16.- Sacrificarse a uno mismo.
BEA
Una piensa que cuando conoces a un buen hombre, cuando te casas, formas una familia... es para siempre. Piensas que has encontrado todo lo que necesitas para ser feliz, crees que lo tienes todo.
Siempre he creído que el amor es como vivir en una burbuja, una en donde nada malo ocurre, donde los finales felices existen y donde los príncipes azules aguardan para darnos el felices para siempre.
Hasta que tu burbuja estalla, y te das cuenta de que la vida real es una mierda.
Hasta que todo estalla y te das cuenta de que le hombre al que creíste amar, no es el amor de tu vida, y de pronto hay otro hombre que se sale por completo de tu sueño de príncipe azul, pero que despierta más sensaciones de las que siquiera te puedes permitir.
Eso es exactamente lo que me ocurre con Johnson Beckham. Es...inexplicable hasta cierto punto, he perdido la cuenta de los intentos que he hecho para no rendirme ante él, para no sentir la atracción y el deseo que me recorre las venas cada que estoy cerca, pero es una lucha perdida.
Una a la cual hace mucho tiempo me rendí.
O tal vez nunca quise luchar en realidad, porque de lo contrario, no me explico como es que los sentimientos pudieron florecer con tanta intensidad.
Es complicado definir lo que siento, no es amor, aún...pero es casi como si se le pareciera.
—Así que...¿crees que es buena idea? —Johnson me mira con curiosidad, estamos de paseo en uno de los parques más concurridos de Washington. Thiago está algunos pasos adelante, entretenido pisando las hojas secas de los árboles.
—Creo que sería una buena convivencia familiar —concedo —y las cabañas siempre son maravillosas, el lago es increíble en esta época del año.
—¿Vendrías, cierto?
—Si decides invitarme, sí.
Sonríe. Sus labios se curvan hacia arriba y soy consciente de como se forman unas arrugas en las esquinas de sus ojos.
Desde nuestra conversación en la casa de Kyle, es como si Johnson se mostrase más...genuino. Como si se deshiciera de algunas de las innumerables capaz que lleva encima, dejándome ver un poco más de él.
—Claro que voy a invitarte, ¿Cómo no hacerlo?
Es mi turno de sonreír.
—¿Has hablado con Kyle al respecto?
—No, pero lo haré pronto, el hombre va a volverse loco si no le aviso con anticipación.
Mientras avanzamos, me cuestiono que tan prudente sería preguntarle a Johnson más cosas sobre él. Es cierto que dijimos que descubriríamos lo que sea que estaba sucediendo entre nosotros, pero no sé si estemos listos para poner todas las cartas sobre la mesa.
—Kyle y tú son muy unidos, ¿cierto? —sus ojos me miran por un instante, luego, desvía la atención a Thiago.
—Sí. —esconde las manos en los bolillos de su chaqueta —lo que es raro, porque discutimos casi todo el tiempo, pero supongo que son cosas que pasan entre los hermanos, ¿o no?
—Supongo que sí aunque no puedo opinar demasiado, fui hija única.
Asiente levemente.
—¿Has pensado tener hijos alguna vez? —la pregunta brota de mis labios con rapidez que no tengo tiempo de considerar si es imprudente, sin embargo, cuando miro a Johnson, él tiene una mirada curiosa y una casi diminuta sonrisa asomando en los labios.
No me responde de inmediato, seguimos avanzando, tratando de no perder de vista a Thiago.
—Nunca lo consideré realmente —admite al fin —quiero decir, no está dentro de mis prioridades actuales.
Sé que no debería de sentarme mal, pero una parte de mí comienza a cuestionarse si lo que sea que estamos intentando descubrir, es lo suficientemente claro como para saber que Thiago viene en la ecuación.
—¿Esperabas una respuesta diferente? —su voz nota un tanto tensa.
—No —me atrevo a mirarlo, en un intento de fingir que no comienzo a hacerme un lío en la cabeza —solo pienso que... si estamos lo suficientemente en sintonía como para poder funcionar.
—¿Qué quieres decir?
—Yo tengo un hijo.
Sus cejas se fruncen, me mira como si en realidad no entendiera el punto de mis palabras.
—Tengo un hijo, y no suelo meterme en relaciones ni en rollos de una noche por él. Porque detestaría confundirlo, y contigo he roto mi regla porque parece que le agradas, pero si tu no...
—Hey, detente —casi exige —el hecho de que diga que los hijos no están dentro de mis prioridades actuales, no quiere decir que rechace a Thiago. ¿Cómo podría?
Sus palabras dejan en mí un alivio que no puedo describir.
No respondo, continúo avanzando hasta que siento su mano enroscarse en mi muñeca.
—Be, hablo en serio —dice con firmeza
Se detiene, le doy una rápida mirada a Thiago antes de volver mi atención a él, a esos profundos ojos celestes que se sienten hipnotizantes.
—Se que Thiago viene en la ecuación, lo he sabido siempre y eso no me hace desear menos descubrir hasta dónde podemos llegar. Entenderé si tienes tus reservas conmigo respecto a él pero...te puedo jurar que nunca podría rechazarlo. Es tu hijo Be, ¿cómo podría?
Mi pecho se contrae con un movimiento salvaje, una sonrisa se extiende por mis labios. Toda la preocupación que tuve respecto a que Johnson no nos considerara importantes, se esfuma por completo.
—Me crees, ¿verdad?
—Te creo —susurro y sus hombros caen con alivio.
Asiente brevemente antes de volver su atención al frente, Thiago se ha apartado algunos pasos así que nos aproximamos a él, y durante el tiempo que sigue a nuestro paseo, me siento tan tranquila como hace mucho tiempo no me he sentido.
Mi pecho se contrae con un sentimiento que no sé cómo clasificar cuando miro a Johnson y a Thiago jugar, es curioso ver como un hombre tan imponente como Johnson Beckham adquiere una personalidad tan dulce con los niños.
Vi esa faceta con Camille, la forma cariñosa en la que cuidó de ella mientras estuvimos juntos, como siempre se preocupó por pasar tiempo con su sobrina, por hacerla feliz.
Y ahora, hace lo mismo con Thiago. Mi hijo ríe mientras Johnson dice algo, el sonido de su risa me ablanda el corazón, en determinado punto Johnson mira hacia mí, y sus ojos permanecen fijos en los míos.
Y ahí sé que no importa que descubramos entre nosotros, Johnson Beckham ya no me es indiferente, y eso solo puede significar una cosa.
Una cosa que no estoy preparada para enfrentar, porque si lo hago, quiere decir que debo avanzar, y no hay nada más atemorizante que tener que abandonar la zona de confort en la que has pasado años.
Lo desconocido siempre va a dar miedo. Y Johnson es una nueva visión desconocida de un futuro que no sé si podré afrontar.
(...)
Lauren lanza una mirada curiosa en mi dirección, mantiene la copa de vino entre sus manos, estamos en casa, disfrutando de la tranquilidad de una tarde de amigas porque Thiago se encuentra en el parque con la niñera, así que puedo tomarme un par de copas de vino sin preocupación.
—Por favor deja de mirarme así —pido —das miedo.
—¿Aria sabe que estás saliendo con su cuñado?
Ruedo los ojos, Lauren ríe ante mi expresión de fastidio y le da un sorbo a su copa.
—No estamos "saliendo", y sabe que hemos estado pasando tiempo juntos, es todo. Tampoco es algo tan grave.
Lauren ríe levemente. Se acomoda mejor en el sofá antes de considerar darme una respuesta.
—Creo que ustedes si están saliendo —dice reteniendo la sonrisa —y está bien, quiero decir, son adultos, pueden hacer lo que les plazca.
—Exacto —la señalo —y deberíamos poder hacerlo sin que nuestros amigos nos cuestionen.
La mirada de Lauren se torna suave. Se inclina hacia adelante y extiende la mano a través de la mesa para tomar la mía.
—No es mi intención cuestionar, en realidad estoy emocionada —dice elevando los hombros en un gesto que resulta casi adorable —llevas cinco años sin interesarte en alguien realmente. Creo que los dos han pasado cosas intensas, merecen encontrar la felicidad.
Esta vez una sonrisa cruza por mis labios.
—¿Desde cuando eres tan cursi? —inquiero apretando su mano —¿qué has hecho con mi Lauren?
—Es que soy perfectamente capaz de reconocer el amor cuando lo veo.
Ambas reímos.
—Es muy pronto para hablar de amor, Johnson me gusta, pero estamos apenas conociéndonos. No sería sano jurar que siento amor por él tan pronto.
—Pero lo sentirás —insiste —y cuando eso pase, espero ser la dama de honor.
Sacudo la cabeza.
—Tú no me llamaste para ser dama de honor —le recrimino.
—Eso es porque Josh y yo nos casamos en las vegas sin saber en realidad que estábamos haciendo, pero no me arrepiento, es divertidísimo que Elvis oficie tu boda.
