⚛Capítulo 32⚛
Con Alan regresamos un poco tarde de la casa que era de sus padres, apenas me pasó a dejar entré a la casa y sin saludar a nadie corrí a mi habitación, tomé lo necesario y crucé hasta el baño, por suerte estaba desocupado. Tomé una ducha y cuando estuve lista volví a mi habitación, de mi maleta saqué un vestido de mangas largas en color vino y un brasier y braga a juego en color negro, me vestí y me senté en mi antiguo escritorio, tomé un espejo y empecé a maquillarme un poco.
Todos cambiamos de alguna manera a lo largo de nuestra vida, yo lo he hecho tanto mentalmente como en mi presentación diaria, sigo usando esa ropa nada femenina que mi madre odiaba pero también le he dado oportunidad a otras prendas, pasé de usar puras deportivas y converse; a usar tacones, de vestir siempre pantalones anchos a usar de vez en cuando vestidos, y sinceramente me gusta como me veo de ambas formas y lo más importante es que me siento cómoda.
Al final la ropa es solo eso, ropa, un complemento. Eso no define lo que somos.
—Mamá dice que ya bajes que sus invitados están a punto de llegar. —la voz de mi hermano me hizo voltear hacia la puerta y con un asentimiento de cabeza le hice saber que pronto iría.
Terminé de arreglarme y luego de alisar mi vestido frente al espejo bajé, en la sala ya estaban Fabia, sus padres y Thomas, saludé a cada uno y me senté a charlar con los chicos. Poco rato después la puerta era abierta dejando ver a Facu y Alan, ambos lucían guapos pero sin duda mi novio obtuvo toda mi atención, me acerqué hasta él y dejó un beso en mi mejilla, saludó a los demás y le entregó una botella de vino a mi madre quien lo vio sorprendida y luego le agradeció.
—Esto vale más de lo que me pagan a mi. —comentó mi hermano viendo la botella. Ahora entendía la reacción de mi madre. —¿Te dije que eras mi cuñado favorito?. —mi hermano pasó uno de sus brazos por encima de los de Alan.
—Soy el único que has tenido.
—¿Tal vez sería porque mi hermana estaba loca?. —iba a golpearlo cuando la puerta sonó y mi madre salió de la cocina y nos vio con una clara advertencia.
Salvado por la campana.
Mi madre acomodó su blusa antes de abrir la puerta y cuando lo hizo se entretuvo unos segundos hablando con la persona que llegó, luego ambos pasaron y dejaron la puerta abierta, se acercaron a nosotros y mi madre inició las presentaciones empezando por Jay y por mí.
—Mucho gusto a todos, mi nombre es Nicolás Dampsey. Mi hijo está por entrar, se quedó un momento respondiendo una llamada.
¿Dampsey? De casualidad su hijo es...
—Buenas noches, siento haberme retrasado. —un chico que yo conocía bastante bien apareció por la puerta cerrandola detrás de él, se acercó a mí madre y cuando su vista se fijó en los demás, se quedó igual de sorprendido que yo.
—¿Ian?.
—¿Venus?
Dijimos los dos a la misma vez llamando la atención de los demás presentes.
—¿Se conocen? —preguntó mi madre sorprendida.
—Vivimos en la misma ciudad, la conocí a ella en la biblioteca en la que trabaja y a su novio un día en el centro comercial. —la respuesta del chico pareció dejar a nuestros padres satisfechos.
—Que pequeño es el mundo, nuestros hijos ya se conocían. —comentó el padre de mi amigo.
Él se presentó con los demás y luego de charlar un poco en la sala mi madre nos hizo pasar al comedor, en el centro de la mesa estaban dispuestos tazones con diferentes ensaladas, salsas, y otras cosas. Mi madre apareció de la cocina con una bandeja con un gran pollo horneado en el centro y adornado con rodajas de zanahorias, lo dejo en la mesa junto a lo demás y tanto ella como tía Laura empezaron a servir la cena, mientras una iba sirviendo la comida en los platos; la otra los iba poniendo frente a cada uno de los invitados.
La cena no resultó tan rara como pensaba y eso creo que fue gracias al hecho de que estaban los demás miembros de mi familia, porque sí, Alan, Facu y Thomas ya eran parte de mi familia, independientemente de que fueran mi novio, mi cuñado y la pareja de mi prima —lo cual hace a Thomas mi casi cuñado. —primero habían sido mis amigos y con solo eso ya eran parte importante de mi vida.
Luego de que terminaríamos de cenar todos volvieron a la sala y mi hermano y yo nos ofrecimos a llevar todos los platos, cubiertos y vasos utilizados al lavavajillas, cuando todo estuvo listo fuimos con los demás, todos estaban distribuidos en los sofás y en algunos otros muebles, mi madre fue a la cocina y poco después volvió con una bandeja con copas llenas del vino que había traído Alan, le entregó una a cada uno pero yo preferí no beber para no hacer sentir mal a Ian. Era el único de todos los presentes que no podía ingerir alcohol.
Hubo un momento donde me levanté para ir al baño y no me di cuenta que Alan me siguió si no hasta que estuve por cerrar la puerta, su mano detuvo la puerta y luego de hacerme a un lado se metió en el cuarto de baño junto conmigo.
—¿Que haces?. —pregunté entre risas.
—Recordar la primera vez que nos vimos, la única diferencia es que ahora tengo ropa. —se acercó hasta posar ambas manos en mi cintura y atraerme hasta él para besarme. —Pero eso no impide que pueda dejarte a ti sin ella.
Me levantó hasta sentarme en el muro donde estaba el lavamanos y hacerse un lugar entre mis piernas, fue subiendo mi vestido dejar al descubierto mis piernas, se agachó un poco y fue dejando besos humedos desde mis tobillos hasta llegar muy cerca de mis bragas.
—Todos están abajo. —le recordé cuando levantó mi vestido para sacarlo.
—Es mejor que no hagas ruido entonces.
Sacó mi vestido y se alejó para verme un poco, su mirada recorrió mi cuerpo y se detuvo en mi senos que eran apretados por el brasier, su mano derecha recorrió mi brazo lentamente hasta llegar a mi cuello y presionar un poco su mano, nuestro contacto visual en ningún momento acabó, se acercó más a mi y tirando un poco de mi cuerpo estos quedaron tan unidos que pude sentir la dureza de su miembro.
Nuestros labios se unieron en un beso bastante subido de tono, mordió mi labio inferior haciendo que un pequeño jadeo escapara de mi garganta, una de sus manos se posó en mi pierna y fue subiendo hasta pasar por debajo de mi braga y posarse en mi nalga, sus labios hacían maravillas en mi cuello, clavículas y el inicio de mis senos. Estaba deseando más y él lo supo cuando empecé a mover mis caderas haciendo que nuestras partes tuvieran leves roces.
—¿Quieres continuar?. —preguntó.
—Sabes que sí, pero como vuelvas a dejarme caliente juro que te dejo sin posibilidad de tener hijos. —una pequeña risa fue emitida por el mientras dejaba suaves caricias en mi rostro.
—Tal vez se estén preguntando dónde estamos.
—Pues entonces hazlo rápido. —dije tratando se desabrochar su cinturón.
—Como ordenes, cariño.
Se separó un poco de mi para terminar de desabrochar su cinturón y abrir su pantalón, bajó su boxer dejando al aire su miembro y volvió a acercarse a mi, con sus dedos hizo a un lado mi braga y el solo contacto de su piel con la mía hizo que un escalofrío recorriera mi columna, unió sus labios con los míos justo en el momento en que se introdujo en mí evitando que soltara una exclamación.
Mi cuerpo estaba apoyado en el borde del muro y mis piernas rodeaban su cadera, sus movimientos no eran suaves sino todo lo contrario, fuertes y rápidos, tenía su mano tapando mi boca y lo agradecía, de no haber sido así estoy segura de que mi madre y los demás se hubiesen enterado de lo que estaba pasando entre Alan y yo.
Los besos no cesaban, sus movimientos tampoco, y la adrenalina de ser descubiertos era lo que le daba el toque final a la situación, no éramos conscientes del tiempo y eso lo notamos cuando nos asustamos al oír que estaban tocando la puerta. Alan sin dejar de moverse me hizo señas para que guardara silencio y habló:
—Esta ocupado, en un momento salgo.
Los golpes en la puerta dejaron de sonar, pocos minutos después sentía una pequeña electricidad recorriendo mi cuerpo hasta asentarse en mi vientre, los movimientos de Alan volvían a ser rápidos y pocos minutos después ambos llegamos al punto más alto del placer, la sensación fue tan maravillosa y demoledora que tuve que tapar mi boca para evitar soltar un fuerte gemido.
Cuando Alan salió de mi apoyó su frente en mi hombro y habló:
—Ya puedo tachar de la lista hacerte mía en una reunión familiar.
Y justo en ese momento me di cuenta de algo.
—No usaste preservativo.
—¡Jodida mierda! —exclamó por lo bajo. —mañana iremos por una pastilla.
Asentí a sus palabras y el chico frente a mi empezó a revisar los gabinetes que estaban por encima de mi hasta encontrar un paquete de toallitas desechables, tomó un par y me hizo abrir las piernas, hizo mi braga a un lado y procedió a limpiar mi entrepierna, cuando terminó tiró las toallitas al cesto de la basura y tomó otras para limpiar ahora su miembro. Mientras él acomodaba su pantalón y cinturón; yo volví a ponerme mi vestido y después de una rápido mirada en el espejo salimos del baño.
—Para haber sido un polvo rápido estuvo genial. —sus susurros me hicieron ruborizar un poco y la sola idea de que alguien se haya dado cuenta de que hacíamos me ponía nerviosa.
Cuando regresamos a la sala todos seguían conversando, con Alan fuimos a la cocina y nos serví un poco de agua a ambos, estábamos en calma cuando mi hermano entró a la cocina con una sonrisa pícara y subiendo y bajando sus cejas.
—A que estuvo buena la reunión en el baño. —Alan llevó el vaso a su boca para ocultar su sonrisa mientras yo me hacía la desentendida.
—No sé de qué estás hablando Jayson.
—Si que lo sabes. Facundo y yo tuvimos la misma idea pero ustedes se nos adelantaron. —iba a irse pero se detuvo en el umbral de la cocina y volteó a vernos nuevamente. —Nadie se enteró pero por si acaso dicen que estaban hablando con tu jefa.
—¿Por qué diría que estaba hablando por llamada con Julie?. —pregunté confundida.
—A veces no sé si eres tonta o te haces, eso fue lo que dije cuando mamá preguntó por ustedes. —dicho esto terminó de irse.
No había recordado el tema de la biblioteca hasta ese momento.
—¿Todo está bien?. —preguntó Alan acercándose a mi. —Si te preocupa el que no nos hayamos cuidado, mañana vamos a la farmacia apenas amanezca. Y si algo falla no te dejaré sola, lo sabes.
Asentí a sus palabras y rodee su abdomen apoyando mi cabeza en su pecho.
—Creo que tendré que buscar otro trabajo, a la biblioteca no le esta yendo bien y seguramente Julie la cierre en un par de semanas.
Su mano empezó a hacer suaves caricias en mi cabello y luego me hizo levantar el rostro para dejar un beso en mi frente.
—Ya habrá alguna solución.
Capítulo dedicado a mis bebés:
*angelicamariameza
*MarichuyCant
*YuridiaMazariegos
*claraanaya53
NOTA: holis✌ a que no se esperaban que el hijo del novio de la madre de Venus fuera el pequeño Ian.
Quien quiera dedicación del próximo capítulo me lo deja saber en comentarios.
Bye.
Un beso grandote 💋
Att: Oriana.
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