06
Hara.
—¿Cómo entraste?— pregunté nerviosa temblando por el susto.
—Mmm... secreto— susurró con intriga y luego simplemente se alejó de mí como un perro rabioso.
Toqué el interruptor de la luz de la habitación y cuando encendió pude verlo. Estaba como mismo lo había visto en la cena, solo que tenía el cabello revuelto y parecía haber bebido de más.
—¿Sabes cómo me siento ahora?— su voz ronca salió más aguda de lo normal—. Me siento como si hubiesen pisoteado y tú eres la maldita culpable.
—No sé de que hablas— dije tratando de sonar seria—. Ahora vete por favor. Necesito descansar.
Pedí alzando ambas manos y cuando menos lo esperé el ya había tomado ambas y tirado hacia él.
—¿Mm? ¿Por qué será que no me trago ese cuento? — preguntó con intriga y levanté la mirada, sus ojos estaban más oscuros de lo habitual tanto así que sentí la sangre paralizarse en mis venas. Tragué en seco cuando sus pupilas me atravesaron el alma. Y su aliento sobre mi cara no ayudaba mucho.
—Ahora tengo pareja y con el me siento increíble. Es perfecto, en todos los sentidos — murmuré dejándole las cosas claras o eso traté de hacer.
—No soy estúpido— el olor a whisky chocó de lleno contra mi cara haciéndome estremecer y sentí sus manos en mis caderas, más mi cuerpo no quería obedecer y apartarlo cuando se acercó a mi oído—. El no te hace ni te hará sentir como yo. No te hace temblar con solo susurrar contra tu piel, no te hace estremecer como lo hago yo y jamás te hará jadear o suspirar como lo hago yo— me agarré de su saco cuando mordió mi oreja y cerré los ojos fuerte incapaz de separarlo. Un jadeo salió de mi cuando su boca mordió la piel sensible de mi cuello y sentí como mi cuerpo respondía a sus toques.
Busqué su boca con desesperación y cuando creí ser correspondida el solo se alejó dejándome agitada y con un terrible dolor en el centro.
—¿Ves? Solo yo te pongo así y apostaría lo que fuera porque sé que ese coño está tan adolorido y necesitado, y que solo mi polla lo puede calmar.
Dicho eso salió por la puerta del balcón que ahora noto que estaba abierta y no sé cómo pero lo escuché caer y luego correr por el jardín hacía afuera.
Puse una mano en el pecho y me lancé para la cama. Caí acostada y cerré los ojos tragando duro.
Cada vez siento que las cosas se me van de las manos, últimamente ando muy confundida respecto a Jimin. Ya no me se controlar y me duele admitir que si lo necesito. Que mi cuerpo y mi mente anhelan su toque. Pero cuando la calentura pasa realmente me siento un asco.
Me siento culpable conmigo misma por caer en su labia. Por no controlar ésta adicción que estoy comenzando a sentir cuando lo tengo cerca.
También por otra parte está Jeon, el es muy buena persona aunque siendo sincera es un mujeriego, no es esa clase de persona que juega con alguien pero si es tipo de una sola noche y todas lo saben. Tengo miedo de la golpiza que Jimin le pueda dar por rabia o simplemente venganza.
Salgo del baño más calmada y pongo el celular a cargar. Arreglo la cama y me acuesto aún con esa espina de culpa y confusión en el pecho. Me cubro y le ruego a Dios que todo mejore. Porque ya no se cómo sobrellevar la situación.
(...)
Alzo las manos en el aire y las junto. Levanto un piez y lo pongo en triángulo con la pantorrilla contraria. Cierro los ojos tranquilamente y medito, cambio de poses varias veces. Practicar yoga nunca fue mi fuerte pero aún así trato de poner de mi parte.
Cierro los ojos y me pongo de puntitas de pies abriendo los brazos y sintiendo el aire matutino batir contra mi cuerpo pero antes de cambiar de posición siento como algo pincha mis costillas haciéndome gritar y perder el equilibrio.
Me volteo asustada encontrándome a un Jeon demasiado risueño mientras lucha por no partirse de la risa. Está colorado y tiene el rostro casi morado.
—T-te juro que te voy a matar— contesto agitada sintiendo mi corazón bombear sangre demasiado rápido. Me lanzo encima de él dispuesta a dejarle claro quien es Kim Hara, pero luego de forcejear como niños por un caramelo decido que a éste es mejor no hacerle caso.
—¿En serio Hara? ¿Ya te enojaste?
—No te importa — respondo cortante sintiéndome traicionada por mi mejor amigo y recogiendo la manta paso por su lado, obviamente siendo seguida por él.
—Vamos. Que solo era una broma. No es para tanto— me dijo entrando junto a mi a la casa. Papá no estaba, creo que había salido para la empresa y mamá estaba cocinando junto a Sijoo, la empleada.
—Vaya broma— musité sentándome en la cama con mala cara y mirándolo con rabia.
—Te pondrás fea— se burló divertido tomando asiento a mi lado—. Además no me gustan las chicas feas. Que novia tan fea tengo.
Se siguió burlando pero igual no le hice el mínimo de caso.
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