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⚛EPÍLOGO⚛

(Esto se lee con perfec sonando de fondo)

Ocho meses han pasado desde que Alan me pidió matrimonio. Ocho meses en los que ha sucedido de todo, pero sobre todo, ocho meses en los que he disfrutado todos los preparativos de nuestra boda. Elegir la iglesia dónde se llevaría a cabo la ceremonia, la prueba y elección de vestido, el lugar en que se llevaría a cabo la recepción, el mandar a hacer las invitaciones... todo ese proceso lo disfrute al máximo en compañía de mis seres queridos y por supuesto del que sería mi futuro esposo por segunda vez.

Y aunque aseguré muchas veces que no era necesario hacer algo tan grande Alan no estuvo de acuerdo, estaba empeñado en que todo fuera como yo quería sin importar cuál fuera el costo, de hecho me dio una tarjeta de fondos ilimitados para que costeara lo necesario para la boda. Y ni que decir de mi mejor amigo, aunque estaba al otro lado del mundo aún así seguía estando pendiente de todo el proceso, y de eso nos dimos cuenta cuando nos llegó un sobre confirmando la reservación de uno de los salones de fiesta más grandes de la ciudad. Fue Alan quien entró con el sobre leyendo el contenido que había en él y me dijo que había hecho una buena elección, que había querido sugerirlo pero que yo seguramente me negaría.

Realmente no estaba entendiendo de que me hablaba, yo no había reservado nada y se lo hice saber, y luego de revisar todo el contenido del sobre nos dimos cuenta que había una nota de Donovan diciendo que esperaba que nos gustara él regalo. No sólo era la reservación del salón si no también un par de boletos de avión con destino a Bali porque creyó que era el destino ideal para nuestra luna de miel.

¡Y joder, que yo ni siquiera lo había pensado!. Creí que iríamos un fin de semana a la playa o algo así, pero jamás imaginé que me iría a Bali.

En fin, sin duda había disfrutado todo el transcurrir de todos estos meses. Y de después de todo eso estamos aquí, a un par de horas de caminar por el pasillo de la iglesia y decir que si acepto pasar el resto de mi vida junto a mi chico de ojos verdes.

-Te veo y mis deseos empiezan a cambiar, tal vez si quiera casarme -mencionó Fabia, quien estaba sentada a mi lado dejando que las maquillistas hiciera su trabajo.

Además de ella, también estaban mi madre, tía Laura y Jade en la habitación, cada una tenía una persona encargada del del peinado y maquillaje. Y según sabía, gracias a mi hermano, los chicos estaban reunidos en una suite en un hotel del centro preparándose para la ceremonia.

-Créeme que disfrutarás de... -no pude terminar de hablar porque tuve que levantarme rápidamente y salir corriendo hacia el baño, apenas entré mi estómago se vació mandando al inodoro todo lo que había comido en el desayuno.

-Oye ¿estás bien?

Fabia, quien estaba apoyada en el marco de la puerta me observaba con un poco de asco. Ya me imagino que mi imagen no es la de hace un momento pues sentí como un par de lágrimas mojaron mis mejillas por el esfuerzo de vomitar.

-Supongo que es algún virus estomacal -bajé la palanca del inodoro y luego de tomar un cepillo y pasta dental me cepillé para eliminar el mal sabor en mi boca.

-¿Segura? ¿Hace cuánto estás así?.

Me encogí ante su pregunta y respondí:

-Una semana, creo.

Asintió a mis palabras y sin quitar su mirada de mi se llevó el móvil a la oreja, no pude oír muy bien que decía pues apenas empezó a hablar se marchó. Limpié mis labios con una toalla de papel tratando de no arruinar más el maquillaje y volví a la habitación donde estaban las demás.

Mi madre apenas me vio entrar preguntó que si estaba bien, así que la calmé diciendo que el desayuno me había caído mal, porque qué más podría ser si no un virus estomacal?

La maquillista siguió haciendo su trabajo y cuando terminó empezó a peinar mi cabello, a través del espejo le observaba tomar parte de mi cabello y luego poner horquillas para hacer un sutil recogido dejando dos mechones que caían a los lados de mi rostro, los rizó y luego procedió a hacer lo mismo con el resto de mi cabello.

Fabia entró tratando de ocultar una pequeña bolsa de papel y se encerró en el baño, pocos minutos pasaron cuando la oí llamarme, por suerte ya habían terminado con mi maquillaje y peinado por lo que sin problema fui hasta ella. Cuando abrí la puerta y me adentré al baño me hizo cerrarla, y de pronto una pregunta inesperada para mí salió de sus labios.

-¿Tienes ganas de orinar?.

-¿Qué? ¿Por qué me preguntas eso? -mi entrecejo se frunció, y estoy segura de que mi rostro mostraba mi desconcierto ante esa pregunta.

-¿Tienes o no tienes? -volvió a preguntar. No me había puesto a pensar en eso pero cuando lo mencionó repentinamente las ganas se hicieron presentes, así que asentí. -Bien, usa las tres así hay mayor seguridad.

De la bolsa de papel sacó tres cajas y de ellas empezó a sacar lo que contenían cada una: pruebas de embarazo.

-¿Por qué me das esto? Es solo un estúpido virus estomacal, estoy muy segura de eso.

-Es mejor salir de dudas, ahora hazlo.

Tomé las pruebas de mala gana y luego de que salió del baño tomé una de las cajas para saber qué debía hacer. Una vez usé las pruebas las devolví a la bolsa de papel y las dejé en el pequeño gabinete detrás del espejo. Cuando volví a la habitación me fijé en que mi vestido estaba perfectamente puesto sobre la cama, es tan perfecto, me recuerda al día que lo elegí. No tuve que buscar mucho, solo entré por curiosidad en una tienda y el vestido estaba puesto en exhibición, mis ojos no podían apartarse de él y cuando me lo probé supe que era el indicado, había encontrado el vestido sin estarlo buscando.

-Aún no puedo creer que te vayas a casar por segunda vez -mi madre se oía bastante nostálgica.

-Yo ni siquiera puedo creer todavía que ya te hayas casado la primera vez, y tan joven. -murmuró tía Laura viéndose en el espejo. -Mi madre no estuvo de acuerdo en que me casara si no hasta los veinticuatro.

De pronto se oyó la risa de Fabia resonando por toda la había, Jade la observaba confundida sin saber de que se reía, pero yo creía saberlo.

-Es gracioso recordar cómo mi tía Paula se enteró de que su hija estaba casada. ¡Fue épico!

Mi madre nos dio una mala mirada a ambas y luego entre ella y tía Laura me ayudaron a vestir, Fabia y Jade empezaron a hacer lo mismo y cuando todas estuvimos listas fue el turno de las dos mujeres mayores que se encontraban con nosotras.

Me distraje leyendo un libro mientras caminaba de un lado a otro en la habitación, conforme caía en cuenta de que las horas iban pasando; los nervios se iban apoderando de mi. Pronto sería la hora de irnos.

Jade se ofreció a ayudarme a calzarme los tacones y cuando lo hizo decidí sentarme a sabiendas que seguramente terminaría cayendo por la inestabilidad que tenía. Pese a que en los últimos meses me propuse aprender a caminar bien en tacones de diez centímetros, aún me costaba un poco mantener la estabilidad al andar.

Mientras las demás caminaban de un lado a otro yo trataba de concentrarme en mi lectura, y esta demás decir que bastante me costaba, aunque leía una y otra vez el mismo párrafo no lograba captar eso que solían transmitirme las letras, justo en ese momento ese libro era algo inentendible para mi.

-Ya llegó la limusina -dijo mi madre, haciendo que apartara la vista del libro entre mis manos.

Me levanté y saliendo seguida de ellas fuí hasta la entrada donde se encontraba estacionado el vehículo antes mencionado. Mi madre me hizo detenerme antes de subirme a la limusina y sacando de detrás de su espalda dejó ver una bonita tiara, la dejó en mi cabeza y una por una nos fuimos subiendo, todas estábamos en nuestros lugares cuando nos dimos cuenta de que faltaba Fabia, pocos segundos después la mencionada aparecía caminando apuradamente hasta que subió junto a nosotras.

-Lo siento, olvidé algo.

La limusina se puso en marcha hacia la iglesia, las demás hablaban animadamente mientras yo sonaba mis dedos tratando de dejar los nervios a un lado. Ni siquiera me concentré en el camino, andaba tan perdida del tiempo que cuando menos me lo esperé el conductor ya estaba diciendo que habíamos llegado. Bajamos y ya en la entrada de la iglesia estaba mi hermano esperando por mi, tía Laura me entregó mi ramillete de rosas y junto a las demás entraron a tomar sus lugares mientras Jayson se acercaba a dónde yo estaba.

-Siento ganas de llorar al caer en cuenta que debo caminar con mi pequeña hermana hasta el altar, así pasen los años; siempre serás mi pulga. -se acercó y dejó un beso en mi mejilla.

Crucé mi brazo con el de él y cuando estuvimos en la entrada de la iglesia la marcha nupcial se empezó a oír, veía con gran atención cómo los presentes se levantaban con nuestra llegada, y al final del pasillo estaba él, enfundado en un elegante traje negro, su cabello perfectamente peinado y una sonrisa deslumbrante.

Recorrimos el estrecho pasillo y cuando llegamos frente a él mi hermano se hizo a un lado para que Alan tomara mi mano, estábamos ubicados uno frente al otro, él con Donovan y Thomas a unos cuantos pasos de él como sus padrinos de boda, y yo con Fabia y Jade como mis damas de honor.

-Bienvenidos sean todos, hoy estamos aquí reunidos para presenciar la unión en sagrado matrimonio de estos jovencitos junto a mi -tras las palabras del sacerdote los invitados tomaron asiento.

Algo en lo que me fijé fue en que los padres de Donovan estaban ocupando la primera banca del lado izquierdo, cosa que sinceramente me sorprendió, no pensé que fueran a venir; y no lo digo porque haya habido alguna mala relación, si no porque pensé que estarían más pendientes de sus negocios, aunque me alegra saber que decidieron estar presenres en un día tan importante para su sobrino.

El sacerdote leía algo de un pequeño librito que tenía entre sus manos, todos prestando atención a sus palabras y yo como siempre perdida en lo bonitos que eran los ojos del chico frente a mi, ese característico color verde hoy estaba mucho más claro de lo normal, y un brillo que pocas veces había visto, estaba presente.

-Sin extendernos más en esta charla, es hora de que los futuros esposos reciten sus votos matrimoniales.

Dicho esto, Alan tomó un micrófono que le fue entregado y luego de aclararse la garganta procedió a hablar:

-Si se pudiera regresar el tiempo y me dieran la oportunidad de volver a mi antigua ciudad; lo haría sin pensarlo dos veces, volvería a llegar tarde a esa reunión en casa de mis tíos solo para encontrar a alguien que despertó mi interés, volvería a entrar a mi habitación el día de la fiesta, volvería a ir a esa cita a ciegas, haría todo tal cuál lo hice solo para volver a ti, para enamorarme día tras día como lo he hecho desde entonces. -tomó un pequeño respiro y luego de un rápido vistazo a los presentes volvió a fijar su mirada en mi -solo cambiaría ese lapsus de tiempo en el que nos volvimos desconocidos, porque aún a día de hoy no puedo vivir con la idea de que derramaste lágrimas por mi culpa. Aquí, frente a nuestras familias y amigos prometo amarte todos los días de mi vida, ser tu apoyo incondicional tanto en los buenos momentos como en los malos, y dar todo de mi para que seas feliz. Te amo.

Me cedió el micrófono y respiré profundamente antes de que fuera mi turno de hablar, un repentino mareo me vino haciendo que todo a mi al rededor diera vueltas, lo atribuí a mis nervios pero por suerte pasó rápido.

—Yo no voy a decir cuál era mi actividad favorita antes de tu llegada, es un poco vergonzoso incluso recordarlo —Donovan soltó un risita porque sabía que me refería a mis momentos de espionaje —solo quiero que sepas que te amo, que fuiste tú quién me demostró que el amor bonito y puro sí existe, y que siempre le estaré agradecida al destino por cruzar nuestros caminos; porque conocí a un hombre maravilloso que ha hecho de mis días los mejores. Prometo estar a tu lado en todo momento, sin importar si son buenos o malos, prometo ser yo quien esté para secar las lágrimas que derrames y cambiar tu tristeza por felicidad porque te amo mucho más que ayer, pero un poco menos que mañana.

Entregué el micrófono y volteé a ver hacia la banca dónde estaba mi madre, con un pañuelo que le entregó Nicolás secaba delicadamente sus lágrimas, a su lado mi hermano y Facu me veían felices; y a unos cuantos pasos más allá estaba Ian con su cámara tomando fotos. Recuerdo que pasó semanas pidiéndome dejarle tomar las fotos de la ceremonia, y cuándo con Alan vimos los resultados del curso que había tomado; no lo dudamos y aceptamos que fuera él el fotógrafo.

Donovan nos entregó nuestros anillos y el sacerdote luego de indicarnos que lo colocaramos a nuestra pareja, tomó palabra nuevamente:

-Aquí, en la casa del señor y frente a sus invitados; los declaro marido y mujer. Que lo que Dios ha unido el hombre no lo separe. Puedes besar a la novia.

Tras el sacerdote decir sus últimas palabras, Alan se acercó a mí y tomando mi rostro entre sus manos unió nuestros labios.

La algarabía entre aplausos y felicitaciones no se hicieron esperar, y tomando mi mano empezamos a recorrer el angosto pasillo hacia la salida siendo seguido por nuestros amigos.

Era un hecho, nos habíamos casado por segunda vez.

=============♡=============

Cuándo llegamos al salón de fiestas ya todos los invitados habían llegado y estaban en sus mesas correspondientes. Con nuestra entrada empezó a sonar una lenta melodía, Alan sin soltar mi mano nos llevó al centro de la pista de baile y llevando una de sus manos a mi cintura empezó a guiar nuestro baile.

-Juro que hoy es el día más feliz de mi vida. -su sonrisa era deslumbrante -Sigues siendo mía, sigues siendo Venus Kelly de Johnson.

De a poco más parejas fueron llegando a la puesta, nuestro primer baile pasó, pero aún así continuamos bailando, estábamos disfrutando el día que habíamos planeado durante meses.
Dos canciones más pasaron hasta que decidimos sentarnos, los tacones me estaban matando, Alan se ofreció a quitarlos y cuando apoyé los pies en el piso sentí el agradable frío de las cerámicas relajarlos un poco. Familia y amigos se acercaba a felicitarnos, los chicos se divertían en la pista de baile mientras Ian andaba dando vueltas de un lado a otro tomándole fotos a lo que se cruzara en su camino.

Alan se disculpó y se levantó de la mesa justo en el momento en que Fabia tomaba asiento a mi lado, le vi marcharse hacia donde estaba Donovan con sus padres y dejé de prestarle atención en el momento en que mi prima empezó a hablar.

-Casi olvido esto sin que podamos ver el resultado, por suerte y lo recordé justo cuando estaba por cerrar la puerta de la habitación -de su bandolero sacó la pequeña bolsa de papel que me había entregado en el baño.

-¿Sigues empeñada en eso? Es solo un virus, ya te lo dije. -volteó los ojos ante mi respuesta y luego de fijarse en que nadie nos prestaba atención sacó las tres pruebas dejándolas sobre la mesa.

-Bien... veamos qué dice esto.

Tomó la primera prueba y sus ojos se agrandaron en sorpresa, ya esto no me estaba gustando.

-Vale estas cosas no siempre funcionan, aún faltan dos. -tomó la segunda y su expresión no cambiaba. Iba a tomar la tercera prueba de embarazo cuándo oímos como el hombre del micrófono nos pedía prestar atención.

Una canción bastante conocida para mi había empezado a escucharse, sobre la pequeña la pequeña tarima el piano se oía siendo acompañado por el resto de los instrumentos, veía a los músicos tocarlos, pero no veía a la persona que cantaba.

-Well, I found a girl,
Beatiful and sweet,
Oh, I never knew you were
The someone waiting for me.

Buscaba por todas partes a la persona que cantaba, pero no daba con ella, todos parecían copiar mi acción, excepto mi mejor amigo quien veía hacia mi mientras levantaba su copa y sonreía. Cuándo voltee a un lado lo vi, con un micrófono en su mano caminando de manera segura hacia mi mientras cantaba.

-Baby, I'm dancing in the dark
With you between my arms
Barefoot on the grass
Listening to our favourite song
When you said you looked a mess
I whispered underneath my breath
But you heard it
Darling, you look perfec tonight

Tomó mi mano haciendo que me levantara y lo siguiera hasta la pista de baile que había quedado vacía, todos estaban al rededor observandonos, él cantandome la canción que me cantó aquella vez en la playa, y yo embelesada mirándolo mientras lo hacía. Su voz sonaba tan melodiosa, tan perfecta.

-I have that someday
I'll share her home
I found a love to carry
More than just my secrets
To carry love
To carry children of our own.

En ese momento sentía que no existía nadie más, que no habían personas a nuestro al rededor viéndonos, que solo éramos él y yo de regreso en aquella playa desierta.

-Darling, just hold my hand
Be my girl, I'll be your man
I see my future in your eyes.

Estrofa a estrofa fue cantando la canción hasta que terminó, los aplausos no se hicieron esperar. Esta noche sin duda estaba siendo mejor de lo que imaginé. No podía pedir más, simplemente estaba siendo perfecta.

El hombre que había pedido nuestra atención tomó el micrófono, y con Alan salimos de la pista para que los demás regresaran a bailar. Estuvimos un poco apartados de los invitados, pero aún así podía ver perfectamente la mesa dónde había quedado Fabia sentada, nuestras miradas se cruzaron y una bonita sonrisa surcó sus labios mientras asentía enseñando las tres pruebas de embarazo.

Vaya, al parecer no era un virus estomacal como yo creía.

-Estoy embarazada.

Apenas dije esas dos palabras la sorpresa se apoderó del rostro de Alan, pasando a la confusión y luego a la felicidad. Llevó sus manos a mi vestido intentando tocar mi plano vientre, aunque le fue un poco imposible debido a lo pomposo que era.

-Dime que no estás jugando -pidió, su mirada seguía igual de brillosa que antes, pero ahora también empezaban a aparecer rastros de las lágrimas que querían escapar -¿Cuándo te enteraste?

-Justo ahora. Antes de ir a la iglesia Fabia me insistió en hacerme una prueba casera de embarazo, por el momento había olvidado que las había hecho; y justo cuando te fuiste de la mesa ella llegó para ver los resultados. Las tres salieron positivas.

Sus manos tomaron mi cintura y me acercaron hasta él, y me abrazó para después empezar a dejar cortos besos en mis labios.

-Sin duda hoy es el mejor día de mi vida, me volví a casar con la mujer que amo y me estoy enterando de que seré padre.

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