Hara.

Me  encontraba parada frente a la puerta del departamento de Jimin con el regalo en la mano y el corazón a mil por segundo, me preguntaba si debía tocar o salir huyendo, estaba muy nerviosa y las manos me temblaban, justo cuando iba a tocar por fin la puerta se abrió. De ella salió un Jimin con el cabello un poco desordenado y vistiendo una simple sudadera junto a un pantalón de algodón.

Jimin frunció el entrecejo.

—¿Hara?— preguntó Jimin con cierta confusión. Apreté los labios dispuesta a hablar, más las palabras no salían de mi boca.

—Bue... bueno yo quería darte esto— le extendí el regalo rápidamente—, ya se que el día de tu cumpleaños no te regalé nada y quería darte este regalo, ya se que no es mucho pero algo es algo—dije nerviosa y con una extraña sensación en el estómago que me obligó a sonrojarme extrañamente. ¿Por qué demonios le hice caso a mamá? Ya ven, me pongo así de tonta cuando lo tengo frente a mí y así, todo despeinado. No puedo negar que se ve tan apuesto y sexy.

—Gracias— dijo con los ojos más brillantes que nunca y aceptó el regalo con una pequeña sonrisa que luego se borró —. Ven, entra y toma asiento, afuera está haciendo frío—dijo y asentí porque era verdad. En el pasillo no se sentía tanto el frío como en la recepción.

—¿No lo abrirás?— le pregunté un poco desilucionada al ver cuándo colocó el paquete en la mesita de centro y no lo abrió.

—Claro que lo abriré, faltara más—  y con mucho cuidado rompió la envoltura sacando una cajita con el logo Dior, luego la abrió y saco el cinturón—. Gracias, es muy bonito— expresó mientras detallaba la hebilla de el cinturón.

—Pensé que no te gustaría—dije tímida y rasqué mi nuca porque a decir verdad esa mala vibra no me abandonó— mamá me comentó que tenías una colección de cinturones, un poco extraño.

—Pues me encantó, muchas gracias. Respecto a eso, era un hobby que ya no practico, hábitos de joven tonto— expresó y me asombré al ver el leve sonrojo en sus mejillas.

—Bueno yo... me voy entonces— dije señalando la salida pero el me lo impidió. Lo miré y éste suspiró pensativo.

—No te vayas... haré chocolate caliente, tú solo espera— habló y asentí a lo que el salió rápido en dirección a la cocina. Miré todo detallando cada detalle y guardándolo en mi mente, suspiré sintiendo una sensación de vibración en el pecho cuando volvió con dos tazas en manos.

(...)

Jimin.

—Toma—le entregué la taza con chocolate caliente. Detallé sus expresiones faciales y por como brillaron sus ojos se que está contenta con la atención que le estoy brindando. Me alegra saber que ya no sé siente incómoda con mi presencia, realmente es muy satisfactorio y más cuando por dentro me sigo sintiendo un jodido imbécil, que solo ve por si mismo.

—Gracias—me dijo un poco sonrojada, bebió el contenido y luego puso la taza en la mesita de centro—. Ahora... si me voy—dijo y la acompañé hasta la puerta y no se porqué pero en el momento que se iba besé su mejilla por impulso, e incluso yo mismo me sorprendí ampliando mis ojos. Raspé mi garganta y me dediqué en el rato posterior a terminar los papeleos de la empresa. Diciéndome a mi mismo que debo cambiar si quiero conquistarla.
 

Y que debo dejar de lado mis hábitos de conquistas absurdos. Tal y como me juré ayer.

(...)

Hara.

Daba vueltas en mi cama como una tonta, era tardísimo, alrededor de las 11:00pm, ya incluso había cenado pero no podía dormir, solo pensaba en él y el corazón se me aceleraba.

Sentí mi celular sonar y extrañamente era Jungkook. La confusión se instaló en mi cabeza y deslicé el ícono para contestar.

—Hola—dije curiosa y mordí mi labio inferior.

—Hara de mi vida, de mi corazón, ¿Me perdonas?—habló con intriga y miedo desde la otra línea y fruncí el ceño.

—¿Por qué? ¿Qué hiciste?— le pregunté.

—Le conté todo—dijo con temblor en la voz.

—¿De qué hablas?— me senté en la amplia cama sientiendo mi corazón acelerarse al transcurso de los segundos.

—De lo de la relación falsa, Jimin lo sabe todo. Disculpa Hara, pero no pude evitar decírselo al verlo tan decaído. Espero me perdones.

Frita es la palabra perfecta para describirme, humillada también y inmensamente enojada es la ideal. Ahogué un grito de rabia antes de hablar.

—Tranquilo, ve preparando la cuerda —le dije antes de colgar sientiendo la humillación crecer en mí interior.

Ahora entendía porque Jimin se comportaba así. Ahora de seguro me mirará con burla, el por qué de su comportamiento extraño e incluso su rara hospitalidad.
Mejor dejo de pensar y comerme las uñas. Me digo a mi misma.

Hice una rabieta aún acostada, logrando desordenar la cama.

—¿Por qué?— hice una pequeña rabieta alargando el 'que'. Ahora estaba más que jodida. Sabía que me las cobraría.

[•••]

Esta historia me está volviendo agua la cabeza. Tuve que corregir varias cosas en estos capítulos. Así que espero hayan quedado bien.

Hara y Jimin son un enredo.