Cuidado, se te nota el pasado
El lunes siguiente no asistió, ni lo hizo su hermanastro, Eren.
Pero para mí las cosas no podían ir peor, el día se acercaba, el primer aniversario de la muerte de mi madre habría de tomar lugar un 19 de Agosto , y mi padre , ya enfermo de los nervios, recitaba una y otra vez que Analisse está en un mejor lugar, como si fuera un maldito tipo de mantra. En casa se sentía un ambiente deprimente y casi insoportable.
Hank no era un mal hombre, la vida lo había golpeado demasiadas veces, pero a veces podía ser un poco.. intenso. Había cambiado mucho desde hace un año.
Solía ser un padre ejemplar.
Y mi vida no solía ser mierda.
Llegó el miercoles, Mikasa seguía sin asistir y tampoco iba a entrenar, sus amigos se comenzaban a preocupar.
Armin, el pequeño nerd del salón, y al parecer uno de los mejores amigos de Mikasa y Eren, había dicho que su inasistencia se debía a que ambos pescaron un resfriado, pero luego de unos minutos de poner esa sonrisa de imbecil y cuando pensaba que todos le creían, volvía su mirada de tristesa y soledad.
Como si recordara algo realmente doloroso.
Gran error Arlet. Di gracias a mis buenas habilidades para leer a las personas y mis costumbres de observar a la gente hasta hacerlos incómodos . Aunque sinceramente, amo hacerlo.
Tal vez mis ruegos por que Ackerman fuera arrollada por un camión se habían hecho realidad.
Claro, estos habían sido en son de broma.
Me encaminé hacia el gimnasio de mi padre esa misma tarde , pero entonces recordé la mirada de Arlet , y luego, solo habían imágenes y sensaciones.
Mikasa besando mis labios.
Mikasa tomandome por la cintura.
Mikasa arrodillada frente a mi.
Mikasa.
Mi mente iba y regresaba hasta los recuerdos de hace tres años.
Cuando la vi por primera vez, cuando intentó acusarme de haber robado su bufanda roja, cuando su pintura ganó el segundo lugar y rompió la mia por que yo fui quién le ganó.
Cuando alcé la mirada ya había llegado a el gimnasio y mi padre me esperaba como todos los miercoles , en la recepción.
Giré sobre mis talones, con el corazón tan acelerado que creí que se saldría de ahí en algún momento, volví a revisar mis posibilidades:
'Ir a la casa de los Jaegers y ver que mierda pasaba con esa niña engreída o ir al gimnasio y evitarme una paliza por saltarme el entrenamiento.'
Maldita seas Ackerman.
Toqué el timbre dos o tres veces antes de escuchar movimiento dentro de la casa, la cuál era bastante grande , el padre de Eren era médico y ganaba más que bien.
Eren abrió y en seguida me ofreció esa cara estupida de sorpresa que tiene. Bueno, no todos los días la enemiga natural de tu hermana llega a tu casa .
Aclaré mi garganta haciendo notar que aún existia , o que se moviera, no se, y luego de unos segundos comprendió y se hizo a un lado para dejarme pasar.
-¿Quién es, Eren?
Armin Arlet estaba en la sillón de la sala con un libro en las manos y frente a él la tele encendida.
Enseguida me dió una sonrisa timida.
- Bueno , definitivamente no el de las pizzas-dijo Jaeger aún en sorpresa.
Armin le lanzó una mirada de reprimenda pero enseguida volvió a mi.
-Annie! Que sorpresa, no sabía que vendrías.
-En realidad tampoco yo- Admití- quería ver a Mikasa.
Eren que había regresado a su posición natural ( osea tirado en el sillón) se tensó al tiempo que mencioné a su hermana y Arlet solo atinó a agachar la cabeza un poco y poner esa mirada triste , igual que en la mañana.
-No creo que...
-Eren- lo interrumpió Armin- talvez ella lo consiga.
¿Conseguir?
-Solo... recuerda lo que dijo la otra vez, "ella entendería".
Eren lo miró no tan convencido y luego alzó la vista para mi. Casi pude ver desesperación en sus ojos.
- La última habitación a la derecha. Sube.
Lo miré por unos instantes sin comprender mucho , yo lo entendería ? conseguir que exactamente?
-Solo no la presiones , está... algo sensible- agregó Arlet.
Asentí inseguramente y me dirigí a la segunda planta de la casa, todo tenía ese aspecto vintage y olor a desinfectante.
Nada en común con el pequeño y poco aseado departamento que compartía con Hank a pocas calles del gimnasio .
La puerta estaba entreabierta y se escuchaba asleep de Smith, sin tocar empujé un poco la puerta y vi un bulto enrollado en mantas rojas en la cama junto a la ventana.
La bufanda característica de Ackerman rodaba en el pisó , descartada como si fuera basura.
Al escuchar mis pasos el bulto se dignó a mirarme y madre mía , era la primera vez que veía a Mikasa Ackerman hecha un desastre.
Tenía terribles ojeras bajo sus orbes grises y el lápiz labial rojo contaba con llegar hasta su barbilla.
Al principio parecía sorprendida , pero luego de unos segundos volvió a su típica cara de pocker.
-¿Que haces aquí, Leonhardt?
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