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⚛Capítulo 28⚛

Por supuesto que yo no me iba a quedar con la duda, creía en las palabras de Jade; pero no en las intenciones ocultas que pudiera tener Max, y sí, al final del día terminé llamando a Fabia, estaba en la ciudad y no me lo había dicho, no es como si tuviera que hacerlo, pero me hubiese gustando que confiara en mi como antes. De hecho, esa fue una de mis quejas más insistentes, que nuestra confianza ya no era la misma y, al final decidimos reunirnos en una cafetería cerca de la biblioteca para charlar un poco antes de que tuviera que irse.

—Ahora, ¿me puedes explicar por qué Maximiliano me llamó diciendo que estás loca y que te le echaste encima?.

—Yo no hice tal cosa, cuando iba a entrar me tropecé y por accidente caí encima de él.

—Ya, ¿y por accidente también lo golpeaste con unas cartulinas?. —su mirada ahora era bastante acusadora.

—Es un jodido chismoso. —me quejé cruzándome de brazos. —A la próxima le buscaré un vestido y unos tacones.

—Yo entiendo que ustedes no se soporten pero, no puedes ir por la vida golpeando gente. —tomó un sorbo de su malteada de chocolate y luego llamó a una de las chicas que trabajaba ahí para pedir unas galletas.

—¿Lo dice la misma persona que tiempo atrás estuvo a punto de lanzarsele a una chica porque me llamó zorra? Y por supuesto, como olvidar que le rompiste la nariz a la tal Rashel. —le recordé unos de sus arrebatos, aunque el segundo hasta yo lo hubiese hecho.

—Es Missell, pero eso no importa. Yo lo hice porque no iba a permitir que alguien dijera eso de ti, entre primas nos cuidamos. —extendió su mano por sobre la mesa y tomó la mía.

—Exactamente, yo tampoco iba a permitir que Godzilla juegue contigo, así que esa patada en las pelotas le recordará pensarlo dos veces antes de intentar Jugar con Fabiana Reece. —una sonrisa apareció en su rostro al oír mis palabras. —Además, yo creo que aún hay esperanza para Thobia.

—¿Thobia?, ¿qué es eso?, parece nombre de perro.

—Ya sabes, Thomas y Fabia, Thobia. —respondí como si fuese lo más obvio.

—Está horrible ese ship.

Seguimos hablando hasta que llegó la hora de que Fabia se marchara y yo entrara al trabajo, nos despedimos a la salida de la cafetería y cada una tomó su camino.

Lo interesante de esta reunión —y que me dejaba bastante tranquila —es que la relación entre Fabia y Godzilla es netamente por trabajo, claro, se llevan bastante bien y se podría decir que hasta son amigos pero, ella aún cree que las cosas entre Thomas y ella se arreglarán en algún momento, solo espera que no sea muy lejano.

Y sinceramente, yo también lo espero.

Caminé las dos cuadras que me separaban de mi lugar de trabajo y cuando llegué saludé a Julie, fui directo a las mesas desocupadas para recoger los libros que habían usado y dejarlos en su lugar, y luego tiré al bote de basura unos vasos desechables de café que algún flojo no tiró antes de irse.
Cuando terminé recorrí un poco el lugar hasta que mi vista se posó en mí pequeño amigo, Ian estaba acompañado de una linda chica, estaban sumidos leyendo un libro y cuando nuestras miradas se encontraron; alcé ambos pulgares haciendo que una fugaz sonrisa surcara el rostro de mi amigo, pero así como apareció, se fue y volvió su concentración al libro que estaba sobre las piernas de la chica.

Volví al escritorio donde estaba mi jefa revisando los mismos libros de aquella vez, su mirada era igual de angustiada y triste. Temía que no fueran buenas noticias.

—Esto va cada vez peor, me temo que no llegaremos a fin de mes. Por lo que veo en estos libros, me veré obligada a cerrar la biblioteca en las próximas semanas.

Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas, y sin esperar más tiempo rodee el escritorio y la estreché entre mis brazos, un sollozo escapó de lo más profundo de su garganta, me entristecía verla así.

Sé cuánto le duele la sola idea de tener que cerrar este lugar, había funcionado desde hace muchísimo años y que cierre ahora seguro es un golpe fuerte.

—¿No hay nada que se pueda hacer?. —pregunté y le entregué un pañuelo desechable para que secara sus lágrimas.

—A menos de que ocurra un milagro y alguien quiera invertir aquí, lo dudo.

Julie siguió revisando los libros sobre el mostrador y yo me retiré para seguir ordenando todo aquello que estuviera fuera de su lugar, chicos entraban y salían, y yo devolvía libros usados a sus estantes correspondientes; hasta que me tocó ir a una pequeña habitación en la parte de atrás del mostrador donde estaba mi jefa, tomé la caja que estaba sellada y salí con ella hasta ponerla a un lado en el mostrador, había llegado un pequeño lote de libros nuevos y debía ordenarlos.

Había de todo un poco, libros referentes a las distintas carreras universitarias y unos cuantos que irían a la sección de libros juveniles. Cuando terminé de ordenar todo tomé un ejemplar nuevo de Shadow Hunters que había llegado y me senté en una de las mesas a leer.

Si este lugar cierra sin duda lo extrañaré, ¿en que otro lugar me dejarán leer mientras estoy en mis horas de trabajo?, ¡Exacto! en ninguno.

Me perdí en las letras del libro que tenía en mis manos; que no me di cuenta que alguien estaba a mi lado, solo volví a la realidad cuando una luz alumbró mi rostro en cuestión de segundos y luego todo quedó como si nada hubiese pasado, a excepción de mi vista que estaba plagada de puntos negros.

—Quedó bonita la foto, te veías tan concentrada en lo que estabas leyendo. —al oír su voz una alegría repentina inundó mi ser, mi vista ya había vuelto a la normalidad y sin esperar mucho me voltee rodeando mis brazos al rededor de su cintura. —Que gusto que me recibas así, pero cariño aquí no, estamos en un lugar público.

—¿Qué?. —pregunté confundida. Subí mi rostro para que nuestras miradas se encontraran y una sonrisa burlona era lo que predominaba en su rostro, eso me dejó aún más confundida. —¿A que te refieres?.

—Mi cuerpo reacciona bastante rápido y tu rostro a la altura de mi entrepierna solo alimenta más mi imaginación. —y con sus palabras caí en cuenta de que tenía apoyado mi rostro sobre su paquete, me separé lo más rápido que pude y eché un vistazo al rededor, todos seguían en lo suyo.

Alan se sentó a mi lado y tomó el libro para darle un vistazo y luego me lo devolvió.

—Buena eleccion, la película es buena pero el libro es mejor. —dejó un beso en mi mejilla y se levantó, caminó hasta las estanterías y se perdió por uno de los pasillos.

Pocos minutos después venía de regreso con un par de libros, los dejó sobre la mesa y volvió a tomar asiento a mi lado, sacó una libreta de su bolso y abriendo los libros empezó a anotar apuntes.

—¿Alguna evaluación?. —él suele ser muy aplicado cuando está en tiempo de exámenes. Merecido tiene el ser uno de los mejores promedios de Lehman.

—Una prueba de arquitectura moderna y renacentista.

Ambos volvimos a nuestros asuntos, yo leí un par de páginas más y luego tuve que volver a limpiar las mesas que quedaban desocupadas y devolver los libros a sus secciones correspondientes. Así hasta que llegó la hora de cerrar, Alan como siempre se ofreció a llevarme a la residencia, nos despedimos de Julie y subimos al auto.

—Oye, hay algo que debo decirte. —me acomedé en el asiento para quedar de frente a él y así verlo cuando hablara. —Seguramente lo oigas, o tal vez no, pero es mejor prevenir y no que luego te enojes conmigo.

—¿Que hiciste?. —pregunté cruzándome de brazos. —¿Por qué podría molestarme?.

—Primero quiero decir qué lo hice por ayudar a mi mejor amigo, y segundo, nada de lo que dije  fue cierto. —se detuvo en un cambio de semáforo y giró a verme. —Hay un audio donde estoy hablando con una chica, lo importante está al final del audio, pero para llegar a ese punto tuve que decir muchas cosas.

—¿Como cuales?. —volvió a poner en marcha el auto.

—Pues... como que era muy bonita y ese tipo de cosas, nada importante ni cierto. —no respondí, se sentía raro, pero no sabía que responder. —Dime algo, no me gusta cuando te quedas callada.

—No sé que decir, ¿qué es eso tan importante que hay al final del audio?.

—Una confesión, Thomas no engañó a Fabiana. —me esperé todo menos eso,

—¿No?. —el auto se detuvo y cuando voltee a ver por la ventanilla ya estábamos frente a la puerta de la residencia.

—No, la chica le echó un somnífero en el trago y cuando despertaron en la habitación de hotel le hizo creer que se habían acostado.

Esa chica si que estaba loca, no le sirvió de mucho su plan, sí, Fabia y Thomas habían terminado pero aún así ella no consiguió que él le prestara atención de la forma en que quería.

—Pobre de ella cuando Fabiana se entere. No quiero estar en su lugar en ese momento.

—Fabia es bastante resentida, créeme que si la vez pasada no necesitó una rinoplastia, esta vez seguramente sí. —sin decir más nada acerca del tema nos despedimos con un corto beso y bajé del auto para entrar a la residencia.

Capítulo dedicado a mis bebés:

*Darilanda
*AriadneSanz
*y2kgeorge
*CieloCrisanto
*CRLiz3
*AnghelMiltMarval
*EsmeLopez956
*Andrihusv

NOTA: holis✌

¿Que creen que pase con la biblioteca?

¿La cerraran? ¿Alguien la comprara?.

Pronto se sabrá.

No tengo más nada que decir, nos leemos después.

Bye.

Un beso grandote 💋

Att: Oriana.

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