⚛Capitulo 24⚛
Fabia POV:
Después de pasar la mayor parte del día durmiendo y vomitando pude recuperar un poco la compostura. Definitivamente no volveré a ingerir de esa clase de licor más nunca, juro que creí que iba a morir.
—¿Ya estas lista?. —preguntó Venus mientras salía del baño. Nos iríamos mañana, así que con ella habíamos quedado de ir hoy al centro comercial a comprar algunas cosas. —Son las 4:30 p.m. —dijo mirando su reloj —y el centro comercial cierra a las 9:00. Hay suficiente tiempo para que le des la vuelta a todas las tiendas.
—Vamonos. —tomé mi teléfono y la tarjeta de la habitación y los guardé en mi bandolero. Caminamos los pocos metros hasta llegar al ascensor y una vez dentro presioné el botón que nos llevaría hasta la recepción.
Por suerte y el centro comercial quedaba como a unos 15 minutos caminando, cuando salimos al exterior los rayos del sol nos dieron la bienvenida, este hotel quedaba prácticamente en el centro de la ciudad así que a su alrededor quedaban varios locales, desde Spas hasta gimnasios y cafeterías.
—¿Te puedo preguntar algo?. —oí la voz de la chica a mi lado.
—Ya lo estás haciendo.
—Esa no era la pregunta, tonta. —soltó una risita y volvió a hablar. —¿Que fue eso que te dijo Godzilla cuando estaban jugando beerpong?.
—¿Quien es Godzilla?. —pregunté a lo que ella respondió que era el chico del cumpleaños. —Ahhhh, no lo recuerdo. —volteó hasta verme con sus ojos entrecerrados. —En serio no lo hago, si no es por ti ni recordaría que estuve a punto de enseñar las pechugas.
—Se llaman senos. —a lo que me encogí de hombros.
—Yo les digo pechugas. Aunque ¿sabías que les puse nombres?, por ejemplo esta —señalé mi seno izquierdo. —se llama... —no terminé de hablar porque me mandó a callar, y es que logré lo que quería, sacarla de quicio y evitar que siguiera bombardeandome con preguntas como lo había estado haciendo desde la mañana.
Si yo gano, saldrás conmigo a dónde yo quiera ¿aceptas o te da miedo?.
Definitivamente sí recuerdo sus palabras, y en el momento no me importó aceptar salir con un chico que había visto solo dos veces en mi vida, pero como sea, estando en mis cinco sentidos lo menos que quiero es relacionarme con más hombres cuando tengo el corazón hecho mierda por culpa de uno.
—Llegamos. —las palabras de Venus me sacaron de mis pensamientos, frente a nosotras estaba el gran centro comercial del que salían y entraban desde grupos de amigos, hasta parejas.
Entramos y lo primero que hice fue arrastrarla hasta una tienda de zapatos donde vi unas botas que llamaron mi atención, eran de tacón grueso y llegaban un poco más arriba del tobillo pero, lo que más llamó mi atención fue el pequeño dije de mariposa que tenía en el cierre.
Le pedí a una de las chicas que allí trabajaba que si podía sacar unas en mi talla y luego de probarmelas me decidí, compraría estas botas porque se me ven magníficas. Además me aportan unos centímetros más de altura.
—Y aún faltan cuatro horas de tortura. —oí a Venus quejarse por detrás de mi.
Cuando pagué salimos de la tienda y seguimos recorriendo el lugar, en el camino nos encontramos una tienda qué, si bien no era la primera vez que entraba a una, sabía que Venus jamás lo había hecho y quería divertirme un rato, así que sin pensármelo dos veces la tomé de la mano y empecé a caminar en dirección a la sex shop que estaba a unos metros de nosotras.
—No. Ni se te ocurra hacerme entrar a ese lugar. —se resistía haciendo de ancla con sus pies y logrando que varias personas se fijaran en nosotras.
Sinceramente, no me importaba, me estaba divirtiendo viendo su reacción.
—Es solo una tienda más, deja de resistirte.
—No, no. No es solo una tienda más, ahí venden... ya sabes. —intentaba soltarse de mi agarre pero no se lo estaba poniendo fácil.
—¿Qué? ¿Pollas de plástico? —pregunté de manera burlona a lo que ella abrió los ojos sorprendida y vio para todos lados.
—¡Fabiana! —chilló escandalizada.
—¡Ay por favor! Ni creas que no me enteré de cómo el día del cumpleaños de Jayson; Alan te esposó a la cama y te dió como a tambor en desfile.
—¿Como a tambor en desfile? —preguntó confundida.
—Duro y con ritmo. —respondí para después soltar una carcajada al ver como se sonrojaba. —Venga ya, deja de hacerte la santa.
Sin muchas ganas y derrotada se dejó llevar por mi hasta que cruzamos las puertas de la sex shop, allí adentro se hacía presente el olor del plástico nuevo combinado con una deliciosa fragancia de vainilla. Detrás del mostrador un guapo chico con un arete en el labio portaba el uniforme de la tienda, aún teniendo a Venus agarrada del brazo nos acercamos hasta él.
—Buenas tardes, mi nombre es Julián, ¿en qué puedo ayudarlas?. —preguntó amablemente.
—Mi amiga aquí quería comprar un juguete pero es nueva en esto, ¿que le recomiendas?. —la verdad es que me estaba aguantando para no soltar la carcajada, Venus no sabía donde meterse.
—Entiendo. Permítanme un momento, ya les traigo algunos modelos. —el chico caminó hasta una vitrina que estaba en una esquina y de ella sacó varios juguetes los cuales puso frente a nosotras. —Esto es un vibrador, puedes apoyarlo en cualquier superficie plana y quedará adherido, y si usas este pequeño control puedes iniciar su vibración y subirlo hasta cinco niveles.
Venus tapaba su rostro disimuladamente para evitar que alguien conocido pudiese verla, bastante tonto considerando que el papel que cubría las ventanas no permitían las vista desde afuera.
—Este aunque igualmente es un vibrador —el chico continuaba con su explicación ahora mostrándonos otro juguete. —como puedes ver, tiene doble punta, pues esta de acá es para estimular... —el chico no pudo seguir hablando porque mi prima lo interrumpió.
—Suficiente información. Todo muy interesante pero llegué a la conclusión de que tal vez no necesito esto. —señaló los diferentes juguetes sexuales que estaban en el mostrador.
Se dio la vuelta para salir de la tienda pero la tomé del brazo impidiendo que lo hiciera, me vio con ojos suplicantes y con voz baja le indiqué que esperara un momento.
—¿De casualidad tienes plug de cola?. —aunque esto no estaba en el plan, se me ocurrió en el último momento, si me despediría de las dos personas que traicionaron mi confianza lo haría de una manera que jamás olvidarian.
—Claro, ya te traigo unos modelos. —el chico de la tienda tomó los diferentes vibradores que había puesto en el mostrador y los devolvió a su lugar, de una vitrina junto a la ventana sacó varios plugs y orejitas y las colocó en el mostrador. —Acá tienes un plug con cola de conejo y estás son sus orejitas, adicionalmente trae este pequeño lazo que va en el cuello. Este otro es...
—Es perfecto. —dije apenas lo vi. Entre sus manos tenía una larga cola de zorro color marrón y en el mostrador estaban las orejas que hacían juego. —llevo este.
El chico asintió y tomó ambos objetos los metió en una cajita que tenía un lazo y el logo de la tienda. Pagué y tomando la cajita le hice señas a Venus para irnos.
—Te preguntaría que vas a hacer con eso pero, no quiero quedar traumatizada con tu posible respuesta.
Recorrimos el resto de las tiendas y cuando se hubo hecho más tarde, entramos a un Wendy's para cenar y volvimos al hotel donde nos despedimos y ella llamó a Alan para que la fuera a dejar a su residencia.
Mañana será otro día y aunque la decisión pueda romperme más, no pienso dar oportunidad a que esa situación se vuelva a repetir.
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El viaje de regreso a casa fue bastante cansado, y eso que yo solo vivía a dos horas de distancia de la ciudad donde viven Alan y Venus. Por el contrario, Facu y Jay tenían un viaje más largo.
—Cuídate. Y ya sabes, sin importar la hora llámanos y vendremos por ti. —me despedí de ambos con un abrazo y esperé a que pusieran el auto en marcha nuevamente para tomar mi maleta y entrar al pequeño edificio.
Cuando entré al departamento solo me recibió el silencio, el cual hizo que un nudo se formara en mi garganta y una opresión en mi pecho se fuese haciendo cada vez más fuerte. Vi mi reloj y de deduje que por la hora, Thomas ya estaba en su trabajo.
Ni siquiera me molesté en desempacar, al contrario, fui a la habitación y tomé una maleta vacía para empezar a guardar el resto de mi ropa que aún quedaba en el clóset. Esa opresión en mi pecho se iba haciendo cada vez más insoportable, y solo bastó oler su perfume para que las lágrimas empezaran a caer por mis mejillas cual cascada.
Una vez listo, bajé y fui a una papelería que quedaba cerca del edificio, quería creer que esas fotos eran una mentira, pero no, en ellas se veía perfectamente como Thomas y mi supuesta amiga se estaban besando, y tal vez crean que es estupido de mi parte pero, si solo hubiese sido un beso yo hubiese hecho de cuenta que eso nunca pasó, pero había más, había un video tomado desde las afueras de un hotel donde se veía a ambos salir de el.
Y con eso ya era demasiado, no puedo vivir con la idea de que me fue infiel y no ha tenido las suficientes bolas para decírmelo.
Pedí al chico que atendía la papelería cuantos globos de corazones tuviera y todo aquello que sirviera para armar una sorpresa, además mandé a imprimir varias fotos de nosotros y en un plano más grande, las fotos que me habían enviado de él y ella en esa discoteca.
Pagué todo y volví al departamento que hasta hoy era mi hogar, apenas entré en ese pequeño lugar que habíamos denominado como nuestro comienzo me puse manos a la obra. Inflé todos los globos que había comprado y como pude los pegué del techo, de estos colgaban cintas que tenían en la punta una foto de nosotros. Fotos que me encargué de recortar y escribir un poco acerca de ese día.
Las lágrimas no me abandonaron en ningún momento, eran mis fieles compañeras en ese momento de silencio y donde sentía que mi corazón con cada recorte de papel se iba agrietando más.
El cartel final quedó terminado, ese que tenía escrito en grandes letras una frase que jamás olvidaría, y que admito tomé la idea de Facebook porque me parecía un buen toque final. Y las fotos, esas eran el complemento perfecto.
Una vez todo estuvo listo recogí el desastre que había hecho y me dirigí al baño para tomar una ducha, mis lágrimas se mezclaban con el agua que caía de la regadera y hacían parecer que no ocurría nada pero mis ojos me delataban, aunque aún no había querido verme al espejo sabía que mis ojos estaban hinchados y posiblemente rojizos.
Terminé de bañarme y envolviendo mi cuerpo en una toalla fui a la habitación, calmadamente empecé a vestirme con la ropa que había dejado sobre la cama, mi mente era una maraña de pensamientos pero, los predominantes eran donde aparecía él, el chico del que me enamoré. Como nos conocimos, esa cita doble donde yo llevé a mi prima y él a su mejor amigo, el viaje de acampada y muchos momentos más que pasamos juntos.
Momento donde creí que había encontrado a mi persona indicada.
Una vez lista me paré frente al espejo, no me molestaría en maquillarme, dejaría que viese el rostro decepcionado de la persona que le entregó todo de sí. Sin muchos ánimos me peiné y salí de la habitación cuando recibí un mensaje que ya había llegado y estaba por subir.
Me situé en la sala entremedio de las fotografías colgantes justo cuando oí la cerradura sonar, apenas su vista se posó en mí una sonrisa apareció en sus labios, no correspondí, no tenía ánimos de mostrar algo que no sentía.
Aunque mentira si les dijera que no estaba muriendo por correr a sus brazos, besarlo y pedirle que me dijera que todo era mentira. Pero no lo era, en el fondo de mi corazón lo sabía bien.
Su sonrisa de la nada se borró al fijar sus ojos en el cartel a mi lado. Si, ese que decía en letras grandes: Bienvenido a casa perro infiel.
Vi el pánico surcar sus facciones cuando se acercó unos cuantos pasos y pudo distinguir las fotos que estaban decorando el cartel, su respiración se veía errática, la mía estaba igual y solo trataba de evitar que mis lágrimas volvieran a aparecer.
—Puedo explicarlo. —su voz era temblorosa.
—¿Que me vas a explicar, que durante semanas no tuviste las bolas suficientes para decirme que me habías sido infiel? —un nuevo sentimiento se abría paso, ya no era decepción ni tristeza, ahora era ira. —¡Dime!
—Amor... —intentó acercarse a mi pero me alejé —¡Maldita sea! Te juro que no sé cómo sucedió. —tiraba de su cabello desesperado. —No recuerdo como sucedió.
—Mira las fotos a ver si así se te refresca la memoria. —señale el cartel que estaba a mi izquierda.
Su mirada era desesperada y amenazaba con romperse tal como lo había hecho yo.
—¡No lo recuerdo!
—Ya basta, Thomas. Acéptalo. —perdí la paciencia.
—No lo estoy negando, joder. Solo te estoy diciendo que no sé cómo pasó, solo recuerdo haber despertado en una habitación de hotel con Missell, pero no recuerdo casi nada de ese día.
No quería seguir escuchando sus palabras, caminé unos cuantos pasos hasta la barra de la cocina y tomé mis maletas, justo en ese momento se rompió, sus lágrimas empezaron a caer y con las de él, las mías que no tardaron en hacerle compañía.
—¿Que h-haces con e-esas maletas? —preguntó.
—Me voy. —apenas decir eso se acercó rápido y me rodeó con sus brazos.
—No lo hagas, por favor. —mi pecho se apretaba cada vez más al oír su voz destrozada. —Te amo y no quiero perderte.
—Lo hiciste en el momento en que decidiste quedarte callado y no contarme nada. —hubo un silencio entre ambos por unos segundos, hasta que volví a hablar. —Si lo hubieses hecho, tal vez hubiésemos encontrado una solución, pero preferirse quedarte callado.
—Juro que lo iba a hacer. —tomó mi rostro entre sus manos y nuestras miradas se encontraron. —juro que estaba buscando el momento adecuado para decírtelo, estaba buscando el valor que no tenía. Pero si algo quiero que te quede claro, es que jamás te lastimaría, no intencionalmente. Y este momento me estoy odiando porque sé que te estoy perdiendo. Estoy perdiendo a la mujer de mi vida, esa a la que amo con todo mi ser...
—No sigas, por favor. —quería creer en sus palabras, muy en el fondo de mi ser quería creer que todo lo que me decía era cierto. —Solo déjame ir.
—Prometo descubrir si realmente estuve con ella, y si es así, con todo el dolor de mi alma te dejaré ir y ser feliz aunque sea sin mi. Pero si no, te buscaré porque no estoy dispuesto a perderte. No tan fácilmente.
Me estrechó entre sus brazos y luego dejó un beso en mi frente. Y con esa promesa en el aire abandoné el departamento.
Quiero aferrarme a la idea de que realmente esto tiene solución.
Capítulo dedicado a mis bebés:
*Julisllas
*MariFerBum
*mariaclaraPelayo
*divibuitrago
*cristal_perdomo45
*ArianaAlejandro5
*HannaRoss25
En el próximo capítulo sigo con las dedicatorias.
NOTA: holis✌ este capítulo fue más largo que el pasado pero era necesario porque no quería dividirlo en dos. Espero que les haya gustado.
Hasta el momento no había reído y llorado en un mismo capítulo, muchas emociones revueltas.
Bye.
Un beso grandote 💋
Att: Oriana.
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