Especial.
La brisa fresca pegaba en su rostro, pasaba su mano sobre su vientre enorme, unas lágrimas rebeldes escapaban de sus ojos. Frente a él se encontraba aquel edificio viejo y destruido, aquel edificio donde paso una vida, con el dolor en el pecho camino dentro de aquel lugar, miro los huecos de las balas hechos en la pared, algunos vidrios crujían bajo sus pies al momento de caminar.
-A pasado demasiado tiempo-(Susurró al ver aquel pasillo en el que pasó gran parte de su tiempo observando a la espera de aquel pelinegro)
Toco su vientre y con miedo camino dentro del pasillo, la poca luz del día aún le permitía ver aquel lugar tan inhóspito, tan maldito, tan doloroso, freno frente aquella celda que le traían demasiado recuerdos, sus ojos se nublaron por las lágrimas acumuladas en sus ojos, las primeras lágrimas salieron y toco los barrotes de aquella celda que marco su vida, sollozo y entro dentro de esta. Su cuerpo toco la base en la que antes dormía, miro a la celda de enfrente, aquella que marco la vida de otra persona inocente.
¿Qué pasaba, por qué Alonso había regresado a Stonewell?
Esa mañana al estar en su casa en Mirkwell y mirar a su pelinegro e hijo dormir tranquilamente su vista se posó sobre la ventana, a lo lejos se podía notar la frontera y más haya se encontraba aquel laboratorio que pudo divisar a lo lejos, después del incendio cuando escaparon muchos árboles se quemaron dejando una gran vista a aquel territorio abandonado. Por la tarde escapó en un carro del cuartel militar de Mirkwell y cruzo la frontera perdiéndose en el interior del bosque, visito aquel lugar donde aquel chico dio la vida por el, aquel chico de nombre Diego que le había salvado la vida y jamás pudo agradecerle. Entre lágrimas entro a aquel lugar, viajando por aquel túnel oscuro llego a dónde se desplomó aquel chico, entre lágrimas le agradeció por salvarle la vida a él y a su bebé.
Permaneció horas en aquel lugar para después dirigirse a su destino, aquel en el que ya se encontraba, aquel laboratorio que destruyó sus esperanzas de un día ser libre. Miro la que fue su celda, tan fría y tenebrosa, se acostó sobre aquella base de concreto fría y dura, suspiro mientras sus lágrimas se deslizaba silenciosamente.
Depresión, Alonso Villalpando tenía depresión y ha estado escondiendo aquello de Jos y de su familia por todo su embarazo, detectaron la depresión en el a tiempo y de la cual lleva un tratamiento controlado, pero algunas veces no es posible superar todo tu pasado menos cuando este te marco de una manera tan fea como a él, después de despertar todos esos días a lado del hombre que ama y mirar por aquella ventana ese laboratorio entendió que jamás logrará liberarse de el si no hacía algo por él mismo, entonces por eso ahí se encontraba, para poder enfrentar aquello que lo estaba llevando al borde de su vida y no solo la suya la de aquella bebé en su vientre. Cerro sus ojos intentando calmarse.
Sin querer se quedó dormido, la suciedad cubriéndolo de cuerpo entero, su mano con unas ligeras cortadas por los vidrios que tocó de los bordes de la puerta de entrada, como hace años, como hace años en donde aquel pelinegro cruzó aquella puerta para salvarle la vida...
Jos Canela se encontraba en su oficina, la oscuridad apenas cayendo sobre la ciudad, revisaba unos papeles de algunos pueblos y ciudades cercanas que practicaba la ciencia con los M-preg, cosa que habían logrado disminuir, conforme se enteraban de aquellos laboratorios clandestinos atacaban la ciudad y Jos en la mayoría iba al mando junto a Bryan, se sentía feliz y contento con su vida, tenía un hijo hermoso que es un pequeño M-preg como su padre Alonso y cabe decir que es igual de hermoso que este mismo, su pequeña niña aún no nacía pero ya se sentía la emoción por tenerla en sus brazos y decirle que la amara tanto como ama a su padre.
Alguien tocó la puerta de su despacho y su amigo Bryan entro con Freddy Leyva y su pequeño Dieguito en brazos, confundido camino a Freddy y le quitó a su hijo.
-¿Qué paso?-(Pregunto Jos confundido y Bryan lo miro nervioso e inquietó)
-Daniel encontró a tu hijo en la guardería del cuartel, estaba dormido en una de las cunas, lo trajo con nosotros pues tú padre ya se había ido a casa-(Dijo Bryan y Jos cambio su rostro rápidamente a uno de preocupación)
-¿Y Alonso? ¿No estaba ahí?-(Preguntó preocupado y ambos negaron)
-Daniel lo busco pero no estaba, reviso las cámaras de vigilancia del lugar y noto como Alonso recostaba a su hijo y después salía de ahí con una mochila en brazos-(Dijo Freddy y Jos sintió aquel hueco en su estómago crecer conforme le decían más)
-¿Dónde está Alonso?-(Pregunto preocupado y Bryan suspiró)
-Necesito que te calmes Jos, lo que te diré no es fácil-(Dijo Bryan nervioso y Jos maldijo por lo bajo y le entrego a su hijo a Freddy)
-¿Que carajos está pasando?-(Pregunto Jos preocupado y Bryan suspiró y lo tomo de sus hombros)
-Revice todas las cámaras de seguridad del lugar y en la cámara norte del estacionamiento se nota como Alonso sube a una camioneta del cuartel y se va, lo seguí por todas las calles hasta que despareció en la frontera norte de Mirkwell-(Dijo Bryan y Jos cayó sobre una silla de golpe)
-¿Qué?-(Preguntó en un hilo de voz y miro a a Bryan)
-Alonso está en Stonewell y no tenemos pista de él y de en qué parte se pueda encontrar-(Dijo Bryan y Jos sollozo fuertemente)
-Esta embarazado, por dios ¿Qué le sucede?-(Preguntó Jos y Bryan suspiró)
-Jos, Alonso no ha estado bien, no se que le dices no quiso decirme a mí, creí que sabías pero siento que esto tiene que ver con lo sucedido en ese maldito lugar-(Dijo Freddy y Jos suspiro largamente)
-No lo se ¿Dónde está Alan?-(Pregunto Jos y Bryan suspiró)
-Esta esperando afuera con Samuel y Federico, Jos tenemos que ir por Alonso-(Dijo Bryan y Jos asintió aguantando sus lágrimas)
Salió de aquel lugar junto a Bryan y Freddy, Bryan movilizó a un contingente militar, Jos miro a su pequeño Diego dormir sobre los brazos de Freddy, sonrió entre lágrimas y beso su cabeza.
-Por favor regresen a casa-(Susurro Freddy a los cuatro chicos y ellos asintieron)
-Alan estará contigo, llevaremos comunicación para que ustedes sepan dónde estamos-(Dijo Bryan y le dio un beso a su chico de chinos en la boca)
Samuel beso a Alan y le prometió volver en una pieza, Federico sonrió al ver a sus amigos felices, subieron a la camioneta militar y se dirigieron a aquella frontera. Una vez ahí cruzaron introduciéndose en el bosque silencioso y tenebroso, Jos miraba aquel lugar y los recuerdos los envolvieron, aquella camioneta se detuvo al par de las demás al encontrar la camioneta que Alonso había robado del cuartel, miro a su alrededor y noto las puertas abiertas y las ventanas abajo, se acercó rápidamente y reviso casa centímetro de la camioneta y no había rastro de Alonso Villalpando en el.
Miro a su equipo militar mirarlo atentamente.
-Nos dividiremos en dos partes, el equipo A irá con Bryan y el B conmigo, estarán a unos metros de nosotros rastreando, nadie se separe, perderse aquí es un infierno que les aseguro no quieren vivir-(Dijo Jos y miro a Samuel quien asintió y empezó a caminar junto a los demás del equipo)
Jos miro a Bryan separarse junto a Federico y caminar a unos metros de ellos con linternas y antorchas que fabricaron. Jos tomo una antorcha y empezó a caminar detrás de Samuel y el equipo, miraba a todos lados buscando alguna señal de Alonso pero no encontró nada.
Después de caminar algunas horas entre aquel brío bosque llegaron a aquella base militar subterránea, Jos sintió su cuerpo desfallecer cuando un equipo entro a buscar y sacaron una mochila con cosas, aquellas cosas eran de Alonso y era obvio que había estado ahí, desesperado por encontrar a su chico de ojos azules empezó a caminar más rápido entre aquel bosque, la desesperación corriendo sus sentidos, las lagrimas amenazando por salir.
Freno frente aquella casa en donde pasaron una noche, entro tratando de buscar algún indicio de el y si, encontró su suéter de esa manera tirado ahí, saliendo miro a Bryan y suspiraron frustrados, la noche es fría y el bosque solo, Alonso puede estar en peligro, corrieron el campo de flores rápidamente intentando buscar por cada rincón del bosque, gritando su nombre con fuerza por si se encontraba herido.
Y que en su centro retiemble la tierra, al sonoro rugir del amor.
Llegaron al que un día fue el pueblo abandonado, había demasiados edificios abandonados, en cualquiera pudiera estar Alonso, separándose en grupos entraron a aquellos edificios inestables, en cualquier momento pudieran derrumbarse.
Jos entro con Samuel a aquel edificio de departamentos abandonados y revisaron cada uno de los departamentos hasta detenerse en el que estuvieron ellos, suspirando abrieron aquella puerta y dentro la oscuridad gobernaba, sintiendo la desesperación subir por su cuerpo al no encontrar nada y ninguna señal de Alonso.
-El rey dejara las guerras y se dirigirá al castillo.-(Dijo Samuel y ambos se miraron)
Alonso había estado repitiendo eso las ultimas semanas, Jos lo recordaba, bajo rápidamente de aquel edificio encontrándose a todo el equipo reuniéndose.
-¿Si fueras un Rey a donde irías?-(Pregunto Jos y Bryan se confundio)
-Al castillo-(Dijo obvio y Jos miro a Samuel sonriendo)
-¿Y si esto fuera un reino, en donde estaría ubicado el castillo?-(Pregunto Jos y Bryan pareció entender la referencia)
-El laboratorio de Stonewell-(Dijo Federico y los cuatro salieron corriendo con el equipo detrás suyo)
El tiempo pasaba demasiado lento y el laboratorio quedaba demasiado lejos de la frontera, suspiro y siguió corriendo con sus amigos detrás de el, iría por su chico, tenia que salvarlo una vez más. Y solo esta vez puede que Alonso Villalpando no suelte su mano.
Alonso Villalpando se encontraba despierto y acostado sobre aquella base de metal, las lagrimas secas se tatuaron en sus mejillas pálidas, su bebe se movía incomodo dentro de su vientre, el frio empezaba a envolver su cuerpo pero podía soportarlo, vivió mucho tiempo frio estando ahí encerrado, solo quería que amaneciera para poder regresar a casa y pedirle perdón a Jos y a su pequeño Diego.
Se odiaba por tener depresión y le daban vergüenza que la gente lo supiera. Ahí en aquel lugar pensó en las palabras de su doctor, "Convierte aquello que te esta debilitando en parte de tu fortaleza" Tenia que buscarle un lugar a esa depresión y desecharla de su vida para siempre.
Entonces recordó las palabras de su padre Martin, la única persona que sospechaba que algo le pasaba a su bebé y hasta ahora la única persona que podía entender como se sentía, pues así como él, su padre un día sufrió de aquello.
Un día la vida te cambió, algo se quebró, quisiste ser fuerte y ahí entendiste que ya no eras lo suficientemente fuerte para seguir de pie. Los que estaban cerca de ti, no entendía porque cambiaste tanto, te criticaban, te pedían que no fueras tan débil. Pero nadie sabía que, dentro de ti, vivías el infierno más grande de toda tu vida. Llegaron muchos pensamientos y ningunos de ellos eran positivos, eran pensamientos que te hundían mucho más en la tristeza.
Buscas fuerzas dentro de ti, buscas no llevar tanta guerra en tu cabeza, pero caes. No controlas nada, desequilibrio emocional es lo que otros te han etiquetado, te ven como si fueras un peligro, prefieren alejarse a quedarse, y ahí comienzas a creer que eres lo peor, comienzas a buscar como hacerte daño.
Llevas muchas heridas en tu alma, vives aferrada a un pasado doloroso, el presente no tiene hueco en tu vida. Te quedas ahí, donde nada positivo pasa. Buscas a veces ser fuerte y otras veces no puedes, caes, te hundes, lloras, no te controlas y no entiendes nada.
Tu mente te traiciona, tu comportamiento también. Tienes episodios ansiosos y llenos de tristezas, buscas escapar de todo y no sabes donde encontrar la salida. Te cuesta poner en balanza los días buenos después que la depresión se instaló en tu vida. Llevas una fiesta de tristeza constante, donde soltar eso que te hizo daño no es nada fácil. A veces buscas culpables y otras veces te condenas por algo que te marcó.
A veces quisieras que alguien se pusiera en tu piel, que puedan entender un poco toda la carga que llevas dentro, pero cuando le cuentas a los demás las cosas que te pasan buscan una maldita etiqueta, "drama y atención". Creen que te gusta estar mal, creen que te gusta pasar todo un día llorando en tu cama, creen que elegiste por amor padecer una enfermedad mental que te consume lentamente. Creen ellos que no haces nada para salir de ahí, creen y creen que eres feliz estando triste.
Te llaman débil, frágil, sensible, dramático, lunático, te han puesto tantos nombres que no tienes la menor idea de como defenderte en ocasiones. ¿Alguna vez esas personas han vivido lo que te tocó vivir? Lo que menos necesitas es defenderte, lo único que quieres es que alguien te acompañe en tu dolor. Que no te quiten ninguna carga pero que estén ahí. Has tenido que cuidarte cuando no tenias la idea de hacerlo, pero lo hiciste. Aprendiste que nadie se quedará cuando todo se pone mal, que la única persona que te salvará eres tú y que, si no lo haces, te jodes más en tu tristeza.
A veces tienes días que nada y nadie te van a levantar de la cama, a veces tienes un maratón de tristeza y eso te lleva a no querer hacer nada, porque no sabes como darte ánimos en medio de todo. No sabes como verte en el espejo sin juzgarte, condenarte, extrañar quien un día fuiste cuando todo estaba bien. Quieres regresar a ti, pero no sabes donde esta el camino, no sabes como encontrarte y mantener esa luz que siempre tenias en tu rostro.
El insomnio, la falta de apetito, las ganas de desaparecer son detonantes que te confirman que no estás bien, sabes que no estas bien, pero te cuesta dar ese paso para mejorar tu vida. Puedes buscar ayuda fuera de ti para ir más ligero no es necesario que creas que un día todo se irá de manera milagrosa sin hacer nada.
Tu vida es un caos constante, nada se pone en orden, todo te sale mal. Pero mientras sigas estando de brazos cruzados nada va a cambiar. Mientras sigas ahí, aferrado a situaciones y personas que no te permiten avanzar, no vas a salir del pozo.
Será lento volver a ser tú, pero lo serás, un día te vas a levantar y dejarás de vivir en guerra contigo. Un día te vas a abrazar fuerte y te darás las fuerzas que siempre estuviste esperando de los demás. Un día te dirás que ya no es justo de que sigas en el pozo y vas a salir, volverás a dar pasos pequeños hacia tu vida de equilibrio y será el mejor acto de amor que puedes y debes hacer por ti.
Quizás la depresión nunca se aleje de tu vida o puede que si, pero aprenderás a vivir con ella, será tu amiga, te visitará en ocasiones y vas a darte el permiso de sentir sin culpa, sencillamente sentir. Pondrás en balanza y te darás cuenta de que cuidar de ti en medio del caos es lo único que puedes hacer.
Sabes que a veces en esas crisis te maltratas muy feo. Eres cruel contigo cuando intentas buscar respuestas a preguntas ilógicas. Eso que no pudiste cambiar no es algo que dependa de ti, sabes que no puedes ir al pasado y cambiar nada, solo te toca construir un presente menos doloroso. Lo puedes hacer bien, ahora puedes cambiar y construir la vida que siempre has querido. Solo te toca a ti reconstruirte en medio de todo, hazlo.
Ya la vida te facilitó la lección que necesitabas para tener otras prioridades en tu vida, ya conoces tus puntos fuertes y débiles, ahora te conoces en todas tus facetas. En tu peor momento puedes y necesitar estar dispuesta a contar contigo, no dudes en hacerlo.
Conozco el infierno que vives, lo he vivido, he sentido ese peso cuando todo se va a la mierda. Conozco el no dormir cuando la cabeza decide dar mil vueltas y recordar eso que tanto daño me hizo. Conozco esa sensación no avanzar en la vida, de quedarse estancada y creer que nos merecemos eso que nos hundió en el pozo. La vida no es justa a veces, pero siempre nos esta preparando para algo mejor, ahora solo es el tiempo de llorar, no te presiones más y cuida de ti.
Amate por que al final del día solo eres tú.
Sus lagrimas empezaron a derramarse por sus ojos azules, convirtiéndose en un mar de emociones, se sentimientos, sabe que no esta solo, tiene a su esposo y dos grandes motivos por lo que desee vivir, su hijo Diego y la bebé que viene en camino.
Miro la rejilla de la celda y noto la poca luz de la luna filtrarse por esta, suspiro y limpio sus lagrimas, se puso de pie lentamente y suspiro, camino a la rejilla y la miro, miro a la luna tan hermosa y brillante como siempre.
-Dame fuerzas, si en verdad existes como espíritu-(Susurro y cerro sus ojos mientras se volvía a sentar en la base dura de concreto)
Se recargo en aquella fría pared y cerro sus ojos nuevamente quedándose dormido. La horas pasaron, los grillos entonando la noche, por la mañana los cantos de los pájaros entonando cual sonata. No sabia la hora cuando despertó nuevamente, el frio de la mañana se podía sentir.
Un poco desorientado se paro, miro la rejilla y el amanecer aparecía. Sintió su cuerpo congelarse y sintió como el tiempo retrocedía.
Los pasos de aquel chico retumbaban en el pasillo cada mañana a las siete en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos, el ojiazul se asomaba para ver quién de los guardias era, pero era aquel chico de cejas pobladas vestido de militar pasando por el pasillo como todas las mañanas, entraba a la oficina del doctor Alan y salía de ella dos horas más tarde, después de informarle todos los avances que llevaban en el laboratorio.
Aquellos pasos que marcaron un antes y un después, retumbaron cuales sonoros por aquellos pasillos, los vidrios rompiéndose aun más bajo sus pies, pasos firmes y decididos, pasos de un militar, dejo de respirar unos momento cuando escucho aquellos pasos dirigirse a su celda.
Se detuvieron al borde de la celda, no se giro, no quería, tenia miedo, sintió su pasado pasar frente a el y solo tal vez pensaría dos veces en tomar la mano de aquella persona si no la conocía.
-Alonso-(Susurro aquel pelinegro y Alonso se giro rápidamente encontrándose con al mirada de su esposo sobre él)
Podía sentir la tranquilidad de su esposo abordarlo, aquel pelinegro una vez más paso los limites de aquella celda, rompiendo todos los muros y barreras de Alonso. El rubio sollozo fuertemente dejándose caer, su cuerpo no toco el piso por que unos brazos fuertes lo sujetaron, todo paso por su mente, los recuerdos, como soltó la mano de Jos sobre aquel puente, todas sus lagrimas.
Esta vez es diferente, Jos Canela no se iría de su lado, se quedaría a pelear con el su propia guerra.
Cerro sus ojos y se recargo en el pecho de su esposo, perdió la noción del tiempo, cuando abrió los ojos nuevamente se encontraba en una camilla de hospital, a su lado se encontraba Jos sentado mientras dormía en una silla, la mano del pelinegro sujetaba la del rubio, Alonso sonrió y la apretó más provocando el despertar de su pelinegro.
-¿Como te sientes amor?-(Pregunto Jos preocupado y Alonso lo beso ligeramente dándole una respuesta a su pregunta)
-Tenemos que hablar, por favor Alonso-(Dijo Jos y el rubio bajo la mirada y suspiro)
-Pero Jos no debe de enojarse con Alonso-(Susurro con un puchero sobre sus labios el cual Jos beso y asintió a la única petición de su esposo)
Entonces hablo, hablo de todo lo que le pasaba, lo que sentía, lo que vivía. Ese día Jos no soltó la mano de Alonso y Alonso no la quiso soltar, no volvería a cometer ese error dos veces.
Un año después ...
Se ayudaron a sanar, ambos sanaron, aprendieron lecciones pero sobre todo, se amaron y formaron la mejor familia, la pequeña Jalonsa nació mejo que nunca cual nombre es Mariana como la madre de Jos.
El rubio sonrió al terminar de escribir su carta de despedida a aquella fiel amiga la depresión...
Estimada depresión:
Contigo, junto a la baja autoestima, aprendí que todo el mundo está contra ti, que la vida no vale la pena, que siempre tengo mala suerte, y que aunque me esfuerce nunca consigo nada, ni siquiera vale la pena esforzarse.
Me enseñaste que no valgo, que no merezco lo mejor, y que tienes más fuerzas que yo y eres capaz de destruir mis sueños, llevándote mi felicidad y dejándome remordimiento, culpabilidad y frustración, haciéndome sentir una inútil y recordándome una y otra vez mi pasado.
Pero... ¿Sabes qué? Estabas equivocada. En absolutamente todo. Y me tocó desaprender todo lo que me habías enseñado durante tantos años. Me di cuenta de que la vida no es de color negro, aunque tampoco es rosa como nos gustaría, y que el color lila intermedio está muy, muy bien . Aprendí que hay que luchar por uno mismo, por lo que se quiere y por quien se quiere, que aunque cueste, con esfuerzo, paciencia y confianza se van consiguiendo las cosas, pasito a pasito, suave, suavecito o si no, al menos se intentan con toda la fuerza que uno tenga.
También aprendí que soy más fuerte de lo que creía, y que aunque me hayas echado muchos pulsos, y ganaste batallas, al final yo gané la guerra junto al mejor teniente al cual comande yo como un gran capitán. Y que no soy una eminencia, pero tampoco una persona sin valor, que tengo defectos, pero también muchas virtudes, mucho que aportar, y que hay personas a mi lado que me quieren con estas dos partes.
En todo esto me ha ayudado mucho mi chico, mi familia, y mi mejor amigo, y siempre, siempre se los agradeceré, han sido un gran apoyo y me han soportado en días que ni yo mismo me soportaba. Pero, con quien estaré eternamente en deuda, y no me va a dar la vida para agradecerle todo lo que me ha ayudado, apoyado, enseñado y aguantado es a Jos Canela. Es un profesional como un universo de grande en aguantarme, pero su corazón es aún más grande. Nunca pensé que iba a encontrar a un nuevo Jos en este camino, y estoy orgullosísimo de que hayas sido él, nadie podría haberlo hecho mejor. Te amo amor.
Bueno, para despedirme, señora depresión, decirle que ya no es bienvenida en mi vida, y que haré lo posible y más porque no vuelva jamás. Mi puerta se cierra, y espero que para siempre.
Cerro la carta y la guardo en aquel cofre, sonrió y salió de su pequeño estudio donde tacaba el piano por horas, algo que amaba y disfrutaba demasiado, se encamino hacia su habitación y sonrió al entrar y ver a su esposo esperándolo ya acostado, Jos dirigió su vista hacia el rubio y le mostro su dentadura de conejo, Alonso se acerco a este y subió a la cama, colocándose bajo las mantas por la fría noche que golpeaba Mirkwell, sus dos pequeños hijos permanecían dormidos en casa de Alan Navarro, pues este había decidido cuidarlos para ir practicando cuando su pequeño bebé llegué, pues si estaba embarazado de Samuel y ambos estaban demasiado felices, Jos agradeció a Alan infinitamente ese día, con la llegada de su bebé hace meses y la recuperación de Alonso no habían tenido tiempo pasa nada y Jos quería tener a Alonso entre sus brazos de todas las maneras posibles.
Solo tal vez Alonso siempre tendría quien lo salve, alguien quien le enseñaría a salvarse el solo, pero sobre todo, siempre iba a tener a Jos para salvarlo, por que a donde vaya aquel rubio, el pelinegro ira tras el, por que el amor de un teniente es eterno y eso es un juramento Inquebrantable.
Por si, Jos volvería a ser Teniente solo por el amor de su vida y volvería una y mil veces a serlo para enamorar a su esposo, para salvarlo y siempre romperá las barreras impuestas, siempre sobrepasara las barreras de una celda, de una cuna e incluso sobrepasaría la celda en la que Alonso Villapando se encerraría en su propio mundo.
Por que si, Jos Canela jamás dejo de ser el Teniente del amor de Alonso Villalpando y le encanta al rubio.
-Teniente-(Susurro contra sus labios y el pelinegro sonrió)
-Capitán-(Dijo Jos y acorto la distancia hundiéndolos en un beso apasionado)
Esa noche entregaron sus almas, sus corazones, sus vidas, entregaron todo por permanecer juntos como desde un principio debieron estar.
Y díganme ¿Qué tal les pareció?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro