ALAN POV:

—Eres mi mejor amigo pero debo decírtelo. Eres un grandísimo idiota, Thomas.

Hace poco había llegado de la universidad, apenas había entrado a mi departamento cuando oí mi teléfono sonar. Era una llamada de mi mejor amigo.

—Ya lo sé, y de verdad no sé cómo llegó a suceder. —oí un resoplido de su parte y unos cuantos lamentos.

Thomas había decidido llamarme para pedirme un consejo, cuando me contó la situación me quedé un poco sorprendido, no lo voy a negar, conocía bastante bien sus antecedentes pero desde que había conocido a Fabia había visto un cambio en él, el chico se había enamorado y que haya pasado eso luego de saber cuanto habían luchado para que los padres de ella les dejaran vivir juntos... simplemente me daban ganar de darle un fuerte puñetazo.

—Hombre, lo has jodido. —murmuré recordando aún sus palabras.

—Ya lo sé, y... mierda, no me atrevo a decirle. No quiero perderla, la amo. —su voz se oía bastante afligida.

—Pero seguramente no pensaste eso cuando terminaste en esa habitación de hotel con su amiga, verdad? —reproché. Es mi amigo, pero Fabiana también, independientemente si no lo fuera, no podría apoyar lo que hizo porque estuvo mal y él lo sabe. —No te juzgo pero, hombre dile la verdad antes de que sea tarde, sucedió hace dos semanas, te aseguro que si se entera por alguien más que no seas tú seguramente no va a querer verte pero  ni en pintura.

Fui hasta la cocina y tomé todo lo necesario para hacer un poco de arroz y pollo agridulce, mi teléfono estaba en altavoz y así podía oír lo que decía mi amigo, mientras revolvía el pollo y los condimentos en la sartén Thomas me hablaba de otros temas, habíamos decidido hablar de otras cosas, ya de por sí se sentía bastante mal y que yo no fuera de mucha ayuda lo estaba poniendo peor.

—¿Que estas haciendo? Oigo ollas sonar. —preguntó.

—Hago mi almuerzo, estoy muriendo de hambre. —añadí un poco de  coca cola al pollo para que tomara un sabor dulzón y se dorara mejor.

Tomé una lata de cerveza del refrigerador y me senté en uno de los bancos de la encimera, bebía pausadamente mientras oía a mi amigo hablar, cada tanto me levantaba para echarle un vistazo a la comida y  volvía a mi lugar.

—Ya no quiero hablar más de mi, es deprimente saber que seguramente me van a mandar al carajo y lo tengo bien merecido. —una vez estuvo listo mi almuerzo lo serví en un plato y dejándolo sobre la encimera tomé un tenedor para empezar a comer.

—Si te botan del departamento aquí en este edificio nos permiten tener animales.

—Ja ja muy gracioso. Cuentame, ¿cómo van las cosas entre tú y Venus?.

Tomé mi tiempo para masticar y tragar el pollo, y procedí a responder:

—Genial, pasamos bastante tiempo juntos. Trabaja en una biblioteca cerca de acá, así que en las tardes suelo ir y aprovechamos a estudiar juntos y ya luego la llevo a su residencia.

—Me alegro que les esté yendo bien. Cuídala, es una buena chica.

—Es lo mejor que ha llegado a mi vida. —hablamos un poco más y cuando termino la llamada pongo en el lavavajillas los utensilios que utilicé.

Fui hasta mi habitación para desvestirme y quedando solo en boxer crucé el pasillo hasta entrar al baño, tomaría una ducha y luego dormiría un rato. Estudiar hasta tarde me está pasando factura, siento mi cuerpo bastante cansado.

Solo deseo caer en mi cama y dormir unas cuantas horas.

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Cuando me desperté alcancé a ver por la ventana que ya era de noche, tomé mi teléfono y vi la hora 7:30 p.m. ya estaba tarde como para ir a la biblioteca a estudiar, pero por lo menos aún tenía tiempo para pasar por Venus y llevarla a la residencia.

Me preocupaba que anduviera sola de noche y más sabiendo que las residencias de la universidad quedan bastante lejos, así que casi todos los días voy a la biblioteca a estudiar, aunque es más como una excusa para llevarla cuando termine de trabajar.

Me levanté de la cama y estirando mi cuerpo caminé hasta la salida, entré al baño para tomar una ducha rápida y cuando regresé a mi habitación tomé unos boxers de una de las gavetas del clóset, también tomé un pantalón negro y una sudadera gris, por como se mueven los árboles debido a la brisa y los relámpagos que alumbran el cielo, lo más seguro es que llueva pronto.

Cuando terminé de vestirme me calcé unos tenis blancos y, poniendo  un poco  de  perfume en mi cuello salí de la habitación. Tomé las llaves del auto y del departamento de encima de la mesita que estaba junto a la puerta y abandoné  el lugar.

Llegué hasta mi plaza donde estaba aparcado el Jeep y subiendome a el empecé a conducir hasta la biblioteca. Las calles aún eran bastante transitadas, personas iban de una acera a otra cargando paraguas o incluso impermeables para evitar mojarse por sí la lluvia decidía iniciar repentinamente.

Poco tiempo me tomó llegar hasta mi destino, estacioné el auto un poco alejado de la puerta y poniendo la alarma caminé hasta la gran entrada del lugar donde trabajaba mi chica.

Aunque afuera había un poco de frío, aquí adentro era todo lo contrario, el ambiente estaba bastante cálido. A lo lejos pude ver a Venus concentrada dejando libros en sus lugares, de manera lenta caminé hacia ella observandola ponerse de puntillas para dejar un libro en un estante un poco alto, aunque le faltaba muy poco, aún así no alcanzaba.

Me posé detrás de ella quien aún no se había dado cuenta de mi presencia y hablé:

—¿Necesitas ayuda?. —apenas oyó mi voz pegó un saltito y dejó caer los dos libros que tenía en su mano izquierda.

—¿Quiero matarme acaso? respondió llevando su mano al pecho.

—¿De placer?, siempre. —aún seguía divirtiéndome al ver como se ponía cuando le hacía algún comentario sugerente.

Eso es una de las cosas que más me gusta de ella, a pesar de que ya nos conocemos bastante bien aún sigue reaccionado a mis comentarios como cuando recien nos conocimos.

—Eres un pervertido.

—Tu mejor que nadie lo sabe. —susurré sobre sus labios antes de besarla, por suerte el pasillo donde estábamos quedaba fuera de la vista de los que estaban ocupando las mesas y los sofás.

El beso terminó y me agaché para recoger los libros que se le habían caído a Venus, los dejé en su lugar correspondiente y de la mano fuimos hasta el mostrador donde estaba Julie.

—Ustedes hacen una bonita pareja. —comentó la anciana frente a nosotros cuando vio mi mano y la de Venus entrelazadas.

Entre los tres iniciamos una conversación, poco a poco la biblioteca se iba vaciando y cuando el reloj sobre la puerta marcó las 8:40 p.m. los tres salimos del lugar. Nos despedimos de Julie y cuando vimos que entró a su casa —la cual quedaba a un lado de la biblioteca —nos subimos al auto, lo puse en marcha y poco habíamos avanzado cuando una gota tras otra empezaron a estrellarse en el parabrisas dando paso a la fuerte lluvia.

Un fuerte trueno sonó haciendo que Venus se abrazara a mi, le lancé una mirada reprobatoria pues pude haber perdido el control del auto, por suerte soy bastante bueno tras el volante.

—Lo siento, odio los truenos. Me dan miedo. —susurró eso último pero aún así logré oírlo.

La lluvia caía con intensidad y por lo que se podía apreciar no iba a parar pronto, cambié de dirección y en una intercepción giré para ir hacia mi departamento, quedaba más cerca que las residencias y aunque suelo conducir sin problemas prefiero no arriesgarme con este clima.

Cuando llegamos al edificio estacioné en mi plaza y saliendo del auto caminamos hacia el ascensor que llegaba hasta el estacionamiento subterráneo, cuando las puertas de este se abrieron entramos y marqué el piso donde quedaba mi departamento, un par de pisos más arriba subieron otras personas y cuando llegamos a mi piso correspondiente salimos de la caja metálica, rodee a la chica a mi lado por los hombros para que así se sintiera un poco más segura.

Una vez dentro del departamento fuimos directo a la cocina, preparé dos tasas de chocolate caliente y fuimos hasta la sala donde nos sentamos en el sofá y nos cubrimos con una manta que estaba ahí, por el ventanal se podía ver las gotas impactar contra el vidrio, la lluvia no bajaba su intensidad.

Un relámpago alumbró el cielo y seguido de este se oyó un trueno, apenas el sonido se hizo presente, Venus se aferró a mi brazo. Dejé las tasas en la mesita frente a nosotros y como pudimos nos acostamos en el sofá, Venus seguía abrazada a mí mientras que yo con una de mis manos hacia caricias en su cabello.

El rato fue pasando, no sabía exactamente que hora era, solo sé que nos quedamos dormidos abrazados en mi sofá y con el sonido de la lluvia y los truenos de fondo.

Capítulo dedicado a mis bebés:

*MayhlyCaneln
*Gisellezu
*WendyVera555
*Samy-rohs
*CamilaCastro191
*itsabibonilla16
*ana03092005
*DaniuskaRey
*Nathy_0077
*Angélica

NOTA: holis✌
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Adiós 👋

Son las 10:00 y  ya tengo sueño. Nos leemos otro día.

Pd: si hay algún error ortográfico se lo atribuyo a mi sueño matador.

Bye.

Un beso grandote 💋

Att: Oriana.