⚛Capítulo 40⚛
Comienzo a creer que venir a una discoteca después de haber pasado todo el día limpiando las estanterías de la biblioteca y moviendo libros de un lado a otro, fue una de las ideas más estupidas que se me han ocurrido. Ya el plan estaba hecho desde la noche anterior, pero debí haberme negado cuando los chicos pasaron por mi a la biblioteca, sobre todo cuando dijeron que si estaba muy cansada podíamos dejarlo para otro día, ¡pero no! mi sentido de responsabilidad no me permitió hacerlo, aún cuando solo quería tomar una ducha y tirarme a la cama.
Y es por eso que ahora estamos aquí, sentados ocupando una mesa con unos cuantos shots de tequila y rodajas de limón sobre ella. Al final se sumó Godzilla a la salida, a mi me daba igual; pero Alan y él se llevaban bastante bien desde que se conocieron en aquella fiesta de la universidad, así que uno más o uno menos no hace la gran diferencia.
—¿Que se supone que hacemos?. —preguntó Donovan.
—Ustedes no sé, pero yo voy a ver si consigo el número de aquella pelirroja que está allá —Godzilla señaló una esquina cerca de la barra. Se levantó y después de tomar su chaqueta de cuero se dispuso a irse. —O tal vez consiga algo más.
Tomamos los shots que quedaba y por insistencia de Jade y Donovan fuimos a la pista de baile, esta era suficientemente amplia como para movernos con libertad sin chocarnos con los demás, mi ánimo no era el mejor, pero verlo ahí frente a mi me hacía dar un último esfuerzo, tal vez mañana ni siquiera pueda levantarme debido al cansancio, pero tendré como recuerdo esa bonita sonrisa que estoy viendo justo ahora.
—¿Quieres irte?. —Alan se había acercado lo suficiente a mí como para poder oírlo hablar.
—No, esta bien, aún puedo mantenerme un rato más.
—Sabes que si quieres irte solo debes decírmelo, no me importaría dejar a esos dos —señaló en dirección a donde estaban mis amigos bailando. —seguramente ni cuenta se darán.
Y podía asegurarlo, desde que llegamos Donovan y Jade no habían parado de hablar, pareciera que se conocen de toda la vida y no desde hace una hora y media.
—No voy a irme, quiero bailar hasta no poder más, hasta que mañana no me pueda levantar de lo agotada que esté.
En ese momento el ritmo de la música cambió haciéndose un poco más movida, Alan me hizo dar una vuelta y dejó mi espalda chocando contra su pecho.
—Si lo que quieres es quedar agotada para no levantarte mañana en todo el día; tengo una propuesta que te aseguro te gustará más y va a terminar haciendo la misma función, te dejará rendida.
Sus manos estaban en mi cintura, nos moviamos al mismo compás. Su respiración chocaba contra mi cuello y de pronto sentí su lengua pasando desde mi mandíbula hasta rozar el lóbulo de mi oreja.
—Además aún no hemos tenido nuestra noche de bodas, y es de mala educación dejar al novio sin ese privilegio por más de dos días.
—Estoy casi segura que si nos fuéramos de aquí me dormiría en el camino, así que no creo que sirvan de mucho tus intentos.
Ninguno dijo nada más, solo nos concentramos en bailar, poco rato después Donovan y Jade se habían acercado a nosotros y entre los cuatro bailabamos, de Max no sabíamos nada; pero seguramente estaba metido en algún baño con la pelirroja de hace rato.
El rato pasaba normal, sin ninguna novedad, o así era hasta que los chicos fueron a la barra por bebidas, Jade y yo quedamos en la pista y de pronto dos sujetos se acercaron a nosotras, nos invitaron a bailar pero nos negamos argumentando que pronto llegarían nuestras parejas. Para cualquier persona con un entendimiento relativamente decente eso sería suficiente como para marcharse, pero al parecer entendimiento era lo que estos chicos no tenían.
—No gracias, nuestras parejas están allá —Jade señaló hacia la barra donde estaban los chicos. —regresarán en un par de minutos.
—Solo será una canción, vamos. —uno de los tipos tomó a mi amiga de la mano obligándola a acercarse a él.
—Te dijo que no. —me acerqué e intenté apartarlo de ella pero me empujó haciendo que chocara contra su amigo.
Iba a separarme pero el sujeto puso sus manos en mi cintura y con un apretón bastante fuerte me apegó más hacia él.
—Sueltame. —demandé pero hacia caso omiso a mi petición.
—Creo haberla oído decir que la sueltes. —como si fuese alguna película, justo en el momento que Alan habló la música dejó de sonar. Ni siquiera esperó a que el sujeto me soltara si no que lo apartó de mi lado de un empujón.
De un momento a otro las personas estaban amontonados rodeandonos, el sujeto al que Alan empujó se acercó a él de manera amenazante, pero este no parecía asustado; al contrario, le dedicó una sonrisa burlona, lo que enfureció más al otro. De pronto un quejido llamó nuestra atención, en el suelo se encontraba el chico que tenía agarrada a mi amiga y Donovan se sobaba la mano, mientras su ceño estaba fruncido y veía como el tipo al que había golpeado se incorporaba.
De un momento a otro todo se salió de control, Alan y Donovan se estaban cayendo a puños con los otros dos tipos mientras nosotras intentábamos separarlos. Nadie más intentaba apartarlos, al contrarío, formaban una algarabía animando la pelea. Los golpes eran atestados de unos a otros y de pronto se unió otro más, Godzilla apareció de la nada del montón de personas y se fue directo a separar a Donovan del chico que había sujetado a su hermana.
—Vámonos. —Alan tomó mi mano y siguiendo sus pasos nos sacó a ambos del montón de personas, lo último que vi fue al sujeto que peleaba con él intentando levantarse.
Logramos salir de la discoteca y caminamos unos cuantos metros hasta encontrarnos con los chicos, Godzilla estaba intacto, como si no hubiese entrado al círculo de personas repartiendo golpes al derecho y al revés, Jade estaba un poco despeinada y con un tirante de su vestido roto, Donovan... el era otro caso, mi amigo tenía un corte poco profundo en la ceja y otro en el labio, del cual bajaba un pequeño hilillo de sangre que recorría su barbilla y terminaba con las gotas esparcidas en el piso.
Sentí los brazos de Alan rodearme y de inmediato me volteé hacia él, no tenía nada más que un golpe en el pómulo derecho, el cual ya estaba empezando a hincharse.
—Seguramente esto mañana amanecerá morado. —mencioné pasando delicadamente la punta de mis dedos sobre el área afectada.
—Esto me recuerda a cuando éramos unos chiquillos y nos vivíamos metiendo en problemas. —mencionó Donovan. Mi amigo posó la mirada en la chica a su lado y al percatarse de que su vestido estaba roto se quitó su chaqueta de mezclilla y se la tendió.
—¿Nos? —preguntó el chico de ojos verdes en dirección a su primo. —Tú te metías en problemas, yo nada más pagaba los platos rotos por ayudarte.
La brisa que hacía era bastante fría por lo que froté mis brazos para darme un poco de calor, busqué mi teléfono para ver la hora y eran casi las dos de la madrugada. Vaya noche tan jodida.
Estábamos despidiendonos cuando oímos unas voces a unos cuantos metros. La calle estaba alumbrada por lo que nos permitió ver que quienes se acercaban eran los sujetos involucrados en la pelea, pero estaba vez acompañados por dos más.
—Otra vez no. —oí quejarse a mi amiga.
Alan me puso detrás de él a manera de protección, los sujetos se acercaron y uno de ellos sin mediar palabras empujó a Max hasta hacerlo retroceder un par de pasos, de pronto la pelea había iniciado nuevamente, pero esta vez los chicos tenían una clara desventaja, eran cuatro contra tres y nosotras aunque intentábamos separarlos no éramos de mucha ayuda. Físicamente eran el doble de mi tamaño, un solo golpe y seguro me dejaban noqueada.
No sé cuántos minutos pasaron, lo que si sé es que el sujeto que estaba peleando con Alan le dio un golpe el pómulo que hizo que cayera al piso, de inmediato se puso encima de él y empezó a golpearlo mientras Alan solo se cubría. Me le lancé encima intentado apartarlo de él, en ese momento se vieron los carros de policía estacionadose y a los oficiales bajando para detener la pelea, entre varios lograron separarlos, incluso uno me tomó de la cintura y me alzó para separarme del tipo que golpaba a Alan, pero mi resistencia era más fuerte, y eso lo demostraron unas cuantas hebras de cabello del sujeto ese que quedaron entre mis dedos.
A todos los chicos los esposaron, solo nos dejaron a Jade y a mi sin ponernos las esposas, pero aún así un oficial se encontraba junto a nosotras. Las preguntas empezaron y como era de esperarse, la culpa recayó en Alan y mis amigos.
—No es cierto —protestó mi amiga mientras señalaba a los dos chicos de la discoteca —ellos dos nos querían obligar a bailar con ellos y nuestros amigos solo nos defendieron, luego salimos del lugar y ellos nos siguieron y empezaron la pelea de nuevo.
El oficial de mayor edad asentía a las palabras de mi amiga, intercambió palabras con otro y de pronto dijo:
—Llevenselos detenidos a todos.
Todos empezamos a protestar pero no sirvió de nada, uno por uno los fueron subiendo a las patrullas, aproveché que los oficiales estaban bastante distraídos y me acerqué hasta el chico que peleaba con Alan, juro que sí lo pensé unos microsegundos, pero al demonio, de todos modos nos llevarían detenidos.
—No te metas con mi esposo. —dije al mismo tiempo que le daba una patada en sus partes bajas haciendo que el tipo cayera al suelo encogido del dolor.
—¡Eso patea bolas! —los oficiales al oír el grito de Godzilla y los quejidos del tipo en el suelo se acercaron para ayudarlo a ponerse de pie, lo intentaba pero no lograba estar del todo erguido.
Jamás olvidará este día, eso es seguro.
Lo que pasó después ya podrán imaginarselo, nos llevaron hasta la comisaría y nos encerraron en unas celdas, claro, a los chicos los separaron previniendo que se formara otra pelea si estaban juntos. Y ahí, en esos duros bancos de cemento, nos tocó pasar el resto de la noche.
NOTA: holis✌ volví.
Juro que esa salida iba a ser sana, pero bueno, hay que darle emoción a la cosa.
A partir del próximo capítulo retomo las dedicaciones así que quien quiera una me lo deja saber en comentarios.
Mis redes (poco las uso, pero aunque sea una vez al año lo hago).
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Bye.
Un beso grandote 💋
Att: Oriana.
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