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⚛Capitulo 50⚛

Después de abandonar la habitación donde se encontraba Alan subí las escaleras y caminé el corto pasillo hasta llegar a la habitación donde se estaba arreglando mi madre. Por suerte y la maquillista que había contratado si se presentó a tiempo y ya estaba trabajando en el rostro de mi madre; quien estaba en una silla un poco alta y lucía relajada, no como hace rato.

—¿Dónde estabas? —preguntó Fabia acercándose a mi con su estuche de maquillaje.

—Duchandome —respondí —en esta habitación hay solo una ducha y somos cuatro, así que preferí ir a una de las habitaciones de abajo.

Se me quedo viendo con el entrecejo fruncido hasta que de pronto sus cejas se elevaron y apareció esa sonrisa burlona que tanto me irritaba hace unos meses atrás.

—Ahorrando agua, por qué no lo pensé antes? has crecido tanto —llevó una de sus manos a mi cabello y lo alborotó un poco. —me siento orgullosa de haberme descuidado cuando intentaste robarte el boxer de Donovan... —iba a seguir hablando pero la voz de mi madre la interrumpió.

—¿Ibas a robarle un boxer al hijo de los vecinos? —mi madre, aunque seguía en la misma posición de hace rato, estaba pendiente de todo lo que sucedía a su al rededor. —¿Qué ibas a hacer con el?

—Esa es una larga historia, mamá, y estamos contra el reloj, no hay tiempo para eso.

Dejó pasar el asunto y nosotras volvimos a lo nuestro, Fabia me ordenó sentarme en la cama para proceder a maquillarme; mientras tía Laura entraba trayendo consigo una gran funda negra la cual dejó en el centro de la cama.

Tomó un par de cosas y se encerró en el baño, de las cuatro ella era la única que faltaba por ducharse por lo que por ende era la más atrasada.

—¿Bastante llamativo o natural? —preguntó Fabia empezando a sacar de su estuche lo que usaría en mí.

—Termino medio.

Asintió y luego de preparar mi piel empezó a untar la base con una pequeña esponja, cerré los ojos y me concentré en las canciones que sonaban a través de mis auriculares mientras ella hacía su trabajo. Volví a la realidad cuando sentí como movían mi brazo, fijé la vista en una esquina de la habitación haacia donde Fabia señalaba y casi me caigo de la silla. Mi madre ya se encontraba con su vestido puesto y la estilista ayudaba con los últimos arreglos a su peinado, el blanco vestido llegaba hasta el suelo haciéndola lucir simple pero a la vez muy elegante, el maquillaje estaba impecable y ella abanicaba su rostro evitando que las lágrimas salieran.

—Estás tan bonita —dije apenas me acerqué a ella.

—Estoy tan nerviosa —empezó a caminar de un lado a otro —¿Y si Nicolás no llega?, ¿Y si se arrepiente y prefiere no presentarse?, ¿Y si....? —sus palabras se cortaron porque la puerta se abrió dejando ver a mi hermano y Facu, los cuales lograron colarse en la habitación antes de que tía Laura saliera del baño y los echara.

—Wow... —mi hermano había quedado sin palabras al ver a nuestra madre. —Estas preciosa.

—Estoy muy nerviosa. Dame eso —se acercó a Jay y le arrebató el trozo de brownie que estaba a medio comer. —tal vez un poco de dulce me ayude a calmar los nervios.

Mi hermano y mi cuñado voltearon a verse apenas mamá dio el primer mordisco, Facu intentó quitarle el resto diciendo que podría manchar el vestido pero mi madre fue más rápida y se dio la vuelta para luego terminarse de comer lo que quedaba del brownie.

—No lo había notado al primer mordisco pero este brownie sabe raro, es como... no sé cómo explicarlo, pero tiene un sabor extraño.

No le dio más importancia al asunto y se acercó a la mesita que estaba al lado de la cama para tomar una botella de agua, dejé de prestar atención a mi madre y me acerqué hacia donde estaban Jay y Facu.

