Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6

Un plan

Abro la puerta con manos temblorosas y ansiosas. Totalmente esperanzada en que todo esté en orden.

Y no veo nada fuera de lugar.

Nada parece haberse quemado, roto, o explotado, incluso hay silencio.

Como si el departamento estuviera vacío.

Y cuando caigo en cuenta de esa otra opción me entran ganas de desmayarme.

Mis pies se mueven tan rápidamente que casi se tropiezan entre sí, y cuando doy unos pasos escucho una risa agradable en mi habitación.

Mi habitación.

Entro de un salto y me encuentro con una escena muy peculiar y casi confusa.

La cama que dejé vacía al marcharme tiene al demonio encima. Y éste sólo lleva pantalones puestos.

Pero las cosas se ponen curiosas cuando noto mi televisión prendida.

Y no solo eso, se las ha arreglado para poner una película.

—Hmm... ¿hola? — me atrevo a hablar.

—Hola, Aradia, llegaste — al fin parece notarme.

—Sí, llegué — afirmo y me animo a entrar como si no fuese mi habitación en realidad.

Pongo mi mochila en el piso y me mantengo quieta por un momento.

Está mirando La gran estafa.

Así es.

De cualquier película de terror, asesinatos, o sangre que pudo haber elegido, prefirió ver estafadores robando un casino.

—¿Todo bien? — pregunto.

—Por supuesto.

—¿Estás cómodo? — interrogo sarcástica.

—No me quejo.

—Al menos no lo haces.

—Quiero salir — dice y mi tensión regresa.

—¿Salir? No, no, está prohibido.

—¿Piensas tenerme aquí encerrado de por vida?

—Así es, Aradia, ¿piensas hacerlo? — apoya Archer.

—Pues sí... ¿acaso quieres que esté fuera?

—¿Tú quieres que esté dentro?

—En realidad no quisiera que estuviera aquí, pero ya lo está, así que quiero que todo sea lo más seguro posible.

—¿Mantenerlo oculto en el departamento es seguro?

—Prácticamente lo es, si lo mantienes oculto nadie se hará preguntas de quién es, de dónde vino, por qué actúa diferente a los demás... qué se yo, la gente hace muchas preguntas.

—Pero tendríamos que ser más cautelosos, si alguien lo viese por error sería más peligroso, y por si lo olvidaste tu madre no estará fuera de aquí eternamente, ¿también vas a ocultárselo a ella? ¿Cómo vas a hacerlo? ¿Metiéndolo debajo de la cama?

—Yo preferiría estar dentro de ella — opina Belcebú y ambos le miramos serios.

—Si quieres conservar la oportunidad de dormir en una, cierra boca — sentencio.

—Aradia, no puedes tenerlo aquí recluso — insiste Archer.

—Tampoco podemos dejarlo salir como si no fuera un prófugo de la justicia.

—Tampoco es tan literal.

—De hecho sí lo es, lo único que tiene diferente a los demás prófugos es que a él no lo conocen.

—Tiene que actuar tan normal como sea posible, es lo más seguro para todos, si lo mantienes escondido en algún momento se descubrirá y no sabremos cómo explicarlo.

—¿Y qué supones que hagamos con él?

—Solo deja que actúe como alguien normal, ya le elegimos un nombre, sólo afinemos detalles y ya está.

—No es así de fácil, hay detalles grandes que no tenemos solucionados.

—¿Como cuales?

—Pues... — y mi cerebro piensa a mil por hora una respuesta —, una identificación.

—Ari...

—Todos tenemos una, él no y eso puede ser sospechoso.

—Ni siquiera yo cargo con mi identificación.

—Efectivamente, y no creo necesario recordarte lo que ocurrió el mes pasado por eso.

—Esos policías abusaron de su poder.

—Si a ti te llevaron al ministerio público por no tener identificación, ¿qué esperas que pase con él?

—Está bien — decide —, hagamos lo que tú digas.

—Perfecto.

—Pero dinos lo que piensas hacer — pide cruzándose de brazos.

—Podemos...

—¿Sí?

—Bueno, pero...

—¿Ajá?

—Ya sé — chasqueo los dedos.

—¿Sí?

—Bueno, eso no...

—¿No?

—¡De acuerdo! No sé qué hacer — sollozo desesperada.

—¿Lo ves? Podemos ponernos de acuerdo en conjunto y llegar a una buena decisión.

—¡Tengo una idea!

—¿Qué idea?

—Mi madre volverá tarde o temprano, lo sé, y no debe encontrárselo aquí, también lo sé. Así que, por qué no...

—¿No...?

—Podría mudarse al departamento de enfrente — propongo —, es nuestro y está vacío, mamá dijo que no planeaba rentarlo por lo menos en este año, podría quedarse ahí hasta que pueda marcharse.

—No supones que tu madre no se entere, ¿verdad?

—No... podría hablar con ella.

—¿Diciéndole qué? ¿Que un demonio perdido necesita el apartamento por un tiempo?

—No, tonto, obviamente inventaríamos algo creíble.

—De acuerdo, pero si estás sugiriendo que se mude al departamento de enfrente entonces es obvio que no lo mantendrás oculto.

—Lógicamente.

—¿Y lo demás qué?

—¿Qué cosa?

—¿Va a vivir de aire y agua?

—Obviamente no.

—Lo vas a mantener — supone.

—¿Qué? No, ni siquiera me mantengo a mi misma, no voy a mantenerlo a él.

—Entonces necesita un trabajo.

—Quiero un trabajo — apoya el demonio.

—Quiere un trabajo — señala Arch.

—¿Al menos sabes lo que es un trabajo? — le pregunto.

—No, pero quiero uno.

Miro a Archer con mala cara.

—No me pidas que exhiba ante el mundo a esta bestia — ruego.

—Sólo necesita aprender algunas cosas, tampoco lo taches de estúpido.

—Quiero un trabajo — repite.

—Calla ya, antes de conseguirte un trabajo debemos conseguir otras cosas.

—Oh, ya sé — habla y se pone de pie —, puedo hacer lo que esos tipos — señala la televisión.

—¿Hacer qué? — cuestiono.

—Robar un casino.

Hay un corto momento de silencio en la habitación, y posteriormente me echo a reír como nunca.

—Podrías hacerla de cómico, ese chiste si me hizo reír — admito.

—No es chiste.

Y vuelvo a reír.

—Decir que no bromeas es aún más gracioso.

—¿Por qué no? — debate —. Eso sería suficiente para mantenerme.

—Bael, sólo hay dos clases de películas: las verídicas, y las de ciencia ficción. La gran estafa pertenece a la segunda, y si no pertenece a la primera es porque es prácticamente imposible asaltar un casino. Además, estás solo, y con esa cantidad nula de participantes lo único adaptable a tu disposición es la tienda de la esquina.

—Perfecto, entonces que sea así.

—No, no, detente — ordeno —, no puedes hacerte ladrón, Bael, no seas idiota.

—¿Por qué no?

—Porque ser un ladrón es malo y no estás en posición de hacer cosas malas.

—Entonces lo haré de buena manera.

—Por favor ríete y no me dejes sola en esto — le pido a Archer casi desesperada —, decir que robarás de buena manera es casi tan estúpido como decir que copiarás un examen honestamente. ¿Entiendes? No puedes hacerlo, no hay una forma buena de hacer algo malo, es ridículo siquiera pensarlo.

—No lo es, siempre hay una forma buena de hacer algo.

—Es cierto — apoya Archer y no comprendo de que lado está.

—Archer, deja de apoyar las ideas retorcidas de este loco.

—No es eso — niega —, lo que él dice en realidad es que quiere hacer algo como lo hacía Robin Hood.

—¿Piensas darle ese dinero a los pobres? — cuestiono.

—No, ¿por qué haría eso? Si nadie trabaja para mí por qué trabajaría para alguien — niega el demonio.

—Ahí tienes, no quiere ser Robin Hood version infernal — le echo en cara a Archer.

—No me refería a que fuera exactamente como él, sino que no robará de mala manera.

—Es imposible que tú estés apoyando esto.

—La situación se presta.

—Claro que no, estoy totalmente en contra de que Bael se haga ladrón, ya hay suficientes en el país como para que venga a sumarse a la causa.

—No será de esa forma.

—No pienso dañar a nadie — asegura él.

—Vas a arrebatarles sus cosas con respeto — propongo cargada de ironía.

—No necesita asaltar personas — interviene ni amigo.

—Ah, claro, seguro va a asaltar perros.

—No seas tonta, Aradia, puede asaltar un supermercado.

—¿Y quién maneja el dinero del supermercado, genio?

—¡Ya basta! — el demonio detiene nuestra discussion irritado —, no quiero hacerle daño a nadie, puedo arreglármelas para hacer esto sin provocar nada malo. No necesito robar dinero, puedo robar cosas.

—Exacto, puede entrar a algunas tiendas y robar ropa — sugiere Archer.

—O comida — agrega Belcebú.

—Me niego. Voy a conseguirle un trabajo, pero de robar ni hablamos.

—¿Cómo piensas conseguirle un trabajo si no tiene papeles? — litiga Archer —, a menos que le hallaras un trabajo ilícito, dudo que un lugar legal acepte darle empleo sin pedir como mínimo una identificación.

Y ahí está, eso es cierto y comprueba mi teoría inicial.

—Vamos a conseguir esos papeles, luego le buscamos trabajo.

—¿Y de qué piensas conseguírselo?

—De cualquier cosa.

—Necesita un mínimo de dinero para no sólo sobrevivir, y los trabajos que pagan ese mínimo piden la preparatoria terminada.

—No puedo conseguir tantos documentos falsos. Puedo comprarle una identificación y un acta de nacimiento falsas, pero no más.

—¿Piensas conseguirle un buen trabajo sin que tengas estudios?

—Lo más que puedo conseguir son certificados de primaria y secundaria. El resto sería imposible.

—¿Por qué lo sería? — pregunta Belcebú.

—Porque el sistema de las preparatorias es diferente al resto de niveles académicos inferiores. Tienen muchísimo más control, podemos conseguir un papel, pero el papel no importa si no hay documentación en el sistema de la escuela.

—¿Lo ves? — insiste Archer —, es mejor idea la anterior.

—¿Mejor idea? ¿De verdad estás pensando en permitir que sea un ladrón? ¿Ninguno de los dos se pone a pensar que ya está en demasiado en peligro como para ir y tentar al destino?

—Voy a estar bien, no tienes de que preocuparte — asegura el demonio.

—Ni siquiera sabes controlar tus impulsos para hablar y soltar amenazas, y crees que vas a controlarlos para no hacer carbón a una persona.

—No soy impulsivo, quizá mi manera de hablar no es la adecuada aquí, pero puedo actuar normal.

—¿Normal? ¿Y cuál es tu parámetro de lo normal? ¿Salir desnudo a la calle porque no puedes sentir pudor y en tu mundo no es mal visto?

—No superas mi verga, eh.

—¡Ay, Dios mío, no digas estupideces!

—¡Bueno, ya basta! — interviene Arch —, seguro que podrá realizar algunos robos sin dañar a nadie.

—No pienso encubrir sus robos, ¡esto es una locura!

—¿Crees poderle conseguir un buen empleo?

—P-pues sí — confirmo muy segura de mi misma.

—Bien, entonces hagamos un trato — ofrece.

—¿Qué clase de trato?

—Tu quieres que tenga un trabajo honesto y nosotros que salga a hacer cosas más fáciles.

—Así es.

—Si logras conseguirle un buen empleo, entonces desistiremos de nuestra idea.

—Bien.

—Pero si no lo consigues, dejarás que hagamos lo que queremos.

—De acuerdo — acepto a regañadientes.

—Pero el trabajo debe ser bueno. Necesita ganar más de mil quinientos pesos semanalmente y tener al menos un día de descanso.

—¿No quieres vacaciones también?

—Esas las veremos después.

—¿Algo más?

—El trabajo debe ser cerca, así el podrá irse y volver seguro, sin problemas, y sin que tengas que ir diario por él porque se perdería en medio de la ciudad.

—¿Ya?

—Ah, y que el horario no sea tan extendido, necesita tiempo para hacer algo respecto a su objeto perdido.

—Ya va — acepto también, aunque esa otra cláusula ya me pone todo imposible —, voy a conseguir ese trabajo y tú no vas a ser un ratero.

________________
Sigue leyendo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro