⚛Capítulo 52⚛
Fue interesante y vergonzoso para mi descubrir que casi le dije a mi madre como se desempeñaba Alan en la cama, y no solo eso, sino que también lo toqueteé por debajo de la mesa. Juro que pensé que era una broma por parte de Alan, pero luego recordé que me empecé a sentir un poco extraña luego de haberme comido esos brownies, por lo que supuse que había sido cierto, además, una pequeña molestia en mi parte íntima me hizo saber que si hubo una noche con buen final, ¡Y joder, que yo poco me acordaba de ese momento!
En fin, de eso ya había pasado un mes. Un mes de seguir en nuestra rutina de la universidad, atender mi trabajo en la biblioteca y un mes desde que Alan había decidido estar más al frente de las responsabilidades que suponía la empresa que era de su padre.
Eso supuso para nosotros estar menos tiempo juntos; pues en la universidad sólo coincidíamos de ida y a veces de vuelta, en las tardes yo me ocupaba en la biblioteca y él desde casa atendía las responsabilidades diarias de la empresa, con el pasar de los días nos fuimos acostumbrando a nuestra nueva rutina, pero eso no significó que la comunicación entre nosotros decayó, al contrario, en las noches solíamos quedarnos despiertos hasta casi medianoche hablando de cualquier tema que se nos ocurriera y poniéndonos al corriente con nuestros asuntos. De a poco íbamos acostumbrandonos a nuestra vida de adultos y las responsabilidades que eso conllevaba tanto individualmente como en nuestra vida de pareja.
-Entonces... ¿debo esperar a que llegue el lote de libros nuevos y luego dejar unos cuantos ejemplares en las estanterías y los otros los llevo al depósito? -asentí a la pregunta de Ian, quien estaba frente a mi solo separados por el mostrador. -No me pagas lo suficiente por este trabajo.
-Te pago más de lo que Julie me pagaba a mi.
Luego de quejarse un par de veces más se dirigió hacia las mesas que habían desocupado y procedió a limpiarlas mientras yo devolvía los libros a su lugar.
-Yo sigo pensando que necesitamos ayuda. Es que mira este lugar -señaló las estanterías repletas de libros que nos rodeaban -entre los dos no terminaremos de limpiar esto en un día, ¡nos tomaremos mínimo una semana!
Había pasado todo el día quejándose de lo mismo, aunque a este punto creo que tiene razón, no terminaremos de limpiar y cambiar ejemplares deteriorados en un solo día.
-Tienes razón, le diré a los chicos si nos pueden ayudar. -asintió conforme con mis palabras y siguió haciendo su trabajo.
De a poco las mesas restantes se fueron desocupando, cuando se marchó el último grupo de estudiantes organizamos todo y luego de cerrar emprendimos nuestro camino a casa. Hoy era una de esas noches en las que Alan no podría pasar por mi, pero eso no era problema ya que Ian y yo aprovechamos el camino a nuestras casas para cotillear un poco sobre la vida de nuestros padres.
-Yo lo último que supe fue que se incorporaron nuevamente al hospital hace dos semanas. Además, mi madre se mudó definitivamente a la casa de tu padre, les dejó la casa libre a mi hermano y Facu.
-Follarán como conocejos.
sus palabras me hicieron gracia porque yo más que nadie sabía eso, si antes de por sí ya lo hacían, incluso estando yo en la casa, ahora ya no tenían impedimento alguno.
-Eso es seguro.
Seguimos hablando hasta que a unos cuantos metros se vio la entrada del edificio, justo en el momento en que llegábamos a las grandes puertas de vidrio; el Jeep de Alan se estacionó unos metros más adelante, se bajó con la vista puesta en su teléfono y solo la apartó cuando estuvo a un par de pasos de distancia de nosotros. Saludó a Ian con unas palmadas en el hombro y cuando estuvo a mi lado dejó un beso en mis labios.
-Justo buscaba tu contacto para llamarte -mostró la pantalla de su móvil donde aparecía una foto nuestra y justo debajo mi nombre y número de teléfono -salí de imprevisto y de regreso pasé por la biblioteca pero ya estaba cerrada.
Intercambiamos unas cuantas palabras más con Ian y luego se marchó, Alan tomó mi mano y empezó a caminar hacia el ascensor donde estaba una mujer con una pequeña niña esperando, cuando las puertas se abrieron ingresamos y luego de poco tiempo ya estábamos saliendo en nuestro piso correspondiente.
Cuando entramos al departamento lo primero que hice fue dejarme caer en el sofá, en la mesita frente a mi estaba la laptop de Alan y en la TV alguna serie desconocida para mí se reproducía, el sueño se estaba apoderando de mi y antes de que pudiera quedarme dormida me levanté y fui directo hasta el baño, quité mis zapatillas y ropa; y luego de dejarla en la cesta me posicioné bajo la regadera, al principio el agua fría me hizo despertar un poco pero a medida de que se iba calentando; mi cuerpo se empezaba a sentir cada vez más relajado, por lo que la sensación de sueño era mayor.
Poco tiempo duré en el baño; pues cuando terminé de ducharme envolví mi cuerpo y crucé hasta la habitación, busqué ropa en el clóset y luego de dejar la toalla sobre la cama procedí a vestirme. Me acosté un momento y tomé mi teléfono para revisar y responder algunos mensajes que habían, me costaba hacerlo pues mis párpados se cerraban involuntariamente, me entretuve continuando la conversación que había dejado a medias con Fabia hasta que sin ser consciente me dejé vencer por el sueño.
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No sé que sucedió luego de que me quedé dormida, sólo sé que por la mañana cuando me desperté no podía moverme porque el brazo de Alan estaba puesto sobre mi cintura reteniéndome junto a él, con cuidado lo aparté de mi y salí de la cama, tomé la ropa que me pondría y sin hacer mucho ruido salí al pasillo para ir al baño, hice mis necesidades y luego de tomar una ducha rápida me vestí y fui directo a la cocina.
Empecé a dejar lo que usaría sobre la encimera y cuando estaba por tomar el paquete de tostadas de la alacena vi de reojo como Alan llegaba. Su pelo despeinado al igual que todas las mañanas, su mono de pijama de cuadros rojos y negros, y su pecho carente de ropa que lo cubriese. Aunque pasen años creo que jamás podré acostumbrarme a semejante vista matutina.
Se me quedó viendo unos segundos como adormilado hasta que se acercó y dejó en beso en mi cabeza, una vez hecho esto se dio la vuelta y se perdió de mi vista. Me entretuve preparando el desayuno y cuando estuvo listo lo serví en dos platos, los dejé sobre la encimera y serví dos vasos con jugo de naranja, me dispuse a comer con calma mientras se hacía la hora de irnos. Alan apareció nuevamente no mucho tiempo después, ya estaba cambiado con ropa de salir y su pelo goteaba dejando en evidencia la reciente ducha que había tomando. Se sentó frente a mi y en silencio empezó a comer.
Me levanté a dejar el plato y el vaso en el lavavajillas cuando mi teléfono empezó a sonar, no me fijé si quiera en quien llamaba cuando atendí.
-Diga... -en la llamada se oían varias voces diciendo cosas inentendibles, pero luego se oyó una bastante clara: era Ian.
Intercambiamos una cuentas palabras y luego de dejarme saber que él y los demás ya sen encontraban en la biblioteca, y de yo decirle que ya íbamos saliendo; colgó la llamada.
Salimos del departamento y cuando llegamos al estacionamiento subimos al Jeep, Alan lo puso en marcha y en silencio empezó a conducir las pocas cuadras que nos separaban de la biblioteca, cuando llegamos pude ver que efectivamente los chicos se encontraban sentados en los escalones esperando por nosotros, nos bajamos y tomados de la mano llegamos hasta ellos. Una vez quité los seguros de las puertas todos nos adentramos, el lugar era bien iluminado por la luz solar que se filtraba por las distintas ventanas haciendo que encender las luces no fuera necesario aún.
Acordamos trabajar en parejas por lo que mientras Ian y Jade iban dejando en cajas los libros que ya estaban muy deteriorados, Fabia y Thomas con los plumeros iban desempolvando las estanterías, y Alan y yo íbamos al depósito por las cajas que contenían los nuevos libros.
De vez en cuando tomábamos pequeños descansos y nos sentábamos en una mesa a charlar un poco, y luego seguíamos con nuestras tareas.
Y así en solo en limpiar y cambiar libros viejos por nuevos se nos fue toda la mañana. Vine a darme cuenta que ya era más de medio día porque mi teléfono no paraba de sonar, era una videollamada de mi mejor amigo al otro lado del mundo.
Acepté la llamada y apilé un par de libros sobre la mesa para apoyar el móvil de ellos; y así seguir sacando los ejemplares nuevos de las cajas mientras hablababa con el chico del otro lado de la pantalla.
-Rata de biblioteca -canturreó apenas la imagen se hizo nítida. -No me veas así que somos dos -alzó las manos en señal de inocencia ante la mirada que le di por como me había llamado -¿puedes creer que en las ulitmas semanas he salido por libros nuevos más de cuatro veces?
-A ver si así usas ese cerebro para retener alguna otra información que no sean los números de las mujeres que visitan el club.
Su mirada fue de fastidio, aún no se acostumbraba al hecho de que lo llamara prostituto cada vez que podía, y sí, ya me había quedado claro que solo era un stripper más del club, pero mientras pudiera sacarle de quicio llevándole la contraría, lo haría.
Me sacó el dedo medio y cuando iba a responderle Alan me hizo a un lado haciendo que Donovan solo pudiera verlo a él. Empezaron a charlar de como le estaba yendo en Tokio, y aunque el chico del otro lado de la pantalla no podía verme a mi; yo si podía ver su imagen en la pantalla de mi móvil.
Estaba vestido con solo una franelilla dejando a la vista los tatuajes de sus brazos, su cabello ya no era azulado, ahora era un negro azabache que lo hacía lucir muy guapo. Físicamente ya no quedaba casi nada del sujeto que vivía a una cuadra de mi casa. Mudarse le hizo dar un cambio para mejor.
-¿Por qué en vez de andar mal aconsejando a mi novio mejor no tomas un vuelo y vienes a ayudarnos? -espetó Fabia, haciendo que Donovan soltara una carcajada y yo frunciera el ceño al darme cuenta que me había estado perdiendo de la conversación por quedarme detallando los cambios que ha tenido mi amigo.
-Igual y no haría nada, cuando llegue ustedes seguramente ya habrán terminado. Además, no estoy mal aconsejando a Thomas, solo le dije que siendo stripper ganaría tres veces más lo que gana en su trabajo actual.
-Eres una mala influencia para él -mi prima se cruzó de brazos pareciendo enfadada, y eso solo causó que tanto Alan como Donovan empezaran a reírse de sus palabras.
-¿Mala influencia yo? Yo no fui quién le dijo que se fuera a encontrar con una loca que conoció por internet.
Y aquí algo que seguramente ustedes no sabían, Thomas y Fabia se conocieron por una app de citas. Y yo que creía que en esas aplicaciones solo entraban viejos verdes, pero bueno, al parecer me equivoqué.
Mi prima dio media vuelta y se fue a seguir desempolvando las estanterías mientras los demás seguíamos hablando con Donovan, la charla continuó un rato más entre risas y bromas hasta que nos despedimos, no sin antes asegurarnos que pronto vendría de visita otra vez.
Luego de esa videollamada el resto del día continuó sin ningún cambio en la rutina, seguimos limpiando y ordenando hasta que el sol se empezó a ocultar, y he de mencionar que Ian tenía razón, sin ayuda no hubiésemos podido terminar de limpiar todo en un solo día.
Una vez todo quedó listo, me aseguré de haber cerrado bien y me despedí de mi amiga, quien se ofreció a llevar a mi hermanastro a su casa. Fabia y Thomas se despidieron de nosotros y emprendieron el viaje de regreso a casa, aún cuando le ofrecimos quedarse en el departamento.
-Parecía algo fácil, pero estoy agotado -dijo apenas subimos al Jeep -creo que para la próxima vez mejor contrato a algún personal que se encargue de eso.
Solo asentí a sus palabras porque la verdad es que estaba tan cansada que no tenía ganas ni de hablar.
Por suerte y esa limpieza es con unos cuantos meses de por medio.
NOTA: holis✌ volví a aparecer por estos lares.
Creo que nunca les mostré una foto de como se ve Donovan para mi, así que en mis historias de Instagram (@oriaana13) les dejaré unas cuantas fotos y videos del chico que me da vibes de D el stripper.
Pd: olvidé decir que estamos en la recta final.
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