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༺ El declive de Elsa Granhiert ༻


☞ 𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐧𝐞𝐮𝐭𝐫𝐨 ☜

Todo ocurría como debía ser, ahora con la ausencia de Natsuki Subaru, Elsa Granhiert entró en el bazar de Rom, donde este último también estaba siendo acompañado de Felt, quien tenía en su custodia la insignia de Satella. Sucedió lo mismo, sin embargo ahora ya no tenía que competir contra alguien, ahora podría tratar de conseguir la insignia con aquellas veinte monedas santas, las cuales eran equivalentes al valor de aquel objeto.

— ¿Sería suficiente para convencerla? Es un buen trueque, y se lo puedo asegurar, creo que conoce el valor de estas monedas tanto como cualquier otro ciudadano — dijo Elsa.

— Me convenciste, de todos modos no hay nadie más con el que pueda negociar, supongo que esta insignia te ayudará más a ti que a mí, así que aquí la tienes — dijo Felt.

— *Asiente* —.

La ladrona dejó la insignia de Satella en la mesa, agarradas todas las monedas, el intercambio había finalizado.

— ...

— ...

— Bien, agarrare la insignia y me retiraré, con vuestro permi-

— ¡¡¡Ya estamos aquí!!! — gritó una voz masculina.

El estruendo de una explosión hizo temblar todo el bazar, la puerta de madera fue totalmente derrumbada además de quebrada por dos sujetos que se hallaban al otro lado, Subaru y Satella. Después de la entrada sorpresa, la medio-elfa materializó y lanzó un trozo de hielo hacia la asesina, pero Elsa, aún sin entender que estaba pasando, reaccionó a tiempo y esquivó el ataque mágico.

Natsuki aprovechó la oportunidad para agarrar rápidamente la insignia de Satella y retroceder.

— ¡A eso sí que lo llamo yo una buena y épica entrada de anime, nos volvemos a ver, bruja de vientres! — dijo Subaru, apuntándola con el dedo índice.

Felt y Rom retrocedieron y se ocultaron con miedo, en esa vida de Subaru nunca alcanzaron a conocerlo, pues solo temían por sus vidas y no por la del joven de cabello grisáceo.

— ¿Nos volvemos a ver? Te habrás confundido de persona chico, no te conozco — dijo Elsa, desenvainando su daga afilada — Sin embargo, no podría decir lo mismo de esa maldita medio-elfa que tiendes al lado chico.

— ¿Os conocéis...? — le preguntó Subaru a su compañera.

— No, pero como estoy viendo, ella sí me conoce a mí — respondió, seria.

— Sabiendo que estás de su lado, a ti también te mataré, mocoso — dijo Elsa, lamiéndose los labios.

— *Traga saliva* "¿A qué se refiere con su lado...?" —.

— Y viendo que no estamos solos, no me quedará de otra que matar a ellos dos también — refiriéndose a Rom y Felt — Por muy inocentes que sean, no pueden manchar mi reputación, acabaré con esto rápido —.

— Inténtalo si puedes, vieja loca —.

Subaru no espero más y agarro firmemente un garrote con pinchos que se encontraba colgado en una de las paredes, usaría esa arma para defenderse de los posibles cortes mortales.

— ¿Acaso sabes lo mucho que se sufre cuando te estás muriendo? ¡Porque yo sí! ¿Acaso sabes el dolor que se siente cuando te cortan un brazo? ¡Porque yo si! ¿Y acaso sabes lo traumatizante que es que te abran el estómago? ¡PORQUE YO SÍ! — dijo Subaru, enojado.

— "¿Qué está diciendo este hombre? Realmente perdió la cabeza" Es imposible que puedas tan siquiera defenderte niño — pensó y dijo Elsa — Puedo ver el pavor en tu mirada, ¿eres un novato, cierto?

— Parece que te estás olvidando de alguien — dijo la voz de Satella, interrumpiéndola—.

La medio-elfa pudo desplazarse para posicionarse detrás de Elsa y disparar unos cuantos trozos de hielo con su magia, la mujer asesina se vio obligada a saltar entre las mesas de madera para evadir los chuzos helados. El bazar se convirtió en un campo de guerra.

— "Rom y Felt deberían escapar, pero estoy seguro de que esa mujer no lo permitiría..." — pensó Subaru — "¡Tengo que concentrarme en mantenerla alejada de la puerta para dejar una ruta de escape!"

Elsa se acercó a Satella, pero esta pudo protegerse de un tajo de ella con una barrera mágica que usó múltiples veces mientras la asesina la intentaba cortar, Subaru intentó interceptar, pero Elsa le propinó una patada en el estómago y fue empujado a varios metros del combate.

— "¡Estoy siendo un inútil...!" — pensó el joven.

Mientras las dos seguían batallando, del cabello plateado de Satella emergió lo que parecía ser un gato albino flotante, este se acercó a Subaru para que este pudiera escuchar su voz.

— ¡Chico, trata de sacar a los dos inocentes fuera, Lia y yo os defenderemos! — dijo el gato.

— "¿Quién es ese gato? ¿Y porque llamo Lia a Satella?" — pensó Subaru — ¡E-está bien, no te conozco pero cuento contigo!

— Se me están acabando las horas laborales, será mejor que acabemos cuanto antes con esto — dijo el gato.

Satella seguía lanzándole trozos de hielo a Elsa Granhiert, quien podía repelerlos con su daga con facilidad, sin embargo, no sería capaz de alcanzar a Felt y Rom, quienes estaban siendo guiados gracias a Natsuki para salir del bazar y estar a salvo.

— Veo que no me la pondréis muy fácil, después de todo no estoy en mucha ventaja de número que digamos... — dijo Elsa, molestándose.

— ¡No dejaré que le hagas daño a nadie! — dijo Satella.

Fuera del combate, Subaru ya expulsó a la ladrona y al dueño del bar, haciendo entrar en conciencia a Rimuru y Milim de su acción, quienes todavía estaban escondidos.

— ¿¡Qué está pasando?! — preguntó la niña rubia.

— Más tarde te lo explicaré, pero aquí no estáis a salvo, ¡no entréis si no queréis morir! — dijo Subaru, regresando al bazar.

— ¿Que...?

Volviendo al interior, Elsa seguía sin poder romper las barreras que aquel gato creaba para defender a la medio-elfa, se empezaba a fastidiar, y más cuando recordó que el joven de cabello grisáceo, el cual ya había entrado nuevamente en el bazar, tenía la insignia en su haber.

— "Ese mocoso es quien tiene la insignia, sería ideal matarlo a él primero" — pensó la asesina.

— ¡Subaru, retrocede! — advirtió Satella.

— ¡No te preocupes! — blandiendo el garrote.

Elsa propinó un tajo horizontal con su daga, pero Subaru pudo bloquearlo con el arma de madera, sin embargo la agilidad de la asesina le permitió moverse mucho más rápido y aplicar una patada en el rostro del joven, este resultó herido, pero al ser un solo golpe no fue grave.

— Con que ibas directa a cortarme el vientre, ¿eh? — dijo Subaru, con un derrame nasal — "El portal debería abrirse en seis segundos, ¡es un alivio que Rimuru me dijera el momento exacto en el que se sucedería!"

— La siguiente no fallaré el ataque, prepárate niño — dijo Elsa, corriendo hacia él.

— "Tres... dos... uno... ¡cero!" —.

Como ocurrió en la anterior vida de Natsuki, un portal espacio-temporal se abrió y se dilató en el bazar, y nuevamente una bala salió de este para rozar el rostro de Granhiert, esta lo esquivó gracias a sus reflejos, pero de no haberse movido un segundo antes ya estaría desintegrada.

Satella y el gato estaban sorprendidos, no obstante, Subaru ya sabía quién podía ser. Carrera apareció por primera vez en ese mundo, cruzando el portal con una pistola dorada en la mano.

— Me parece que he interrumpido un conflicto, ¿verdad? — dijo lo mismo que la otra vez.

— ¡Carrera, mata a esa mujer, si no lo haces moriremos todos! — gritó Subaru.

— No le haré caso a un plebeyo al que ni siquiera conozco, ni tampoco estoy bajo tus órdenes — dijo la rubia, negándose — ¿Y además como sabes mi nom-

— "Carrera, soy yo" — dijo la voz telepática de Rimuru — "Te doy la orden de acabar con esa loca" —.

— ¡! — abriendo los ojos y cambiando de humor — ¡Haría cualquier cosa por ti, Rimuru-sama!

— ... "Espera, no lo hagas" —.

— ¿Uh? ¿Ocurre algo? — preguntó Carrera.

— "Hay un cambio de planes, trata de mantener a salvo al chico de pelo gris que tienes al lado, yo ya estoy en camino" — dijo Rimuru Tempest.

— Oh, está bien, como desees, mi señor — dijo.

— "¡Idiota, ¡¿porque no le ordenaste que la mate?! ¿Quieres que muramos todos?" — preguntó Subaru por telepatía.

— "Reinhard está muy cerca del bazar, hay que esperar un poco más, recuerda que debíamos sorprenderlo con nuestro poder, y mantén la calma, mientras yo ya estoy llegando mi subordinada te mantendrá a salvo, a ti y a Satella" —.

— ... "Espero que nada mal resulte a partir de ahora, date prisa, Rimuru" — dijo Natsuki.

Lejos del bazar, el slime y la dragonoid ya se estaban acercando al campo de guerra, una vez allí, el combate podría concluir, Reinhard también estaba muy cerca. Era la oportunidad de oro.

— ¡Vamos a arrancarle la cabeza a esa vieja! — dijo Milim, volando.

— No lo digas así, suena muy cruel... — dijo Rimuru — Carrera ya ha llegado a este mundo, con mi subordinada adentro Elsa no tiene dónde escapar a la vez que nosotros ya podremos entrar.

El peliazul aumentó su velocidad.

— ¡Será como pescar en un barril! —.

✞ ✞ ✞

— ¡Satella, detrás tuyo! — advirtió Subaru, detrás de Carrera.

Elsa dio un salto para suspenderse muy alto y colocarse detrás de la medio-elfa, sin embargo, esta demostró no tener puntos débiles, ya que el corte trasero de la asesina fue bloqueado por aquella barrera mágica que era potenciada por el gato ayudante de ella.

— ¿Tu no vas a hacer nada? — le preguntó Natsuki a la rubia.

— Sigo las órdenes de mi señor, tu tampoco te muevas — dijo Carrera, vigilando el combate.

— Pero a este paso la alcanzará... "¿En qué demonios está pensando Rimuru?" — pensó.

El duelo transcurrió hasta entonces, tan intenso como se inició. En un punto de flaqueza, Elsa encontró un punto débil y pudo repeler el escudo de Satella ejerciendo más fuerza, este blandió su daga e intentó abalanzarse sobre ella, Natsuki Subaru, el cual andaba preocupado, intentó advertirle a su amiga para que pudiera evadir el corte mortal. La muerte estaba cerca.

— ¡Satella! — exclamó.

— ¡! — volteándose.

— Puedes despedirte de este mundo, ¡querida! — dijo Elsa.

Cuando la cuchilla de la asesina intentó cortar el cuello de la medio-elfa de cabello blanco, un brazo se interpuso y resistió el tajo, la carne de este fue lo suficientemente dura como para no ser cortada, Elsa Granhiert se asustó y dio un salto para retroceder.

Satella se giró completamente para darse cuenta de que Rimuru Tempest, el hombre reencarnado como un slime, apareció y entró en aquel combate del bazar salvando la vida de ella, saliendo intacto de un ataque mortal de parte de la mujer azabache.

— ¡Rimuru-sama! — dijo Carrera, muy feliz de verlo de nuevo.

— ¡Rimuru...! — dijo Satella.

— Siento la espera, ahora todo estará bien — dijo el peliazul — Solo trata de mantenerte alejada de esa mujer, o si no quedarte detrás de mí.

— Está bien, lo tienes controlado, ¿verdad? — preguntó la medio-elfa.

— No hay ningún combate en este mundo al que no pueda adaptarme — asintió.

— ¡Rimuru, aplástale la cabeza a esa vieja, hazlo por mis anteriores muertes! — gritó Subaru, quitándose la sangre de la nariz.

— ¿Muertes, de que hablas chico? — preguntó Carrera.

— Ignóralo, alucina muchas cosas, tiene que controlar un poco las sustancias que consume — dijo el slime, mintiendo groseramente para salvar a su amigo.

— ¡Oye, yo no consumo ese tipo de cosas, no digas estupideces! — se defendió, avergonzado.

— En fin — dijo — Es un placer conocerte Elsa Granhiert, ciertamente no me esperaba que el plan fuera a salir tan bien como para poder encontrarme cara a cara contigo, pensaba que ya estarías muerta.

— "En un principio lo menosprecié, pero ahora que me doy cuenta, a pesar de ocultarla puedo sentir su imponente aura, no va vestido como un Guardia Real, ¿entonces que tipo de forastero es este niño...?" — pensaba la asesina — Me menosprecias si pensaste que estas personas eran capaces de matarme, ¿acaso tú te crees superior a ellas, mocoso?

— Ninguno de ellos es débil, no los insultes — corrigió, serio.

— *Suspira* Llevo un buen rato intentando apoderarme de esa insignia, ¿podríais no alargarme tanto el trabajo? Me aburrí de todos ustedes.

Apuntó con su cuchilla a su nuevo enemigo.

— Tu, niño, tienes una cara muy preciosa — dijo, lamiéndose los labios.

— Vale, ¿y?

— Si eres igual de débil que ellos tres apártate, esta vez te perdonaré la vida.

— ... Te contradices mucho, ¿quién fue la que dijo que estaba siendo menospreciada? Al parecer creo que acabas de hacer lo mismo conmigo — dijo Rimuru, sonriendo — Viendo las cosas...

El slime guardó su katana en su funda, decidió pelear a puño limpio.

— Decidiré humillarte sin armas —.

— Rimuru, ten cuidado, esa loca no es muy lenta que digamos — dijo Subaru.

— Estate tranquilo chico — dijo Carrera — Es imposible que mi señor pierda contra una plebeya como esa bruja, tranquilo, ya podemos dar el combate por ganado.

— *Satella observaba* — mientras su gato volvía a meterse entre su cabellera.

— ... ¡Tu elegiste tu destino, muere! — dijo Elsa.

— "Al fin Ciel, mi primera batalla en este mundo, ¿estuviste muy aburrida cierto?" — pensó Rimuru, con una leve sonrisa.

▪︎ ■ ¡𝗦í 𝗺𝗮𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼! 𝗧𝗮𝗺𝗯𝗶é𝗻 𝗲𝘀𝘁𝗼𝘆 𝗺𝘂𝘆 𝗮𝗹𝗲𝗴𝗿𝗲 𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝘀𝘁é𝘀 𝗲𝗻𝘁𝘂𝘀𝗶𝗮𝘀𝗺𝗮𝗱𝗼 𝗽𝗲𝗿𝗼... ¿𝗽𝗼𝗱𝗿í𝗮𝘀 𝗽𝗿𝗼𝗰𝘂𝗿𝗮𝗿 𝗻𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗽𝗶𝘀𝘁𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗮𝗹 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗶𝗽𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗱𝘂𝗲𝗹𝗼? ■ ▪︎

— "¿Mh? ¿A qué te refieres con-

La azabache se impulsó a gran velocidad contra el slime y ejecutó un corte vertical que cortó su brazo, justo como hizo con Subaru en la otra vida, esta se lo arrancó de una sola cuchillada. Su sangre azul, que en realidad era sustancia de slime, fue esparcida en el aire.

Elsa acabó en el otro extremo del bazar, sintiendo placer de haber acertado su ataque.

— ¡Rimuru! — dijeron Subaru y Satella a la vez, preocupados.

— Vaya — dijo el peliazul, viendo como le cortó el brazo.

— Mucho hablar, pero tampoco eres la gran cosa si ni siquiera has sido capaz de esquivar un ataque frontal — dijo Elsa, sonriendo— ¿Te arrepientes de no haber blandido tu espada?

— Arrepentido no estoy, pero sí que me entra la idea de que habría sido mejor idea — dijo, goteando.

— ¿Qué?

— Te estoy poniendo a prueba idiota — reveló Rimuru — No solo podría haberlo esquivado, si no que de no haber enflaquecido mi piel tú ataque no me habría hecho nada.

— Que tonterías está dicien-

Elsa se interrumpió a sí misma al presenciar como Rimuru Tempest regeneró todo su brazo en un instante, al ser un slime, podía dar uso a su Regeneración Infinita, la cual le permitiría regenerar y sanar cualquier extremidad o parte de su cuerpo sin importar los daños. Pero no solo ella fue la que se impresionó, exceptuando a Carrera, todos los demás también estaban impactados ante tales poderes de regeneración.

— Quiero disfrutar del combate, ¿sabes? No quiero matarte al instante, quiero ver de lo que eres capaz, así que recibí daño a propósito — dijo el slime —.

— ...

— ¡Adelante Elsa Granhiert, ven a por mí, yo, Rimuru Tempest, prometo no hacer de este combate una miseria!

— Tch...

— ... *Sonríe* —.

Siguiente capítulo:
Rimuru vuelve a alzar el vuelo

꧁༒꧂

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