⚛Capítulo 54⚛
El momento estaba siendo muy agradable, sin duda yo era afortunada por tener a un chico interesado en mi y que hiciera todo esto sin haber siquiera oído insinuaciones de mi parte.
—¿Cómo te sientes al saber que la próxima vez que entres al instituto será para recibir tu diploma?. —llevó un trozo de brownie a su boca luego de preguntar.
—Me siento... la verdad es que no tengo muy claro lo que siento, estoy feliz pero también un poco melancólica, y sin duda no voy a extrañar para nada al profesor de literatura.
Juntos devolvimos a la canasta todo aquello que no comimos y poniéndola a un lado nos acostamos sobre la manta a ver las estrellas.
—Nos quedan dos meses más antes de separar nuestros caminos temporalmente. —dije tomando su mano con la mía y apoyando mi cabeza en su hombro.
—Pues aprovecharemos el tiempo al máximo.
El frío ya comenzaba a pegar, eran más de las 9:00 por lo que decidimos recoger todo y volver a nuestras casas, el camino de regreso pasó entre contar anécdotas y cantar las canciones que sonaban en la radio.
Haría caso a sus palabras, aprovecharía los meses que nos quedaban para compartir antes de que fuésemos a universidades distintas.
♡♡♡
¿Cómo es que en un abrir y cerrar de ojos ya había llegado el día de la entrega de diplomas?
Mi casa era un caos. Mi madre, mi hermano y Facu corrían de un lado a otro terminando de arreglarse, y es que como cosa común de los Kelly; siempre llegábamos tarde a todos lados.
—Apúrense que la ceremonia empieza en —me detuve a ver la hora en mi reloj. —20 minutos.
Mi hermano salió con la camisa a medio poner y Facu iba con un zapato puesto y el otro en la mano. Fue su culpa, les dije que no hicieran de las suyas anoche pero no me oyeron y por eso se quedaron dormidos.
Todos subimos al auto de mamá y ella lo puso en marcha, podía ver como los dos chicos en la parte de atrás terminaban de arreglarse mientras compartían miradas pícaras.
Yo también quería tener esa complicidad con alguien, tenía que admitirlo.
Mi madre aprovechaba cada parada en el semáforo para verse en el espejo y seguir maquillándose, aún no podía creer que de los cuatro yo fui la única que estuvo lista a tiempo.
Cuando llegamos mi madre aparcó el auto en el estacionamiento del instituto, habían muchas personas, tanto alumnos como profesores y padres, todos vestidos elegantemente pues este no era cualquier evento, era nuestra graduación.
Me acerqué hasta donde estaba Fabia con mis tíos y Thomas, después de saludarnos entre todos platicamos un poco hasta que se hizo la hora de entrar y los profesores nos fueron ordenando alfabéticamente; quedando yo separada tanto de Fabia como Donovan.
Este último se veía muy guapo con esa camisa azul rey y sus pantalones negros, era la digna representación del hijo de unos reconocidos empresarios, pero aunque este fuera un momento para sonreír; él no lo estaba haciendo.
Todos pasamos al gran salón multiusos donde siempre hacían este tipo de actos y procedimos a sentarnos en nuestros lugares correspondientes, en la tarima frente a nosotros estaban sentados todos lo que conformaban la junta directiva del instituto y un par de profesores.
Como es costumbre, el acto inició con ese discurso aburrido que todos los años repetía el director, de como estaba orgulloso de todos los alumnos que nos graduábamos ese año, de que sabía que varios habían logrado entrar a universidades prestigiosas del país y bla, bla, bla.
Sinceramente ya debería cambiarlo.
Veía a mi alrededor y unos estaban disimuladamente usando sus teléfonos, otros se estaban quedando dormidos y pocos eran los que realmente le estaban prestando atención al director, el antes mencionado terminó de hablar y ahora fue el turno de una profesora que me atrevo a decir está en este instituto desde que se fundó. Es que la señora estaba anciana ya, pero no se quería retirar aún porque según su vocación era enseñar a alumnos con escasa capacidad de retención informativa.
En pocas palabras, nos decía brutos.
Uno por uno fueron pasando y dedicándonos sus palabras de orgullo hasta que fue el turno de los dos mejores promedios, sus discursos a diferencia de los que pasaron anteriormente estaban llenos de anécdotas, siendo una de ellas la guerra de bolas de papel mojado, y como después de la "diversión" nos vino el castigo a todos los de último año.
—Solo quiero decirles a ustedes; chicos que fueron mis compañeros durante estos cinco años, que jamás se rindan, que persigan sus sueños sin importar que tan difíciles sean porque bien dicen que mientras más difícil es el camino; mayor es la satisfacción y la recompensa. Vivan el día a día sin perderse a ustedes mismos y les deseo de todo corazón una vida llena de muchos éxitos. —esas fueron las palabras de Susan, la chica de notas perfectas que había obtenido el primer lugar al mejor promedio de nuestra generación.
Uno de los profesores se sitúo detrás del pódium y tomando las listas que allí se hallaban empezó a llamar a cada uno de los alumnos para que subieran al escenario a recibir sus diplomas.
Uno por uno iban pasando, los aplausos llenaban el lugar y los flashes de los teléfonos no dejaban de verse por doquier, así fue hasta que llegó el turno de mi amigo y ex crush.
—Donovan Carson. —habló el hombre al micrófono, los aplausos no se hicieron esperar, mi amigo era alguien bastante conocido en el instituto, y no solo por haber sido un mujeriego y un mala conducta; si no también por haberse enrollado con una buena cantidad de alumnas de este instituto. Tiempo pasado, el chico había cambiado eso nos quedaba claro.
Busqué entre el público y pude ver a Alan y a Thomas aplaudir cuando el chico recibió su diploma, seguí buscando entre la multitud a sus padres pero no los encontré, en ese momento entendí porque el chico no estaba feliz como la mayoría.
¿Qué clase de padres tenía Donovan que no fueron capaces de venir a la graduación de su único hijo?
La ceremonia siguió su curso y ahora era el turno de mi prima, Fabia subió al escenario haciendo lucir su hermoso vestido rojo con una abertura en la pierna derecha, aplausos y piropos resonaron por todo el lugar, la chica era bastante sociable, era obvio que tendría más de un admirador y en ese momento realmente era una belleza digna de admirar.
Los alumnos seguían pasando y yo solo quería terminar ya de una vez por todas, ya no sentía las nalgas por todo el rato que había estado sentada.
A buena hora a mi mamá se le ocurrió ponerme un nombre que comenzara con una de las últimas letras del alfabeto.
—Venus Kelly. —juro que en ese momento oí a los mismísimos ángeles cantar, me levanté de mi lugar y luego de alisar un poco mi vestido corto procedí a caminar entre los asientos hasta llegar al pequeño pasillo y así poder ir libremente hasta el escenario.
Estreché la mano de todos los que estaban detrás de la alargada mesa y recibí mi diploma de manos del director, volteé hacia el público encontrándome con mis familiares y amigos, y sobre con el chico de ojos verdes.
El turno del siguiente alumno llegó y yo volví a mi lugar, así fueron pasando los siguientes 30 minutos hasta que después de las últimas palabras del director pusieron fin a la ceremonia.
Poco a poco todos fuimos abandonado el salón y cuando nos encontramos en el pasillo lo primero que vi fue a Alan caminando hacia mi con un bonito ramo de rosas azules entre sus manos.
—Me dijiste que nunca habías visto unas reales así que compré unas tres docenas para ti. —me las tendió y se acercó a dejar un pequeño beso en mis labios.
Al voltear mi mirada chocó con la del otro Carson pero este la apartó al instante, después de intercambiar unas cuantas palabras con Alan me alejé un momento y fui hasta donde estaba Donovan, lo tomé del brazo y lo alejé del grupo de chicos con el que estaba hablando.
—¿Cómo te sientes? —se encogió de hombros.
—Te dije que yo no era importante para ellos, ya estoy acostumbrado a que nunca estén. —su voz era carente de emoción alguna y eso me partía el alma, este era un momento importante para él y de su familia solo estaba presente Alan.
Me acerqué hasta él y sin importarme sus protestas lo abracé, me puse de puntillas y lo obligue a bajar su cabeza para así dejar un beso en su frente.
—No tienes porque estar solo, yo seré parte de tu familia. Yo sí estaré para celebrar tus logros. —una pequeña sonrisa apareció en sus labios y tomándolo de la mano nos acercamos hasta donde estaba el resto de nuestro grupo.
Thomas y Alan abrazaron a Donovan luego de felicitarlo. Tanto mi madre como los padres de Fabia planearon ir a almorzar a un restaurant para celebrar e invitaron a los chicos a venir con nosotros.
Todos salimos hacia el estacionamiento y fuimos hasta los autos correspondientes, los cuales luego se enfilaron camino hacia el centro de la ciudad donde estaba el restaurant al que iríamos.
Estas notitas bonitas también se quedan
Capítulo dedicado a mi bebé Rub, si ves esto, te amo infinitamente. Gracias por no burlarte de mi pasatiempo y no sapearles el final a los demás.
Y obviamente a mi bebé Fernanda, gracias por decirme que te gustaba lo que escribía y darme ánimos para seguir. Te amo muchísimo porque fuiste la primera conocida a la que después de tanto joder le dije mi pequeño secreto.
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