Un beso.

Alan diciendo que me extrañaba.

También Alan vomitando al término de esas palabras.

Un taxi.

Un ascensor y una puerta.

No recuerdo mucho más que eso, solo recuerdos borrosos de anoche llegan a mi mente, pero entre todos, esos son los más claros.

Iba a levantarme porque en serio tenía muchas ganas de orinar, pero cuando abrí los ojos me di cuenta que no estaba en mi habitación de la residencia, pero también había un brazo rodeando mi cintura.

¿Que demonios he hecho?.

Sin el más mínimo cuidado me di la vuelta y me senté en la cama viendo todo a mi alrededor, junto a mi un chico con el torso desnudo estaba dormido, la sábana poco lo cubría pero me dejaba ver perfectamente su culo redondo.

Guié la mirada lentamente hasta llegar a su rostro y tanto el alivio como el pánico me invadió, sensación bastante difícil de explicar.

Este no es cualquier chico, es él.

Es Alan.

Me levanté de la cama y me di cuenta que tenía una franela suya, y que no llevaba brasier, le preguntaría que sucedió anoche pero primero iría a orinar porque ya las ganas me estaban venciendo.

Abrí la puerta y di a un pasillo un poco angosto, frente a mí había una puerta la cual me apresuré a abrir pero era una habitación, unos cuantos metros al final del pasillo había otra puerta por lo que sin pensarlo mucho fui hasta allí y la abrí, esta si era el baño, hice mis necesidades y tomé el tubo de pasta dental, busqué en el gabinete tratando de encontrar un cepillo de dientes nuevo pero no había.

Ni modo, hora de poner en práctica eso que Jayson me enseñó cuando se le cayó su cepillo al inodoro.

Sobre mi dedo índice puse un poco de pasta dental y procedí a limpiar mis dientes lo mejor que pude, aunque no creo que la limpieza fuera excelente; por lo  menos el mal aliento se había ido.

Una vez terminé dejé todo como estaba y volví a la habitación donde se encontraba el chico dormido, caminé un poco al rededor de la habitación y vi mi ropa doblada encima de la silla del escritorio, iba a vestirme cuando oí como Alan hacía un sonido al estirarse, lentamente me di vuelta esperando tal vez encontrarlo despierto, pero no, solo había cambiado de posición.

Me quité su franela y empecé a ponerme el jeans cuando su voz se hizo oír en la habitación.

—¿Que haces?. —el susto hizo que me diera la vuelta olvidando por completo que mis pantalones estaban a media pierna y mis senos estaban al descubierto, su mirada se centró justo en ese punto y en ese momento reaccioné cubriéndome con mis brazos.

—¿Estabas despierto?.

—Tal vez. —respondió mientras se sentaba en la cama y frotaba sus ojos.

—¿Y no dijiste nada porque querías verme desnuda?. —la indignación en mi voz se notaba perfectamente, y la vergüenza que sentía se debe haber visto reflejada en mi rostro.

—Tus palabras, no mías. —le vi de arriba a abajo y de la manera más digna que pude le di la espalda, terminé de subir mi pantalón y me puse el brasier y la blusa.

Una vez lista me senté en la silla donde anteriormente estaba mi ropa y procedí a calzarme mis botas, él por su parte salió de la cama; dejando ver su cuerpo mayormente desnudo con solo su boxer cubriendo su entrepierna, del clóset sacó un mono de pijama y después de colocarselo salió de la habitación dejándome sola.

Pocos minutos después imité su acción y me dirigí hacia la salida de ese lugar, cuando pasé por la pequeña sala pude fijarme en un par de fotos enmarcadas que habían encima de la mesita de cristal, en una salíamos todos junto a la fogata, fue el día de la acampada, y en la otra solo estábamos Alan y yo sentados en una rampa en el parque de BMX, recuerdo perfectamente cuando ese día le pidió a un chico sacarnos una foto mientras teníamos en nuestras manos unos conos de helado.

Dejé los portarretratos en su lugar y cuando tomé la cerradura de la puerta para girarla, oí su voz.

—¿Te vas?.

—Ehhm... sí. —no sé por qué ahora después de tanto tiempo me ponía nerviosa estando cerca de él.

—Quiero oírte.

—¿A que te refieres?.

—Quiero oír tu versión. —se acercó lentamente a mi y tomándome de la mano me llevó hasta la cocina. —toma asiento, prepararé el desayuno. —mi estómago no había reaccionado si no hasta que oyó la palabra desayuno, después de los no sé cuántos vasos de vodka y no haber comido nada antes, el hambre y el dolor de cabeza se juntaban.

Veía al chico de ojos verdes desplazarse cómodamente de un lado a otro en la cocina, tomando huevos, tocino, pan y cuantas cosas se cruzaran en su camino.

—¿Una pastilla para el dolor de cabeza?. —asentí a su pregunta y pocos minutos después dejó frente a mí la pastilla y una taza de café.

Recosté mis antebrazos sobre la encimera y sobre estos apoyé mi cabeza, el dolor era bastante molesto, solo debía esperar a que la pastilla comenzara a hacer efecto.

No sé cuanto tiempo pasó pero volví a la realidad cuando oí el sonido de la vajilla chocar con la encimera, levanté el rostro y frente a mi estaba puesto un plato con lo que había preparado Alan y junto a este un vaso de jugo, del otro lado de la encimera el antes mencionado acercaba un taburete para sentarse.

—Buen provecho. —dijo antes de empezar a comer, respondí un igualmente y procedí a hacer lo mismo, mi estómago lo agradecía, realmente estaba muriendo de hambre.

El silencio perduraba, y era incómodo porque no sabía como romperlo, quería hablar de lo fuera pero simplemente no encontraba forma de soltar palabras.

Él pareció notarlo también y después de tomar un poco de jugo, se aclaró la garganta y habló:

—¿Aún sientes algo por él?. —negué ante sus palabras y respondí.

—Es mi amigo, supongo que el cariño está presente, pero si te refieres a sentir algo de manera amorosa, la respuesta es no.

—¿Que fue lo que sucedió?. —había llegado el momento de por fin aclarar las cosas, que me supiera por mí lo que en realidad había sucedido.

—Ese día en que quedamos de encontrarnos en la cafetería, pasé por un parque y a lo lejos vi a Donovan, como aún llevaba buen tiempo me detuve a preguntar que hacía ahí, empezamos a hablar y terminó confesando sus sentimientos hacia mi —hice una pausa para tomar aire y proseguí. —pero él sabía que mis sentimientos ya no eran los mismos y ese beso fue como una despedida de su parte.

Guardó silencio por unos minutos que para mí eran eternos, su vista estaba fija en su desayuno y con el tenedor revolvía la comida. Ya había dicho mi parte, ahora no sé que saldrá de sus labios.

—No debí irme sin haberte oído. —eso apenas fue un susurro pero pude oírlo.

—Si, no debiste. —aunque no fue mi intención, sonó como un reproche.

—Lo siento. Tampoco debí perder el contacto con él, él estuvo desde antes en tu vida y si al final de todo seguías estando enamorada de Donovan; debía alegrarme. Yo fui quien llegó después.

Su voz era baja y pausada, cuando por fin levantó su rostro, su mirada estaba bastante apagada, desde que le vi de nuevo sus ojos  ya no tenían aquel brillo que tanto me gustaba.

—Crei haber estado enamorada, pero lo que sentía al ver a  Donovan no se compara a lo que sentía cuando pasaba tiempo contigo.  —tomé su mano por sobre la encimera y le di un apretón y una pequeña sonrisa.

—¿Te perdí?. —con esa pregunta su mirada se había vuelto un poco cristalina.

—Después de tanto buscarte te encontré. Estamos aquí. —una sonrisa fugaz y casi imperceptible había cruzado su rostro.

—Dejame enamorarte de nuevo.

Si tan solo supieras que ya estoy enamorada.

Capítulo dedicado a mis bebés:

*NesHernadez4
*LuviaDuran
*adriangivalderrey
*AdliRamosrojas
*Mechi_18
*YarysJosefina

NOTA: holis✌ no tengo nada que decir.

En el próximo capítulo siguen las dedicaciones.

No sé olviden de compartir TENTACIÓN I/ II con sus amix para que también se enamoren de Alan, Donovan y ahora nuevos personajes.

Bye.

Un beso grandote 💋

Att: Oriana.