Narra Subaru
— ¿Tu eres el chico que me llamó asesino haya fuera? Como te atreves a llamar así a este vejestorio que se esta esforzando tanto para mantener este bar — dijo Rom, dueño del bar — ¡Aunque si es verdad que tengo cara de pocos amigos jajaja!
— ¿C-como... Como es posible...? — susurré, impactado.
— ¿A qué te refieres? — preguntó la niña a mi lado.
— Nada, tranquila, creo que me confundí de persona — mentí — "¿Que está pasando aquí? ¿Acaso este no es aquel viejo que vi muerto en mi primera visita? ¿¡Como se salvó, y donde están sus heridas...?!"
— Bueno viendo que la zona está despejada no hay ningún peligro aparente, puedo volver con Rimuru, no te metas en otro problema chico — dijo Veldora.
— ¡Espera no tan ra-
— ¡Nos vemos!
Veldora salió volando tan rápido como se despidió, demonios, me volvieron a dejar solo, ¿cuanto tardaran en venir? No me siento seguro en esta casa, no me siento para nada seguro luego de lo que pasó, ¿hubo una matanza y ellos hacen como si no hubiesen visto nada?
— Bueno, íbamos a hablar de mi insignia, ¿verdad? — dijo — Primero de todo soy Felt, ¿y tu?
— Natsuki Subaru... — contesté — "Pero tampoco puede ser ella quien me intentó matar, ¿de ser así porque estaría este viejo con vida? Además, la persona que me atacó era bastante alta, incluso más que yo, sea como sea ya no está aquí... por lo que por ahora puedo relajarme" — pensé.
— Siéntate, ¿tenías algo con lo que poder negociar con la insignia, no es así? — dijo Felt.
— Pues no parece que te importe mucho la insignia si tanto estás interesada en cambiarla... — dije, con una sonrisa falsa.
— Venga venga, no cambies de tema — dijo, intentando dejar de lado mi pequeño enojo.
— Antes de nada, viejo, quiero preguntarte algo — dije, dirigiéndome a Rom.
— ¿Mh? El que.
— Se que es una pregunta tonta pero.. ¿Has muerto últimamente? — pregunté.
— ...
Después de fruncir el ceño, Rom empezó a reírse a carcajadas.
— Se que parezco que vaya a fallecer de envejecimiento en cualquier momento pero tampoco hay necesidad de que me recuerdes ellos mocoso — dijo Rom — No he muerto todavía.
¿Que...?
¿Entonces todo fue un sueño?
Lo que sentí cuando estaba al borde de la muerte... ¿no era real?
No tengo pruebas suficientes, no puedo deducir cosas.
— ¿¡Vamos a hablar de la insignia o no?! — dijo Felt — ¿Tienes algún objeto valioso que ofrecerme?
— Oh si perdón, tengo algo "haré lo que sea para cumplirle el favor a Satella, lo hago por ella, todo esto es por ella" — pensé, sentándome — "Quizá es un sacrificio muy doloroso, pero no creo que pueda darle un buen uso en este mundo, perdón Rimuru, si no estás de acuerdo en este intercambio, perdón"
Saque de uno de mis bolsillos el dispositivo que siempre cargaba conmigo, mi celular, obviamente desde el punto de vista de ellos dos sería una máquina extraña al no ser de mi mundo.
— ¿Que es eso?
— Je je... esto lo llamó celular "procuraré hablar como un NPC de un juego" — dije y pensé — Es un objeto de gran valor y poder que tiene la capacidad de detener el tiempo, si, de detener el tiempo, o congelarlo, como querías llamarlo.
— ¿Detener el tiempo, esa cosa fea puede hacer eso? — dijo Rom.
— De fea no tiene nada — le corregí.
— ¿Y como lo hace?
— ... Estar atentos, porque este hechizo no lo verán muchas personas.
✞ ✞ ✞
Seré breve explicando todo lo que sucedió a continuación, Felt y Rom descubrieron juntos la función de mi teléfono, nosotros lo llamaríamos fotografía, pero para ellos una habilidad tan impresionante como congelar el tiempo en una pantalla es suficiente para conseguir un interés en mi dispositivo. El que avisa no es traidor, yo ya dije que estaba dispuesto a intercambiar mi teléfono para conseguir la insignia de Satella.
— ¿Cuánto se supone que podría valer un Metia como ese? — le preguntó Felt al dueño del bar.
— ¿Mh, Metia? — dije.
Rom procedió a explicármelo, los Metia son dispositivos o herramientas a los que ciertas personas necesitan recurrir para poder utilizar magia, ya que al parecer hay usuarios que no son capaces de manifestarlas. Gracias a él, pude entender algo más de este mundo, y ahora que lo pienso, esta vez Rimuru sí que estaría orgulloso de mi nueva información conseguida.
Ellos dos empezaron a comparar el valor de ambos objetos con las Monedas Santa.
Tengo entendido que son un tipo de monedas muy valiosas en este mundo, según Rom, la insignia de Satella tiene el valor de veinte monedas santas, mientras que mi teléfono, que funciona como Metia, equivale a lo mismo o más.
Una cosa estaba clara, si ambos objetos eran vendidos, quien tuviera mi teléfono se iba a enriquecer más.
Sin embargo y para mi desgracia, Felt todavía no aceptó el intercambio. Reveló que no era el único que estaba compitiendo por hacer suya esa insignia, otra persona más estaba en camino para negociar por ella, no solo yo.
Y cuando esta susodicha persona llegó al bazar...
Ahí fue donde la vi.
Ahí fue cuando algo me provocó un escalofrío en el cuerpo.
Ahí fue cuando algo desde lo más profundo de mi corazón me advirtió que algo no andaba muy bien.
— Subaru, ella es tu rival en esta competencia — Felt me la presentó.
— Un gusto, soy Elsa Granhiert — dijo.
— S-si... yo soy Natsuki Subaru, un gusto en conocerte.
Extrañamente para mí, nada raro sucedió hasta entonces, las conversaciones que tuvimos al rededor de una mesa de madera, los cálculos que hicimos para entender el valor de los objetos que queríamos intercambiar, todo parecía ir normal, Elsa-san tenia un dulce carácter, quizá soy yo el único que sigue consternado acerca de lo que me pasó aquí mismo horas atrás, debería olvidarme de la persona que intentó matarme, es más, lo haré.
Elsa-san ofrecía veinte monedas santas para conseguir la insignia de Satella, según Rom, el que tendría la ventaja sería yo, ya que mi teléfono podría valer eso o más.
Finalmente, Felt decidió con que quedarse, anunciaría el ganador de este combate.
— Elsa, lo siento mucho, pero según todo indica el Metia de Subaru me beneficiará más — dijo Felt.
— "¡Bien!" — pensé, además de poder ofrecerle a Rimuru más información de este mundo, también podría enorgullecer a Satella, todo parece ir bien, como si los planetas se hubiesen alineado, o como bien decían, la buena fortuna es la sonrisa del destino.
— Ya veo, es una lástima, aunque en el fondo ya sabía que competir con alguien que tiene un Metia en sus manos iba a ser un reto muy difícil — dijo Elsa, levantándose de la mesa.
Me gusta que sea así de comprensible, realmente no se cuan valiosa es esa insignia ni que tantos beneficios puede tener, pero mientras pueda tenerla en mis manos eso lo podré saber en un futuro cercano.
— Con vuestro permiso, me retiro — dijo, con una sonrisa — Por cierto, ¿para que necesitas esa insignia? — preguntó, curiosa.
— Ah, si, la quería recuperar para devolver-
— "No lo digas" —.
— ¡!
En ese momento, fue donde experimenté por primera vez... el famoso "efecto mariposa"...
¿Q-qué pasó...? ¿Porque oí la voz de Rimuru en mi cabeza?
¿Y porque no quiere que responda, acaso evita que algo malo suceda?
¿Que intentas decirme... Rimuru Tempest...?
Aún así, ni siquiera siento la presencia del slime cerca del bazar, ¿si anda muy lejos como es posible que pueda comunicarse conmigo, acaso se debe a algún poder telepático suyo...?
Sin embargo, ni siquiera deteniéndome, Rimuru pudo evitar que Elsa entendiera lo que estaba dispuesto a responder.
— Ibas a decir que ibas a devolvérselo a alguien, ¿me equivoco...?
— ... "¿¡Lo sabe...?!"
— Con que eres uno de ellos...
— ¡Subaru, cuidado! — gritó Felt.
La niña rubia me empujó, cayendo en el suelo junto a mi, todo pasó tan rápido que no me di cuenta, y lo supe porque, cuando alce la mirada, Elsa me podría haber cortado la cabeza con una daga si Felt no me habría empujado.
— Tienes buenos reflejos para salvar al chico, niña — dijo Elsa.
— "¡Podría haber muerto!" — pensé, con miedo.
Ahora todo cobra sentido, no sé cómo Rom sigue vivo, pero si hay alguien que anteriormente me hizo daño... ¡no debe ser nadie más que esta mujer, ella es mi asesina! Me pareció una persona muy dulce y encantadora, tanto que empezaba a sospechar, y su cambio drástico de personalidad no fue lo que me sorprendió, si no saber lo muy cerca que estuve de la muerte.
— ¡Subaru, corre! — dijo Felt.
Retrocedí varios pasos, al igual que Felt y Rom.
— No podréis escapar, ahora habiendo presenciado esto me veo obligada a masacraros a los tres — dijo Elsa.
— ¡Cállate! — le dije, valiente pero con miedo — ¡Bastante creída eres después de haberme cortado el estómago aquella vez, no permitiré que vuelvas a hacerme eso!
— ¿Mh? no recuerdo haberte cortado el estómago chico, pero si que tienes razón en algo, y es que destripar vientres es mi afición — dijo, con su leve sonrisa diabólica.
Esto es malo... esta mujer probablemente sea más ágil y poderosa que nosotros tres, y tampoco nos dará tiempo para escapar, ¡estamos atrapados!
— Empezaré contigo, joven — dijo Elsa, blandiendo su daga.
La asesina empezó a acercarse muy rápidamente hacia mi, Felt y Rom intentaron detenerla, pero era imposible, ni siquiera ellos podían igualar la velocidad de aquel monstruo que cada vez estaba a menos centímetros de mi.
No me dará tiempo a esquivar su tajo... ¿voy a morir, esta vez sí que moriré? No... no quiero morir, no quiero volver a sentir ese dolor intenso, ¡no quiero!
¡¡¡No quiero!!!!
✞ ✞ ✞
Narrador neutro
Repentinamente y en el momento preciso, un objeto de dos dimensiones hecho de una materia desconocida se originó en medio de Natsuki y Elsa, esto obligó a la asesina a retroceder, mientras que el joven de cabello grisáceo cayó de culo al suelo, el objeto se agrandó, empezando a adoptar la apariencia de un portal.
— ¿Qué es eso...? — dijo Felt, junto a Rom.
— "¿Un portal? Quién lo creó...?" — pensó Elsa, retrocediendo.
— ... — Subaru observaba en silencio, obviamente sorprendido.
La anomalía espacio-temporal que se materializó en el bazar no provocaba ningún daño, luego de unos cuantos instantes de tensión en los cuales todos estaban a la espera de que alguien lo atravesara para aparecerse, se llevaron la sorpresa de ver que nadie se hizo presente.
— *Se ríe* Si nadie va a salir de ese portal entonces puedo continuar con mi matanza-
Antes de poder acercarse a Subaru, una bala dorada apareció del portal y pasó por al lado del cuello de Elsa, obligándola a paralizarse.
— "¿Una bala?" — pensó Natsuki, levantándose —.
— ¿Quién me disparó? Sería digno que te muestres — preguntó la asesina.
— ...
Finalmente, una persona cruzó el portal, mostrándose ante todos los que se hallaban en aquel bar, pero tan pronto como lo hizo, la anomalía se cerró, impidiendo a esta persona una marcha atrás. Subaru quedó impactado, su salvadora era una chica de la misma altura, un cabello dorado y unos ojos celestes, quien sostenía una pistola pequeña en su mano derecha.
— Me parece que he interrumpido un conflicto, ¿verdad? — dijo la chica, recargando su arma.
— ¿¡Q-quién eres?! "Sé que no es el momento, pero no puedo ignorar la belleza de esta chica... esto realmente sí que es un mundo de fantasía" — pensó Subaru, sonrojado.
— Nadie de mucha importancia chico, tranquilo yo tampoco sé lo que está pasando, de repente se abrió un portal delante mío y lo atravesé — dijo, con una sonrisa desinteresada — Y algo me dijo que jalar el gatillo era la opción correcta, y viéndote vivo creo que si lo era.
— Si no estás interesada en entrometerte entonces retrocede, está masacre no te incumbe a ti niña — dijo Elsa.
— Perdóneme señorita, pero poniéndome en el lugar de mi querido líder él no dejaría que este muchacho muriese, así que tengo que intervenir — dijo la rubia — Y si me veo obligada, matarte.
— ... "Debo ayudar de alguna forma... no entiendo que es lo que acaba de pasar, pero lo único que sé es que esta chica está de nuestro lado..." — pensó el peligris.
— Tu elegiste tu destino chica, ahora morirás junto a ellos, es una lástima que ese extraño portal te haya obligado a atravesarlo solo para desfallecer aquí — dijo Elsa.
— ¿Ah, si, y cómo se supone que vas a quitarme la vida, bruja? — preguntó la chica, con unas agallas admirables y una sonrisa confiada.
— ¡Oye... cuidado con lo que dices, por mucho que tengas una pistola esa vieja loca es peligrosa...! — le susurró Subaru, aún sin conocerla.
— ¿Mh? No sé qué de tienes tanto mied-
— No te despistes — dijo Elsa.
— ¡¡¡Cuidado!!! — advirtió Natsuki.
La mujer azabache apareció a una velocidad vertiginosa delante de la chica misteriosa, esta pudo pudo prevenir cien veces más fácilmente que Subaru el movimiento, pero aún así el chico la empujó para recibir el ataque por ella.
El resultado fue horrendo, porque un tajo vertical de la daga de la asesina fue suficiente para separar el brazo de Natsuki de su cuerpo, cortándolo y dispersando demasiada sangre por todos lados.
Mientras Subaru gritaba del dolor, la chica rubia analizó sorprendida como el chico tuvo la valentía de haberla empujando para recibir el daño por ella, aunque a ser verdad, ni siquiera habría sido necesario empujarla, habría esquivado el ataque de Elsa con mucha facilidad. Por lo que si hablamos de manera clara lo que hizo Subaru fue totalmente inútil, y a consecuencia de ello, perdió su brazo.
— Ese chico tiene agallas, lo admito, pero me gustaría que no gritase tanto, parece un bebé — dijo Elsa, lamiéndose los labios.
— ¿Y qué te esperabas, bruja? — preguntó la rubia, defendiendo al chico — Que te corten un brazo no es algo muy habitual.
— Tampoco te veo muy agradecida con él, te salvo la vida —.
— Aún sin salvarme no me habrías hecho daño, además, no lo conozco como para sentir lástima por él — contestó.
— ... *Suspira* Me canso de tanta conversación, esta vez no habrá nadie que te pueda salvar, prepara-
— Si, ya, tú también hablas mucho bruja — dijo la rubia — Voy a vengar a ese pobre brazo, así que ven por mí de una vez, o si no me entrará sueño.
— Tsk —.
Elsa Granhiert volvió a correr en dirección a su contrincante, pero cuando quiso propinar un corte en el cuello...
La piel de la asesina se erizo mientras su cuerpo empezaba a sudar frío, ni siquiera con una daga pudo dejarle tan siquiera una marca en el cuello, su piel era muy dura, o quizá repleta de mucha magia. No fue hasta que la rubia le dirigió la palabra que salió de su trance.
— Ir a por el cuello es algo sucio, ¿sabes?
— ¡!
Subaru y los demás presenciaron como la chica del portal empujó con un solo dedo a Elsa hasta estrellarla contra una pared del bazar, luego de semejante muestra de fuerza, levantó una mano y nombró una técnica suya que acabaría totalmente con este combate sin sentido.
— Aniquilación del Abismo —.
Disminuyendo la potencia de su técnica al mínimo para no crear una cataclismo, la chica del portal mezcló los efectos de varias magias y energías para combinarlas en un ataque devastador que afectó todas las dimensiones al su alrededor, además de derrumbar toda la casa con un temblor, Elsa fue desintegrada hasta los átomos, resultando en una onda explosiva de magia que incendió una gran parte de los barrios bajos, la rubia no dejó rastro de ella.
— *Felt, Rom y el herido Subaru observaban impactados* —.
— Quizá si no fueras tan insoportable te habría perdonado la vida, bruja — se despidió la chica.
Todo parecía haber acabado, sin embargo, la chica sintió un breve colapso mental y se puso una mano en la frente, fue un pequeño dolor de cabeza que en pocos segundos entendió a qué se debía, fue porque alguien intentaba comunicarse con ella a través de telepatía.
— ¿Qué está pasando...?
— Carrera, soy yo — dijo la voz de Rimuru en su cabeza.
— "¿Ri-Rimuru-sama, usted también está en este mundo?" — dijo la rubia por telepatía, la cual ya sabemos que se llama Carrera.
— Si, pero no vengas a buscarme todavía, hay un favor que debo pedirte —.
— "Haré lo que sea, cuál es" — dispuesta.
— El chico al que le cortaron el brazo, lo tienes cerca tuyo, ¿verdad? —.
Carrera bajo la mirada para ver al desplomado y ensangrentado Subaru, quien hacía todo el esfuerzo para no perder el conocimiento.
— "Si, lo veo, ¿qué quieres que haga?" —.
— Mátalo, por favor —.
— "Uh, no tengo ningún problema ¿pero podría saber porque? Tengo curiosidad" — preguntó Carrera.
— No te daré muchas explicaciones... digamos que tampoco vivirá muy a gusto con solo un brazo, ¿ok?
— "De acuerdo, cómo desee, Rimuru-sama" — dijo mentalmente — Chico, te respeto por haberme empujado del ataque de esa loca, pero por desgracia tengo malas noticias para ti.
— ... ... ¿Q-que...? — dijo, desangrado.
— Por órdenes de mi líder voy a quitarte la vida ahora mismo, no te preocupes, no soy una demonio tan cruel como para matarte tan lentamente, será rápido — dijo Carrera, con una leve sonrisa simpática.
La chica levantó la pistola recargada y apuntó a la cabeza de Natsuki Subaru.
— ¡Nos vemos! — dijo.
Sin remordimientos, jaló el gatillo y mató al joven de cabello gris con un disparo en la frente.
꧁༒꧂
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