Capitulo 30
Kanda...
-Ah~
Mierda... estaba perdiendo la cordura y no habíamos pasado de los besos, pero aún así ese jodido Moyashi ya me esta llevándome a mi límite.
-Kanda... estas en celo?
-Aun estas a tiempo de huir...- mi voz eran tan gruesa que sentí como tembló todo su cuerpo.
-Es lo que quieres?- preguntó con descaro.
-Sabes que no...- susurre con trabajo.
Apretaba fuertemente sus puños y mordía su labio inferior mientras evitaba hacer contacto visual conmigo. No tardo mucho en rendirse y en cuanto nos miramos sentí mas fuerte esa atracción sobre mi.
Era un instinto tan puro, salvaje y animal... nuestros cuerpos solo querían sexo, después de todo el rechazo que habíamos estado forzando... pero estábamos cediendo ante ese deseo abrumador.
Fui el primero en avanzar, me pare muy cerca de él tomándole de la cintura y pegándome totalmente a su cuerpo, sentí su erección y me abrumo el tener su aroma tan cerca.
-Porque hiciste esto hoy?- pregunto con voz ronca.
-Quería...- realmente ya no era importante a que vine- estar aquí...
-Enserio?
-Y tu... porque me seguiste?
-...- dudo un poco en contestar- tu aroma es increible, pero quiero mas que eso...- solté el aire bruscamente- que es lo que me hace desearte tanto?
Tomé aire e inspire su aroma, cuando lo que debí hacer es salir corriendo de allí. Sentía como mi cuerpo se apresuraba por emparejar su temperatura, sus ojos ardían con tanta intensidad que me resultaba imposible dejar de mirarlos. El latido de mi corazón retumbaba y juraba que podía escuchar el suyo.
Su aroma y su presencia impregnaban el lugar a tal punto que podía casi saborearlo, y era lo único que deseaba; lo deseaba de un modo visceral.
Note su boca sobre la mía y no se quien dio el primer paso, pero tenia en claro no oponer resistencia. Nuestros besos eran bruscos y tiernos a la vez. Enterro sus dedos entre mi cabello y lo desato dejando caer todo mientras arrojaba mi listón por algún lado, y yo me pegué a él al máximo; sentía sus brazos aferrándose a mis hombros, aplastandome contra él.
Mis sentidos empezaban a fundirse en uno solo, su aroma me resultaba tan delicioso que incluso era insoportable, tenia una sensación de tener el cuerpo en llamas y que solo si me morirá me proporcionaría alivio.
Lo besé con fiereza, y casi jugando presione los dientes sobre sus labios, no pretendía morderlo, pero tente terreno para saber si podía hacerlo.
Allen gimió, y el sonido se expandió en un escalofrío por mi cuerpo, de buena gana me dejaría hacer lo que quisiera... pero claro que a cambio necesitaba lo mismo de mí.
Todo en Allen estaba concebido para que lo deseara tanto como el a mí, de verdad quería complacerlo en lo que me pedía... pero algo en mi mente hizo clic, no podía dejarme llevar por el celo.
Sin ser brusco cuando se termino el beso trate de alejarme de él, mi cuerpo aun se negaba en dejar el lugar y simplemente seguir lo que había empezado; pero no podía... no podía arruinar todo.
Estaba a punto de logar mi cometido pero Allen se dio cuenta de mis intenciones. Me sujeto sin mucha fuerza de las muñecas y su mirada había cambiado completamente a una de suplica, gemí sintiendo el mismo dolor, pareciendo casi un abandono.
Trate de poner resistencia pero en medio del forcejeo, caímos sobre su cama. Me detenía entre su cuerpo y la cama, poso sus manos sobre mis pecho y sentí su respiración muy cerca de mi cuello; era entre contada y trabajosa... parecía luchar con si mismo.
Beso mi hombro, que estaba descubierto por él como el se aferraba a ella y retuve el gemido. Volví a quedar preso de él, la forma en que se insinuaba con pocas acciones me debilitada ante su deseo.
Me aferre a su camisa y deje que me besara, seguía su ritmo y cada vez me sentía mas caliente; había olvidado mis razones pare negarme, solo quería dejarme llevar por ese omega.
Allen rozó deliberadamente con la nariz mi cuello, era una zona débil aún para nosotros los alpha, el tener expuesto el cuello era una declaración de amor y confianza para su pareja.
Entonces ya no pude evitarlo, lo necesitaba con urgencia. Lo recoste totalmente sobre la cama y levante su camisa hasta arriba de su pecho, dejaba pequeñas marcas sobre su abdomen y pecho, pero sentí su desesperación.
Lo solté y el solo se deshizo de su camisa, volvió a besarme y enredar sus dedos en mi cabello. Disfrutaba todo lo que hacía, pero quería más. Deslice mis manos por dentro de su pantalón y apreté un poco su trasero, provocando que se separara de mi boca y gimiera.
-Estas listo- le pregunté al oído mientras aún se recuperaba de los escalofríos de su cuerpo.
-Si... hazlo ya- me suplico con un rostro demasiado provocador.
Sonreí con malicia. Le quité las últimas prendas que le faltaban y me quedé un momento observando su cuerpo, aunque ya habíamos estado en estas condiciones... se sentía como si fuera nuestra primera vez.
Allen me empujó, sentándose en cuclillas sobre mí, de manera lenta empezó a quitarme la camisa mientras daba pequeñas fricciones sobre mi miembro que me hacían gruñir en advertencia.
Cuando por fin quedamos en las mismas condiciones, ambos estábamos tan centrados en marcar el cuerpo del otro que cuando decidí llevar todo al siguiente nivel, él se sonrojo de golpe mientras ocultaba su rostro con mi playera que él mismo me había quitado.
-Que pasa Moyashi? Avergonzado?- pregunte mientras terminaba de meter mi primer dedo en su entrada.
-Es que... -se tapó todo el rostro para cotñntestar- se siente muy bien...
Mierda...
Le arrebate la playera, quería ver su rostro diciendo eso, quería verlo derretirse por él como lo tocaba.
Metí otro dedo, su entrada estaba demasiado lubricada y so aroma se estaba haciendo muy intenso, así que quería apresurarse antes de que alguno pierda la cordura.
-Basta...- detuvo mi mano- te quiero dentro...
Saque mis dedos con cuidado y me posicione entre sus piernas, volví a besarlo, juntaba nuestras lenguas dentro de si boca y empecé a dominar el lugar con mi aroma, quería distraerlo, quería que pensara en otra cosa, porque esto no sería como la última vez.
Como alpha él se estaba preparando para hacerlo suyo por todos los medios y era claro que la marca iba ligada con otro aspecto... quería ayudarlo.
Mientras Allen estaba distraído y algo abrumado, fue cuando tomé mi oportunidad, ajuste mi miembro a su entrada y cuando mordí un poco su labio y sentí que se había relajado, lo penetre de una estocada.
-AAH! mgh... -algunas lágrimas se escaparon de su ojos violetas que limpié enseguida.
-Lo siento... mmh... pero de esta manera te acostumbraras más rápido.
-Es... demasiado grande- se toco el vientre y se movió un poco por reflejo y eso nos provocó un gemido a ambos.
-No te muevas... aún no- lo sostuve de la cadera y recargue mi frente en su pecho, necesitaba contener mis ganas.
Pasamos unos minutos de esa manera entre besos y mordidas, hasta que cerró sus piernas sobre mi cintura y sus manos se aferraban a ese agarre.
-Ya estoy bien...- me dijo algo sonrojado.
De verdad que sabía como hacerme perder la cordura.
No me contuve más y empecé el vaivén, trate de ir lento pero definitivamente era imposible, tener una imagen tan erótica de Allen tan cerca y tratando de no gemir muy fuerte, era casi una invitación a que hiciera todo lo contrario.
-Allen...- dije su nombre sin pensarlo, ya ni siquiera podía pensar bien, solo quería dominarlo y hacerlo completamente mío.
-Ah... más.... más... mhg Ah...- se retorcía debajo de mi, sus brazos cedieron y se dejo caer completamente a la cama.
Tome una de sus piernas y sin salir de él, hice que volteara su cuerpo, lo puse en cuatro y recargue mi peso sobre su espalda, él dejó caer su rostro sobre la cama dejando su trasero al aire.
Me dejé llevar un poco y sin pensarlo lo penetre con toda mi fuerza, oía sus gritos y gemidos a lo lejos, estaba temblando del placer al haber logrado meter el nudo dentro de él, pero algo me detuvo.
-Yuu...- fue lo único que pude oír entre gemidos y fue lo que me hizo regresar.
Trataba que la neblina del celo se dispersara, pero no lo lograba en su totalidad, trataba de ver si le había hecho daño, pero no... su vista estaba igual de perdida que la mía... así que decir mi nombre le salió natural.
-Ey Allen...-trate de llamar su atención.
-Mmh...
-Es el momento...- le susurre mientras lamia su cuello.
-Ah... si, yo... lo deseo...
No lo pensé más y cuando sentí el nudo ajustarse a Allen, mi mente quedó en blanco. Lo mordi.
Sentí ese escalofrío por todo el cuerpo, mi olfato se vio abrumado por el aroma de flores de loto y tuve que cerrar los ojos por un momento del golpe tan frenético de placer que sentí.
Nos habíamos venido al mismo tiempo, pero todos mis sentidos estaban tan abrumados que estaabmosnpoco concientes de lo que había pasado... solo estaba seguro de una cosa.
Ya existía el vínculo...
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