—¿Qué tenían esos brownies? —pregunté a mi hermano viendo con los ojos entrecerrados.

—No te lo diré, pulga. —ambos se dieron la vuelta y salieron de la habitación.

Aproveché ese momento y que ya solo faltaba colocarme un poco de labial y empecé a vestirme, con cuidado me enfundé en el vestido y me acerqué hasta mi madre quien me ayudó a subir el cierre, me senté en la cama y empecé a calzarme los tacones que había junto con el vestido. Tomé el labial y frente al espejo lo apliqué sobre mis labios, lo dejé donde estaba y salí de la habitación para echar un vistazo a la casa donde estaba.

El gris claro de las paredes predominaba haciendo un contraste perfecto con los distintos cuadros de paisajes que estaban colgados en algunas de ellas.

—Cada cuadro está inspirado en una foto tomada por mi padre. —al oír esa voz me di vuelta rápidamente y casi me caigo al enredarme con el vestido —Si te caes ten por seguro que me voy a reír antes de ayudarte a levantar.

—¿No se supone que tu deberías estar junto con tu padre? —pregunté a Ian quien estaba parado frente a mi.

—Se supone que sí, pero olvide algo y tuve que volver por ello. —se despidió y se marchó por un pasillo perdiéndose de mi vista.

Seguí con mi recorrido hasta que encontré una pequeña ventana desde donde podía ver cómo se movían las personas de un lado a otro bajo las carpas, todo estaba quedando fantástico.

Iba a seguir recorriendo el lugar cuando sentí mi teléfono sonar, era un mensaje de Alan avisando que ya estaban todos afuera y que solo esperaban por mí, respondí y me volví sobre mis pasos para ir hacia donde estaban los demás. La mayoría ya se habían marchado, solo quedaban Facu y mi hermano quiénes se estaban subiendo al auto del primero, y justo a un par de metros de ellos estaba Alan apoyado a un costado del Jeep, el traje que vestía le quedaba a la perfección ajustándose en los lugares correctos, su camisa blanca tenía los primeros dos botones abiertos dejando ver un poco de su pecho, su cabello negro azabache alborotado como de costumbre y la pose despreocupada que había adoptado lo hacían ver sumamente atractivo.

—Seré la envidia de muchos esta noche —musculló apenas estuve frente a él. —tengo a la chica más guapa.

Dejó un beso en el dorso de mi mano y abrió la puerta del acompañante, subí y luego de que él la cerrara rodeó el auto y se ubicó tras el volante, empezó a conducir lentamente hasta que atravesamos el portón y llegamos a la calle, el olor de su perfume se había concentrado en el poco espacio que compartíamos, su mano como de costumbre estaba apoyada sobre mi pierna izquierda y con sus dedos tamborileaba el ritmo de la canción que sonaba en la radio.

—Tu madre y tu tía fueron las primeras en marcharse cuando llego una limusina con una gran lazo blanco en el capó.

—El padre de Ian si que se ha esforzado por hacer que mi madre disfrute este día.

—De no ser por lo que decía la limusina en el vidrio trasero ni sabrian que ahí iba una mujer a punto de casarse. —soltó una risita y echó un vistazo al espejo de su lado antes de doblar en una esquina.

—¿Y que decía?

—Aquí va la novia. Así tal cuál, de no ser por eso ni se enteraban.

Vale pues ese si que había sido original. No seguimos hablando porque ya habíamos llegado a nuestro destino. En la iglesia se veían varios grupos de personas hablando entre si, cerca de las puertas estaban mi hermano y los demás pero no había rastro de Nicolás o de mi madre. Alan aparcó el auto y cuando bajamos tomó mi mano entrelazando nuestros dedos y tirando de mi hasta que llegamos a donde estaban los demás.

Para ninguno pasaron desapercibidas las miradas de un par de chicos puestas en mi, y eso hizo que Alan soltara mi mano y rodeara mi cintura acercándome a él para dejar un beso sobre mis labios, ese acto provocó que los chicos voltearan a ver a otro lado y en mi acompañante solo tuvo como resultado una sonrisa deslumbrante a sabiendas que había dejado bastante claro el mensaje sin necesidad de decir palabra alguna.

El sacerdote salió y nos indicó entrar y tomar nuestros lugares correspondientes, en la primera banca del lado izquierdo estábamos mi hermano y yo acompañados por Alan y Facu, y del lado izquierdo se encontraba Ian junto a unos señores que intuí sería sus abuelos, por detrás de nosotros estaban Thomas y Fabia junto a los padres de ella, y así  sucesivamente se iban ubicando el resto de mis familiares, compañeros de trabajos de mi madre y Nicolás, y los que supongo eran sus invitados.

Poco después el sacerdote tomó su lugar frente a nosotros y le indicó a mi hermano que ya empezarían; por lo que Jayson se levantó de su lugar y empezó a caminar hacia la salida de la iglesia, el prometido de mi madre se ubicó en su lugar y empezó a hablar con el hombre junto a él.
De pronto la marcha nupcial empezó a sonar y todos nos levantamos fijando la vista hacia la entrada, ahí ya se encontraba mi madre, quien empezó a caminar a la par de mi hermano.

Su vestido y el pequeño ramillete que sostenía en una mano la hacían ver la novia más bonita que jamás hubiese visto, se veía tan feliz y su sonrisa no hacía más que comprobar mis pensamientos. Hacía tanto tiempo que no veía ese brillo en su mirada.

Jayson entregó la mano de nuestra madre a Nicolás y luego de decirle algo le dio una palmada en el hombro y volvió a su lugar junto a nosotros, la ceremonia inició con el sacerdote dándonos la bienvenida y luego procedió con la típica charla, y no les voy a mentir, estuvo bastante aburrida.

¿Así de largo sería el discurso cuando yo me casé?

La verdad es que me perdí a mitad de discurso, estaba físicamente presente; pero mi mente estaba en todos lados menos en lo que decía el sacerdote, observaba a mi al rededor fijandome en las distintas estatuillas y cuadros que reposaban en las paredes de la iglesia. Y así hubiese seguido de no ser porque Alan tomó mi mano y ese gesto me hizo volver a prestar atención a lo que sucedía frente a nosotros.

—Y tú, Nicolás, ¿aceptas a Paula como tu compañera de vida; para amarla y respetarla, y ser su apoyo en la salud como en la enfermedad hasta que la muerte los separe? —el padre de Ian se veía igual de feliz que mi madre, y sin pensárselo dos veces, respondió el esperado Acepto; por lo que el sacerdote continuó con su palabrería —El día de hoy frente a sus familiares y amigos yo los declaro marido y mujer.

Apenas el sacerdote pronunció el típico "Puedes besar a la novia", Nicolás acortó la distancia que había entre él y mi madre y tomó su rostro entre sus manos para luego besarla.

Ambos recorrieron el pasillo hasta la salida tomados de las manos, los aplausos y felicitaciones se empezaron a oír a la vez que los presentes íbamos abandonando el lugar. Fuimos de los últimos en salir de la iglesia, pero cuando por fin llegamos al exterior vimos como mi madre y el padre de Ian estaban subiéndose a una limusina mientras se despedían de los presentes. El vehículo se puso en marcha y girando en una esquina se perdió de nuestra vista.

—Vámonos que ahora viene lo mejor. —gritó mi hermano haciendo que las personas se dispersaran en varias direcciones.

Capítulo dedicado a mis bebés:

*NatalyRey4
*The_silly_cat_Owo
*Anemix054
*Rub1292006
*Alezita2005
*Laperradevinni26 (original este user jajajaja)

No hay nota porque yo nunca se que decir:

Pd: si Jayson les ofrece brownies felices, no acepten

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