Teníamos una hora libre de clases por lo que con Jade decidimos ir a la cafetería que estaba cerca de la universidad, teníamos poco rato que habíamos llegado, cuando de pronto una carpeta quedó en la mesa frente a mí, al levantar la vista ahí estaba él junto a nosotras.

—¿Que es eso?. —señaló la carpeta junto a mi, su rostro no mostraba la más mínima alegría.

Ya lo descubrió.

—¿El qué?. —me hice la desentendida.

—No te hagas la que no sabes —abrió la carpeta dejando mi obra de arte ante la mirada de su hermana. —me han puesto 10 en el trabajo, pero esa no es la parte fea de todo eso.

—¿Hay una parte fea en un trabajo donde tienes una calificación perfecta?. —intervino Jade.

—Sí, claro que la hay. —espetó furioso.

Por si no están entendiendo nada de lo que está pasando, les explico:

Uno de los trabajos que tenía que hacerle a godzilla era para una materia complementaria, este básicamente trataba sobre escribir tus sentimientos hacia alguna persona, fueran buenos o malos y el por qué de esos sentimientos.

Sinceramente, la evaluación más estupida que he visto en este nivel de educación. Pero bueno, quien soy yo para cuestionar las evaluaciones de la señora Lucinda, y sobre todo, quien soy yo para negarme a inventar los sentimientos de godzilla hacia ella.

—Esta loca  escribió sobre mi enamoramiento secreto hacia la profesora Lucinda. —le aclaró a su hermana quien lo veía sin entender su enojo hasta ese momento.

—¿Te gusta la vieja que tiene la verruga en la nariz?. —preguntó Jade asombrada.

—No!, yo ni siquiera sabía de que se trataba ese trabajo, y ahora gracias a ella —me señaló. —esa mujer quiere "hablar conmigo" a solas.

Sin poder evitarlo una carcajada salió de mis labios, ya me imaginaba como había sido ese momento.

Tenia que haber estado cerca para verlo.

—Mirale el lado positivo al asunto, te sacaste un 10 y ahora tienes detrás de ti a una pelinegra de tetas H.

—¿Tetas H?. —preguntó.

—Hasta el suelo. —apenas respondí a su pregunta las risas de Jade inundaron el lugar, haciendo que varios voltearan a vernos.

—Me las vas a pagar. —sentenció a lo que yo me encogí de hombros de forma despreocupada, se dio la media vuelta y se marchó dejándonos solas.

Pedimos unos chocolates calientes y seguimos hablando de cualquier cosa como antes de que llegara Max, el tiempo pasó rápido y cuando nos dimos cuanta volvimos a la universidad con los minutos contados para entrar a la siguiente clase.

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Al igual que el día anterior, apenas salí de clases caminé hasta la residencia para comer algo, tomar una ducha y luego ir a la biblioteca.

Salí en completo silencio pues al parecer mi compañera tenía horas libres y estaba aprovechando para saber cuánto podía acelerarse su corazón sin necesidad de ir a trotar, ustedes entienden a lo que me refiero.

Antes de llegar a la biblioteca me detuve en una cafetería que quedaba cerca y compré dos galletas grandes de chispas de chocolate, le llevaría un obsequio a la dulce Julie por ponerme a leer cuando se supone que debería estar ordenando libros en las estanterías.

Apenas crucé las grandes puertas me di cuenta que mi lugar de trabajo estaba un poco más lleno que de costumbre, caminé hasta el mostrador y luego de saludar a mi jefa le tendí la bolsa de papel que contenía las galletas.

—Gracias, querida. —agradeció y luego tomó una de las galletas y me la tendió, negué un par de veces porque se supone que eran para ella, pero ante su insistencia tuve que tomarla. Me senté a su lado y cuando terminé de comerla; tomé unos cuantos libros que estaban en una repisa baja y procedí a llevarlos a su lugar.

Estaba por dejar un par en una  estantería de  todo lo relacionado con la medicina, cuando alguien chocó conmigo al pasar por mi lado

—Lo siento mu... —se quedó callado cuando voltee. —Te odio.

—Eres un resentido, tampoco fue para tanto. —le dije a Max quien estaba junto a mi.

—¿Que no fue para tanto?. —una risa sarcástica fue lo que emitió. —Por tu gracia ahora tengo que esconderme de una mujer que tiene el doble y algo más de mi edad.

Nos quedamos callados unos segundos hasta que el fue el que rompió ese corto silencio.

—Esperó a que todos salieran del salón para quedarse a solas conmigo y decirme que este fin de semana estaría sola en su departamento.

La verdad es que todo esto me hacía gracia, no creí que esa pobre mujer de verdad se creyera todas las chorradas que escribí.

Salió mejor de lo que esperaba, pues la verdad yo quería ver como le aplazaba la nota por justamente declarar sus sentimientos hacia ella.

—Yo sigo creyendo que eso tiene un lado bueno para ti, ya tienes tu próxima aventura del fin de semana, y es mayor; quizá aprendas algo nuevo.

—Te juro que me vengaré de ti, acuérdate de mis palabras. —dicho esto se dio la vuelta y se alejó del pasillo donde yo aún seguía acomodando unos libros.

Terminé allí y fui a recoger los que habían quedado en una de las mesas después que los que los estaban usando se fueran, unas mesas más allá estaba sentado Godzilla; quien al cruzar miradas me vio como si quisiera arrancarme la cabeza.

Comienzo a creer que de verdad debo tenerle miedo.

El tiempo iba pasando y cada vez la biblioteca iba quedando más vacía, en uno de los sillones cerca de los ventanales; estaba sentado un chico con un libro entre sus manos y una rosa puesta en la mesita que estaba frente a él, cada cierto tiempo veía por la ventana y cada vez que lo hacía su rostro se mostraba más afligido.

Me quedé observándolo unos minutos más hasta que reviso su celular y dejando el libro sobre la mesita se puso de pie, me acerqué rápidamente a él antes de que se marchara.

—¿Te encuentras bien?. —él  al oír mi voz levantó su rostro y acomodó sus anteojos dejando ver unos ojos azules bastante intensos.

—Ehhm... sí, eso creo.

—¿Quieres hablar?. —pregunté

—¿Siempre eres así con los desconocidos?. —respondió con otra pregunta.

Aunque la verdad es que si era un completo desconocido, me causaba curiosidad saber el por qué de su aflicción, no es que sea chismosa pero ese gesto triste me hacía creer que se trataba de alguna decepción amorosa, y mira que yo sabía bastante de eso, no por nada pasé cuatro años llorando cada vez que veía como mi ex crush conseguía una nueva novia.

—No, pero tu me recuerdas a alguien que conozco. ¿Entonces quieres hablar de por qué estás triste?.

—No hay mucho que mencionar, la chica que me gusta me dejó plantado y justo acabo de ver una foto nueva en su Instagram donde sale con su ex. —auch, eso hasta a mi me dolió.

—Ella se lo pierde. —dije mientras ponía mi mano en su hombro.

—No se pierde de mucho, su ex es el capitán del equipo de natación, y yo solo soy un nerd, como dirían sus amigas.

—Te contaría mi historia pero no quiero que pienses que mi nivel de masoquismo era excesivamente alto. —lo arrastre hasta sentarnos en el sillón que estaba detrás de nosotros. —Estoy segura que si le mandas un mensaje  ya te explicará el por qué de esa foto, tal vez solo es un viejo recuerdo de cuando estaban juntos.

—¿Tu crees?. —asentí ante su pregunta y seguí animando un poco más para que hablara con la chica, estábamos bastante alejados de los demás por lo que le sugerí que la llamara, al tercer tono respondió y el chico puso su teléfono en altavoz, estuvieron intercambiando un par de palabras pero al final la respuesta básicamente terminó siendo un:

Intenté salir contigo rata  de laboratorio, pero los billetes que me pagarían por esa apuesta no valían la pena de perder la oportunidad de volver con mi ex novio.

Y no estoy exagerando, esas literalmente fueron sus palabras. Luego de eso el chico a mi lado cortó la llamada.

—Debí suponer que ese interés repentino no era porque de verdad le llamaba la atención como había dicho. —se levantó y tardé un poco en reaccionar, pero cuando lo hice lo alcancé justo a la salida de la biblioteca.

—Espera! —lo detuve de la manga de su suéter. —te ayudaré.

No lo hagas Venus, ni se te ocurra. No te conviertas en Fabiana. —me gritaba mi subconsciente.

—Te haré un cambio de imagen.

—¿Tú, La chica que casi se desaparece entre esa franela dos tallas más grande y un jogger que parece pijama? —lo vi con una ceja alzada mientras me cruzaba de brazos. —Lo siento.

—Te arreglaré, algo debo haber aprendido de todas esas veces que Fabia me obligó a ir de compras con ella.

Si tu eras la primera que se oponía a cambiar su manera de vestir simplemente por intentar encajar en la sociedad —gritaba la vocecita de mi cabeza.

Estoy segura que si fuese una persona y no mi subconsciente ya me hubiese estrellado algo en la cabeza, pero es que nadie merecía que le dijeran esas palabras tan feas, y si podía ayudarlo con mis conocimientos casi nulos en moda, iba a hacerlo.

Capítulo dedicado a mis bebés:

*Diana_Victtoria
*12andrea23
*Yailinramirez06
*DanielaPuertas9
*maleni36
*nayehernandezmart
*arrozconpollitoooo (original tu user, me dio hambre)

NOTA: Holis✌ ¿se imaginan a una Venus fashionista? Porque yo la verdad es que no😅.

En el próximo capítulo sigo con las dedicaciones.

Bye.

Un beso grandote 💋

Att: Oriana.