⚛Capítulo 47⚛
Recapitulemos un poco lo que a sucedido en los últimos días. Ya no es un secreto para mi madre que estoy casada con Alan, mi señora madre nos hizo pasar vergüenza a los dos en un restaurant lleno de personas que nos veían con cara de espanto, y lo último pero no menos importante, bueno, creo que lo importante viene después de eso ya que son dos cosas.
Lo primero: es que mamá se casará con su pareja, todo bien hasta ahí, el asunto es que se comprometieron hace tres meses —cuando mi hermano y yo aún no sabíamos de dicha relación —y la boda se llevará a cabo en dos semanas. Ya se imaginarán como estaba, si de por sí estaba shockeada por enterarme de una futura boda, mi mente dejó de funcionar completamente cuando supe en cuanto tiempo se llevaría a cabo dicha ceremonia.
Y lo segundo: es que cuando estuvimos de regreso en el departamento; Alan me habló sobre los papeles que había encontrado debajo del colchón y el por qué tenían mi nombre, sinceramente nunca me hubiese creído la historia que había detrás de esas hojas si no fuese por la seriedad que tenía al hablar. Cómo es que de un momento a otro te enteras de que eres la dueña de la biblioteca donde se suponía que trabajas? Para cualquier amante de la lectura sería una broma de mal gusto, pero no, no lo era, y es aquí dónde todas esas piezas sueltas comienzan a unirse. El porqué aún no había conocido al nuevo dueño, el que mis jornadas fueran más flexibles, e incluso; que "mi sueldo" hubiese aumentado.
Todo eso tenía una simple explicación: Alan había comprado la biblioteca y junto con Julie me habían ocultado dicha información, aunque es de entender que siendo algo de él tal vez no quería que supiera, pero esa es la cuestión, la biblioteca está a mi nombre, técnicamente yo soy la dueña y aún así no me había enterado.
Está demás decir que me molesté porque me haya ocultado información que claramente tenía que ver conmigo, pero después de estar unas horas encerrada en la otra habitación llegué a la conclusión de que mi nivel de enfado era bastante ridículo, igual y ¿cuantos chicos les regalan una biblioteca a sus parejas?, exacto, no muchos.
—Entonces... ¿esto es tuyo? —preguntó el chico frente a mí señalando a su al rededor.
—A mi también me costó un poco creer que era dueña de este paraíso. —a diferencia de otras veces, hoy Ian decidió quedarse un momento a charlar conmigo antes de perderse por los pasillos repletos de libros. —Y... ¿Que tal? ¿Qué opinas?
—Acerca de esto, creo que es un muy buen detalle de parte de Alan. Y con respecto a lo otro, pues... creo que está bien, mi padre tenía bastante tiempo que no salía con nadie, y por lo que me enteré tú madre también, me parece genial que entre ambos tengan una buena relación; y si quieren dar el siguiente paso ¿quién soy yo para oponerme?, la felicidad de mi padre es importante para mí así que... supongo que ahora seremos familia.
—Siempre quise tener un hermano menor —rodeé el mostrador y lo estreché entre mis brazos. —Ahora podré enseñarte a cómo ligar con chicas... —iba a seguir hablando pero una risa emitida por él cortó mis palabras.
—¿Tú? —asentí con orgullo cuando se separó de mi. —¿Tú, que duraste cuatro años enamorada de tu casi vecino y terminaste casándote con el primo de él?
—Bueno... dicho así suena bastante raro.
—Sin ofender pero prefiero pedirle consejos a tu prima, e incluso a tu hermano.
Dicho esto se despidió de mi con una sonrisa burlona y se encaminó hacia uno de los pasillos perdiéndose de mi vista al poco tiempo.
Volví a mis asuntos detrás del mostrador, Julie había tomado la tarde libre por lo que ahora era mi deber permanecer aquí. Aunque pensándolo bien; quizá deba contratar a alguien para que me ayude a hacer un poco de lo que anteriormente era mi trabajo. Y sin duda debo agradecer a Alan el que haya puesto la contabilidad de este lugar en manos de las personas que llevan la misma en la empresa que era de su padre y que ahora le pertenece a él.
Me concentré tanto en hacer todos mis pendientes que perdí la noción del tiempo y cuando volví a la realidad me di cuenta que afuera ya estaba oscuro, en las mesas del centro pocas eran las personas que quedaban y los sofás cerca de las ventanas estaban completamente vacíos. Revisé la hora y me di cuenta el porqué el lugar estaba quedando vacío, es que ya era la hora de cerrar.
Los pocos chicos que quedaban fueron marchándose, siendo mi amigo uno de los últimos a punto de abandonar la biblioteca, hoy no vendría Alan por mí pues temprano se marchó a nuestra antigua cuidad por una reunión que tenía y volverá mañana por la tarde, por lo que recordando esto le pedí a Ian que me esperara unos minutos, al final íbamos por el mismo camino.
Cuando me aseguré de que el lugar estuviera bien cerrado metí las llaves en mi bolso y poniéndome a la par de mi amigo empezamos a caminar, las calles estaban alumbradas y aún habían personas transitando por ellas, los autos pasaban uno tras otro alumbrandonos el rostro cuando estaban a poca distancia.
—¿Ya tienes tu traje listo? —pregunté mientras esperábamos el cambio del semáforo para poder cruzar.
—Aún no, debo ir por el en los próximos días.
—Me ofrecería a ayudarte pero estoy casi segura de que cuestionarías mi gusto de la moda. —la luz del semáforo cambió y cruzamos la calle junto a unas cuantas personas que estaban por detrás de nosotros.
—Y no te equivocas. Además no puede ser tan difícil, solo debo ir a una tienda y rentar un traje de mi talla y listo.
La conversación siguió durante las tres cuadras que nos separaban del edificio donde ahora vivo, una vez llegamos él se despidió de mi y siguió su camino, imité su acción y fui hasta el ascensor, dentro de este se encontraban un par de señoras que vivían un piso por encima de nosotros, el tiempo que duré junto a ellas no fue mucho por lo que cuando se abrieron las puertas me despedí de ambas con un leve asentimiento y caminé hasta el departamento.
Entrar y no oír ningún ruido es extraño, se siente vacío y es aquí donde caigo en cuenta de que me he acostumbrado a la presencia de Alan la mayor parte del día, se siente extraño no entrar conversando con él sobre cualquier tontería, no oírlo gritar preguntando dónde había puesto su perfume favorito y, sobretodo, no oírlo decir que le encanta verme aquí antes de irnos a dormir y a la mañana al despertar.
Vaya, desde que me he mudado aquí no he pasado una sola noche sin él; y ahora nos toca dormir en ciudades distintas.
Dejé mis pensamientos a un lado y fui directo al cuarto de baño, me deshice de mi ropa y zapatos y me metí bajo la regadera para tomar una ducha rápida. Quizá eso ayude a que el sueño se vuelva un poco más pesado y me evite pensar en que estoy sola.
Cuando terminé de ducharme envolví mi cuerpo con una toalla y metí la ropa que me había quitado en el cesto, tomé las deportivas que había dejado junto a la puerta y crucé el pasillo hasta entrar en la habitación, rebusqué en el clóset hasta conseguir una franela de Alan y sin pensarlo mucho me enfundé en ella. El suave olor de su perfume llegó mis fosas nasales haciendo que un suspiro abandonará mis labios.
Desenredé mi cabello con pocas ganas y me dejé caer en la cama con la mirada fija en blanco techo.
No sé si solo pararon minutos o un par de horas, solo sé que intentaba dormir pero el sueño se había esfumado. Probé abrazando una almohada y obligándome a cerrar los ojos, pero simplemente no podía conciliar el sueño, había dado tantas vueltas en la cama que ya unas cuantas almohadas estaban esparcidas en el suelo, y siempre volvía a lo mismo, a no sentir el calor del cuerpo de Alan.
Me levanté y a oscuras caminé hasta el escritorio donde reposaba la laptop de Alan, la tomé y volví a la cama encendiendo la luz en el camino, me dejé caer apoyando la espalda contra el espaldar de la cama y abrí la computadora para hacerle una llamada por Skype al chico de ojos verdes.
Cuando respondió no alcancé a ver nada debido a que estaba oscuro; pero si pude oír su voz ronca, poco después se encendió una luz tenue que me permitía verlo un poco mejor. Su pecho estaba desnudo y su cabello negro revuelto con algunos mechones tapando sus ojos.
—Son las tres de la mañana, ¿qué haces despierta a esta hora?.
¿Las 3? ¡Carajo! Si que habían pasado más de un par de horas.
—No encuentro como dormir.
Se echó el cabello hacia atrás y se movió un poco; supongo que buscando una posición más cómoda. Sus ojos entrecerrados eran signo de que la luz del móvil le dificultaba mantenerlos abiertos por mucho tiempo.
—¿Por qué?
Decirlo en voz alta es incluso un poco vergonzoso.
—Porque no estás tú.
—¿Qué quieres hacer? —preguntó. Su voz estaba un poco ronca, evidenciando que hace poco había estado dormido.
—No lo sé.
Me indicó que me acostara y dejara la computadora a un lado, por la pantalla alcancé a ver como él movía unas almohadas haciendo la imagen un poco borrosa, poco después su rostro volvió a aparecer de manera nítida y se aclaró la garganta.
—¿Estás lista? —preguntó.
—¿Para qué?
No respondió mi pregunta, en vez de eso empezó a cantar.
—You are the one girl
And you know that it's true
I'm feeling younger
Every time that I'm salones with you
Y aunque en un principio no reconocí la canción, con el pasar de la letra supe que era de Ed Sheeran.
Mi mente me envió de vuelta a aquella vez cuando estábamos en la playa, la única diferencia es que ahora solo puedo oír su voz a través de la computadora, sin embargo; sigue siendo tan melodiosa como cuando me cantó esa noche.
—How would you feel, if I told you I loved you?
It's just something that I want to do
I'll be taking my time, spending my life
Falling deeper in love with you
So tell me that you love me too.
Cerré los ojos para seguir deleitandome con su voz hasta que ya no supe más de mi.
Capítulo dedicado a mis bebés:
*ValeriaSandoval291
*ElizabethBreton2
*Glady_2610
*eliclp_10
*YamiretRebolledo
*RoislyF23
En el próximo sigo.
NOTA: holis✌ no tengo nada importante que decir acá.
Recuerden que se pueden unir a mi grupo de lectores en Facebook, se llama: Lectores de Oriana
Y mi página (también de Facebook) como autora es: Oriana B. (Así con el puntito)
Bye.
Un beso grandote 💋
Att: Oriana.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro