme el cabello, y cuando está listo volteo hacia mi reflejo. El vestido color crema se ajusta perfectamente a cada curva de mi cuerpo, no es pomposo, ni glamuroso. Es un vestido en corte sirena, con encaje llenando la parte superior, y una fina capa de tela brillosa encima de la falda. Con mis movimientos, las pequeñas piedras incrustadas destellan, consiguiendo un efecto casi mágico.

Tomo una inhalación antes de voltear hacia mis amigas.

—Creo que es hora de salir.

Ambas asienten con entusiasmo, en ese instante la puerta se abre y Kyle aparece. Sonríe al verme. Porta un traje completamente negro, con un pequeño ramillete en color plata.

—Parece que estás lista —dice acercándose —creo que debemos de salir porque mi hermano comienza a ponerse un poco paranoico.

—Está a punto de venir a ver si no te has escapado —Kiara ingresa y me sonríe —estás preciosa.

—Gracias —le devuelvo el gesto.

Hace unos meses que mi amistad con Kiara comenzó, cuando Romi enfermó y ella se ofreció a cuidar de Thiago. La chica es todo dulzura, aunque me causa gracia la forma en la que Johny ella se pasan todo el día discutiendo.

Johnson dice que si hubiese tenido una hija en sus años jóvenes, sin duda hubiese sido Kiara. Hemos pasado tiempo juntas, y hemos congeniado tan bien que ahora John tiene que soportarla incluso en nuestra casa.

—No me sorprende —dice Aria —ahora te dejamos, Be, estaremos esperándote afuera.

Asiento.

Cuando todas han salido, Kyle se acerca más ofreciéndome su brazo.

—Supongo que es hora —cruzo mi brazo por la curva de su codo, Kyle es imponente al igual que su hermano, pero el menor de los Beckham tiene un aura muchísimo más dura que la de Johnson.

Avanzamos hasta salir de la habitación, el camino está decorado con todo tipo de flores, nuestra boda se lleva a cabo en la finca que Johnson compró hace unos meses. Hemos remodelado la cabaña y hoy hemos puesto especialmente varias carpas para proteger a los invitados del sol.

Tomo una inhalación cuando llegamos al exterior, soy capaz de escuchar los murmullos de la gente, inconscientemente me aferro al brazo de Kyle para controlar mis nervios. Lo miro brevemente y él se encuentra con mi mirada.

—No me digas que quieres salir corriendo —bromea.

Sonrío.

—No sería capaz.

Las damas están formadas cuando doblamos para acomodarnos sobre el camino que conduce hasta el sitio en donde Johnson me espera. Thiago y Camille van en la delantera, y cuando las damas comienzan a avanzar, todo en mi colapsa. No sé como soy capaz de mantenerme firme cuando al fin lo veo.

Johnson sonríe, Kyle es quien da el primer paso para hacernos avanzar, mis pies se mueven casi por inercia mientras mantengo mi atención fija en mi futuro esposo, porta un traje completamente negro, similar al de su hermano, pero la corbata blanca lo diferencia, junto con los destellos del ramillete más grande que lleva en un costado.

Sus ojos destellan con emoción, una sonrisa amplia se filtra en sus labios conforme avanzamos, puedo ver la forma en la que su sonrisa tiembla y sus ojos tratan de contener la emoción pero terminan revelándolo todo.

Cuando llegamos al final, Kyle toma mi mano y la conduce hacia la de su hermano.

—Asegúrate de darle ese final feliz —dice.

—Pondré la vida en ello —responde John con una sonrisa.

El agarre de su mano me da la firmeza que necesito, su sonrisa me brinda un abrazo al corazón.

—Estás preciosa, Sol.

—Y tú luces tan apuesto que me he enamorado un poco más —sonrío resistiendo la tentación de besarlo.

Él parece notarlo porque me dedica un guiño antes de girarnos por completo delante del juez de paz, quien nos casaría el día de hoy.

La ceremonia comienza, los invitados toman sus asientos y nosotros lo hacemos también, escuchando con atención cada palabra que dice, pero tengo que admitir que apenas y puedo prestarle la atención que probablemente debería, porque no dejo de pensar en el hecho de que en menos de una hora, John y yo seremos legalmente marido y mujer.

