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❝𝗥𝗼𝘂𝗴𝗵❞

❝No podía decirte esto, pero tú me gustabas.❞

¿Alguna vez te has enamorado?

¿Alguna vez soñaste con estar con esa persona que tanto deseabas?

¿Alguna vez...

Beomgyu era un beta de dieciséis años, un chico que mide ciento setenta y ocho centímetros, que tenía cabellera castaña, ojos color café y una gran personalidad. Toda su vida había vivido con la idea de que él, a diferencia de los alfas y omegas que había a su alrededor, no tendría una persona con quien compartir su vida y futuras.

Él era el único beta en su familia, mientras que a sus hermanos le contaban historias sobre un alfa y un omega que habían sido unidos por la madre luna antes de dormir, a él...

A él simplemente le daban un beso y le deseaban las buenas noches antes de apagar la luz de su cuarto y dejarlo descansar. Su madre era una hermosa omega que trabajaba como abogada; su padre, un gran alfa de sangre pura, un empresario. Luego estaba su hermano mayor, un chico alto que había resultado ser alfa, y sus hermanos menores, ambos omegas.

Todos eran un orgullo para la familia, excepto él, era un bueno para nada y el que sea beta no ayudaba. Nunca había sobresalido en algún deporte ni en algo académico, sus padres no lo decían pero estaba seguro que estaban decepcionados de él.

Su vida había sido un desastre hasta que conoció a un alfa que lo cambió todo. ¿Crees en el destino? Beom no lo hacía, no hasta que se topó con Choi Yeonjun.

Era como si lo hubiera conocido desde hace mucho tiempo, cuando sus miradas se conectaron pudo sentir cómo su corazón se aceleró y un sonrojo se adueñó de su rostro.

Un alfa de perfil intimidante, ojos avellana, cabello negro y personalidad calidad. Aquello era Yeonjun, un chico que logró cautivar su corazón. La primera vez que se conocieron fue en su institución, ambos habían sido castigados y se debían quedar hasta tarde en el aula de detención.

Lo que a primera vista pudo haber resultado una tortura, terminó siendo lo contrario.

Beom, al ser beta, no contaba con un lobo interior, pero si tuviera uno, juraba que se estaría moviendo feliz por todo su ser.

❝Como un sueño hecho realidad, como un milagro.❞

Gracias a aquel encuentro, se volvieron inseparables. Muy buenos amigos. Casi como una pareja.

Y por Beomgyu, no hubiera problema. Sin darse cuenta, se había enamorado de su mejor amigo.

Un día, antes de que las vacaciones de medio año estuvieran por comenzar, el beta decidió declararse. Con una carta en la mano, y con su corazón en la otra, se acercó al pelinegro que se encontraba en la parte trasera de su colegio.

—Junnie... –lo llamó en un susurro.

Aún lo recordaba como si hubiese sido ayer, su corazón latía bruscamente contra su pecho y su nerviosismo le impedía intentar pensar de una forma clara.

—¡Gyu! ¿Por qué tardaste?

Ese día tal vez hubiera sido el mejor de su vida, si no fuera por la noticia que le dijo el mayor antes de que pudiera confesar sus sentimientos.

—Acabo de encontrar a mi pareja destinada.

Un fuerte dolor se posó en su pecho. Dejó caer la carta y con ella, todas sus esperanzas. ¿Por qué debía doler tanto?

—Oh, felicidades.

Lo decía con sinceridad, estaba feliz por el mayor. Según lo que había escuchado, el encontrar a tu pareja elegida por la luna era algo muy difícil, no obstante, si la llegabas a conocer, sería la mejor experiencia de tu vida.

—¿Estás bien?

No. No lo estaba, se odiaba. Él lo sabía, sabía que enamorarse no era lo suyo, aún más si se trataba de un alfa u omega. Pero aún así, se había ilusionado.

Separó sus labios con la intención de responder, pero ninguna palabra salió de estos. No había manera de que pudieran estar juntos, mucho menos cuando el alfa ya había hallado a su pareja.

Si tan solo hubiera sabido que a partir de ese momento su amistad con él se dañaría, no habría ido.

❝Hay pequeños espacios entre nosotros, somos como dos líneas paralelas.❞

No lo vio en todas las vacaciones, los planes que tenía con él fueron postergados o cancelados. Al parecer su pareja quería pasar tiempo con el Alfa y éste no se pudo negar, ¿sería bonito ser mimado por Yeonjun? Tal vez sí.

Cuando volvieron a clases, las cosas no mejoraron, ¿él cómo iba a saber qué el omega del mayor estudiaba con ellos? Cuando entró al salón de clases con la esperanza de que siguieran con sus viejas costumbres se encontró a un omega en su sitio.

—Oh, lo siento por no preguntar –se disculpó aquel chico–, pero mi alfa se sienta aquí, entonces quise sentarme junto a él.

Se quedó atónito en su sitio, conocía a aquel omega, su nombre era Kang Taehyun. Un chico de un metro setenta y siete centímetros, cabello azabache y ojos color miel.

—¡Gyu!

Dirigió su mirada a la puerta, un gran malestar se posó en su pecho y, aunque Choi le gustaba, no pudo evitar apartar su mirada.

—No veo problema alguno, yo me sentaré en otro lado.

Dijo eso y se marchó al fondo.

¿Por qué le seguía doliendo tanto? Miró donde antes se sentaba y se sorprendió cuando encontró a Yeon viendo a su dirección. El Alfa lo saludó con la mano pero, como lo hizo antes, solo miró hacia otro lado.

Los días pasaron, cada vez se volvía más difícil estar junto a él, simplemente creía que se estaban alejando.

Cada día que pasaba se sentía peor, llegó a tal punto de evitar a todos pues no soportaba el que le preguntaran porque estaba pálido, porque había bajado de peso, porque tenía ojeras...

No lo soportaba, incluso llegó a pelear con su hermano mayor y con la pareja de éste, se sintió fatal después de aquello. Pues ambos siempre eran muy amables con él, no podía creer que les había gritado. ¡A Soobin y a HueningKai! ¿Habían hecho algo malo? No, pero aún así se atrevió a desquitarse con ellos.

—¿Estás bien?

La voz de un chico se escuchó, no tenía ganas de conversar y simplemente la ignoró.

—Oye, te estoy hablando.

Bufó. No quería nada, ¿acaso con que se haya sentado solo, al fondo del comedor, no decía nada? El chico siguió llamándolo y llegó a hartarse.

—¡Ya, para! ¡¿Por qué me sigue molestando, idiota?!

Levantó la cabeza y vio molesto al chico.

❝Te veo dudando, supongo que aún somos muy jóvenes.❞

Recostó su cabeza en el hombro del menor.

—Jong –llamó Choi al rubio.

Ambos se encontraban en el patio de la escuela en un lugar alejado. Hubo unos segundos de silencio antes de que Jay respondiera con un asentimiento.

—Tú crees, crees que si hubiera sido omega, ¿hubiera podido estar con Yeonjun? ¿Crees que haya tenido posibilidad de que sea su predestinado?

Park suspiró.

—¿Aún te sigue gustando? —preguntó el menor con melancolía.

Beom se separó y miró a Jay antes de sonreírle de manera sincera, Park Jongseong, o como todos lo llamaban, Jay, era un beta como él. Un chico el cual se volvió su amigo tras su alejamiento con Yeon, éste estaba enamorado de él y lamentablemente no podía compartir el mismo sentimiento. Jay sabía que a Beom le gustaba cierto alfa pelinegro, pero igualmente se atrevió a confesarle lo que sentía.

A él le hubiera gustado ser como el pelirrubio, sabía que si le hubiera confesado sus sentimientos al mayor no habría ocurrido mucho pues igualmente el alfa terminaría junto a Taehyun, pero quería creer que había posibilidades de que Yeon aceptará sus sentimientos.

—Apenas han pasado tres meses, cada vez la relación de Yeon con su omega mejora, pero la mía con él se desmorona –respondía con un tono penoso—. Siento que, aunque haya tenido todo a mi favor, simplemente no hubiera podido estar con él.

—Solo quiero creer que en algún universo paralelo, en alguna ilusión e incluso, en algún momento de mi vida estaré, sea en pasado o futuro, con él –añadió Choi al final.

El menor sonrió y acarició los cabellos castaños del beta contrario, el corazón de Beom estaba ocupado y tal vez lo esté por siempre, pero aún así, estaría a su lado.

Yeonjun nunca supo el porqué Beomgyu se alejó de aquella manera, pero decidió dejarlo pues quería evitar incomodar al de mechas castañas.

Choi Yeonjun creyó
que el tiempo resolvería
todo, sea para bien o para mal.

Holap, he vuelto para
traerles este OS de
1391 palabras. 🏃‍♀️

¿Cómo han estado?

Yo bien, espero que
hayan disfrutando de
esta historia, es muy
cutre y pido perdón por
eso.

Posiblemente la esté
corrigiendo luego,
se les agradece si
llegan a avisarme si
hay algún error.

Sin más que decir,
hasta aquí mi reporte
Juaquín.

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