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17

Jimin.

Me dejé caer en la cama como alma en pena. Me pasé una mano por el rostro notando que ya tenía asomados algunos pelos de la barba. Cerré los ojos y suspiré. No podía sacar de mi cabeza esas palabras que Hara dijo, estaba tan herida, dolida. Lo pude ver a través de sus ojos marrones y la sensación que me producía ese recuerdo era horrible. Un dolor en el pecho que no podía controlar.

Ni siquiera sabía que le diría. Ella sonaba segura de sus palabras y yo no quería meter a Jisu en esto. No tenía la culpa, porque no tuvo nada que ver conmigo y solo la veo como una buena empleada. No debí haberla llamado. Es que demonios, no soy adivino, no tenía idea de que Hara aparecería por ese pasillo y me diría todo eso.

Tengo tantas cosas en la cabeza que siento que me volveré loco en cualquier momento. La situación con la empresa. El regaño de mi padre cuando le conté todo. Temí que le subiera la presión y terminara en el hospital. Ese fue uno de los motivos por el que me encargó la empresa. Le habían detectado hipertensión arterial hacía dos años y últimamente sufría por ello. La última vez casi infarta, fue el día que cerró el trato con los chinos y por un artículo de la prensa casi termina muerto. A la semana me dijo que se retiraba y que me dejaba a cargo como socio mayoritario. Me cedió parte de sus acciones, que sumadas a las que ya poseía me colocaron en la cima. Lo recordaba como un gran paso. Pero también me hacía saber que mi padre estaba delicado de salud. Tiempo después le diagnosticaron hipertiroidismo. Fue ese el motivo por el que se alteraba mucho y tendía a gritarle a cualquiera. Ahora tenía que tomar medicamentos para ambas enfermedades de por vida. Pero me sentía bien con que el lo estuviera.

Dejé de pensar en eso cuando me llegó una notificación al ordenador. Lo tenía a mi lado, así que solo lo abrí y leí el mensaje.

"Todo marcha perfectamente. Estamos recopilando información y pruebas junto a los de inteligencia. Mingyu te manda saludos... Ha Sungwoon"

Eso me hizo bajar los hombros que tenía tensos, me froté el pelo con una mano y lo sentí grasoso. Así que respirando más tranquilo por está buena noticia tomé lo necesario y entré al baño. Dispuesto a sacar a mi antiguo Jimin a la luz. Él Jimin seguro, afeitado, que salía por la televisión en una entrevista y derretía hasta a los periodistas. No quería volver a mi yo mujeriego, pero sí a mí yo seguro de sí mismo.

Mingyu fue un ex compañero cuando pasé el servicio militar. Estábamos en la misma unidad y a pesar que mi estadía allí fue corta hice buenas amistades. Entre ellos Ha, que era un abogado de él mejor bufete de la capital y durante su servicio de convirtió en soldado de élite. Uno de los mejores, de allí a qué tuviera acceso a los mejores hombres de inteligencia surcoreana.

No es por halagar. Pero mis amigos, siempre son los mejores. De ello no hay duda.

-Pensé que no saldrías jamás de ese cuarto- Jungkook dejó la bolsa negra a un lado del sofá negro con forma de L y me miró de arriba a abajo-, vaya, que cambio has dado.

Me señaló y hice una mueca ofendido. Jungkook se había quedado aquí la noche anterior, luego de haberme hecho un recital y decirme toda la clases de insultos que existen. Verbales claramente. Me había reprochado el haber herido a Hara, recuerdo que dejé que me bajara un puñetazo en el estómago por ello. Me lo merecía por imbécil. Pero terminé contándole que invité a Jisu para sacarle información de Karina. Al final no obtuve ni pío, más que coqueteos por su parte e intentos de seducción.

Pensé que Jungkook me mataría. Pero en vez de ello, solamente me dijo que lo sentía y que estaba para apoyarme en todo, aún más cuando le conté la reacción de mi padre.

-Lo tomaré como un cumplido. Para no tener que echarte de mi casa- el miró a otro lado apretando los labios y lo escuché murmurar lo que dije en burla, más no le hice caso y caminé hasta la cocina.

Dejé que la máquina me preparara un café Expresso y lo tomé con calma recostado al mostrador. Jungkook entró después con la bolsa en una mano y se hizo uno para él. No era la primera vez que dormía aquí. Antes de trabajar en la empresa lo habían suspendido de su anterior trabajo en una agencia de idols que luego cayó en quiebra y vino aquí llorando pidiendo que lo contratara. Ya antes le había hecho esa propuesta, pero el estaba seguro de su trabajo y la rechazó. Aquel día lloró porque su sueño de ser fotógrafo profesional se quebró y porque estaba avergonzado con sus padres. Y es que fue uno de los mejores graduados en esa carrera, pero pasó mucho trabajo para ser contratado y cuando ya estaba mejor y en auge, llegó esa noticia. Ahí mismo le propuse ser la cara de la empresa y hasta hoy lo era.

Las mujeres aman verlo modelar para promocionar productos de belleza masculinos y tiene una gran comunidad de admiradoras en el país y en Asia. Además es el fotógrafo principal de la empresa. Logrado por su propio esfuerzo.

Volviendo a la realidad, Jungkook es un buen amigo, el mejor que pude pedir. Y Hara bueno, ellos se conocían desde el instituto, Jungkook le lleva un año, pero son buenos amigos. Jungkook me dijo que Hara siempre le cuenta todo. Desde su primera desilución, hasta cuando se entregó a un hombre por primera vez.

Nunca me quiso decir quien fue, porque aunque no quería hurgar en su vida, tampoco quería que ella pensara que soy un acosador. Aunque varias veces pensé en matar al tipo que le quitó su primera vez. No lo negaría.

-¿Puedo preguntarte algo?- su pregunta me hizo dejar el pasado atrás y volver al presente. Asentí mirándolo y me di cuenta que estuve en un trance porque ya el había botado la bolsa de basura- ¿Qué sientes exactamente por Hara?

Abrí los ojos porque nadie me había hecho nunca esa pregunta y mi corazón aceleró sus latidos. Pensé en todo. Ella, yo, sus ojos, ese brillo que me hipnotiza, esa forma de hacerse la dura conmigo, sus sonrisas, sus gestos cuando habla y solo pude voltear la cabeza cuando se me aguaron los ojos.

Jamás podría sacarla de mi pecho. Lo había intentado tantas veces, traté de odiarla para dejar de sentir desde hacía muchos años. Pero solo lograba quererla aún más. Ella es ese primer amor que no se olvida, porque nunca se vivió, es esa espina enterrada en el pecho que te recuerda que hay alguien ahí dentro. Es mi amor prohibido de adolescencia.

-Sabes que la quiero. Más allá de todo. Hice muchas cosas malas en mi vida por tal de que me quisiera y luego cuando me cansé le hice cosas hirientes buscando odiarla y que ella me odiara, pero cuando ella llegó aquí ayer, y me dijo todo eso. Fue como un cuchillo enterrado aquí. Uno que duele demasiado y no te deja respirar. Ahí entendí que la vida es injusta porque cuando menos quieres sentir es cuando más lo haces. - me toqué el corazón que dolía demasiado y Jungkook abrió un poco los labios asombrado. Nunca había sido tan sincero con ese tema. A veces solo decía que quería una follada con ella. Pero hoy le estaba mostrando mi corazón entero-, duele tanto, que para no pensar en ello, me echo la culpa de algo que no hice. Porque Hara es a quien menos deseo lastimar. Yo estaba cambiando por ella, ahora creo que lo haré por mi mismo. Por dejar de ser la comidilla de todos.

Jungkook me observó caminar hasta la sala y sentarme en el sofá en pose india. Se sentó a mi lado y me revolvió el cabello mojado.

-Te admiro mucho Jimin hyung- mi barbilla tembló. Jamás había llorado frente a alguien, creo que la última vez que lo hice fue cuando pensé que padre moriría y ahora estaba casi sollozando como un niño cobarde.

El destino siempre había estado en mi contra. Y a duras penas con el tiempo acepté que de Hara solo cogería migajas. Tal vez es esa clase de amor que nunca podrás vivir en esta vida.

-No lo hagas- me pasé una mano por la cara y sorbí los mocos un poco avergonzado-. La gente que juega con las mujeres son despreciables. Yo soy despreciable. Tu eres demasiado noble y siento que estás yendo por mal camino. Si no cambias lo lamentarás.

Jungkook se alejó de mí ofendido y luego esbozó una pequeña sonrisa.

-Teniendo en cuenta que ambos ya hemos llorado en presencia. Te diré algo- entrelazó los dedos en su regazo y recostó la cabeza al espaldar-. Estoy pensando en abandonar mi vida de picaflor y sentar un poco más de cabeza. No dejar mis ligues, pero si dejar de romper corazones por ahí. Siento que ese ya no es mi trabajo.

-Muy buena decisión. Te felicito.

-Ya hombre. Somos adultos, parecemos niños. Mejor levanta el culo y en lo que todo avanza vamos por unos tragos. Tu aspecto de momia viviente lo necesita- se levantó casi de un salto y tiró de mi brazo para poner mi cuerpo sin ánimos a su par. Asentí a duras penas y lo acompañé hasta la salida.

Bien que lo necesito.


[•••]

Este capítulo lo tenía escrito desde hace un tiempo, pero no lo había editado y como regresé a las clases presenciales de nuevo. Pues ahora fue que lo pude subir.

Creo que tengo un fetiche con los hombres sensibles al amor. Pero creo que esos son los más admirables. Tipo kdrama ajjaajaj

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Estoy muy agradecida por el apoyo recibido.

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