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Capítulo 1.
Los pasos de aquel chico retumbaban en el pasillo cada mañana a las siete en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos, el ojiazul se asomaba para ver quién de los guardias era, pero era aquel chico de cejas pobladas vestido de militar pasando por el pasillo como todas las mañanas, entraba a la oficina del doctor Alan y salía de ella dos horas más tarde, después de informarle todos los avances que llevaban en el laboratorio.
El chico de las cejas pobladas salió dos horas más tarde de la oficia y camino a la salida del laboratorio, el ojiazul lo miraba cada mañana que pasaba, no sabía el porqué, pero de todos aquellos militares malvados, el jamás había pasado por el pasillo de los experimentados, el doctor Alan camino hacia el pasillo donde su celda se encontraba, se paró frente a la celda en la que se encontraba encerrado y sonrió al verlo, el Ojiazul retrocedió asustado por la presencia de este, si bien sabia, el doctor Alan no era buena persona, él lo lastimaba y odiaba el sentirse lastimado.
-Hoy iras nuevamente al laboratorio pequeño, si no te dejas revisar sufrirás las consecuencias-(Dijo con la voz ronca y el ojiazul negaba con miedo)
-Llévenlo al laboratorio, los científicos esperan por el-(Dijo el Doctor Alan a dos militares que cuidaban el área y ellos asintieron para acercarse a la celda para sacarlo de esta)
Abrieron la celda y el ojiazul forcejeó con ellos, pero la fuerza de ambos hombres es mayor que la de él, lo llevaron al laboratorio donde lo esperaba el científico Isaac, otra de las personas que el ojiazul mas odiaba, miro que el chico de la celda diecisiete estaba ahí, sus chinos cubrían su rostro, esposaron al ojiazul a una mesa, el científico Isaac de acerco a él con una inyección, el ojiazul odiaba las inyecciones y odiaba sentir dolor, empezó a jalarse, lastimándose la mueca por las esposas, tiro todos los tubos de ensayos que se encontraban sobre la mesa al jalarse, el Doctor Alan entro al cuarto con dos enfermeros, lo trataron de sujetar pero fue en vano, el miedo del chico le daba fuerzas de donde no las tenía, tomo entre sus manos un vidrio y los apunto a todos, el miedo lo dominaba.
-No puedo trabajar con él Alan, ayer rompió la cabina de estudios y hoy destruyo todo esto, no quiere dejarse estudiar-(Dijo Isaac al doctor Alan y este suspiro al ver al ojiazul con el vidrio entre sus manos)
-El teniente Canela vino esta mañana y pregunta por cada avance, sabe a cuantos tenemos bajo experimentaciones y mañana le informare esto, si no se deja revisar no tendremos de otra más que abandonarlo a las calles-(Dijo Alan y Isaac miro al ojiazul con lastima)
-Llévenlo a su celda-(Dijo Alan y el ojiazul miro como los guardias se acercaban a él para llevárselo)
Sacaron al chico del laboratorio y lo metieron a su celda de todos los días, al estar en ella, miro a los guardias, estos se fueron dejándolo en el frio suelo, su mano tenía una herida por el vidrio con el que amenazo al científico y el Doctor, "Soy feo, jamás seré bonito otra vez" se repetía aquel chico tirado sobre el piso de la celda mientras una de sus lágrimas rodaba por su mejilla pálida y sucia.
Lo que él no conocía es que es el ser más precioso que pudiera existir, el chico necesitaba amor, necesitaba que le enseñaran su belleza externa e interna, solo así, el ojiazul se sentiría bonito otra vez.
La mañana siguiente los pasos de aquel chico de pelo negro se escucharon por el pasillo nuevamente, sus pasos siempre llamaban la atención del ojiazul, se podría decir que ya conocía sus pisadas, miro pasar al chico como todos los días, vestido de militar, los militares que pasaban a su lado lo saludaban, entro a la oficina del Doctor Alan, el ojiazul miro su celda y se acostó en el piso frio, a nadie le importaba su presencia y nadie le preguntaba si estaba bien, miro su mano con la poca luz que entraba del pasillo, esta tenía sangre seca por su momento de tensión ayer a tomar el vidrio entre sus manos y apuntar a las personas dentro, pero él no quería que lo revisaran, solo lo lastimaban y odiaba escuchar las maquinas sonar cuando le colocaban un aparato para revisar su estómago, "¿Qué tenía mi estómago?" Se preguntaba mientras tocaba este, tenía hambre, el desayuno ya había tardado en llegar, aunque tal vez por lo sucedido ayer, tal vez el Doctor Alan lo castigo y no obtendría su desayuno esta mañana, miro a la celda de enfrente, la celda diecisiete y no vio al chico de chinos alborotados, habían estado aquí dos años desde que fueron atrapados y encerrados por los militares, aun no entendía porque se encontraba ahí, ya no recordaba el sol, la lluvia, ya no recordaba el cielo, ya no recordaba nada, escucho la puerta del consultorio del Doctor Alan abrirse y después cerrarse, el militar de cejas pobladas se iba, no había tardado mucho dentro de la oficina como las otras veces, escucho pasos en el pasillo a donde se encontraban las celdas, aquellos pasos pertenecían a dos personas, movió su cabeza levemente y miro unos pies detenerse frente a su celda, entonces escucho una voz desconocida.
-¿Por qué esta todo oscuro Alan?-(Pregunto y el ojiazul se enderezo del piso y miro a la persona a la que le pertenecía esa voz)
-El chico siempre tiene las luces apagadas-(Dijo el Doctor Alan y el ojiazul se acercó hasta donde había una sombra de luz para que lo vieran, miro a los dos chicos frente a él)
El pelinegro detuvo su conversación al ver unos ojos azules asomarse dentro de la celda, miro la cara del chico, tan delgada con facciones hermosas, miro a su amigo Alan a su lado y este asintió.
-Es el único que no se deja estudiar, la última vez que lo estudiaron fue hace dos años y desde entonces no quiere-(Dijo y el pelinegro miro al ojiazul nuevamente)
-¿Ya intentaron dormirlo?-(Pregunto el pelinegro a Alan y este asintió)
-No quieres intentarlo José, es peligroso cuando intentas dormirlo, aparte para algunos estudios lo necesitamos despierto-(Dijo Alan a José y este asintió)
Se hinco a la altura del ojiazul y este se alejó del miedo que sintió de verlo tan cerca, nadie se le había acercado para solo verlo en dos años, le extendió la mano cruzando el límite de los barrotes de aquella celda, la mano del pelinegro cruzaba los barrotes mientras esperaba que el ojiazul le tomara la mano para saludarlo.
-No te tocara José, piensa que le harás daño, cuando lo ingresaron aquí era todo un muchacho de 20 años, pedía cosas, hablaba, después del primer examen del año en adelante dejo de hablar, no dejaba que lo tocáramos y nos golpeaba si lo sacábamos de la celda-(Dijo Alan a José y este asintió)
-¿Qué fue lo último que descubrieron en los estudios?-(Pregunto José mirando como el ojiazul mirar su mano confundido y con miedo)
-En ese entonces lo reviso tu padre, él fue el encargado del caso, no era la primera vez que un caso se presentara, este chico fue criado dentro del vientre de un hombre-(Dijo y José lo miro confundido)
-¿Entonces?-(Pregunto José a Alan y este asintió)
-Es probable que este chico sea un "M-preg", cuando tu padre lo reviso aún no se podía determinar con claridad si la hormona "preg" estaba en el-(Dijo Alan y ambos miraron al chico dentro de la celda aun mirando la mano de José)
El ojiazul no entendía nada de lo que hablaban ¿Hormona "Preg"? ¿Qué era eso? Miraba confundido la mano de José dentro de su celda, se acercó un poco tímido a esta, los dos chicos enfrente de él lo miraban curioso por su reacción, miraba la mano limpia de José y entonces miro su mano por un momento, aquella mano con una cortada en la palma hecha por el día de ayer, la mano de José se encontraba limpia y la de él estaba sucia de sangre seca y algo de polvo, el ojiazul quería tomar su mano pero le daba miedo de que él también lo lastimara.
-Tómala, no te hare daño-(Dijo José llamando la atención del ojiazul quien lo miro con desconfianza, pero le daba curiosidad tomar la mano del chico)
El ojiazul miro su mano nuevamente y la tallo en su ropa para limpiarla, se lastimo al tallarla provocando que sangrara un poco a la fricción de su piel con la tela de su ropa delgada y desgastada, dejando una pequeña mancha de sangre en su playera, no quería ensuciar la mano de José, no quería que él se sintiera feo por tener un poco de suciedad en su mano, miro su mano un poco más limpia; miro que los dos chicos frente a él hablaban, entonces extendió su mano y tomo la de José, el pelinegro detuvo la plática cuando sintió una mano tocar la suya, se giró a ver al ojiazul dentro de la celda y el ojiazul lo miro directamente a los ojos, el Doctor Alan lo miraba sorprendido por su acto, el ojiazul sentía que el pelinegro parecía ser diferente a todos los demás.
José miraba al ojiazul, sintió un líquido correr por la palma de la mano de ambos, una gota callo dentro del piso de la celda, José bajo su vista a esa gota de color rojo fuerte, el ojiazul soltó su mano rápido y miro la gran mancha de sangre que dejo en la palma del pelinegro, se asustó demasiado y retrocedió hasta la cama que tenía en la celda.
-Tráeme un botiquín-(Ordeno José a Alan y este asintió y salió corriendo hacia su oficina)
José miro que la celda tenía una clave de seguridad, le ordeno a un guardia abrir la celda y así lo hizo este, el pelinegro entro a la celda oscura, miro el interruptor de la luz con la escasa luz que el pasillo le proporcionaba, prendió la luz de la celda y miro al Ojiazul sobre su cama hecho bolita asustado del miedo por manchar la mano de José, el pelinegro se acercó con cuidado y cuando estuvo lo suficiente cerca le extendió la mano al ojiazul.
-Tranquiló, no te hare daño pequeño-(Susurro José hacia el ojiazul y este lo miro con sus ojos hechos agua, el miedo recorría su cuerpo como el rio a una piedra)
-No hiciste nada malo, solo fue un accidente, pequeño-(Dijo José despacio al ojiazul, miro a Alan regresar corriendo con el botiquín en las manos)
Alan estaba por entrar a la celda, pero el ojiazul soltó un chillido pequeño, José lo detuvo y Alan lo miro.
-Soy doctor déjame revisarlo-(Dijo Alan a José pero este negó)
-No te quiere aquí Alan, déjamelo a mí-(Dijo y Alan suspiro para después deslizar el botiquín por el piso hasta que llego a las manos de José)
José tomo el botiquín y empezó a limpiar la herida del ojiazul, este se quejaba el contacto del Alcohol contra su piel, después de limpiarla, José vendo la mano del chico y la dejo sobre la cama, el ojiazul lo miro y extendió su mano hacia José, José miro su mano vendada y sonrió, tomo la mano del chico y una pequeña sonrisa se formó en los labios del ojiazul.
-Hola, mi nombre es José Miguel y ¿El tuyo?-(Pregunto José al ojiazul y este soltó su mano para tomar un Gis que Alan le había dado para que se comunicara con él, pero siempre ignoraba sus preguntas, rayo la pared con su nombre, el pelinegro sonrió al ver su nombre mal escrito)
-Alonso, mucho gusto Alonso, tienes un lindo nombre-(Dijo José y Alonso lo miro con una pequeña sonrisa tímida)
Alan conocía bien a José y sabía que tenía un poder para poder caerle bien a todas las personas, pero lo que acaba de pasar, estaba por sobre los pensamientos de Alan, él había intentado comunicarse con el ojiazul durante todo el tiempo que lo ha cuidado, alrededor de un año y el ojiazul siempre lo ignoraba o le aventaba las cosas dentro de su habitación para que lo dejara en paz, ¿Por qué José? No lo sabía, pero estaba seguro de que su amigo podría ayudarlo con Alonso.
El pelinegro había logrado que el chico se acercara a él, eso quiere decir que el lazo de la desconfianza se había roto y si seguía interactuando con él, podría convencerlo para que los científicos dejaran que lo estudiara.
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