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༺ Ultima y la Nueva Apertura ༻


☞ 𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐧𝐞𝐮𝐭𝐫𝐨 ☜

A partir de la materialización del mismo tipo de portal que le condujo a ese mundo, Rimuru Tempest liberó a la subordinada que lo acompañado en el Walpurgis y quien fue víctima del primer punto de inflexión, Ultima finalmente pudo adentrarse en la dimensión de Subaru y Rimuru, preparada para servir una vez más a su señor.

— Te tardaste bastante en liberarme, ¿no lo no crees, Rimuru-sama? — dijo la demonio primordial.

— Lo siento, pero tuve varios problemas antes de hacerlo, pero que te quede claro que priorizaba expulsarte a ti primero — aclaró el slime — ¿Y bien, estuviste cómoda dentro de mi?

— ~ ¿Conoces a esa chica? ~ — le preguntó Subaru a Rem, mientras ambos conversaban.

— ~ No ~ — respondió.

— "Aunque analizando por primera vez a esta nueva subordinada me empiezo a dar cuenta de que al contrario de la otra esta es más distante con Rimuru, aunque eso no niega la posibilidad de que lo aprecie tanto como Milim y Carrera..." — pensó Subaru.

— Mi señor, ¿quienes son estos? — preguntó Ultima, parada al lado del peliazul.

— ¿E-estos...?

— Uno es un amigo que proviene de otro mundo, se llama Natsuki Subaru, mientras que ella es una sirvienta que trabaja en esta mansión junto a su hermana gemela — dijo el slime — Milim Nava y Carrera también están aquí, no estamos solos.

— Oh vaya, Carrera llegó a encontrarte, "con que una subordinada se me adelantó... ¿eh?" — pensó Ultima.

— ...

▪︎ ■ 𝗠𝗮𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼, 𝗹𝗲 𝗿𝗲𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝗱𝗮𝗿í𝗮 𝗿𝗲𝗴𝗿𝗲𝘀𝗮𝗿 𝗮 𝗹𝗮 𝗺𝗮𝗻𝘀𝗶ó𝗻, 𝗾𝘂𝗶𝘇á 𝗲𝗹 𝗲𝗳𝗲𝗰𝘁𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗮𝗴𝗼𝘁𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗺𝗮𝗴𝗶𝗰𝘂𝗹𝗮𝘀 𝘁𝗮𝗿𝗱𝗮𝗿á 𝗲𝗻 𝗮𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗲𝗿 ■ ▪︎

— "Entendido" No hay motivo por el que seguir aquí, entremos en la mansio-

Natsuki, impidiendo que Rimuru acabase su proposición, aprovechó la ocasión y se acercó como una bala hacia Ultima para detenerse frente a ella.

— ¿Cuántos años tienes? — con una sonrisa.

— ... ¿Eres idiota? — frunciendo un ceño.

Rem le dio un zape al joven indecente por la parte trasera de la cabeza.

— No sé le pregunta la edad a una mujer, no seas maleducado — dijo la peliazul.

— Perdón...

— "Me preguntó si se va a poder llevar bien con cada uno de los miembros de esta mansión..." — pensó Rimuru, viéndolo con un poco de miedo.

✞ ✞ ✞

Alejada de su propia mansión, en lo más profundo del bosque, Emilia estaba tratando con cierta situación con la compañía del dueño de su residencia, que también era su patrocinador, él era un hombre alto, de pelo largo y de color añil, el iris de sus ojos era distinto en cada uno, un rostro maquillado y una capa negra y roja. No había duda, tenía que ser Roswaal.

— ¿Deberíamos ignorarlo, señor? — preguntó la medio-elfa, presenciando lo que se hallaba delante de ellos dos.

— No se equivoque señorita Emilia, dejar este problema como está podría perjudicarnos en un futuro, no podemos ignorarlo — dijo el hombre — El nuevo amigo que hiciste anoche, él entiende mucho mejor estas anomalías, sería de ayuda saber qué hace al respecto.

Emilia, insegura, volvió a dirigir la mirada a lo que parecía ser otro portal de dos dimensiones a unos cuantos metros de ella, tuvo que resignarse, daba por hecho que no podría hacerlo todo sola, y más sabiendo el absoluto conocimiento y poder que aquel slime azul ocultaba.

— Está bien, supongo que deberemos tener paciencia con esto... — dijo la chica de cabello plateado.

— Regresemos, nos están esperando — dijo Roswaal.

— Si — asintió — "Desde el principio te veía con una actitud confiada y una mirada que trasmite que sabes lo que haces, y me convencí de mis ideas después de lo que eras capaz en aquel viejo bazar, necesitaré tu ayuda de nuevo, Rimuru Tempest..." — pensó.

...

Cuando ambos entraron en su casa, llegaron hasta la zona cerca de la puerta principal, el espacio era inmenso y el suelo muy limpio. Detrás de las columnas que se interponían en su campo de visión, encontraron a Carrera reuniéndose con Rem, Natsuki Subaru y Rimuru Tempest. Roswaal le dijo a Emilia que fuera con ellos, él aliviaría el sueño en su habitación, a lo que la medio-elfa asintió.

— Buenos días Rimuru, buenos días Subaru — dijo Emilia, acercándose a ellos.

— Buenos días — respondieron ambos.

— Pasó un tiempo, ¿no es así, Carrera? — preguntó Ultima, de brazos cruzados.

— En eso estoy de acuerdo, ¿qué ocurre, te sientes mal por no haber estado todo este tiempo aquí para proteger a nuestro señor, debería darme lástima? — dijo la rubia, acercándose a ella.

— Tsk.

— Veo un poco de rivalidad entre ellas dos... — dijo Subaru.

— Siempre pelean por ver quien se gana más mi atención, no entendí nunca la razón, si aprecio a las dos por igual — le susurró Rimuru.

— Quizá por que ellas no piensan lo mismo que tú... — soltó el joven de cabello gris.

— Je je...

— Oh se me olvidaba, Rimuru-sama, creo que deberías dirigirte a la zona oeste de la mansión, hay alguien esperándote allá fuera — dijo Carrera.

— ¿Ah, si? Bueno, os dejaré aquí mientras me ocupo de eso, Subaru, te recomendaría conocer al dueño de la mansión, sería raro si este no conociera a sus propios huéspedes — dijo Rimuru, mientras se empezaba a teletransportar — ¡Hasta luego!

— ... ¿Quién le está esperando afuera? Parece una argucia para evitar que nos vea haciendo algo... — le dio Subaru a la demonio primordial amarilla.

— No es eso, ¿tú quién crees que es? — sonrió Carrera.

— ... ¿?

En el exterior de la mansión, bajo la luz calurosa del sol, las pisadas de una persona desconocida rompían el silencio de la naturaleza, alguien se estaba acercando lentamente a la mansión, y no se trataba de la persona con la que Rimuru iba a conversar.

✞ ✞ ✞

Regresando con el slime, este ya estaba saliendo de la mansión, no tenía mucha curiosidad e interés en saber quién le estaba esperando, pero cuando cruzó una curva mientras bostezaba, encontró a Milim Nava sentada sobre un tronco de madera, esta no alcanzó a verlo, seguía mirando hacia delante, con una mirada bastante seria. De la sorpresa, Rimuru rebobinó y se ocultó detrás de la pared, se olvidó por completo del problema que tenía con ello.

— "¿¡Carrera te referías a ella...?! — pensó el peliazul — no tengo mucho tiempo para esto.. pero bueno, ya que estoy aquí que voy a hacer..."

Asomo la cabeza para volver a ver a su mejor amiga, iba con la misma vestimenta que usaba cuando se enojó con él, fue un alivio, porque eso significaba que no le afectó en lo absoluto lo que le dijo el slime. Este último no se lo pensó tanto y salió de su escondite para acercarse a ella. Al momento que sintió su presencia, la pelirosada se hizo a un lado del tronco, dejándole espacio para que se sentase. Eso daba a entender que si, quería arreglar las cosas con su amigo, o más bien intentaría hacerlo.

Rimuru, en su forma humanoide, se sentó sobre el tronco al lado de la callada dragonoid, ambos no tenían el valor de verse a la cara después de todo. Ciertamente, el peliazul nunca la había visto con esa tímida actitud, ella se veía sus propios dedos entrelazándose mientras él buscaba una forma de romper el hielo, aunque tampoco sufría mucho aquel silencio, ver sería a Milim le parecía algo tierno, y más con una ropa que la hace aún más tierna.

— ¿Qué estabas haciendo? — preguntó Rimuru, viendo hacia delante.

— ... No sé, tal vez estaba "reflexionando", como tú mismo me dijiste que hiciese... — contestó.

— "Sigue enojada..." — pensó — No fue lo mejor que pude decirte, eso lo acepto...

— A la vez que tampoco podías dar por hecho que no intenté advertiros de que existía ese portal —.

— Tampoco me eches toda la culpa encima, lo único que me disgusta de este problema es que pienses que tienes la razón en todo — dijo Rimuru —.

— ¿¡Qué?!

— Siempre dices que no tuviste tiempo para avisarnos, pero sí que lo tuviste para recuperar esa ropa, encuéntrale el sentido a eso — dijo el slime, agarrando una piedra pequeña del suelo.

— ¿Ves? Cuando hablas de esa manera ya doy por seguro que tampoco te sientes culpable de haberte enojado conmigo — dijo Milim, mirando hacia otro lado.

— Yo nunca dije eso — la encaró.

— ¡Si que lo dijiste!

— ... "Maldita sea, ¿de verdad Carrera quería me encontrase con ella o con otra persona? Porque veo que no tiene intenciones de personarse conmigo, quizá me estaba haciendo ilusiones" — pensó, suspirando — "Será más complicado de lo que creía"

— ... ¿Porque viniste? — preguntó Milim.

— Eh... "¡Lo sabía! Ella no quería perdonarse, solo estaba pasando el rato aquí, le daré un buen castigo a Carrera cuando vuelva" — pensó Rimuru —.

El slime pensó muy bien la respuesta.

— Verte con esa depresiva y rencorosa actitud no es nada bueno, ni para ti ni para nosotros — respondió el peliazul.

— Pues fuiste tú quien ocasionó esto — sería.

— ... "Desde luego, no debí venir, es demasiado orgullosa como para perdonarme tan pronto, ¿ahora que lo pienso, de verdad tengo yo la culpa de todo...?" — pensó Rimuru —.

— Así que-

— Si si, ya me voy, no te alteres — dijo Rimuru, interrumpiéndola mientras se levantaba —.

— ...

— Solo quiero arreglar las cosas, pero no veo que quieras colaborar, "le daré un tiempo para que se calme, buscaré la oportunidad de perdonarme con ella otro día, no puedo estar tan presionado" — pensó — Te dejo tranquila.

Lo cierto es que nuestro protagonista no conocía la verdad, la realidad era que Milim sí que le pidió el favor a Carrera de poder hacerlo venir hasta ella, quería reconciliarse. Pero se maldecía porque su actitud orgullosa se lo impedía, fue por esa misma actitud que en vez de lograr disculparse con su mejor amigo lo hizo creer que seguía enojada, o peor, aún más.

— "¡Soy una idiota! Sé que ambos tenemos la culpa, pero no creería que sería tan difícil aceptar que empeoré una situación, ahora Rimuru volverá a irse... no, no me voy a rendir, ¡lo intentaré de nuevo!" — pensó la dragonoid — Espera.

La chica agarro la tela negra de la ropa del slime para evitar que siguiese caminando, este volteó la cabeza.

— ¿Qué?

— N-no dije que te fueras — dijo, sin mirarlo a la cara.

— ... E-está bien... — asintió Rimuru.

Cuando volvió a sentarse, volvió a concentrarse en buscar la solución, sin embargo, Rimuru no sabía que su amiga estaba pensando literalmente lo mismo que él.

— "Si no me perdono antes ella nunca se perdonará... ¿de verdad tengo que hacer esto?" — pensó el slime.

— "Si no me perdono antes él nunca se perdonará... creo que no tendré opción..." — pensó Milim.

— Milim-

— Rimuru-

Pero, en el peor momento, una gran explosión se produjo en el exterior de la mansión, su estruendo fue tal que pudo hacer temblar el suelo a más de 100 metros cuadrados, ambos, interrumpidos, se levantaron en cuando oyeron aquello. Entendieron que, lamentablemente, tendrían que dejar su íntima conversación para otra ocasión.

— ¿Qué fue eso? — preguntó Milim.

— Proviene del jardín donde liberé a Ultima... — dijo Rimuru — Tengo que ir.

— Espera, voy contigo — dijo la dragonoid.

— *Asiente* —.

En el nuevo campo de guerra, un sujeto estaba lanzando llamaradas a las paredes y cristales de la mansión, era alto e iba vestido de rojo, blanco y dorado, además de su larga katana, lo que más resaltaba de su anatomía eran aquellos cuernos negros que tenía en la cabeza. Su espada, que la blandía con una sola mano, ardía con unas llamas oscuras que brotaban eternamente.

Ocultados detrás de una columna, Subaru y Rem observaban al hombre mientras vigilaban que el techo no se derrumbara, estaban resguardados. Un gran problema se había originado mientras Rimuru hablaba con Milim. Dentro de la mansión, Emilia, Ram y Roswaal, observaban desde la ventana al atacante, no tenían miedo a la posibilidad de que el hombre los viese y los ataque, de ser así, intentarían anular sus llamas con algún ataque mágico.

— Esas son las mismas flamas que liberó Rimuru contra Elsa... — susurró Emilia.

— ¿Lo conoces...? — preguntó Ram.

— No, es la primera vez que veo a ese hombre, Roswaal, ¿deberíamos atacar? a este paso destruirá nuestra casa — preguntó la medio-elfa.

— No creo que sea necesario — dijo, sonriendo — Alguien ya se nos ha adelantado.

— ¿Eh?

Finalmente, aterrizando en la zona más alta de la mansión con sus alas de murciélago mientras su compañera seguía levitando al lado suyo, Rimuru descubrió quién era el enemigo.

— Tu eres...

Con unos cuernos que lo identificaban como un Kijin, no se podía ser nadie más que el ministro de defensa de la federación de Jura Tempest, grande sea el destino, Rimuru Tempest encontró a otro de sus subordinados más poderosos.

— ¿Benimaru? — dijo, reconociéndolo.

A pesar de oír la voz de su líder, el samurai no dijo nada y le dirigió una mirada de odio al slime.

— ¿Como es posible...? — dijo el peliazul, confuso.

— Según Emilia cerca de la mansión se había materializado un portal — dijo una voz detrás de ellos.

Milim y Rimuru se voltearon, una niña rubia bien vestida se posicionó detrás de ellos, al ver la mansión en peligro, tenía que salir de ella para estar a salvo, al parecer, era la misma que desmayó a Subaru cuando este entró en la biblioteca, el slime ya la conocía desde la noche anterior, aunque no se podría decir lo mismo de la dragonoid.

— Beatrice...

— ¿Otro portal, y desde cuando? no nos avisasteis —.

— Justo cuando te fuiste a hablar con tu amiga fue cuando Emilia iba a contártelo — dijo Beatrice.

— ... Aún así mi amigo no parece venir en son de paz, no entiendo qué es lo que sucede, bajaré para hablar con él, tú quédate aquí Beatrice, ese hombre es duro de roer — dijo Rimuru, desplegando sus alas — Vamos Milim.

— ¿Quién es esta niña, desde cuando os conocéis? — dijo la dragonoid.

— No me llames niña.

— Las presentaciones son para después... ¡no perdamos tiempo y vayamos! — dijo el slime, agarrando a Milim del brazo y llevándosela.

— Tened cuidado — dijo la rubia.

...

Subaru y la sirvienta seguían ocultándose del pelirrojo, Benimaru solo se postraba esperando a la llegada de su líder, quien descendió del cielo junto a Milim Nava para evitar nuevos daños de la mansión.

— Rimuru ya está aquí, es un alivio... — dijo Subaru — "¿Dónde están las demonios primordiales? Qué mal trabajo están haciendo como sus subordinadas, lo bueno es que mi amigo ya no se está peleando con Milim, espero que ya se hayan perdonado..."

— ¿Es fuerte? — preguntó Rem, refiriéndose a Rimuru.

— ... Fuerte es quedarse corto... realmente no estoy seguro de su límite, ya que todavía no he presenciado todo su potencial, pero de algo estoy seguro, y es que con su ayuda ningún conflicto acabará mal — dijo Natsuki.

— ¡Benimaru! — gritó Rimuru, posicionándose frente al ogro.

Cuando el slime exclamó el nombre de su supuesto ayudante, todas las voces expectantes cesaron, era imposible ignorar la imponente aura que ambos monstruos irradiaban. No solo era miedo o porque estaban intimidados, si no que callaron a modo de respeto, respeto hacia el poder del peliazul.

— No podré darte una buena bienvenida, ¿que estás haciendo? — preguntó el líder de la nación — Supongo que llevabais un buen rato buscándome en Tempest, ¿pasó algo en mi ausencia? "Espero que no sea una guerra..."

— ...

— "No responde" —.

— Viniendo de ti no consigo entender la pregunta — dijo con seriedad.

— ¿Qué?

— ¿Después de lo que hiciste te extraña que un antiguo subordinado como yo haga esto? — preguntó Benimaru.

Milim, al igual que su mejor amigo, no entendía a qué se refería su subordinado.

— ... Quiero que me expliques lo que hice — dijo Rimuru, sin entender.

— Me niego, ya olvidé el pasado, no dejaré que la persona que me obligó a olvidarlo me haga volver a recordarlo — dijo Benimaru, blandiendo su katana.

— No parece que vaya a responder a tus preguntas... — dijo Milim — ¿Qué hacemos?

— ... "¿Qué está pasando aquí...?" — pensó Rimuru, confuso — "¿Qué ocurrió en mi nación mientras yo no estaba...?"

▪︎ ■ 𝗠𝗮𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼, 𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 𝘂𝗻𝗮 𝘁𝗲𝗼𝗿í𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗲𝗰𝘁𝗼 𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗼...■ ▪︎

— "Dímela, antes de que ataque" — serio.

▪︎ ■ 𝗟𝗮𝘀 𝗮𝗻𝗼𝗺𝗮𝗹í𝗮𝘀, 𝗮𝗹 𝘀𝗲𝗿 𝗳𝗶𝘀𝘂𝗿𝗮𝘀 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗰𝗶𝗼-𝘁𝗲𝗺𝗽𝗼𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀 𝗽𝗼𝗱𝗿í𝗮𝗻 𝗰𝗼𝗻𝗲𝗰𝘁𝗮𝗿 𝗮𝗰𝗰𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗮𝗹𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗶𝘀𝘁𝗶𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗽𝘂𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗹í𝗻𝗲𝗮𝘀 𝘁𝗲𝗺𝗽𝗼𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀, 𝗾𝘂𝗶𝘇á, 𝗲𝗹 𝘀𝘂𝗯𝗼𝗿𝗱𝗶𝗻𝗮𝗱𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲 𝗺𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝗮𝗻𝘁𝗲 𝘁𝗶... ■ ▪︎

— "No es el Benimaru que yo conozco, ¿cierto?" — adivinó el slime, agarrando la empuñadura de su espada.

▪︎ ■ 𝗦𝗶, 𝘀𝗶 𝗻𝗼 𝗳𝘂𝗲𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝗰𝗮𝘀𝗼 𝗲𝗻𝘁𝗼𝗻𝗰𝗲𝘀 𝗻𝗼 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗼 𝗲𝗻𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮𝗿 𝗼𝘁𝗿𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝘅𝗽𝗹𝗶𝗾𝘂𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗼 ■ ▪︎

— "Ya lo suponía desde un principio, pero no quería creer en ello, con que los portales provocan viajes en el tiempo, ya veo, regresar a mi casa no habría sido muy fácil de no tener mis poderes actuales" — pensó Rimuru — "No creo que sea buena idea decirle que no soy el Rimuru de su línea temporal, no me creerá... suponiendo que mi yo de esa época cometió un pecado, este Benimaru no se contendrá en matarme..."

Rimuru cerró el puño.

— "Al no ser el subordinado que yo conozco, no me queda de otra que silenciarlo, no mostraré piedad" — pensó el slime, preparándose para combatir.

— Parece que ya aceptaste tus errores, maldito traidor — dijo Benimaru.

— ¡Rimuru no es ningún traidor! — le defendió la dragonoid.

— El que conoce si — dijo Rimuru.

— ... ¿E?

— Ya te lo explicaré después — dijo el slime — ¡Oye desgraciado! Realmente no tengo ni idea de que pudo haber cometido mi otro yo para dejar en ruinas vuestra federación, pero si buscas venganza o placer para mantenerte con vida no viajes por estos portales, este mundo no te pertenece.

— No comprendo nada de lo que dices, pero bueno, no busco respuestas, lo que busco es mi propia satisfacción — dijo el samurai.

Benimaru vio su propio reflejo en su espada, utilizaría ese mismo filo para intentar asesinar a quien una vez él sirvió: Rimuru Tempest.

— Vengaré a mi familia — se posicionó.

— ¡Ahí viene...! — dijo Milim.

— Milim, retrocede, si nos separamos sería más-

Repentinamente, el peliazul sintió un espasmo en todo su cuerpo, este dejó de blandir firmemente la katana, descendió la mirada y se agarró fuerte del pecho, la dragonoid se asustó, no entendía que le sucedía a su mejor amigo, quien ni siquiera había iniciado su enfrentamiento.

— "¿Qué sucede...? Siento el cuerpo muy pesado..." — pensó el slime.

▪︎ ■ 𝗦𝗲 𝗱𝗲𝗯𝗲 𝗮𝗹 𝗲𝗳𝗲𝗰𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗯𝗮𝗷𝗮 𝗰𝗮𝗻𝘁𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗺𝗮𝗴𝗶𝗰𝘂𝗹𝗮𝘀, 𝗿𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗶𝗯𝗲𝗿𝗮𝘀𝘁𝗲 𝗮 𝗨𝗹𝘁𝗶𝗺𝗮, 𝘀𝗶 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝗻𝘀𝗶𝗮𝗯𝗮𝘀 𝗲𝗿𝗮 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗺𝗯𝗮𝘁𝗲 𝗹𝗶𝗺𝗽𝗶𝗼 𝗺𝗲 𝘁𝗲𝗺𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝘀𝗲𝗿á 𝗽𝗼𝘀𝗶𝗯𝗹𝗲 𝗲𝗻 𝘁𝘂𝘀 𝗰𝗼𝗻𝗱𝗶𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀, 𝗥𝗶𝗺𝘂𝗿𝘂-𝘀𝗮𝗺𝗮 ■ ▪︎

Rimuru se quedó en blanco.

— "¡Que vergüenza, se me olvidó por completo...!" — pensó.

— ¿Rimuru, estás bien? — preguntó la pelirosada, preocupada.

— "¡Oye oye oye ahora que te pasa, no puedes debilitarte al principio de un duelo...!" — pensó Subaru, viéndolos a los tres desde la lejanía, igual que Rem, mientras Ram, Roswaal y Emilia los observaban desde una zona más protegida de la mansión.

— ...

Rimuru miró a Milim, estaba pensando.

— ... ¡! "Tengo una idea... ¡si, eso era! No siempre la mejor manera de reconciliarse con alguien es hablándolo, también podemos hacer otra cosa, ¡pelear!" — pensó — Milim, suena raro que te lo diga yo, pero... lo dejo en tus manos.

— ¿¡L-lo dices en serio... p-puedo pelear contra él, puedo matarlo?! — emocionándose.

— ... Si, no miento si me da lástima, a pesar de no ser quien yo conozco tiene la misma cara, el mismo nombre que yo le puse, y la misma vestimenta — dijo Rimuru — Pero si no lo matamos, él lo intentará, puedes matarlo.

La espada del ogro se prendió en llamas oscuras. Intentaría propinar el primer ataque.

— El caluroso Benimaru que yo conozco, desde luego, no tendría esa fría mirada —dijo —.

— *Preparándose para luchar*

— Milim, considera esto como mi perdón, no sé cómo hemos llegado a esto, pero lo único que ansió en este momento es verte feliz otra vez, ¡pelea a muerte contra él, y muéstrame tu poder! — dijo Rimuru.

— *Sorprendida* ¡SÍ! "Una vez más, me vuelvo a sentir como la mejor amiga de Rimuru, siento que ya me he quitado un peso de encima" — pensó la dragonoid — ¡Te arrepentirás de darle cara a la gran Milim Nava ogro, muéstrame de lo que eres capaz!

Benimaru sonrió.

— Tch... Te recordaba poderosa dragonoid, pero no me importa, te tragarás tus propias palabras cuando te reduzca a cenizas —.


Siguiente capítulo:
Milim Vs. Benimaru

꧁༒꧂

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