⚛Capitulo 19⚛
Después de conversar durante un buen rato con Fabia donde la oí llorar, gritar y maldecir a Thomas una y otra vez quedamos en que ya pensaría en una manera de solucionar ese problema, aunque le pregunte varias veces que pensaba hacer, solo me dijo que cuando volviera saldríamos de compras.
Y sí, por supuesto que le comenté sobre la fiesta de godzilla y por eso aseguró que nos veríamos pronto.
—Aquí tienes. —Alan dejó frente a mí un plato con lasaña y unas rebanadas de pan de ajo.
—Gracias, se ve delicioso. —llevé una porción a mi boca y al sentir los sabores chocar con mi paladar cerré los ojos dejando escapar un sonido de satisfacción por tal exquisitez. —y sabe mucho mejor. —él también empezó a comer y sirvió jugo de naranja en un vaso y me lo tendió. —Esto me recuerda a Donovan.
—¿Como así?. —se veía bastante confundido.
—Me recuerda a esa vez que saliste de viaje y me engañó para que cocinara para él.
—¿Esa vez que te pagó para que llenaras el refrigerador de comida?. —se inclinó un poco por encima de la barra y estirando su brazo rozó la punta de su pulgar cerca de mis labios. te habías manchado un poco de salsa.
—Sí, esa misma vez. ¿Aún no hablas con él?. —cuando le conté como sucedió eso que vio en el parque él había quedado en hablar con Donovan, pero nunca supe si llegó a hacerlo.
—Lo hice y todo sigue normal entre nosotros, es mi familia, no podría alejarme de él sabiendo que prácticamente solo nos tenemos el uno al otro, porque con mis tíos... bueno, creo que tu sabes bastante bien como es su relación.
Y sí que lo sabía, los señores Carson desde que se habían ido a atender sus negocios fuera del país aún no habían vuelto, no lo hicieron cuando su hijo se graduó del instituto y mucho menos cuando este se subió a un avión para empezar a conocer nuevas culturas.
—Si quieres cuando terminemos acá podemos hacerle una videollamada. —sugirió a lo que asentí y una sonrisa apareció en mi rostro, sería bueno hablar con él aunque sean unos minutos y ver como está sin fotos en lugares turísticos de por medio.
Seguimos comiendo y cuando terminamos tomé los platos y vasos para ponerlos en el lavalosa, mientras tanto Alan fue a tomar una ducha y yo esperaba a que los utensilios estuvieran limpios para secarlos y devolverlos a su lugar.
Una vez todo estuvo listo fui hasta la sala y me senté en el sofá a esperar a que Alan regresara con la computadora, poco tiempo después le oí caminar hasta que se sentó a mi lado, solo tenía un pantalón de pijama puesto, su torso estaba desnudo, su cabellos húmedo dejaba caer gotas a su piel mojandola un poco.
—¿Está todo bien?. —me había quedado embobada mirando como las gotas que caían de su cabello recorrían su pecho.
—Eh... si, si. —un gesto burlón surcó su rostro a la vez que se inclinaba un poco para encender la laptop sobre la mesita de cristal.
—Verte así tan concentrada me hizo recordar a cuando entraste al baño esa vez en casa de mis tíos. —sentí como mis mejillas se calentaban un poco al recordar ese día que lo vi desnudo y que él en vez de cubrirse sus partes simplemente me dio una mirada pícara.
Al no obtener respuesta de mi parte una carcajada salió de lo más profundo de su garganta pues sabía que me había dejado sin palabras.
Buscó la aplicación de videollamada y pulsó en el icono que tenía la foto de su primo, pocos segundos después vimos en la pantalla como una imagen borrosa se iba haciendo más nítida, frente a nosotros —y al otro lado del mundo —estaba un sonriente Donovan, su cabello estaba más largo que como lo usaba cuando estaba aquí, su color ahora era como un negro azulado, y la verdad es que le quedaba muy bien, algo que también pude notar fue que desde su cuello salían finas líneas en tinta negra que a medida que iban llegando a su clavícula se hacían un poco más gruesas; y abarcaban gran parte de su brazo derecho. Eso lo noté gracias a que tenía puesta una franelilla sin mangas.
—¿Al fin juntos?. —fue lo primero que dijo al vernos.
—Al fin juntos.
—Me alegro por ustedes, aunque tú —se refería a Alan. —deberías pagarme, mira que soportarla llorando durante un mes no fue muy entretenido que digamos.
—Chismoso. —le dije a lo que él solo se rió. —eso era un secreto.
—No te enojes, rara. —con sus dedos formó un corazón. —sabes que en el fondo, pero muy en el fondo de mi ser, te soporto.
—Lo idiota no se te quita ni aunque te mudes a la China.
Cambiamos de tema y empezamos a hablar de cómo nos estaba yendo, nosotros le pusimos al tanto de como habíamos empezado a solucionar nuestros problemas después de despertarnos en la misma cama sin saber muy bien que había pasado la noche anterior, le conté de mi trabajo en la biblioteca, de la vergüenza que pasé cuando el idiota de godzilla mostró mi ropa interior en el aeropuerto y más.
—Este tipo es tan idiota como lo eras tú, no me soporta y obviamente yo tampoco a él.
—No bueno gracias por el cumplido y la comparación. —se quejaba mientras tomaba el teléfono y empezaba a caminar. —Les mostraré un poco la vista desde mi balcón.
Cambió el modo de la cámara y pudimos apreciar como abría un ventanal de vidrio, frente a nosotros se podía ver el cielo aún oscuro y luces de edificios a la distancia.
—Ya después les mostraré cómo se ve de día, pero mientras tanto les ofrezco una mirada nocturna de Tokio.
Me pareció un lugar bastante tranquilo, quizá porque aún no amanecía y todos estaban dormidos, aunque ahora que lo pienso, Donovan también debería estar dormido.
Saque mi teléfono y busque la diferencia horaria y descubrí que habían casi 13 horas de por medio.
—¿Por qué estás despierto a las... —mire nuevamente la hora en mi teléfono. —4:30 de la madrugada?.
—Justo iba a acostarme a dormir cuando llamaron. —respondió volviendo a poner la cámara frontal. —hace un poco de frío, volveré adentro.
Supongo que se acostó en un sofá porque alcancé a ver un par de cojines rojos debajo de su cabeza.
—Pero eso no responde mi pregunta, ¿qué hacías despierto a las tantas de la madrugada?. —volví a preguntar.
—Acababa de llegar del trabajo, tomé una ducha y cuando iba a dormir oí el teléfono sonar. ¿Feliz?.
¿Trabajo? Pensé que su año sabático se resumiría a viajar por distintos países.
—Veo que aún no pierdes la costumbre de decir tus pensamientos en voz alta. —me interrumpió Alan haciendo que volviera a la realidad.
—Si rara, trabajo en un nigthclub en Ginza. Si alguna vez vienes a Japón tu solo dime y yo te llevo al olimpo.
—¿Olimpo? ¿Así se llama?. —pregunté intrigada.
—Sí pero ya no diré nada más acerca de mi trabajo. —cambiamos de tema, nos contó que en su trabajo siempre le daban una semana libre al mes, y que durante esos días aprovechaba para viajar y conocer otras regiones de Japón, aunque en su próximo viaje había decidido ir a Tailandia.
Me alegraba que se le notara tan feliz, el cambio de ambiente le había sentado bien, su cuerpo se percibía bastante formado, su apariencia actual.. no voy a mentir, mi amigo estaba muy guapo, pero sobre todo me alegraba ver que su estado de ánimo estaba mucho mejor, bromeaba y sonreía con tanta facilidad, ahora estoy segura que ese odioso, egocéntrico y estupido chico que conocí en el pasado ya no existía.
Luego de unos minutos más hablando con él nos despedimos, Donovan bostezaba cada cinco minutos así que decidimos que mejor seguiríamos hablando cuando allá estuviese de día y él no estuviese a punto de quedarse dormido.
Capítulo dedicado a mis bebés:
*wtf-dayan
*CatherineVivianaLara
*LuisaValentinaRubian
*Gabicasique2905
*AriSofia13
*KeniaRodriguez734
*RoislyF23
*PaolaVL3
NOTA: holis✌¿extrañaron a mi otro bebé? Porque yo sí.
Ya sabemos que Donovan trabaja en un club nocturno pero ¿específicamente cuál creen que sea su trabajo?.
Quien quiera dedicación del próximo capítulo me lo deja saber en comentarios.
Nos leemos después.
Bye.
Un beso grandote 💋
(De parte de Donovan)
Att: Oriana
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