Se echa para atrás, me concentro en la copa que está frente a mí, el líquido se mueve cuando lo tomo y por alguna razón, mis pensamientos se dirigen hacia Johnson.
—A veces siento que me oculta algo —me atrevo a mirar a Lauren —a veces siento que sabe más cosas de las que dice, pero me da miedo preguntar.
—¿Por qué?
—Porque no estoy lista para las respuestas que puede dar. Johnson tiene la clase de pasado que es mejor no saber, no quiero...no deseo que eso nos afecte. Que eso me afecte.
La mirada de Lauren se torna más comprensiva.
—¿No crees que es mejor saber? —inquiere con suavidad —saber realmente que es lo que ocurre, quiero decir...
—No —sacudo la cabeza —Fui muy feliz con Ron sin saber lo que realmente ocurría, tenía la vida soñada. Era feliz. Johnson no es la clase de hombre que lastima a alguien por voluntad propia, así que no sería capaz de hacer las cosas que Ron hizo.
—¿Por qué estás tan segura, Bea? Creías lo mismo de Ron, ¿o no?
—Ron muchas veces dijo que entre nuestra seguridad, y las de los demás, debíamos elegirnos. Decía que siempre me protegería, que nunca me abandonaría, y eso fue lo primero que hizo. Johnson es...—considero mis palabras —es la clase de hombre que no habla, que no hace promesas, pero demuestra. No se pinta a si mismo como un hombre perfecto, no trata de enamorarme con una fantasía.
Tomo un corto suspiro.
—Es crudo, es realista. Johnson es la clase de hombre que no cree en los finales felices pero que aún así intenta descubrir si puede conseguirlo. Renunció a la dirección de las empresas por su hermano, es la clase de persona que se sacrifica por los que ama. Ron nunca se hubiese sacrificado por mí, ahora lo entiendo.
Lauren me escucha en silencio, con una leve sonrisa tirando de sus labios.
—Espero que entonces ambos puedan descubrir su final feliz —dice —porque lo merecen.
Sí, lo merecemos. Pero soy perfectamente consciente de que el hecho de merecer algo, no siempre significa que vas a conseguirlo.
(...)
Thiago me observa con molestia, con los labios fruncidos y en advertencia clara de que está a punto de hacer un berrinche.
—Más vale que no vayas a hacer berrinche —advierto —porque no hay razón, lo sabes.
—Pero yo quiero ir al parque.
—Thiago, estuvimos fuera todo el día —me coloco a su altura, elevo las manos y lo tomo de los costados de sus brazos para acercarlo a mí. —Paseamos con John, luego fuiste a jugar con Romi al parque, creo que ha sido suficiente. Ahora es hora de un baño y a dormir.
Thiago cruza los brazos por el frente.
—¿Mañana podemos salir con John?
Sonrío al notar como parece un poco menos molesto al preguntar eso.
—Tal vez, si no está ocupado. ¿John te agrada?
Sonríe levemente.
—Me gusta jugar con él, ¿va a venir siempre? Me gusta que venga.
Le acaricio el cabello, Thiago ya no parece molesto y comienzo a sospechar que Johnson es más cercano a mi hijo de lo que creí.
—¿No te molesta que mamá y John pasen tiempo juntos?
Niega.
—Cami dice que eres la novia de John, pero luego la tía Aria dijo que no era cierto.
Me quedo en blanco, ¿desde cuando somos el tema de conversación de niños de cinco años?
—No es verdad —le confirmo —pero estamos pasando tiempo juntos como...
—¿Cómo los papás de Cami?
La ilusión en los ojos de Thiago me rompe el corazón.
—Cielo...
El timbre suena, volteo hacia la puerta.
—¿Crees que es John, mami?
—No lo sé... —el timbre suena de nuevo. —Aguarda aquí.
Me aparto de él, apenas estoy me recomponiendo de las palabras que ha dicho mi hijo así que camino hasta la puerta y abro sin mirar primero, y cuando lo hago...
—Hola Bea, que gusto al fin conocerte.
Todo mi cuerpo se tensa y retrocedo por inercia, el hombre sonríe, mira sobre mi hombro y algo en mí reacciona.
—Thiago, ve a tu habitación ahora.
Obedece de inmediato, con el corazón agitado me enfrento de nuevo al desconocido.
—¿Quién es usted?
Sonríe ampliamente mientras extiende una mano en mi dirección y dice lo último que esperé:
—Bruno Millers, el padre de Ron.
________________________________________________________________________
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro