14.- Ojalá no lo hubieses hecho.
JHONSON
—No se supone que debas estar trabajando —elevo la mirada cuando escucho la voz de mi madre. Mi hermana viene detrás, con una sonrisa divertida en el rostro.
—Sabes bien que no puedo estar sin hacer nada —sonrío cerrando la computadora en donde se mostraba la última información que habíamos obtenido sobre la persona que estaba intentando asesinarme, pero claro, no es algo que le quiera decir a mi madre.
—Es imposible que esté sin hacer nada —concuerda mi hermana —lo que en realidad hace que me pregunte, ¿cómo es que has sobrevivido a tres días aquí?
Hoy es mi último día en el hospital y lo cierto es que estoy ansiando que el médico venga para darme el alta. Por la herida en el hombro, tuve que permanecer tres días en observación, pero dado que todo parece marchar de forma optimista, parece que no requiero estar más encerrado en esta habitación con olor a desinfectante.
—He soportado cosas peores —bromeo —creí que se quedarían en casa...
—Queremos venir a ayudarte para salir de aquí —Fanny se acomoda en el banco a un costado de la cama —mamá cree que sería buena idea que vinieras al departamento unos días...
—No —mi negativa las hace suspirar a ambas.
—Johnson, entiende que es peligroso que estés solo, no sabemos quien quiso herirte ni porqué —mi madre me observa con dureza, claramente sabe lo necesario, que alguien me disparó, pero es todo.
No tiene idea que está relacionado con el pasado que todos queremos olvidar. Pero Fanny...Fanny si que lo sabe.
Es imposible guardarle secretos a esa mujer, tal vez es por eso que Dominik, su esposo, parece haberse convertido de pronto en un hombre ejemplar. Fanny Beckham es de temer.
—No soy un niño al que tengan que cuidar —mascullo —estoy bien, y estaré bien en mi casa, no necesito...
—Claro que estarás bien, pero no perdemos nada con prevenir. La colonia privada en donde vive tu hermana es muy segura y...
—No voy a irme con mi hermana pequeña —sentencio —y antes de que lo sugieras, tampoco me iré con Kyle.
—Y que bueno, porque no planeaba recibirte —la voz de mi hermano se escucha y todos volteamos, Aria viene detrás, con un pequeño arreglo floral.
—Aria, dile que debe cambiar de opinión —dice mi madre como si de pronto mi cuñada tuviese poderes que pudieran lavarme el cerebro —eres la más sensata y Johnson...
—Johnson está presente y dice que no —intervengo con fastidio —volveré a mi casa, aún cuando todos ustedes me insistan en que no lo haga.
Mi madre resopla pero parece darse por vencida.
—No sé que es lo que hice para tener hijos tan testarudos —se queja —un día de estos, van a acabar con su madre —nos señala a los tres y eso nos hace reír.
—No seas tan dramática por favor —pide Kyle —Johnson es perfectamente capaz de cuidarse solo, si no fuese tan testarudo y no hubiese despedido a sus guardias.
Resoplo.
—Creo que el médico dijo que debo descansar y ustedes no hacen más que agobiarme.
Una nueva risa colectiva se escucha, pero mis palabras funcionan porque mi madre dice que irá por el médico, Fanny y Aria parecen preferir ir por un café que quedarse, así que solo me quedo con Kyle.
Mi hermano avanza hasta acomodarse en el asiento que antes ocupaba nuestra hermana, toma una inhalación y su mirada se fija por completo en mí.
—Josh pudo acceder a las cámaras, tenemos imágenes claras de lo que ocurrió.
Saca el teléfono de su bolsillo, y me lo extiende. Cuando miro la pantalla, hay un video pausado, coloco la reproducción y todo mi cuerpo arde con furia cuando veo las imágenes.
Un auto estacionado por horas delante de mi hogar, ¿Cómo siquiera no lo percibí? Parece estar simplemente ahí, y no es hasta que Bea sale de la casa, que parecen decidir que es el momento de actuar.
El auto no lleva placas, y desparece con rapidez luego del primer y único disparo, pero si estuvo ahí por horas...
—Lo hizo porque vio a Bea —volteo hacia Kyle —¿Crees qué...?
—No es Ron —dice Kyle con seriedad mientras toma el teléfono —pero es claro que está relacionado porque de lo contrario, no hubiese reaccionado al ver a Bea salir de la casa. Estuvo ahí horas, si quisiera asesinarte lo hubiese hecho desde el inicio, estabas solo, sin seguridad.
El silencio cae sobre nosotros, es imposible que se trate de Ron. Estaba muerto cuando abandoné ese callejón, es imposible que sobreviviera a una bala en la cabeza, pero entonces, ¿quién?
Habíamos descartado a Francis Miller, el hombre no tenía ni una sola relación con el pasado de Ron, incluso aunque eran amigos cercanos, Josh consiguió acceder a registros que no los relacionaban en la noche que acabé con el cabrón. Además, Francis ni siquiera pareció reconocerme cuando fui a casa de Bea, de ser él, hubiese tenido muchas oportunidades antes.
—Es como si persiguiéramos a un fantasma —dice Kyle —y eso es lo que me preocupa, sabemos que es más fácil acceder a información cuando nadie sabe quien eres, lo fácil que es mezclarse, atacar.
—Solo hay una forma de averiguarlo.
Kyle mantiene su atención en mí.
—Bea ha estado recibiendo mensajes, similares a los que me han enviado. Todos diciendo información que solo Ron debería saber, quien sea que los esté enviando...era cercano, mucho, tal vez incluso Bea lo conoce pero no lo recuerda.
—¿Y qué pretendes hacer?
—Tenemos que usarla a ella para saber.
—John....
—Es la única manera —cierro los ojos y echo la cabeza hacia atrás.
Kyle se incorpora.
—Si sabes que si hacemos eso, puede que su intento de asesinado esta vez de resultado. Sea quien sea, lo detonó verte con Bea. Yo realmente sugeriría que te alejaras, joder, deberías alejarte de ella.
—Kyle...
—Estás intentando mantenerte con vida, y Bea es una excelente mujer pero no es para ti, y lo sabes. Así que aléjate de una puta vez Johnson.
—No tienes derecho a decirme que hacer, no cuando tú no te olvidaste de Aria, ¿o sí?
—Eso es completamente diferente.
—No lo es, tú debiste olvidarte de Aria y no lo hiciste, yo no estoy acercándome a ella por venganza ni haciéndola sentir como la mierda —reprocho y sé que es un golpe bajo usar eso en contra de mi hermano, pero maldición, odio la idea de que consideren alejar a Bea de mí. —No eres un hombre ejemplar, no lo eres en lo absoluto así que deja de fingir que realmente te preocupas por lo que pueda suceder porque ambos sabemos que no es así.
—Yo nunca le mentí a Aria —dice con frialdad —ella supo mis intenciones desde el inicio, fui claro, le dije que quería venganza, le conté mis planes, fui un hijo de puta pero nunca la engañé.
—Yo no estoy engañándola...
—¿Ah, no? ¿Entonces le contaste la verdad? ¿Lo hiciste? —inquiere con una sonrisa irónica —¿qué pretendes, Johnson? ¿Ser un padre para su hijo? ¿Cómo harás eso cuando asesinaste a su verdadero padre? ¿Cómo podrás mirar a ese niño sabiendo lo que hiciste?
—Kyle —no volteo cuando reconozco la voz de Aria —eso es injusto y lo sabes.
Aprieto los dientes porque sus palabras se sintieron como puñaladas, porque tiene razón, ¿Cómo puedo querer una cercanía con Bea con lo que hice?
—No, no es injusto —dice con brusquedad —es la verdad. Una que no quiere aceptar. Y es hora de que lo haga de una maldita vez.
No espera una respuesta, esquiva a su esposa y sale de la habitación con rapidez. Me quedo en silencio, aguantando por las ganas que tengo de lanzar el bonito arreglo de flores que Aria ha traído antes, luchando con los malditos pensamientos que me comen la cabeza.
—Está asustado —dice Aria con suavidad —está preocupado por ti, está aterrado de perderte otra vez.
—Tiene razón —sacudo la cabeza —Bea tiene un hijo, y yo maté a Ron, hice lo mismo que ellos hicieron con mi padre, me convertí en uno de ellos, Aria.
Ella sacude la cabeza en una negativa, se acerca hasta quedarse en el borde del colchón y extiende la mano para acariciar mi rostro.
—No lo hiciste, porque tú estabas cuidándonos, estabas salvando a Camille, a mí, a tu hermano —sonríe —no eres como los hombres que asesinaron a tu padre, nunca serás como ellos.
No sé si es por la suavidad con la que habla pero de pronto me siento vulnerable, tengo las palabras atoradas en la garganta, deseando salir pero no encuentro la manera.
—¿Sabes que tengo pesadillas sobre esa noche? —inquiero con un temblor en la voz que no me gusta en lo absoluto —tengo pesadillas sobre que no logro salvarlos, pesadillas en donde todos están muertos y yo...
—Shht —dice cuando nota que el pánico comienza a apoderarse de mí —son solo eso, pesadillas.
—Pero puede ser realidad, si no logro encontrar a quien está detrás de mí, si no consigo acabar antes con ellos...
Aria entiende lo que quiero decir, pero contrario a la reacción que espero, ella sonríe.
—No mereces a Bea, eso es seguro. Ella es maravillosa, es amable, considerada, es la mujer más increíble que vas a conocer en tu vida, no la mereces ahora...pero puedes merecerla. Tu hermano cruel durante muchos meses, pero cambió, lo hizo de verdad y cuando eso pasa, John...cuando realmente una persona te demuestra que le importas lo suficiente como para dejar de hacer eso que te lastima, entonces no importa el pasado, solo las acciones del presente que te dicen que merece una oportunidad.
Sonríe y palmea mi pecho.
—Eres un buen hombre, John, no dejes que el pasado te haga dudar de eso.
Y sin decir nada más, se incorpora y ella también abandona la habitación.
(...)
Me dan de alta en el hospital ese mismo día. No vuelvo a hablar con Kyle, y al final conseguí que mi madre dejara de insistir en que abandonara mi hogar, aunque no pude hacer mucho para que un par de guardias de mi hermano vinieran conmigo.
Tengo que llevar un cabestrillo para brazo, junto con un inmovilizador para que la herida del hombro se recupere, así que mi movilidad es limitada, más de lo que me gustaría.
Suelto un suspiro cuando el dolor en mi cabeza se vuelve más intenso, cierro la computadora y aprieto los párpados, mi mente no ha dejado de buscar algo que pudiera servirme para saber quien es quien está cazándome, algo, algún recuerdo...algún rostro porque estoy seguro de que si esa persona sabe tanto...tuvimos que cruzarnos alguna vez.
El sonido de mi celular rompe mis pensamientos pero no abro los ojos, simplemente tanteo la cama hasta tomarlo y deslizo la pantalla.
—¿Hola?
—¿Cuánto tiempo más vas a ocultar la verdad?
La voz distorsionada al otro lado de la línea enciende en mí todas las alarmas, me incorporo con rapidez tanta que el brazo lanza una oleada de dolor que me hace apretar los dientes.
—¿Quién coño eres?
—No respondiste —dice con el mismo tono distorsionado —mataste a un hombre inocente, ¿para qué?
—Ron Collins no era inocente —espeto colocando el teléfono entre mi hombro y el costado de mi rostro, con la mano que tengo libre abro la computadora y aguardo para que encienda.
—Johnson, Johnson, Johnson. ¿No pensaste que alguien reclamaría venganza por tus acciones?
Sonrío.
—La verdad es que no —camino hasta el cajón para poder tomar uno de los tantos cables. —Pero aquí estás, ¿o no? ¿Qué es lo que quieres?
Lanzo el celular a la cama y coloco el altavoz. Tener solo una mano libre me complica las cosas así que me demoro más de lo previsto en conectar el celular a la computadora, estoy haciendo todo en segundos, abriendo el programa y esperando poder obtener la suficiente información.
—Sabes que es lo que busca un cabo suelto, ¿o no?
—Tú no eres un cabo suelto —reto —no lo eres en lo absoluto, aunque me da curiosidad, ¿por qué te importa tanto Ron Collins? ¿Por qué te importa tanto Bea?
Silencio.
—Ron la dejó abandonada, la dejó a su suerte, abandonó a su esposa para salvarse el pellejo y al final no resultó —observo la pantalla de la computadora llenarse de números e identificadores —no haces esto por Ron, ¿verdad? Lo haces por Bea.
Silencio. Sonrío satisfecho.
—Dispararme enfrente de ella no fue un movimiento inteligente. Solo reaccionaste cuando la viste salir, ¿crees que no lo sé?
—Sacas conclusiones demasiado aprisa, Johnson. Bea me interesa, pero no por los motivos que crees. Me pregunto que pensará del hecho de que tú eres el asesino de su esposo. ¿Ella querrá asesinarte entonces?
—Entonces dile de una puta vez —espeto —eso es lo que quieres, hazlo.
—No, porque deja de ser divertido —una risa resuena por la línea —ese disparo no fue para matarte, soy un tirador excelente, no cometo errores cuando realmente lo quiero.
—La próxima vez no dudes tanto, nunca sabes que puede ocurrir.
—Créeme, Johnson. Estoy ansioso de descubrirlo.
La llamada se cuelga, pero los números permanecen en la pantalla de la computadora. No hay demasiada información, pero debe de ser suficiente.
Tal vez Kyle no lo considera adecuado, pero Bea es la única manera por la cual puedo descubrir quien está detrás de todo esto. Quien sea, Bea es de su interés, y si logro encontrar la relación...
—Señor —la voz de uno de los guardias se escucha al otro lado de la puerta —lo buscan en la sala. Bea Collins está aquí.
Camino con rapidez y abro la puerta, el guardia me hace un asentimiento y señala las escaleras.
—¿La dejaron pasar?
—Estaba bastante decidida a entrar —dice mientras caminamos hacia las escaleras. Soy capaz de escuchar la voz de Bea hablando con uno de los guardias, y las leves risas de Thiago.
Me obligo a apartar la sensación que crece en mi pecho porque no debería experimentar nada de esto, pero joder, cuando sus ojos me miran y sonríe, es imposible.
—Hola —dice —lamento no haber avisado pero...quería ver como estabas.
—Estoy bien —sonrío —parece que traes compañía.
—Di hola, Thiago —dice ella con suavidad.
—Hola señor Beckham —dice.
—Solo John —corrijo —¿vinieron a visitarme?
Thiago asiente y sonrío. De pronto las palabras de Kyle vuelven, mientras el pequeño me mira, reconozco los rasgos de su padre en él y aparto la mirada casi de inmediato.
—¿Es mal momento? —parpadeo mirando a Bea —podemos irnos si...
—No —fuerzo una sonrisa —¿quieres comer algo? ¿Beber...?
—Estamos bien.
Le hago un ademán para que se siente en los sillones, Thiago parece encontrar algo divertido en el estante así que corre hacia ahí y cuando Bea hace el ademán de detenerlo, elevo la mano.
—Déjalo, está bien. No hay nada peligroso, Camille corretea por la casa todo el tiempo.
Eso parece relajarla.
—Quería disculparme —dice cuando se ha acomodado a mi costado —por la discusión del otro día, cuando...
—No pasa nada —le hago un ademán con la mano libre —no soy propenso a guardar rencores.
Se ríe levemente.
—¿Los mensajes siguieron?
—No —suspira —y me aterra el pensar el porqué.
Me mira, muerde su labio inferior y eso no debería resultarme tan jodidamente sexi, pero lo hace. Tanto que tengo que obligarme a pensar en otra cosa, en cualquier asunto, menos en Bea.
—Parece que alguien sabe muchas cosas personales, hay mucha probabilidad de que conozcas a quien envía esos mensajes.
—Son cosas que solo Ron podía saber y él está...—no termina la frase —nuestros amigos cercanos apenas y saben lo que ocurrió, solo saben que murió pero no los motivos, nadie sabe absolutamente nada. Es lo que no consigo entender.
—¿Familia? —niega —¿algún amigo que te haya contactado recientemente? ¿Alguien con un repentino interés?
Parece pensárselo.
—Si alguien llegase de pronto hablando de Ron, lo recordaría. Pero...ni siquiera he tenido contacto con nuestros amigos más cercanos, me alejé de todos cuando ocurrió. Lo que me pregunto es, ¿por qué después de tanto tiempo?
—La salida al parque, la primera vez que llevamos a los niños juntos —ella me mira con confusión —recibí un mensaje amenazándome.
—¿Tú...? —parece entender —¿crees que fue porque nos vieron juntos? ¿Eso que...?
Ambos quedamos en silencio.
—Supongo que eso lo detonó. Conoces a quien está detrás de esto, Bea. Así que necesito que me ayudes a atraparlo.
—¿Cómo voy a hacerlo? —se incorpora —lo único que deseo es que esto acabe, es todo. No quiero saber más sobre Ron.
—Me temo que no va a acabar hasta que consigan asesinarme, o en su defecto, yo lo termine asesinando.
Me mira horrorizada.
—Tú no eres un asesino.
Sonrío con tristeza.
—Necesito tu ayuda, Be. Por favor.
Ella suspira. Mira a Thiago y luego a mí.
—¿Qué necesitas que haga?
Sonrío levemente.
—Vas a contactar a todas las personas que creas que puedan tener relación con Ron, una llamada casual, un mensaje...
—El aniversario de la muerte de Ron —dice de pronto —será en unas semanas.
—Los llamarás, y yo me encargaré de descartarlos uno por uno.
Bea frunce el ceño.
—¿Cómo lo harás?
Me inclino hacia ella, mis labios se encuentran con su frente y el contacto me enciende, me da una calidez que nunca esperé.
—Solo confía en mí.
Se aparta, su mirada viaja a mis labios y antes de que yo pueda hacerlo, ella me besa. Dejando en claro que confía en mí.
Ojalá no lo hubieses hecho, Be.
Ojalá...
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