¿Se necesitaban en sus vidas?

Ninguno sabia esa respuesta, solo dejaron que los sentimientos los guiaran por el camino que el destino les tenía preparado.

Alonso tan tímido, callado y con el miedo recorriendo cada segundo su cuerpo, observaba pasar a aquel chico vestido de Militar cada mañana todos los días, jamás pasaba por donde se encontraba el, pero a lo lejos Alonso notaba que era igual que todos los demás, solo querían lastimarlo y hacerle más daño del que ya le habían causado.

Jos rondaba cada mañana los pasillos de los laboratorios para que le informaran el adelanto de todos los días, solo había un problema con uno de los demás hombres encerrados, el chico de la celda catorce no se dejaba experimentar, su expediente termino en las manos correctas, termino en las manos en su propio destino.

Ninguno se había visto de frente, jamás se habían mirado a los ojos, Alonso tan Inocente y Dañado por todos aquellos científicos y doctores, Jos tan noble con las personas, entonces aquel chico de ojos azules se cruzó en su camino cambiando el rumbo de su vida completamente.

¿Que causó aquel chico en el?

No lo sabía, tenía la necesidad de protegerlo cuando él se aferró a este pidiéndole ayuda, la inocencia de aquel toco el corazón del pelinegro de manera delicada, tan inocente y con una mentalidad de un niño pequeño, recaudo toda la información del chico, dándose cuenta de toda su historia pasada y lo que vivió en las calles.

Con forme el tiempo avanza, una duda se siembra en el chico de las cejas pobladas, ¿Cómo fue que el termino ahí? Hacerlo hablar seria como encontrar una aguja en un pajar.

Dudara de sus sentimientos, el ojiazul hará que el pelinegro dude de su Heterosexualidad.

El ojiazul era egoísta, solo quería a Jos para él y lo obtendría solo para él, aquel teniente seria suyo, solo suyo.