No puedo dejar de pensar en el hecho que, de no haber aceptado ayudar a Aria con el cuidado de Camille cuando me lo pidió, probablemente nunca hubiese llegado a este momento.

A punto de unir mi vida a la de un hombre excepcional.

Todo pasa con rapidez, los nervios que había conseguido mantener al margen explotan de nuevo cuando el juez de paz nos indica que debemos levantarnos para dar los votos.

John es el primero en hablar, Kyle le entrega un pequeño papel en blanco que él mira brevemente antes de comenzar a leer.

—Pasé gran parte de mi vida creyendo que mi destino estaba escrito —su mirada se encuentra con la mía —pasé años escapando, tratando de huir de mis demonios, de mi oscuridad. Creyendo que por poseerlos, no era merecedor de la luz, que no era merecedor de tener la felicidad. Pero entonces llegaste —sonríe levemente —llegaste para mostrarme que merecía ser feliz, para aceptar a mis demonios, a la oscuridad. Llegaste y dijiste "te veo", y entonces supe que deseaba pasar a tu lado toda mi vida. Así que estoy aquí, delante de ti, para jurarte que voy a pasar mi vida entera amándote, protegiéndote, siendo tu fiel compañero, en las buenas y en las malas, que amaré a Thiago cada día, que me esforzaré por merecerlo como hijo, que pondré cada gota de mi alma por hacerlos felices.

Las lágrimas están empañando mis ojos, tanto que tengo que tomarme un momento para limpiarme los ojos, John me da un corto espacio de silencio para reponerme, y cuando le sonrío, continúa.

—Hoy prometo unir mi vida a ti, hasta que mi alma se extinga, mis ojos se apaguen, y mi vida llegue a su fin. Te he amado sin saberlo, te amo ahora siendo plenamente consciente, y te seguiré amando hasta el final de mi existencia.

Una sonrisa suave es lanzada hacia mí.

—No creo poder superar tu discurso —susurro y eso lo hace reír.

Tomo una corta inhalación mientras las palabras que pasé noches recordando vuelven a mi mente.

—Una vez creí haber encontrado la felicidad eterna, y entonces la vida me demostró que nada es para siempre. Así que hoy, mientras nuestras vidas se unen, quiero decirte que no quiero un para siempre, que no quiero preocuparme por un futuro, quiero tenerte cada día en presente. Quiero que formemos nuestra familia, que seas el padre de mis hijos, quiero ser tu compañera, y la persona que pueda ser tu sitio seguro cuando lo necesites. Quiero amarte, acompañarte, quiero conocer cada parte de ti día a día, porque eres el hombre que he escogido como mi compañero de viaje, y en las estaciones venideras, deseo tanto que estemos juntos, tomados de la mano, ansiosos por descubrir nuevos destinos. Te amo infinitamente, y tal vez un poco más.

El juez de paz comienza a hablar de nuevo, pidiendo que los anillos sean entregados. Aria se aproxima entregándonos las joyas.

—¿Johnson, aceptas a esta mujer como tu esposa, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, y serle fiel todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe?

—Acepto —dice con una sonrisa.

—Bea, ¿Aceptas a este hombre como tu esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, y serle fiel todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe?

—Acepto.

El juez nos da la indicación de intercambiar los anillos, lo hacemos y me alegro de no haber arruinado el momento dejando caer la joya, Johnson sostiene mis manos y no aparta la mirada de mí hasta que el juez dice:

—Los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.

Entonces lo hace, sus manos se aferran a mi cintura mientras su cuerpo se inclina sobre el mío, sus labios presionan contra los míos y todo se siente como una explosión de emociones inigualables, como conocer un nuevo paraíso, como tocar la absoluta felicidad.

Se aparta, sonríe de una forma preciosa y le acaricio el rostro mientras susurro:

—Te veo, esposo.

La emoción destella en sus ojos.

—Nunca dejes de hacerlo, sol.

Sus labios se posicionan sobre los míos, sonrío contra sus labios sintiendo sus manos girarme, y mi echo la espalda hacia atrás. Johnson me sostiene con firmeza así que no tengo que esforzarme por sostenerme, al final, sé que él siempre estará para sostenerme.

—Te amo, Bea Beckham —dice antes de sellar mis labios.

Y juro que mi nombre... nunca me había gustado más. 

_____________________________________________________________

¡El siguiente capítulo es el epílogo! 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro