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༺ Primera muerte ༻

Narra Subaru

El tiempo pasa y cada vez me acostumbro más a estar lejos de mi hogar, de igual forma no me queda opción, no puedo regresar, solo me queda adaptarme a mi nuevo mundo junto a un slime que curiosamente tiene rostro japonés. Veinte minutos después de nuestra planificación, llegamos a los barrios bajos del reino, a diferencia de allá, aquí los residentes son bastante más siniestros, y es normal, son desafortunados que no lograron vivir en buenas condiciones.

La forma en la que caminábamos era particular, yo me ocupaba de las espaldas de mi querida Satella por si alguien nos perseguía. Mientras que Milim cargaba a Rimuru como si se tratara de un objeto, se les ve muy felices, creo que no le temen a nada a pesar de estar en un ambiente muy lúgubre y oscuro como el que hay en este sitio...

— ¿Estamos cerca? — pregunté.

— Bastante — contestó Rimuru — No os quedéis atrás, no queremos meternos en otro problema.

Aún sabiendo la buena seguridad que tenía estando cerca de aquel slime, algo me daba una sensación de incomodidad, no sé cómo explicarlo, solo podría decir que toda esta búsqueda para capturar a esa ladrona me está resultando muy sencilla, tengo un mal presentimiento, uno demasiado malo.
Trataré de no ponerme nervioso, no quiero transmitir mi tensión a los demás.

Entre tanto pensamiento, no me di cuenta de que ya llegamos a nuestro destino, delante de nosotros se hallaba una casa muy grande, seguramente la más amplia de aquel barrio, obviamente cerrada, y algo un poco más incómodo, estando en oscuridad total.

— Es aquí — el slime regresó a su forma humana — La niña está halla dentro, solo hay que tener cuidado y prevenir que tenga alguna arma consigo.

— ¿No sería mala idea ir todos juntos? — dije — Digo, no hay luz allá dentro, nos confundiremos con nuestras presencias, es mejor que una la encuentre y luego los demás entren.

— Pues entonces ve tu — dijo Rimuru, acercándoseme.

— Hey hey, tampoco dije que quiero ir yo, je je — me excusé, atemorizado.

— Pero tú fuiste quien ideó esto, ¿no? — dijo Milim.

— "Demonios, esto me pasa por hablar" — pensé — ¿Tu qué opinas de esto, Satella?

— Es una niña, tampoco creo que tenga las agallas de matar a un inocente como tú — dijo la medio-elfa — No te preocupes, si pasa algo malo vamos nosotros para allá, tú trata de gritar.

— ¡Que me digas que grité cuando me vea en peligro no me relaja...! — dije.

— Subaru, por favor — dijo Satella.

Obviamente, no me pude resistir ante esas pocas palabras, como buen hombre que soy, voy a cumplir mi deber.

— No os preocupéis, Natsuki Subaru está aquí para protegeros, dejarle esta tarea a los profesionales — dije, acercándome a la puerta con una sonrisa confiada.

— ¿Necesitas mi katana? Te puede servir en una situación de defensa propia — me ofreció Rimuru.

— No la necesito tranquilo, tampoco sé usarla así que no me serviría de nada — dije.

— ~Oye, ¿no sé esta confiando demasiado? Me da miedo que salga de la casa sin cabeza...~ — le susurró Milim a Rimuru, muy cerca de su oreja.

— ~Tampoco hay necesidad de exagerar...~ — respondió el slime, con una gota de sudor.

Cuando coloqué mi mano en la manija de la puerta, me di cuenta de un detalle importante.

— "¿Esta abierta? No tiene aspecto de estar abandonada..." — pensé, confundido y con miedo.

Al entrar, la puerta se cerró detrás mío, dejando al otro lado a mis amigos, no veía absolutamente nada, pero gracias a la luz de la luna alcancé a visualizar un lámpara que podía encender con fuego, cuando lo hice y prendí la vela, la agarré para ampliar mi campo de visión.

— "Este sitio es horroroso..." — pensé, viendo los objetos que me rodeaban — "¿De verdad esa niña está escondida aquí con esta oscuridad?"

Caminado entre la madera que crujía del suelo, no me quedaba de otro que hacerme pasar como un inocente que no vino a buscarla, si no para explorar.

— ¿¡Holaaaa?! — dije, alzando la voz — ¿¡Hay alguien aquí?! "Vaya, esto es un bar..."

...

Nadie contesta, el silencio absoluto siempre me perturba, necesito conseguir una contestación, quiero encontrarla ya, ¡me quiero ir de aquí!

— "Me quiero ir de-

Cuando di el último paso, el sonido de este sonó diferente a los demás, cualquiera podía reconocerlo, el sonido que hace un líquido cuando es pisado. Baje la cabeza muy lentamente, rezando por que no fuera lo que creía que era.

Y, por desgracia, sí que lo era, estaba encima de un gran charco de sangre.

Mi corazón empezó a palpitar con más rapidez, totalmente en trance, estaba perdiendo la cordura.

Cuando alcé la cabeza horrorizado, delante de mí se hallaba sentado el cuerpo sin vida de un hombre de avanzada edad, tenía toda la cara ensangrentada, como si algo se hubiese clavado algo afilado en el rostro. Había demasiada sangre.

— *Aterrorizado* —.

— Vaya, lo encontraste...

— ¡!

— Entonces no tengo alternativa...

Antes de poder retroceder, detrás mío sentí una presencia, y no era la de mis amigos, por que de ser así, habría escuchado la puerta abrirse.

Alguien siempre estuvo ahí conmigo, en la oscuridad.

Y no me di cuenta hasta entonces.

Cuando intenté voltearme, recibí un ataque que me hizo retroceder varios metros, caí abatido al suelo. No entendí lo que me había sucedido.

— "¡A-ayuda... a-

Cuando baje la mirada, mi mano estaba llena de sangre, sangre de la mía. Porque sin saber cómo lo hicieron tan rápidamente, me habían abierto el estómago de un solo corte, debido a todo el dolor empecé a gritar con terror y dolor.
Aquel asesino se estaba acercando a mí, pronto me alcanzaría con su cuchilla impregnada de mi sangre.

Duele... ¡duele mucho! ¿Porque me pasa esto a mí? ¿Porque quieren matarme de una forma tan cruel? ¿Acaso fui un humano tan inútil para merecerme esto? ¡No vine a un mundo fantástico para recibir este destino, ¡NO VINE A AQUÍ POR ESO!

Oh no, me desangro, pierdo el conocimiento... ¡no puede ser...!

— "¿¡Voy a morir, de verdad voy a morir, esta corta vida se va a acabar!?" — pensé, respirando con mucha desesperación y dificultad — "¡No quiero morir, no quiero morir así...!"

El asesino alzó su arma afilada, estaba a punto de clavármelo.

Rimuru, Satella, ¿porque no viene nadie a ayudarme...? Oh, ya me acuerdo... yo mismo fui el soberbio que dijo que los protegería, soy un lamentable, ¿¡como va a protegerlos un humano inservible como yo?!

No quiero morir, que miedo me da morir...

Que destino...

... tan cruel.



✞             ✞             ✞



— ¿Te ocurre algo, Subaru? — preguntó Rimuru — Parece que hayas visto un fantasma.

— ¿... ... ... Eh?

— ¿No me escuchaste? — dijo el slime — Te pregunté si te sucedía algo.

— ... N-no Rimuru, tranquilo, no me pasa nada — contesté, con la mirada perdida — Solo pensaba en... algo...

— ... Okey — asintió el slime, sospechando — Bien, no perdamos más tiempo, andando — dijo.

Dicho eso, Milim y Satella empezaron a caminar detrás del peliazul, mientras que yo solo me dediqué a quedarme parado entre la gente y observar como mis amigos se alejaban de mí, totalmente desconcertado a lo que sucedió hace pocos segundos.

¿Qué está... pasando...?

¿Acaso me rescataron, acaso yo no me acuerdo de lo que sucedió en aquella casa...? Sea lo que sea, no recuerdo nada después de que me atacasen..

Alargué el paso.

...

Algo me da muy mala sensación acerca de eso, podía jurarlo, ¡me había muerto! Estaba seguro de que alguien me había matado, y tampoco había tiempo a salvarme, o eso creo...

¿Entonces como es posible que esté aquí?

¿Y porque no tengo la herida del estómago?

Todo están confuso que ni siquiera me dan ganas de pensar en ello, debería concentrarme en lo que está pasando ahora.

Lo único que sé es que sigo con vida, en algún momento entenderé porque.

En algún momento, ¿no...?

Tengo un mal presentimiento, el mismo que tuve antes de llegar a esa tenebrosa casa, pero en cambio de pensar que algo malo me iba a suceder, esta vez era por otro detalle muy importante del que me di cuenta mientras seguía al grupo.

No había que ser muy inteligente, cualquier persona tendría la memoria suficiente para saber qué está es la misma ruta que hicimos para llegar a los barrios bajos.

No entiendo nada... tendría que suponer que estamos dirigiéndonos una vez más allí para capturar a la niña que supuestamente se encontraba en esa casa, ¿pero... otra vez, sin un plan ni nada, después de lo que me pasó?

Aquí hay gato encerrado...

— "Espera un momento" — pensé — "Si en esa casa hay un asesino entonces no puedo permitir que ellos vayan, ¡les pasará lo mismo que a mí!"

Pero tampoco fui tonto, sabía que no me harían caso si les decía de no ir. Ellos no estarían pendientes a lo que dijese. Debía evitar de alguna manera que les suceda algo al llegar hasta donde la niña.

No me queda de otra que separarme de ellos, debo llegar hasta los barrios bajos y ocuparme de despejar la casa de alguna manera, ¿si ese asesino seguía escondido cuando entré entonces que dice que no siga halla dentro?

Satella, Rimuru, Milim, lo siento, ¡pero hay cambio de planes, debo tomar mi responsabilidad!

Me di la vuelta y empecé a correr en la dirección contraria, recuerdo muy bien donde estaba la casa, y si mis cálculos no me fallan entonces tengo una ruta un poco más corta que la de ellos. Es decir, ¡que puedo llegar más rápido que ellos!

— ¿¡S-Subaru, adonde vas?! — dijo Satella.

— ¿Que mosca le picó...? — preguntó Milim, cerca del slime.

Rimuru frunció un ceño, liberó a Veldora tan rápidamente como yo acelere mi paso.

— Veldora, ve tras él — dijo, serio.

— ¡Entendido! — respondió el dragón de la tormenta.

Logré alejarme bastante de ellos, hasta meterme en otro callejón y cruzar unas cuantas calles, Veldora me estaba siguiendo, pero misteriosamente no me detenía, ¿me estaba vigilando...?

Sea como sea, sigo teniendo una misión, volveré a esa casa, ¡volveré y los salvaré a todos!

Mientras la persecución proseguía, seguía pensando en cómo iba a evitar que mis amigos entraran en la casa antes que yo, ahora que me aleje de ellos, no van a volver a dejarme entrar solo, básicamente porque ya no estoy con ellos, pero es por eso mismo que me separé, llegaré a esa casa antes que ellos y limpiaré la zona, incluso si tienen que volverme a abrirme las tripas con un cuchillo.

✞             ✞             ✞

Quince minutos después.

Llegué exhausto a los barrios bajos, fue lo mismo que aquella vez, la gente me miraba raro, pero no tenía tiempo para atemorizarme, había algo que debía solucionar, así que empecé a caminar a paso acelerado hacia esa susodicha casa.

Cuando llegué, me recompuse para agarrar el aire que había perdido durante toda la corredera y prepararme para volver a entrar, allá dentro vi muchas armas colgadas en las paredes, puede agarrar una para defenderme, quizá si fue buena idea haber agarrado la katana de Rimuru.

Antes de llegar a la puerta, el dragón de la tormenta cayó detrás mío después de haber descendido del cielo, me había estado observando desde arriba al poder volar.

— ¿No crees que esto es un mal plan, chico? — preguntó Veldora, con las manos en la cintura — Planeamos ir todos juntos al bazar.

— Veldora, tú no estuviste cuando pasó, pero si tu amigo del alma no te lo dijo entonces lo haré yo — dije — ¡Allá dentro seguramente hay un asesino, cuando entré estaba todo lleno de sangre...!

— Pues entonces no tiene sentido que vayas tú solo, ¿no crees?

— ¿Me vas a acompañar? — pregunté.

Nuestra pequeña conversación se vio interrumpida ya que una voz femenina se dirigió a mí.

— ¿Que te fumaste para decir eso? allá dentro no hay ningún asesino, solo está mi amigo Rom, el dueño del bazar — dijo.

Cuando volteamos nuestras cabezas. Vimos a diez metros de nosotros dos a la joven delincuente que tanto estábamos buscando, ella era la causante de la pérdida de la insignia de Satella, la que ha desencadenado estos cuantos problemas. Aquella niña de baja estatura, cabello dorado y ojos rojos finalmente se hizo presente ante nosotros.

— Tu eres la niña de aquella vez, la
ladrona... — dije, sorprendido

— ¿Mh? Tu cara me resulta familiar, ¿está es la primera vez que te veo? — preguntó la rubia.

— No — negué — Ya nos encontramos antes, tú robaste la insignia de Satella, ¿verdad?

— ¿Satella? Porque te refieres a esa elfa con el nombre de la Bruja de los Celos? — sería.

— ¿Que...? — dije, confuso.

— Como sea, el caso es que has robado un objeto preciado para nuestra compañera — dijo Veldora — ¿Podrías darnos la insignia, o es que acaso necesitas algo a cambio?

— ... Realmente no la daría, es un objeto muy valioso, pero me llama la atención que preguntes si puedes intercambiarlo — dijo — Acompañadme.

La niña empezó a correr en dirección a... la casa.

— ¡Eh, espera! — dije, intentando detenerla con la voz —.

— ¿Que te pasa a ti ahora?

— N-no vayas... — dije, con miedo — Esa casa no es segura, hay un asesino, ¡me hizo daño antes!

— ¿De qué estás hablando? Rom no es un asesino, es cierto que tiene cara de uno, pero es de confianza, venid conmigo, vamos a ver que trato podemos hace allá dentro —.

— ¡P-pero...!

Sentí la mano de Veldora en mi hombro.

— No te preocupes chico, mantén la calma, allá dentro no va a pasar nada, y más si estás a mi lado, ¿de acuerdo? — dijo.

Tragué saliva, aún con el trauma de lo que me sucedió no se repita, respire profundamente y asentí con la cabeza, con alguien tan fuerte como Veldora a mi lado podía estar a salvo esta vez.

Pobre niña, si Rom se trata del hombre muerto que vi antes entonces verá su cuerpo desangrado...

O eso fue lo que creí, porque cuando entramos al bazar, estaba allí, lo encontré ahí.

Vivo.

꧁༒꧂

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