Capítulo 17: "Día en el lago"
MARATÓN
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Capítulo 17: "Día en el lago"
-Amy... ¿Llevarás una eternidad allí? Es un simple traje de baño -dijo Ryan desde el lado de afuera de la tienda.
-Ya he terminado, no molestes -gruñí.
Baje la cremallera y en cuanto me encontré con su mirada, me estudió de pies a cabeza. Luego de un silencio, habló por fin.
-¿Y tu traje de baño?
-Aquí, debajo de toda esta ropa que no pienso quitarme aún.
-No era necesario vestirte como si estuvieras en el desierto.
-Lo entiendo.
-¿Qué cosa?
-Que estés tan desesperado por verme en traje de baño -le guiñé divertida y juro que me resistí en reír a carcajadas.
-Vamos -gruñó adelantándose.
Ryan llevaba puesto el típico bañador masculino hasta arriba de las rodillas color celeste y una camiseta de tela fina grisácea, que marcaba sus músculos bien contorneados. Caminamos por el bosque que llevaba unos diez minutos hasta el lago. Quería con todas mis fuerzas preguntarle sobre el "Me gusta" que había mencionado antes, pero en vez de eso, salió otra cosa:
-Nunca me has respondido.
-¿Qué?
-¿Has dado tu primer beso?
-Si -respondió unos pasos por delante mientras pisaba ramas y hojas secas.
-¿En serio? Wow.
-¿Y tú, Amy? -no supe descifrar su tono de voz, pero algo me decía que era pícara.
-¿Yo?
Recordé el pequeño beso en la tienda con él. Me ruboricé como una langosta.
-Tus mejillas me dicen que sí.
-¿Qué? ¡No! -Ryan no sabía del beso, es decir, cuando sucedió estaba dormido, y sí admitía que había dado mi primer beso, pensaría que habría sido con otro chico. Oh, esto me estaba volviendo loca.
-Algo me dice que mientes Amy -me observó por sobre el hombro y se detuvo en medio de un silencio.
-¿Qué esperas para caminar? -pregunté empujándole desde su firme espalda para cambiar de tema y evitar que notara mi nerviosismo.
Si el señor sándwich estuviera aquí, probablemente estaría diciéndome sus sabios consejos.
No, no estoy tan loca... Creo...
Le seguí el paso y agradecí que no insistiera. Luego de caminar por unos cinco minutos bajo el gran clima cálido, estaba sudando como una desgraciada. Llevar demasiada ropa solo para que Ryan no me observara en mi traje de baño de dos piezas sumamente atrevido, fue una mala idea.
¿Pueden decirme por qué rayos olvide el traje de baño de cuerpo entero? ¿El único que sería capaz de usar frente a Ryan?
Ahora no tenía opción. Solo posarme delante del chico que me gustaba y dejar al descubierto mi trasero y busto ajustado ¡Iba a ser una vergüenza total!
Choqué con la espalda de Ryan por venir desconcentrada. Se había detenido repentinamente.
-Llegamos al lago -dijo suavemente.
Me bajó la presión. Había llegado la hora tan pronto que desee irme de allí. Ryan comenzó a caminar hasta llegar a "nuestro" tronco caído de un árbol viejo. Dejó su toalla sobre ella y comenzó a quitarse la camiseta.
-¡Espera! -grité antes de pensar.
-¿Qué sucede? -preguntó a medio camino de quitársela. Podía ver su estómago y aseguro que ya me estaba convirtiendo en un gran tomate.
-Nada, lo siento.
-Después dices que yo soy el que quiero verte -susurró por lo bajo, soltando una risilla.
-Eres...
Dejé las palabras volar y me dispuse a quitarme la cantidad de ropa que tenía encima ¿Yo era la que quería verlo? Ahora quería saber cómo reaccionaría ante mí y no me importaba si debía quedar en traje de baño frente a él. Le demostraría que era lo contrario. Ya no tenía vergüenza.
Comencé por quitarme el pañuelo de mi cabello... Si, tenía uno. Luego, me quité un saco, pantalones, dos camisetas y por último mis zapatos.
No estaba exagerando, realmente tenía demasiada ropa puesta.
El viento golpeó mis muslos y mi estómago al descubierto. Instintivamente me abracé y caí en la cuenta de la situación.
Estaba en traje de baño... Con un Ryan mirándome fijamente a unos cuantos metros de distancia, mientras dejaba la camiseta en el tronco. Estaba helado, en la misma posición encorvada, mirándome sobre el hombro.
Instantáneamente me convertí en un tomate. Su mirada no era la misma de siempre y parecía como un asesino acechando a su presa con cautela. Parecía como si fuera a saltar sobre mí en cuanto menos me lo esperara. Estaba muy atractivo con esa mirada. Pude sentir a pesar de la distancia que trago con fuerza y recupero la postura, quedándose erguido nuevamente. Se despeinó el cabello y miró hacia otro lado. Aún no sabía si era por la luz del sol o qué pero un sonrojo se apropió de sus pómulos suavemente.
Era muy tierno.
Justo la reacción que esperaba.
-¿Ahora quien quería ver a quién? -dije en voz alta y corriendo hacia el lago.
-Hey, espérame -dijo tras de mí mientras corría y sumergía mis pies salpicando a todas partes.
El frío del agua me volvió a la realidad. Ryan y yo corriendo a alcanzarnos en una reserva. Esto era tan... de pareja.
Vaya, que desalentador porque no lo éramos.
Llegué al punto en que el agua me llegaba a la altura del pecho. Sentí a Ryan detrás de mí y me volteo para verlo. Aún no se había sumergido totalmente y el agua le tapaba un poco más del estómago. Era alto, y mucho más que yo.
-Está helada.
-Oh, no seas gallina -le dije codeándolo.
-Eso mismo dijiste hace unos años, cuando jugamos por primera vez un partido de fútbol americano -quedé perpleja ante su respuesta. Sonreía tan tiernamente que... Mis sentimientos estaban locos de remate.
-¿Aún... lo recuerdas? -pregunté tímidamente.
-¿Cómo olvidarlo? Ese día te había destrozado.
-Tonto... -susurré.
-Ese día, hablamos por primera vez.
Levanté rápidamente la mirada ante su recuerdo. Creía que había olvidado cosas como aquellas... Pero no, aún las recordaba.
-Me odiabas... Siempre me habías odiado en ese entonces y era... tan divertido ver tus mejillas sonrojadas de enojo cuando te sacaba la lengua o hacíamos morisquetas. A veces no necesitábamos hablar para comunicarnos.
No pude contener una risa llena de nostalgia y me sorprendió que lo haya recordado. Tenía razón en todo lo que había dicho, lo odiaba pero de todas formas me divertía junto a él.
-¿Así que te gustaba verme enojada? -me crucé de brazos fingiendo un enfado-, ahora lo has conseguido -dije en forma de broma.
-Oh, no, tú no te enfadarás conmigo otra vez.
Me mareé por su toque en mis caderas y me voltee perpleja. Su sonrisa se ensanchó y me percate de lo que estaba a punto de hacer. Tomé aire, lo más que pude y de pronto, estábamos bajo el agua. Ryan me había sumergido junto a él.
Las burbujas golpeaban por nuestro alrededor y lo único que oía era el agua siendo removida. Era muy placentero y relajante. Intenté abrir los ojos pero recordé que se vería turbio. No era Aquaman. Deje que el sentido del oído y tacto se encargaran del trabajo. Ryan aún me sostenía, hasta que luego tomó mi mano y me sacó de allí, subiendo a la superficie no tan lejana.
-Eso... -dije jadeante -merece una venganza... pero relájate, no será ahora.
-Tus venganzas son horribles.
-Ten cuidado con tus palabras Ryan Cooper.
-Mira, lo único que te diré, es que no me hagas bigotes con marcador negro porque me ha costado quitármelo la última vez.
Reí y me sumergí hasta el cuello, moviendo los brazos y piernas pacíficamente. El agua estaba preciosa.
-¿Qué sucede? ¿Ya quieres irte de aquí? -le pregunté al ver que no se sumergía.
-No, es que... Estaba pensando -dijo ahora bajando a mi estatura.
-¿En qué pensabas?
-En estas semanas.
Sus palabras me hicieron pensar a mí. Estas últimas semanas habían sido una verdadera locura. Habíamos pasado mucho tiempo juntos, más de lo que habíamos pasado antes y pudimos aclarar demasiadas cosas pendientes, como por ejemplo, que no nos odiábamos. Solamente nos quedaba una semana y media para regresar y ya me daba pena.
Todo había cambiado entre Ryan y yo. Era más que notable y no podía negarse.
Se sumergió a mi lado y comenzamos a nadar lentamente, disfrutando el día soleado y caluroso.
Luego de un largo rato de guerras de agua, empujones, buceos y carreras, decidimos dejarnos caer sobre el césped. El agotamiento se hacía sobre mis piernas y mi estómago, ya que el agua, da hambre. No me quejé porque de esa forma debíamos irnos, y la verdad era que quería quedarme el mayor tiempo posible junto a él. El sol se estaba escondiendo y ambos nos encontrábamos ya vestidos.
-Este ha sido el mejor día de todos -susurré.
-Me alegra oír eso -sonrió Ryan.
-El agua se está poniendo anaranjado.
-Por el atardecer.
-No sabía -dije sarcástica hasta que rió.
-Con todo lo que hemos hecho hoy, mañana estaremos muy bien para el partido.
-Ya lo creo -asentí.
-Y podré ganarte.
-No lo creo.
-Y así pediré lo que quiera.
-Tampoco lo creo -dije.
-No sabes lo que pediré si gano...
-Puedo imaginarlo... Un masaje, quizá que limpie por ti, que me vista de una forma vergonzosa, que no hable en todo el día -el sol golpeo mi rostro y me obnubile, pero continué hablando -una cena, que no te moleste, que corra muchas vueltas... -algo interrumpió mis palabras.
Sentí algo sobre mis labios y me alarmé.
En cuanto pude ver, Ryan me estaba callando con su dedo.
Que desilusión.
¿Pero que estaba pensando? Me regañé.
-Aún estoy pensándolo, pero no será nada que deba tratarte de esclava ni avergonzarte, Amy. Antes podría haberlo tenido en cuenta pero ahora no.
-Oh, ya veo -dije aún paralizada.
Quitó su dedo de mi labio y sentí un hormigueo en su toque. Desee sus labios contra los míos pero eso sería desquiciado. Ni que él sintiera lo mismo que yo.
Pensé en lo que pediría yo. Mi apuesta era que obedeciera mis órdenes por una semana...
¿Que no vea a Alisson durante ese tiempo? Muy patético. Aunque debería haber pensado más, ya no tenía más ideas.
-Tú... -me centré en sus palabras -No le dijiste a nadie del partido ¿Verdad?
-Claro que no... Bueno, a nuestros padres porque ya lo sabían por medio de Alisson pero no.
-Creo que sé cómo se ha enterado ella.
-¿Sí? -pregunté sumamente curiosa.
-Supongo que ha estado oyendo tras nuestras espaldas.
-Pero ella no parece tan...
-¿Tan de esa forma? Brian me ha contado durante bastante tiempo las cosas que hacía su prima y puedo asegurarte que de ángel no tiene un pelo.
-Conmigo ha sido muy buena.
-Hay algo que se llama actuar, Amy.
-No lo creo.
-Además, no sé qué quiere conmigo pero...
-Se acerca mucho a ti -terminé por él.
-Wow ¿Acaso estás celosa? -preguntó.
-Claro que no... -no insistió.
-Bien...
-¿El sonambulismo ha sido actuado entonces?
-No lo sé, Brian no ha hablado conmigo y no lo hará pero él nos había explicado lo que ella tenía, así que si miente Alisson, él también lo está haciendo.
-Ryan... No lo sé... No puedo creer que ambos nos estén mintiendo.
-Yo tampoco.
-¿Entonces?
-Lo siento, es lo único que puedo sacar de todo esto.
¿Mentiras? No, no podían mentirnos.
-Escucha, dejémoslo aquí y no arruinemos el maravilloso día ¿Quieres volver a comer? -preguntó.
-Bien, tengo hambre.
Ya no podía luchar contra mi estómago. Nos levantamos y recogimos todo lo que teníamos. Cuando nos encaminamos por entre los árboles, Ryan habló.
-Espero que esta vez no hables con la comida.
Su comentario hizo que una sonrisa se estampara en mi rostro.
Últimamente siempre lo estaba haciendo.
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