Capítulo 23: "Señor O'Donnel y los primos Hunter"
Ryan POV
Cuidar a Amy podía ser algo realmente agotador. Más al final, cuando creía sentirse lo suficientemente bien como para ayudar a nuestros padres a realizar actividades. Era terca.
-¡Déjame, quiero ir con ellos!
-Has lo que quieras pero no pienso ir a buscarte entre el bosque cuando no puedas seguir caminando y venga algún depredador para cenar "Amy O'Donnell con papas" -dije consciente de que era la mentira más grande que podía haber mencionado ¿Yo? ¿Dejar a Amy por allí? Jamás.
-¿Hay depredadores por aquí? Imposible.
-Tú no los ves, pero ellos si pueden verte a ti... Cada movimiento y respiración, ellos lo notan -baje la voz hasta terminar en un susurro atemorizante.
-Entonces deberé arriesgarme y entregar mi vida por nuestros padres -susurró en una sonrisa pícara.
-No si un gran depredador te lo impide.
-No veo a ninguno cerca.
-Deberás ser más observadora -dije antes de rodearla con mis brazos hasta caer juntos al sofá.
Todas nuestras palabras quedaron sumidas en las risas y sábanas hasta que pudimos quedar tranquilos. Se recostó en mi pecho y le rodee con mis brazos hasta llegar a su cadera. No sé cuándo todo se convirtió en abrazos y caricias pero el hecho de conocernos desde pequeños, produjo que no nos sintiéramos incómodos o avergonzados.
Hablando de Roma, desde pequeños siempre desee terminar de esta forma, tal como estábamos ahora.
-¿De veras que te sientes mejor? No ha pasado mucho desde que enfermaste, solo unos dos días.
-Lo sé, pero reconozco cuando me siento bien y en realidad mi cuerpo pide a gritos un descanso y cuando me siento real y sumamente bien. Esta vez es así, estoy estupendamente.
-Eso es un gran alivio -dije reposando mi barbilla en el cabello de Amy. Su aroma era especial, como si hubiese tomado parte de la naturaleza que nos rodeaba. Un aroma a bosque y flores silvestres.
-Gracias por todo...
En un silencio que nos decía: "Duerman en paz y tranquilidad" se oyó como la puerta de la caravana se abría fuertemente y un grito de sorpresa inundaba el lugar. Me voltee y me encontré con el señor O'Donnel, el padre de Amy mirándonos inexpresivo.
-¡Lo siento señor! -grité saliendo del sofá en un salto ¿Pero qué rayos me encontraba haciendo? El señor O'Donnell me conocía desde que tenía doce años, no debería haber saltado así. Además, ni que yo fuera un delincuente o miembro de la mafia.
-No hijo, lamento yo por interrumpir, es que no estoy acostumbrado a... bueno... a ver este tipo de cosas.
Amy, que había estado observando aquella escena de "Padre y novio en un momento incómodo de infraganti" comenzó a reírse.
-No te preocupes Ryan, él no es celoso.
Le creí a sus palabras pero ningún padre puede no sentir un cierto sentimiento de asesinato al ver a un chico abrazar a su hija. Algo no me cerró.
-Lo siento, venía a buscar algo pero si quieren puedo volver en otro momento.
-No, está bien señor, solo estábamos descansando -aclaré.
-Entonces... permiso, debo tomar un par de cosas.
-Adelante.
Por alguna razón, sabía que la mirada de aquel hombre no era muy alegre. Lo conocía de pequeño y sabía que no era tan serio como lo estaba en ese momento, luego de encontrarnos a Amy y a mí, abrazados en el sofá.
Esperé a que cogiera lo que necesitara y se marchara, hasta quedar de nuevo solos.
-Algo no anda bien con tu padre -dije.
-Oh, descuida, ya te he dicho que no es celoso.
-Lo sé, pero no se ha sentido cómodo al ver esto y esa no es buena señal. Creo que deberíamos hablar con él.
-Pero ellos ya nos han dado la bendición -cuando terminó de decir aquella palabra, hizo una mueca de asco-bueno, no como padres normales que sonríen y asienten... ellos gritaron, saltando y abrazándose entre risas y...
-Sí, lo recuerdo pero no quiero volver a pensar en ello, creo que fue lo más vergonzoso de mi vida -dije sincero.
-El punto es que mi padre estaba involucrado en ese "Festejo"
-Lo sé, pero quizá... -estaba en lo cierto-. Bueno, supongo que tienes razón.
-Siempre la tengo -dijo con suficiencia en una risa.
Negué con la cabeza y volví a recostarme junto a ella.
No podía dejar de pensar que más problemas se iban sumando a nuestra lista. En algún momento, debíamos ir resolviendo unas cuantas para que no se acumularan y terminaran por asfixiarnos.
Aunque algo que no dejaba de rondar por mi cabeza luego de aquella charla, era que el padre de Amy, probablemente no imaginaba que iba a ser tan cariñoso con ella, es decir, siempre me conoció como un chico serio y frío, no como alguien que podría ser cariñoso y cursi con su novia.
Sí, soy cursi.
En fin, supuse que le había sorprendido encontrarme de esa forma tan... ¿Pervertido? ¿Había pensado eso quizá? No dudé en planteárselo a Amy.
-Me vio como un pervertido, creerá que lo soy.
-No Ryan, no estábamos haciendo nada extraño -dijo ella con las mejillas un poco acaloradas.
-Pero él no lo sabe.
-Ryan, mírame -le observé a sus preciosos ojos-es mi padre, lo conozco y sé que no piensa eso. Puede no ser celoso pero si pensara que eres un pervertido, créeme cuando te digo que sería capaz de ahogarte en el lago.
Mi pulso bajo de repente.
-Creo que me has dejado más tranquilo -dije sarcástico.
-Eso espero -bromeó ella.
Le creí, como siempre le he creído porque tenía razón, era su padre y lo conocía como la palma de su propia mano.
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Simplemente cinco días más para volver a nuestras casas. Me había encariñado lo suficiente como para no querer irme de esa reserva. Aquel lugar había conseguido que Amy me observara y notara aquellos sentimientos que tenía ocultos. Aquella reserva, había conseguido que yo mismo dejara de temer por su respuesta. Gracias a la reserva Roshmore, pude darme cuenta de cuanto amaba a Amy.
Aunque creo estar equivocado. La reserva solo consiguió mantenernos juntos. Nosotros hemos captado nuestros propios sentimientos.
-¿Quieres lo que queda de mis fajitas? -preguntó Amy-Ya no tengo más apetito.
-¿Segura? Es muy extraño que no quieras terminar tu comida -dije. Ella siempre había tenido todo el apetito del universo como para comerse el mundo entero. Y no lo decía yo, sino que siempre lo ha dicho ella desde pequeña.
-No lo sé, esta vez ya no tengo hambre.
-Bien, si tú lo dices -en cuanto tomé las fajitas que ella había dejado, recordé haberle confesado en cuanto comenzamos a comer, lo tanto que adoraba la comida mexicana ¿Me estaba regalando su comida porque era mi favorita?-podemos dividírnosla.
-No, en serio, no tengo apetito.
-Vamos, toma -dije tomando las dos fajitas y dándole una.
Sonrió, dándose cuenta de que le había pillado en lo que intentaba hacer.
-Gracias -susurré en su oído.
-Ay -suspiraron ambas madres frente a nosotros-tanto amor joven ronda por este lugar.
-Sí, me trae recuerdos de cuando estaba de novia con Robert -dijo la madre de Amy.
-A mí me sucede con George -nombró mi madre a mi padre.
-Que nostalgia.
-¿No es increíble? -y aún seguían hablando frente nosotros como si no existiéramos.
-¿Qué cosa? -preguntó la señora O'Donnell.
-Ser consuegras, ahora todos somos familia de sangre.
-De todas formas, ya sabíamos que iba a suceder.
-Disculpen ¿Pero ya sabían qué? -pregunté interrumpiendo su conversación.
-Que ambos iban a estar juntos, tortolitos -dijo la madre de Amy en una sonrisa.
-¿Qué? -preguntó Amy desconcertada.
-Aunque siempre se han mostrado reacios entre ambos, ustedes tenían... no lo sé, una conexión especial que otros niños no, siempre supimos que terminarían así.
Nos observamos entre ambos, recalculando las palabras de nuestras madres que sonreían orgullosas de sus hipótesis hechas realidad.
Lo único que salió de nuestras bocas, fue risa.
-¡Hey! -gritó el padre de Amy, haciendo que todos callemos-Oigan, los Hunter nos han invitado a una zona que no hemos ido antes. Sería grandioso poder ir todos juntos, ya que la última vez, hace unos días, Amy y Ryan no han podido ir ¿Qué les parece?
-Sería genial -respondieron ambas madres.
-Sí, maravilloso -respondimos Amy y yo, nerviosos.
Hacía menos de dos días, había rechazado a Brian y a la vez, echó a Alisson diciendo varias cosas que probablemente la han hecho enfurecer.
¿Cómo deberíamos ir? ¿Qué íbamos a decir?
Habría que dar ese paseo fuera como fuera.
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Amy POV
Un paseo con los Hunter traía muchos problemas.
Principalmente, porque he rechazado al chico y luego, he quitado a patadas a la pobre de Alisson.
Quizá intentaran deshacerse de mí en este paseo.
Los capítulos repetidos que había visto de CSI antes de venir a la reserva me habían afectado ligeramente.
-¿Preparados? -preguntó mi padre.
-Vamos -susurraron todos.
Ryan se colocó a mi lado y nos dirigimos nerviosos hacia la caravana de los Hunter, que se encontraba no tan lejos de allí.
-¿Qué crees que dirán? ¿Se habrá repuesto Brian? Alisson de seguro intentará asesinarme.
-Tranquila Amy, Brian es un chico fuerte y Alisson, no creo que haga nada malo -dijo Ryan en una sonrisa calma y un apretón de manos.
-Confío en tus palabras.
Este chico tenía la habilidad de que con solo una frase, todo en mi interior se calmara. Ryan siempre había sido un regulador de emociones. Siempre me había hecho muy bien. Cuando era pequeña y jugábamos nuestros típicos partidos, descargaba todo lo que sentía en ello.
Mi madre golpeó lentamente la puerta de la caravana y de ellos, salieron la señora y señor Hunter con una gran sonrisa pegada en el rostro. Saludaron como si no hubiese mañana y me preguntaron por mi condición. Eran personas demasiado atentas y bondadosas, tanto como los Cooper.
-Creo que Brian y Alisson están dando una vuelta por allí, si quieren pueden ir a buscarlos -dijo ella.
No supe que hacer.
-Bien, tú quédate Amy, no camines demasiado -dijo Ryan con esa excusa para que no tenga que pasar por el mal momento. Me sentía culpable.
Debía acompañarlo.
-Espérame un minuto...
Corrí tras él y comenzamos a alejarnos hacia ve a saber dónde con la intensión de encontrar a los chicos, a pesar de que en el fondo, queríamos mantenernos alejados y evitar el mal momento.
Una vez separados de los adultos y solos, decidimos que era momento para relajarnos.
-No sé por qué estoy tan nerviosa. Siento una culpabilidad que me sorprende -admití.
-No puedes sentirte así. Has hecho lo correcto porque si fuese lo contrario, el pobre quedaría ilusionado.
Tenía razón pero la culpa iba a persistir un largo tiempo.
-Amy... ¿Puedo pedirte algo? -dijo Ryan en una sonrisa pícara. Asentí -Si sientes que estás celosa, no dudes en demostrarlo.
-¿Por qué?
-Me encanta ver que te preocupo lo suficiente, ya que eso significa que estás realmente interesada y no quieres perderme.
Me sonrojé demasiado y sonreí. Hacía unos diez minutos que venía diciendo realidades y calmando mi ansiedad. Sin este chico, no sé qué hubiese sido de mí.
-Em... Disculpen... -se oyó una voz gruesa y baja proveniente de los arbustos que nos tomó desprevenidos-Soy yo, Brian, no teman.
¿Había oído nuestra conversación? Desee estar sobre arena movediza.
-No, tranquilos, por su aspecto de pánico, les aclaro que no he oído nada de lo que decían.
Mi pulso disminuyó.
-Hola Brian -dijimos ambos.
-Hola chicos... quería disculparme con ustedes dos.
¿Qué?
-Creo que he sido un idiota, en especial con Ryan, luego quiero hablar contigo pero primero quería disculparme con ambos presente. No quise entrometerme entre ustedes pero realmente creí que tenía oportunidad contigo Amy -dijo clavando sus ojos en los míos-me he equivocado, tal como me lo has demostrado hace unos días y me he rendido. Al ver que Ryan no hacía nada para estar contigo, me enfurecía y deseaba poder hacer algo para no desaprovechar la oportunidad, hasta que decidí venir aquí, a la reserva Roshmore, siendo consciente de que Ryan tendría más oportunidad que yo. Me colé en el viaje de mis tíos y mi prima, Alisson, incluso, le he pedido a ella que coqueteara con Ryan -quedé helada pero preferí no interrumpir, parecía decidido-He cometido demasiadas estupideces y creo que con el simple hecho de que me hayas sido sincera con tu respuesta -volvió su mirada a mí-produjo que haya conseguido disculparme y darme cuenta de lo imbécil que he sido en estas semanas. Espero que me perdonen, realmente lo siento...
Se produjo un silencio sepulcral, donde el viento removía las hojas de la copa de los árboles y nuestras miradas vagaban entre sí.
Tenía que hablar.
-Brian... -susurré. La voz costaba en salir-No eres un imbécil. Bueno, uno pensaría que así es, pero algo admirable es que no te has rendido. Has cometido errores pero no ha sido en vano. Realmente me pareces un muy buen chico y de veras me halaga que... bueno... te atraiga pero debes saber que siento que en algún futuro podremos ser buenos amigos y con respecto a tu disculpa, no te preocupes por ello... -Brian me interrumpió.
-Espero que realmente la cuides Ryan, porque si me llego a enterar que lastimas a una chica como ella, te mataré -dijo atropelladamente. Supuse que mis escasas palabras habían removido algo dentro de él.
-Lo haré, no dudes en ello.
El silencio se extendió otra vez. Por alguna razón, sentía que esa simple disculpa había estado dirigida en gran parte, solo para mí y que luego, la verdadera e importante disculpa, sería para Ryan, a quien realmente había lastimado. Esperaba con ansias que hablaran. Podía notar cuan humillado se debería de sentir Brian -aunque realmente no había razón para sentirse así-al tener que pedir disculpas de tal forma, pero no era un mal chico. Quizá, podía haber lastimado a unas cuantas chicas, pero supongo que así era él, el rebelde y mujeriego Brian que se había enamorado por primera vez y había sido rechazado.
Wow, la culpa aún continuaba latente a pesar de haberse descomprimido un tanto.
-Gracias por entenderme... y Ryan, me encantaría hablar contigo antes del comienzo de las clases, creo que debemos de aclarar unas cuantas situaciones y además, necesito disculparme en su mayoría.
-Claro que sí amigo -dijo este, apoyando su mano en el hombro y sonriéndole amablemente, con ese toque de calma tan característico de él.
-Bueno... -comencé a decir para quitar la tensión-creo que las cosas se han arreglado o están en camino de hacerlo ¿no?
Ambos asintieron.
-Hey ¿Alguno a visto a Alisson?
En ese momento la recordé. Ella, era un problema más que nos quedaba por resolver. Solo esperaba, que no se haya tomado tan mal mi escena impulsiva de celos que no pude controlar.
-Según tus tíos, andaba contigo.
-Exacto, y has hecho muy bien en hablar en pasado, porque hace un buen rato que se ha alejado -dijo Brian buscando con la mirada por encima de nuestros hombros.
Comenzamos a llamarla. La reserva Roshmore, por más segura que fuera, no era un bonito lugar para perderse, y mucho menos a Alisson, que parecía tener menos instintos naturales que un pez en medio de la selva.
Alrededor de unos veinte minutos, apareció sumamente agitada y con el cabello revuelto.
-¿Estás bien? -preguntó Brian acercándose con rapidez y preocupación.
-Sí, lo siento, es que creí oír algo peligroso y me he echado a correr como una liebre -con determinación clavó la mirada en Ryan y se acercó dando traspiés hacia él.
Ryan parecía inseguro, como sin saber qué hacer ni cuál iba a ser el próximo movimiento de Alisson. Ella lo tomó del hombro, como apoyándose en él entre jadeos y lo miró con una sonrisa exhausta.
-Que bueno... volver a verte...
-Ally, ¿Realmente estás bien? -pregunté con preocupación. Celos o no, los dejaría de lado mientras ignoraba el hecho de que se sostenía de mi Ry... digo, de Ryan.
No contestó, solo me observó de soslayo de manera inexpresiva y se volvió a Ryan.
-¿Comenzamos la caminata? Yo estoy bien, mientras que caminemos despacio y me reponga, todo estará estupendo.
Ryan me observó desde adelante mío, sin saber realmente que hacer. Solo asentí, ya que la chica no estaba muy bien y necesitaba ayuda.
Lo sé, Brian estaba a su lado y tranquilamente podía llevarla él, pero no quería problemas, solo llegar hasta el final de la caminata me vendría absolutamente bien.
Aunque claramente, la mirada de Alisson, me diagnosticaba los problemas de los que estaba consiente, solo que un poco más graves de lo que imaginaba.
¿Era tal como se mostraba ante mí? No lo sabía, aunque mis sospechas comenzaron a aflorar.
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