Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

09


Me despierto con un dolor intenso en la cabeza que me hace apretar mis párpados aún cerrados. Es como si alguien estuviera en mi interior intentando taladrar mi cerebro. La boca me sabe a rata muerta. Abro los ojos y me incorporo, el punzante dolor justo detrás de mis cuencas oculares me arrebata un quejido.

Miro a mi alrededor. Es de día aunque está tan nublado que no puedo saber la hora. Hay una botella medio vacía de vodka en la mesita de noche. El causante de mi estado actual. Me levanto para ver sorprendida que mi cuaderno ya no tiene las hojas en blanco.

Me acerco a él y suspiro cuando veo sólo frases ininteligibles. Sólo una palabra se diferencia del resto con una claridad estremecedora: vampiro.

Decido mover mi culo resacoso hasta la ducha pero antes cometo el error de mirarme al espejo. He visto zombies con mejor aspecto.

Decido ignorar mi reflejo y me meto en la ducha. El agua templada hace que me espabile y me siento un poco más humana. Probablemente el café me ayude por completo así que decido que ese será mi siguiente paso. 

Estoy bajando las escaleras cuando escucho dos voces en el salón.

Son Edward y Bella sentados en el sofá. Sin pensarlo cojo el bate que siempre guardamos bajo las escaleras –como si la pista de Charlie no fuera más efectiva- e irrumpo en el salón.

-Aléjate de ella. –le espeto al novio vampiro de mi sobrina, apuntándolo con el bate. Incluso el mero pensamiento me parece surrealista y me enfada simultáneamente. Porque lo he tenido delante de mis narices todo este tiempo y no me he dado cuenta. Ningún ser humano puede ser tan perfecto como ellos.

-¡Tía Carol, qué demonios! –mi sobrina salta de su asiento indignada.

-Eso no me haría daño. –confiesa Edward con calma, es el único tranquilo en esta sala.

-Oh, pero me encantaría intentarlo. –giro el bate lentamente, poniéndolo en ángulo con una sonrisa salvaje tirando de mis labios.

-¡Deja de amenazarlo! –me exige Bella.

La miro estupefacta ante su defensa.

-¡Es un vampiro! –mi tono de voz también se ha elevado. -¡¿En qué demonios estás pensando saliendo con él?!

-¡Es inofensivo!

-Creo que eso me ofende un poco. –murmura Edward con una ceja alzada.

-Cállate. –le espetamos las dos a la vez. Él alza los brazos y se levanta el sofá como si no se estuviera iniciando una guerra civil en nuestra familia por su mera existencia.

-Será mejor que me vaya y os deje hablar. –se acerca a Bella y deposita un beso en su pelo antes de susurrar. –Te llamo luego.

Resoplo poniendo los ojos en blanco.

-¿Necesitas beber su sangre? –mi pregunta es irónica pero estoy aterrorizada de que la respuesta sea afirmativa. Porque el primer amor es complicado y si se empieza a mezclar con rituales turbulentos estoy decidida a ir a por la pistola de mi hermano.

-Beben sangre animal. –responde de forma cortante Bella mientras Edward desaparece. Se deja caer con un suspiro en el asiento y me observa con las cejas alzadas. –Deja el bate, tía Carol. Carlisle ya nos había avisado así que te explicaré todo.

Dejo caer mi arma improvisada, que hace un ruido sordo al chocar contra la alfombra, y me siento a su lado. Bella comienza a hablar. Y todo mi mundo cambia en apenas una hora.





Sé que los adolescentes tienen, a menudo, una vida totalmente paralela a la que creen sus padres. La animadora odia animar, la estudiosa fuma en los baños, la religiosa se lía con el capitán del equipo detrás de las gradas; pero lo de mi sobrina está a un nivel completamente diferente.

No sólo se ha enamorado de un vampiro sino que su vida se ha visto en peligro. Un vampiro la había intentado matar –y todos nosotros nos tragamos que había sido un estúpido accidente- y ahora esa pelirroja iba tras ella.

-Probablemente te confundió conmigo, por el parecido y la semejanza del olor.

-¿Olemos parecido?

Se encoge de hombros.

-Eso dicen, es por ser familia.

Me paso una mano por el rostro, abrumada y fijo la vista en el segundo café que nos hemos hecho después de una hora de charla.

-Ahora me siento un poco mal por reaccionar así. –confieso en voz baja. Bella me ha contado que Carlisle es algo así como el padre de todos. Su piedra moral. Que nunca ha bebido sangre humana. Es el vampiro más humano que conoce, más que muchos humanos.

-Podrías hablar con él. –me sugiere con tono suave.

Alzo la vista hacia ella.

-¿Estás intentado ser una especie de casamentera?

-Claro que no. –pero su sonrojo la delata.

-¿Acaso Alice no sabe lo que va a pasar? –me resulta extraño hablar de forma real de habilidades casi mágicas.

Alice lee el futuro.

Edward lee mentes, salvo la de Bella y, en menor medida, la de Charlie y la mía.

Jasper, que ni siquiera he conocido, maneja emociones.

Supongo que el don de Carlisle es ser jodidamente sexy. Aunque Bella dice que probablemente sea su bondad o su autocontrol.

-Alice sólo ve algo si se ha tomado una decisión. –me explica.

Bueno, le veo el sentido. Aún no sé qué hacer con toda esta información ni con lo que provoca Carlisle en mí. Y tampoco puedo explicarle eso a mi sobrina, porque hablar de lo que produce el padre de su novio en mi cuerpo es demasiado incómodo.

Con un suspiro me levanto y siento las piernas acalambradas tras tanto rato sentada.

-Bueno, pues voy a decidir ir a trabajar. –anuncio.

-Saluda a Carlisle de mi parte. –no es lo suficientemente rápida en ocultar su sonrisa tras el borde de su taza.

La miro entrecerrando los ojos.

-Da gracias que no le cuento nada de esto a Charlie. –le advierto, aunque ambas sabemos que nunca se lo contaría. Valoro la salud mental de mi hermano.





Ir a trabajar con resaca tiene que ser un círculo del infierno. Estoy segura de ello. Además no he visto a Carlisle en toda la noche lo que no sé si me alegra o me decepciona. Por un lado quiero huir al otro lado del país y arrastrar a Bella conmigo y, por otro, quiero intentar entender todo esto, darle una oportunidad a lo sobrenatural.

Estoy en la entrada del hospital viendo como el cielo prácticamente se parte en dos en la tormenta del siglo. Y yo había decidido ir dando un paseo así que no tengo coche. Maldito Forks.

-¿Necesitas que te lleven a casa?

Su voz me hace saltar sobre mis propios pies. No lo he escuchado acercarse. Giro la cabeza para ver a Carlisle de pie a unos metros. Sus manos metidas en los bolsillos de un abrigo negro que parece hecho a medida. Lleva una bufanda al cuello y supongo que es porque le queda condenadamente bien porque sé que no siente el aire frío que me agita el pelo (el suyo está tan perfectamente peinado que ni se mueve).

-¿Quieres llevarme? –cuestiono un tanto dudosa. La última vez había salido corriendo de él, entendería si estuviera un poco ofendido.

Asiente y sus rasgos se suavizan, es mucho más guapo cuando no frunce el ceño pero tiene cierto aire inseguro que lo empaña.

-Si tú me lo permites.

El silencio se extiende entre nosotros pero acabo asintiendo. Veo cómo sus labios se alzan un poco y me siento algo más tranquila, siempre que ignore las mariposas que parecen querer batirse en duelo dentro de mi estómago.

-Gracias. –murmuro cuando me abre la puerta de su coche. Está tan cerca que puedo aspirar su aroma: algún tipo de colonia masculina y algo más, algo sutil pero salvaje.

Iniciamos el camino en silencio e intento estrujarme el cerebro para sacar el tema sin que suene demasiado abrupto. Nunca me ha importado, hasta ahora.

-Puedes decir lo que quieras. –me anima Carlisle como si me hubiera leído la mente. Sonríe al ver mis cejas alzadas. –Tienes un rostro muy expresivo.

-Bella me lo ha contado todo. –confieso y asiente con tranquilidad pero puedo ver la tensión en su mandíbula, esperando mi reacción. –Es una locura.

-Sí, pensé lo mismo cuando me convertí.

-Y eso fue...-Bella sólo me había dicho la edad de Edward y ya había puesto el grito en el cielo por ello diciendo que era una gerontófila.

-En 1663.

Un jadeo de sorpresa se me escapa antes de que pueda controlarme.

-Te conservas bien. –consigo decir porque mi cerebro está cortocircuitando ante el hecho de haber besado a un tipo de casi cuatrocientos años. Y de que me hubiera gustado. ¿Quién tenía un problema con los hombres mayores ahora?

Suelta una carcajada breve y baja que provoca un ligero cosquilleo bajo mi piel. Nunca lo he escuchado reírse. Y me gusta.

-Me convertí cuando tenía alrededor de veinticinco años. Pensé que Bella te lo había contado todo.

-No todo. –las farolas nos iluminan de manera intermitente al pasar, dándole a sus rasgos un tono de luz y sombra que se asemeja mucho a su mundo. Sé que hay muchas más sombras de las que conozco. –Sólo lo básico.

-¿Qué te parece si cenamos y puedo explicarte cualquier duda?

Parpadeó sorprendida ante la invitación.

-¿Cenar?

-En un lugar público. –se apresura a decir evaluando mi reacción de reojo. –No tienes que quedarte a solas conmigo.

Mi corazón se acelera un poco ante la posibilidad de estar a solas con él y del recuerdo de lo que pasó la última vez que lo estuvimos, y no es en absoluto por miedo. Y debería sentirlo, porque es un maldito vampiro de más de trescientos años el que me está mirando con el anhelo brillando en sus ojos increíblemente dorados.

-Bien. Una cena. Este viernes a las ocho. –llegamos a casa justo cuando me decido a responder. –Pero tienes que responderme a cualquier duda. Incluso la más absurda.

Asiente y puedo ver una sonrisa que no se molesta en disimular.

-Trato hecho.

Ambos nos quedamos mirándonos y el silencio se vuelve algo mucho más espeso, más...eléctrico. De repente me está costando mantener la mirada en sus ojos y no bajarla hasta sus labios y soy muy consciente de nuestra cercanía.

Es un trueno lo que rompe el momento. Ni siquiera me he dado cuenta de que mi cuerpo de había inclinado hacia el suyo. Me apresuro a abrir la puerta.

-Buenas noches, Carlisle. –intento que mi voz no tiemble como todo mi interior.

-Buenas noches, Caroline.

Le dedico una sonrisa fugaz sin atreverme a mirarle y salgo hacia el exterior. Apenas tardo un minuto en llegar a la puerta y ya estoy empapada pero lo agradezco. Al menos la lluvia me ayuda a aclarar la mente.

Tengo una cena con Carlisle. Con un vampiro de más de tres siglos.

Y una duda terrible me surge.

¿Qué demonios se pone una en esa ocasión?




Da igual su edad, nadie se puede resistir a nuestro doctor favorito🙈🤭. Y Carol reaccionando a todo el mundo sobrenatural me encanta, lo admito🤣

¿Qué os ha parecido el capi? Recordar darle amor y comentar, amo leeros❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro