Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

9

Una broma

He recogido mi cabello mojado con una pinza, y el resto de mi cuerpo se ha comenzado a secar.

Pero aún no tengo valor para salir.

La parte divertida y afortunada de esto es que Belcebú me ha dejado la chaqueta en el baño, pues seguramente no la vio ya que cuando salí la encontré en el piso.

Me pongo la sudadera y tengo que controlar la mala sensación que provoca el tacto de la tela con mi piel húmeda.

Bajo la prenda y tiro de ella para que me cubra lo más posible de las piernas.

Pero no cubre tanto como quisiera.

Doy un último respiro y abro la puerta lentamente.

Las dos opciones que tengo son: correr por mi vida hasta estar en el resguardo de mi habitación. O: ir y enfrentar al demonio para que deje de jugar conmigo.

Salgo muy lentamente y miro todo alrededor.

La puerta que está frente a mí permanece entreabierta y escucho el televisor prendido, así que tomo la primera opción planeada y salgo como bala a mi habitación.

La ropa y mi toalla la recuperaré después.

Doy un portazo, pongo el seguro a la puerta en cuanto estoy dentro y me quedo sosteniéndola un largo momento.

—Lindo culo — y su voz jamás me había provocado tanto miedo.

Doy la vuelta abruptamente y suelto un grito cuando lo veo tirado en mi cama.

—¡Qué mierda estás haciendo aquí! — chillo.

—Sabía que no irías a buscarme, así que preferí venir y esperarte aquí.

—Maldita sea, Belcebú, tienes que dejar de acosarme.

—No estoy acosándote — niega muy descarado.

—¡Sí estás acosándome!

—No, no estoy haciéndolo.

—¿Entonces qué haces?

—Cortejándote.

Y no sé si echarme a reír o a llorar.

—¡Estas loco!

—Sí, lo estoy — acepta muy divertido.

—¡Eso no es cortejar!

—Solo bromeaba, no estoy cortejándote.

—Largo.

El tipo se pone de pie y camina hacia donde estoy, provocándome algo de miedo de lo que pueda hacerme.

—Tienes un lindo trasero — susurra cercándose a mi oído.

Me hierve la sangre al escuchar sus palabras y sin pensarlo dos veces le suelto un gancho al hígado con todas mis fuerzas.

Pero aplicar tanta fuerza fue mi peor idea en el día.

—¡Au! ¡Au! ¡Au!

—¿Qué hiciste, Pecado? — cuestiona él acercándose de nuevo mientras yo me siento en la cama.

—Lárgate de una vez, acabo de romperme la mano contigo — me quejo amargamente mientras el dolor se apodera de mi antebrazo.

—Déjame ver — pide tras reírse de mi desgracia provocada por mí misma.

—Largo, no necesito de tu ayuda.

—Vamos, Pecado, déjame ver — insiste y mira a la fuerza.

—¿No oíste que me dejes en paz?

—¿Acaso quieres que tus huesos rotos hagan que se te caiga la mano?

—Soy humana, no idiota — reprocho y se echa a reír.

—Habría sido una buena broma.

—Si fuera tan estúpida.

—Bien, cuando quieras tener tus cosas de vuelta te estaré esperando — informa antes de abandonar la habitación.

¿Mis cosas de vuelta? ¿Acaso tiene derecho a quitarme lo que quiera sólo porque quiere?

No, necesito conseguir con urgencia el teléfono de Dios para quejarme de la actitud y travesuras del demonio.

Ja, como si eso fuera tan fácil.

Me apresuro a vestirme para no sufrir de ningún otro accidente provocado por Belcebú, y cuando estoy lista salgo de nuevo.

A pesar de que de primera instancia no tengo la mejor idea de lo que haré, decido comenzar por lo más próximo.

La habitación de huéspedes.

La puerta está cerrada y mi respeto me hace detenerme. Vacilo un momento alzando la mano para tocar, sin embargo me recuerdo que a él no le interesa el respeto y no parece tener idea de lo que la privacidad significa. Así que si él entró al baño mientras me daba una ducha y no le interesó espiarme ni dejarme sin nada para cubrirme después, ¿por qué voy a darle un respeto que ni siquiera se merece?

Abro la puerta sin dudar, aunque bastante tensa.

No espero demasiado y solo doy un corto vistazo antes de entrar.

—Hola, Pecado — saluda el demonio como si no acabásemos de vernos hace dos minutos.

—He venido por mis cosas — informo buscándolas rápidamente, aunque todo está en la cama y lo tomo de allí.

—¿Tienes prisa?

—¿Para salir de aquí? Sí.

Cuelgo todo de mi brazo izquierdo, incluyendo las mochilas de mi amigo y mía, sin embargo veo que él tiene una libreta entre las manos.

—Lo haré yo misma — digo sobre mi tarea y recupero el cuaderno.

—¿Hacer qué?

—Mi tarea.

—Tú tarea está hecha — informa mirándome con mala cara por creer lo contrario —, solo me entretuve mirando tus apuntes.

—No me digas.

—¿Cuál es tu prisa por marcharte?

—No deseo estar contigo.

—¿Hice algo malo?

—¿Irrumpir mi ducha y robar mi toalla no es malo para ti?

—¿Lo es para ti?

—No seas cínico.

—Fue solo una broma.

—Eso no es una broma, es una burla.

—No veo la diferencia — apunta riéndose tan descaradamente que no logro saber si habla en serio o solo está jugando.

—Una broma es decirte que es más fácil que entres a una iglesia antes de recuperar tu preciada cadena. Y burla es la que voy a hacerte cuando meta tu cadena a una pileta de agua bendita en el Vaticano y tengas que sacarla tu mismo aunque se te cosan las manos para conseguirlo.

—Eso sonó realmente amenazante — elogia —, casi me lo haces creer.

—No bromeaba.

—¿Por qué meterías mi Torkaly en agua bendita?

—Por la misma razón por la que me dejaste sin toalla al ducharme.

—¿Para verme desnudo?

—¿Qué?

—¿No?

—¡No! Para joderte y hacerte odiar la vida.

—Yo no te he dejado desnuda por eso.

—Pues eso me has hecho sentir al hacerlo.

—Te dejé sin toalla para secarte luego de una ducha, solo debías salir y pedírmela de vuelta, es todo.

—¿Y por qué haría eso?

—¡En eso consiste una broma! Uno hace algo gracioso en contra del otro y éste termina cediendo y pidiendo clemencia al otro.

—Pedir clemencia es algo serio, es lo que pides para que no te maten, no para que te regresen una toalla de baño.

—Quizá clemencia es algo muy exorbitante para tu léxico. Cambiémosle por... paz.

—Y el concepto de broma muy desconocido para tu nulo coeficiente intelectual.

—Ya nos vamos entendiendo, esto también es una broma, tú dices algo falso en mi contra y yo en tu contra.

—No estaba mintiendo, lo dije de verdad.

—Al menos sientes gracia.

—Es lo único que puedes sentir por alguien como tú.

—¿Miedo?

Gracia.

—¿No crees que deberías sentir miedo?

—¿Miedo? ¿De ti? Por favor, yo misma fui al cementerio a buscarte sin saber lo que eras, piensa bien quien de los dos debería sentir miedo por el otro.

Y hace una expresión divertida en la que parece aceptar que tengo razón aunque no lo acepta textualmente.

—¿Sabes algo? Pensándolo bien, creo que sí te tengo un poco de miedo.

¿Psicología inversa? No me digas.

—¿Ah sí? ¿Y eso por qué?

—Solo mírate, tienes cara de asesina y músculos de guerrero; si fueras un poco menos mortal yo te tendría miedo.

—Tengo cara de una persona tranquila pero poco tolerante, si tú le has hallado forma de amenaza es porque has acabado con mi tolerancia.

—¿Y los músculos que?

—¿Qué con ellos?

—¿No me convences de verlos diferente?

—Son músculos, ¿cómo quieres verlos? ¿Como tendones?

Ríe ligeramente mientras vuelvo a la habitación.

—Esa también es una broma — comenta.

—Yo más bien diría un tipo de chiste. 

—¿Cuál es la diferencia?

—La broma es meter tu cadena a la pileta de agua bendita.

—¿Y el chiste?

—Ese mismo.

—No entiendo.

—¿Por qué no?

—No tiene chiste.

—Y tú no tienes tu cadena.

________________
Siguiente actualización, viernes 14 de Mayo. 🔥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro