༺ Comienzo de la busqueda ༻
Narrador Neutro
Anteriormente, nuestros protagonistas ahora acompañados finalmente se reunieron en cierto punto del Reino de Lugunica, sin embargo, los problemas no cedían y la traviesa amiga del slime quiso separarse de ellos por una razón desconocida. Ahora, tratarían de encontrarse con ella y no soltarla para evitar una nueva huida.
— ¿Como era que se llamaba...? ¿Milim? ¿Qué relación tienen ustedes dos? — preguntó el peligris.
— ¿En qué sentido preguntas eso? — dijo Rimuru seriamente — Milim es amiga mía, no malinterpretemos las cosas...
— ¿Seguro? — dijo Natsuki, acercándose con una cara pervertida.
— Cállate, ella es demasiado inmadura, no estaría tranquilo a su lado — dijo Rimuru — Al menos eso es lo que pienso ahora.
▪︎ ■ ¿𝗔 𝗾𝘂é 𝘁𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗶𝗲𝗿𝗲𝘀 𝗰𝗼𝗻 "𝗮𝗵𝗼𝗿𝗮", 𝗥𝗶𝗺𝘂𝗿𝘂...? ■ ▪︎
— "¡¡¡Ah nada, nada, no me refiero a nada tranquila jeje!!!" — dijo el slime, mintiendo para evitar los celos de Ciel — Cambiando de tema, supongo que no me queda de otra que usar esto para traerla hasta aquí.
Sacando materia de su cuerpo y juntándola, Rimuru Tempest materializó una gran sustancia de lo que parecía ser miel, su amarillento color abrillantado era tan hermoso que con tan solo verla alguien ya deducía que debía contener un sabor exquisito.
— ¿Miel, que vas a hacer con miel?
— Mejor dicho que hará ella cuando huela su olor — dijo el slime, esperando.
— ¿Eh?
Tan rápida como una bala, Milim Nava regresó de donde sea que se estaba entreteniendo hasta donde se hallaba Rimuru Tempest, ahí Subaru y Satella comprendieron que la dragonoid adoraba más que nada en este mundo esa miel que Rimuru llevaba consigo, podría servir fácilmente de sebo para personas como ella.
— Eso fue rápido... — dijo Natsuki, a lo que los demás estuvieron de acuerdo — ¡Esa niña tiene el olfato de un lobo...!
— ¿Porque la llamas niña? — preguntó el dragón de la tormenta, de brazos cruzados.
— ¿Uh, tiene algo que ver contigo...? — confuso.
— Es mi sobrina.
— Q- ... ¿en serio? —.
— Si, es la hija de un hermano mío, y te puedo asegurar que tiene miles de años más que tú —.
— ¿¡Miles?! Oh claro, ella también es una dragona, "¿con cuántos dragones me voy a encontrar más adelante...?" — pensó el chico de cabello gris.
— Y... tanto que te burlaste pensando que era una niña te diré lo siguiente chico, escucha con atención: Milim tiene una forma de combate donde tiene su cuerpo femenino mucho más desarrollado — dijo Veldora.
— ¡! "¿¡Esa niña?!" —.
— ¿Te interesa ahora sabiendo eso? — sonriendo.
— N-n-no me interesa, no soy un hombre tan fácil de manipular — dijo Subaru, riéndose nerviosamente.
— "Si que le interesa" — pensaron el dragón y la medio elfa a la vez.
Regresamos con ellos.
— ¿Me podrías explicar que estabas haciendo...? — preguntó Rimuru — Si no respondes con sinceridad no te daré la miel.
— ¡Estaba... estaba- estaba intentando calmar a un ciudadano que me veía raro...! — dijo la pelirosa, hipnotizada por la miel.
— "¿Calmar...?" Que hiciste con él —.
— ¡No lo sé! Cuando me acerqué empezó a retroceder y me suplico de dejarlo vivir, no le hice nada, pero acabó dándome dos monedas — dijo la dragonoid.
— "Probablemente se asustó por el aura que emite esta chica" — pensó el slime, molesto — ¿Aterrorizaste a un humano inocente y encima le robaste dinero...? Sabía que a veces te comportabas de manera muy cruel, pero esta vez te pasaste...
— ¡No es eso! — nerviosa — Le dije que no necesitaba esas monedas y aún así me las dio-
— ¡Mientes! Estoy seguro de que te habrás ido sin remediarle más palabra, tú siempre eres así — le riñó, evitando que agarre la miel que tenía en su mano.
— ~¿Soy el único que a pesar de su edad sigue viéndolos como niños de cinco años discutiendo...?~ — susurró Subaru.
— *Satella y Veldora asienten* —.
— ¡Rimuru-sama, te lo suplico, tengo hambre! — dijo la dragonoid, llorando cómicamente.
— ¡¿Hambre?! ¡No seas mentirosa, estuve todo el trayecto persiguiéndote porque no parabas de comer, y no creas que por referirte a mí con más respeto hará que ceda ante ti! — dijo — En los próximos dos días te prohíbo comer miel, así para que aprendas una lección.
— ¡¿Que?! ¡¡¡No puedes hacerme algo así, ten algo de compasión conmigo Rimuruuu!!! — exclamó la dragonoid.
— ... ... *escuchándolos* ... ¡Oye, parad ya de pelearos, tenemos que irnos! — dijo Subaru, observándolos.
Sin apartarse para prevenirlo, Rimuru recibió una embestida de la dragonoid presa de su enojo, no obstante, esta chica de cabello rosado cayó encima suyo a propósito para acorralarlo, no se rendiría hasta beber de esa rica sustancia de miel que el slime tenía entre manos.
Sin esperarse el repentino movimiento de su amiga, las pequeñas gotas de miel cayeron en la mejilla de Rimuru, y Milim no se lo pensó dos veces y le lamió esa parte del rostro para saciar su hambre con la miel. Subaru y los demás estaban impactados ante la acción de la chica, mientras que el slime obviamente ruborizado.
— Milim, porque hiciste eso, hay gente viéndonos... — dijo Rimuru, avergonzado.
— ¡Lo conseguí! — lo ignoró, se levantó y celebró.
— *Suspira* —.
— ¿Conque aprovechándote de las mujeres con la comida, eh Rimuru...? — dijo Subaru, con aura siniestra de envidia.
— ¡N-no es lo que piensas! — enojado.
▪︎ ■ 𝗥𝗶𝗺𝘂𝗿𝘂... 𝗹𝗮 𝗽𝗿ó𝘅𝗶𝗺𝗮 𝘃𝗲𝘇 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼𝘀 𝘃𝗲𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 𝗳í𝘀𝗶𝗰𝗼 𝘁𝗲𝗻𝗱𝗿𝗲𝗺𝗼𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗹𝗮𝗿𝗴𝗮 𝗰𝗵𝗮𝗿𝗹𝗮... ■ ▪︎
— "Hay no..." — atemorizado.
✞ ✞ ✞
Narra Rimuru
Un par de minutos después de lo sucedido, nos desplazamos a la plaza de la fuente para concentrarnos en nuestros nuevos objetivos, libere a Milim Nava para conseguir más ayuda y compañía, mientras que Subaru y Veldora conocieron a esa medio-elfa por una razón que desconocía, debían explicarse para entender sus motivos, y eso fue lo que hicieron.
— Ya veo Satella, entonces le pediste ayuda a ellos dos porque perdiste tu preciada insignia — resumí la situación — ¿Porque me siento familiarizado con este problema...?
▪︎ ■ 𝗔𝗱𝘃𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮: 𝗣𝘂𝗲𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲 𝘁𝗿𝗮𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗶𝗻𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝗾𝘂𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗻𝗶ñ𝗮 𝗿𝘂𝗯𝗶𝗮 𝗹𝗹𝗲𝘃𝗮𝗯𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘀𝗶𝗴𝗼, ¿𝘁𝗲 𝗮𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗲𝗹𝗹𝗮? ■ ▪︎
— "La que se cruzó con nosotros cuando intimidamos a aquellos bandidos... tiene que tratarse de ella, dijo que estaba apurada" — pensó Rimuru — ¿Por casualidad te lo robó una niña de cabello corto y rubio?
— ¡Sí! — asintió Satella — Todavía no sé cómo la encontrasteis, pero es una ladrona demasiado hábil y escurridiza, llevo desde esta mañana buscándola, pero no hay modo.
— Mh... Milim, tú estuviste un buen tiempo paseándote por la ciudad, ¿viste a una niña con esa apariencia? — le pregunté a la Rey Demonio.
— No, no vi nada — contestó.
— Entonces significa que ya no está rondando por aquí, supongamos que se habrá priorizado en escapar lo más lejos posibles, ¿entonces qué ruta es la más rápida?
— "¡Maldita sea, este slime sí que tiene dotes de líder...! Voy a ponerme serio" — pensó Subaru — Pues entiendo que se habrá resguardado en algún lugar complicado de localizar, ¿no?
— O si no es el caso un lugar muy poco visitado — agregó Veldora.
¿Muy poco visitado...? Creo que las ideas empiezan a aparecer en mi cabeza, primero debo comprobar si lo que escuché con anterioridad era cierto, todavía no comprendo la organización de este reino, pero unas cuantas respuestas ya eran suficientes para poder ubicarme en un mapa.
— Satella, este reino se separaba por niveles de poder, ¿verdad? Me refiero en términos de riqueza — le pregunté.
— Si — asiente — ¿Pero porque la pregunta?
Ya veo, entonces la teoría es bastante creíble, al fin y al cabo es una niña, no tendría una licencia o las agallas para viajar sola, por muy experimentada que sea sigue siendo menor de edad, pero si realmente se halla en Lugunica entonces deberá ubicarse en los límites de la ciudad.
— ... "Ciel, amplifica Sentido Universal al máximo, recordando el aspecto de esa ladrona, será aún más fácil localizarla" — le dije.
▪︎ ■ 𝗘𝗻𝘁𝗲𝗻𝗱𝗶𝗱𝗼 ■ ▪︎
▪︎ ■ 𝗟𝗮 𝗻𝗶ñ𝗮 𝗲𝘀𝘁á 𝗹𝗼𝗰𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗱𝗮, 𝘀𝗲 𝗲𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗲𝗻 𝗹𝗼𝘀 𝗯𝗮𝗿𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗯𝗮𝗷𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝘀𝘂𝗿, 𝗮𝗱𝗲𝗺á𝘀 𝗲𝘀𝘁á 𝗲𝗻 𝗰𝗼𝗻𝘀𝘁𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗺𝗼𝘃𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼, 𝗻𝗼 𝘀𝗲 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗴𝘂𝗮𝗿𝗱𝗮𝗿 ■ ▪︎
Al sur, oh claro, esa fue la dirección en la que se escapó la primera vez que nos encontramos, gracias Ciel.
— Sé dónde está — dije — Seguidme, no tardaremos mucho en llegar.
— ¡Vayamos! — dijo Milim.
— Esperen un momento — dijo Subaru — ¿como sabes dónde está?
— Digamos que se me da bien percibir personas en un gran entorno — dijo, empezando a caminar — Por cierto, me gustaría que regresaras a mi, Veldora, ya has hecho un buen trabajo.
— Siendo sincero me negaría pero no presiento que se aveciné un combate complicado, así que libérame cuando encuentres a algún rival digno, ¿de acuerdo? — dijo el dragón de la tormenta.
— Si si, como tú quieras — sonreí.
— Para eso ya tiene a su MEJOR amiga, no hace falta Veldora, tú puedes quedarte observando desde las tripas de Rimuru como saco a deslumbrar mi poder — dijo Milim, a modo de burla.
— Di lo que quieras dragonoid pero todos sabemos cuál es el amigo al que más adora el gran Rimuru, ¿no es así, mi amigo del ALMA? — me preguntó.
— Eh...
Antes de poder responder, sentí como Milim abrazó mi brazo derecho para acercarme a ella, oh no, creo que ya se lo que va a suceder.
— Yo creo que mi MEJOR amigo no está de acuerdo con lo que dices porque ya me tiene a mí a su lado, ¿no es así... Rimuru? — dijo la pelirosa, sin borrar su falsa sonrisa mientras tiraba de mi brazo.
Por favor... quiero irme de aquí, ¿de verdad deben pelearse por algo así? ¡Subaru, ayúdame...!
Tan rápidamente como predije, el dragón de la tormenta me agarró por el otro brazo, evitando que me partan en dos con su monstruosa fuerza anulé mi forma humana para poder ser irrompible al ser un slime. Maldita sea, ¡no tenemos tiempo para esto!
— ¡A mi me parece que mi gran amigo del ALMA tampoco quiere quedarse al lado de una dragonoid descuidada como tú...! — dijo Veldora.
— ¡Deténganse! — dije molesto, siendo estirado.
— Demonios, realmente si que eres un slime — dijo Subaru, viéndome — ¿Es más cómodo tener ese cuerpo?
— S-si... puedes rodar, saltar mucho y descansar en el regazo de muchas mujeres, aunque eso último no tuve que decirlo... — dije.
— Rimuru — dijo la medio elfa.
— ¿Ocurre algo? — pregunté.
— De vuelta al asunto principal, esa niña a la que estamos buscando ya era reconocida por robar otras reliquias, muchos ciudadanos de por aquí la conocen, y... siendo tan complacida de buscar me negué a acudir en la ayuda de otros porque realmente no se veían tan fuertes como para ser dignos de encontrarla — explicó — Tenía miedo de que cuando hallara a aventureros fuertes como lo son ustedes estos se negaran a ayudarme, así que...gracias...
— ... *Sonreí* Podrías haber acortado todo en solo decir gracias — dije — Pero nosotros también necesitamos dinero, haremos lo que sea por ello así que no nos los agradezcas.
— Está bien — sonrió también.
Regrese a mi forma humana y consumí a Veldora una vez que esté me soltó, ahora éramos cuatro.
— Bien, no perdamos más tiempo, andando — dije.
Los tres asintieron, sin embargo, la medio-elfa se vio obligada a detenerse al notarme parado, se volteó, sabiendo que la miraba con extrañeza.
— ¿Sucede algo? — preguntó.
— ... Tu nombre no es Satella, ¿verdad? — dije.
Noté como se estremeció, confirmé que estaba usando un apodo.
— ¿Porque preguntas eso...?
De haber dicho la verdad podría haber contestado que utilicé la habilidad definitiva compartida de Veldora, llamada Nyarlathotep, a demás de diversos efectos, podríamos decir que me permite saber la verdad absoluta, tanto de eventos que suceden en este mundo como información.
No obstante, la razón por la que no estudio este universo es porque le veo injusto, prometí entretenerme con otra aventura, aún con mis poderes actuales nunca encontraré a un rival digno, pero por lo menos necesito distraerme, aprendiendo nuevas cosas en otra dimensión a la que no pertenezco.
Sé cuál es su nombre, pero sus niveles de confianza hacia mí disminuirán en exceso, no diré nada.
— Olvídalo, es una imaginación mía — le dije, empezando a caminar.
— ...
La medio-elfa se quedó observándome, no entendía como lo descubrí. Quizá me estaba menospreciando al ser un slime.
Cuando ya estaba lo suficientemente lejos de ella como para escucharla, un gato blanco apareció de la nada y le dirigió la palabra, al parecer, tenía un compañero secreto.
— ¿Puede leer la mente...? — preguntó el gato — Ese slime sí que es muy interesante.
— ... Eso parece... — dijo la chica de cabello plateado — Puck, vuelve.
✞ ✞ ✞
Narrador neutro
El dragón de la tormenta se halló en el espacio imaginario, Rimuru Tempest lo consumió poco después de completar su misión de ayudar a Natsuki, por lo que ahora lo que tocaba esperar pacientemente a que el slime lo volviese a liberar. Afortunadamente, no se iba a sentir solo allí gracias a otra entidad que lo visitó.
— ¿Como te va Ciel? Veo que has estado ayudando mucho últimamente al gran Rimuru — dijo Veldora.
— Si — asintió — Han sucedido muchas cosas en muy poco tiempo, así que me toca esforzarme un poco más por mi maestro.
— El mismo dijo que no te excedas, incluso una entidad con emociones como tú tiene sus propios límites, por mucho que no lo diga Rimuru Tempest se preocupa mucho por ti — dijo.
— N-no creo que solo sea preocupación suya... — dijo, sonrojándose — Creo que es por necesidad.
— No digas eso, mi amigo del alma nunca te va a ver como una herramienta, ni siquiera cuando todavía no tenías nombre — dijo Veldora — De todos los que estamos metidos en esta situación tú eres la que menos debe sentirse impotente, sin ti Rimuru no sabría lo que hacer, te debe la vida.
— Soy consciente de ello — respondió la peliazul — Por cierto, la próxima vez que Rimuru-sama te libere trata de mantenerlo alejado de momentos tan vergonzosos como el que tuvo con esa dragonoid.
— ¿Mh, porque haría eso? Aparte de ser vergonzoso también pudimos reírnos, de vez en cuando no viene mal darle un poco de comedia a nuestra nueva aventura, ¿no crees? — dijo — ¿O es que acaso algo te molesta?
Ciel se cruzó de brazos, procediendo a hacer un tierno puchero.
— No me gusta que se le monte una chica encima —.
— Oh, ah, ya sé, je je — se rio Veldora — Tu y tus celos no van a dejar de sorprenderme, recuerdo que hubo una vez en donde anulaste la inmunidad al alcohol para castigar a Rimuru por haberse emborrachado con las mujeres de Tempest, fue divertido, pero también cruel de tu parte.
— Se lo merecía...— dijo con las mejillas infladas — ¡Y además n-nunca dije que estuviera celosa, no vayas deduciendo cosas...!
— ¿Que será si no? — dijo Veldora — ¿Sabes? Puedes sentirte aliviada porque hasta un dragón que puede saber la verdad absoluta como yo no consigue entender cuál es el amorío que tienen entre ustedes dos.
— ... — Ciel miraba hacia otro lado.
— ¿No tienes pensado algún día aclarar tus sentimientos? —.
— ¿Aclarar mis sentimientos?
— ... *Suspira* El momento en el que entiendas a lo que me estoy refiriendo llámame, estaré encantado en ayudarte — dijo el dragón.
— ... Está... bien — asintió Ciel, confundida.
꧁༒꧂
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro